Guatemala


Por Joseph Manuel Alejandro Herrera Carranza   

Este trabajo de investigación, está destinado a acrecentar el conocimiento que tenemos hoy sobre uno de los aspectos particulares de la derrotada Revolución Centroamericana (1979-1996)[1], de la mano de un estudio que busca ser lacónicamente novedoso en la reconstrucción del pasado histórico de la brutal Guerra Civil, –que no, Conflicto Armado Interno–[2] que sacudió la vida social, política y económica del país durante la segunda mitad del corto siglo XX guatemalteco.[3]

La investigación en estas líneas desarrollada, tiene como sujeto de estudio el interesante juego del gato y el ratón que hacia finales del año de 1970 protagonizaron las Fuerzas Armadas Rebeldes (F.A.R.),[4] por medio de su organización urbana de acción y el temible Departamento de Investigaciones Criminológicas –DIC– de la ahora desaparecida Policía Nacional (PN),[5] que será recordado como uno de los cuerpos de seguridad del Estado burgués guatemalteco, del que se valieron los diferentes regímenes de dictaduras cívico-militares para asegurar su hegemonía en el poder, ante la profundización de la lucha de clases en la nación centroamericana y en particular, en el finquero y conservador Estado guatemalteco.

El DIC conformado para la época aquí estudiada por un extenso cuerpo de detectives, piezas fundamentales en la vigilancia operativa, la búsqueda y el castigo al crimen común, la disidencia política y la construcción del hasta entonces, difuso enemigo interno,[6] es el ejecutor final de un plan orquestado desde las alturas del poder para detener el avance de la subversión[7] en la Ciudad de Guatemala. Los documentos producidos por este cuerpo de seguridad tendera a grabar la narrativa y la lógica anti comunista occidental, en el marco de la Guerra Fría, adquiriendo su desenvolvimiento cotidiano como escenario de una lucha ideológica y armada, en un punto caliente de ese mismo enfrentamiento internacional entre el Este y el Oeste, en la pequeña y tropical Guatemala.[8]  

La investigación está basada en el estudio de algunos casos concretos de investigación criminal, extraídos del anterior Archivo del Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) que corresponde a la sección particular del Cuerpo de Detectives de la desaparecida Policía Nacional (PN), por lo tanto todos los documentos de fuente primaria presentados en este trabajo, están contenidos en el invaluable y cada día más polémico –por no decir en disputa–[9] Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN), en su consulta digital del portal de las bibliotecas de la Universidad de Texas en Estados Unidos –menudo cinismo al que tiende la historia–.

Los documentos muestran una riqueza de datos abundantes, también dejan ver a la luz de la historia, el entramado de dependencia que se va construyendo –caso a caso– entre los organismos de investigación de la PN y las fuerzas operativas de tarea del Estado Mayor General del Ejército (EMGE), derivado esto último, de la importancia estratégica y de inteligencia que tenía para la alta comandancia militar, la persecución y posesión de los cuadros operativos de la subversión capturados por la seguridad civil, cuadros de la guerrilla que actuaban para la época en la Ciudad de Guatemala y sus alrededores; fundamental fuente de inteligencia, clave en la guerra que se desarrollaba, escenario de la guerra franca y abierta que tomo la lucha de clases[10] durante la convulsa guerra fría en Guatemala.

Esta alianza instrumental de la inteligencia investigativa de la policía con la inteligencia estratégica militar, dará como resultado el aparato contrainsurgente que aún hoy día, languidece en la trastienda del poder estatal, y que ha mostrado ser a la luz de la actual lucha por el poder, una herramienta formidable de los que ayer como hoy, detentan el poder efectivo del Estado.

Es entonces imperativo entender el desarrollo de los organismos de seguridad e inteligencia del Estado burgués, sus métodos, luces y sombras para poder plantearnos seriamente soluciones al problema de la represión, la vigilancia y la persecución criminal y política –dos caras de una misma moneda–, de frente a comprender de mejor manera al enemigo a batir. Es este otro de los juicios personales que han movido inicialmente este trabajo de investigación. Descifrar por medio de la actividad de estos organismos de seguridad e investigación criminal a la luz de sus propios documentos oficiales, la psique y el comportamiento que prevalecieron en las instituciones públicas, comportamiento institucional que aun hoy permanecen como parte fundamental de la vida política del país.

El rico acervo documental contendió de manera digital por la Universidad de Texas, involucran directamente al núcleo urbano operativo de las F.A.R a finales del año 1970, gracias a estos documentos, podemos identificar como un grupo formado de células muy activas en diferentes acciones delictivas. Podemos entonces empezar a delinear en qué momento empieza a trastornarse la psique contrainsurgente al interior del propio DIC, viéndose sobrepasada por la actividad urbana en auge del enemigo, de su cuerpo de detectives en particular, burlado varias veces de manera chusca por los miembros de la insurgencia; y de la PN en general, que empieza a recibir presiones al interior de la estructura estatal, así como externas desde la Embajada de los Estados Unidos para ponerle freno al alzamiento guerrillero, desbordado hacia finales del año de 1970 en la capital del país.

Transformándose en el transcurso del tiempo, de un órgano de seguridad pública estatal, en un cuerpo contrainsurgente integrado en la lógica del momento de la Seguridad Nacional, encaminada en la construcción de un complejo aparato integrado plenamente en los cuerpos públicos de seguridad del Estado, como lo era la PN el DIC y en la propia lógica individual de su extenso Cuerpo de Detectives; así también, como en los cuerpos secretos o paralelos, que con el tiempo fueron borrando la línea fronteriza entre ellos y las mismas instituciones formales del Estado.

El Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) de la PN

El Departamento de Investigaciones Criminológicas –en adelante DIC– formaba parte de la ahora desaparecida Policía Nacional (PN), en los años en que empezaría a llevarse adelante la guerra sucia en el país,[11] siendo precisamente nuestro lapso de investigación, finales del mes de noviembre hasta concluir el mes de diciembre del violento año de 1970.

El Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) según el REHMI,[12] era el órgano de inteligencia de la Policía Nacional. En las dos últimas décadas que duró la guerra civil tuvo diferentes nombres, “pero sus funciones básicas, de persecución política y no de seguridad ciudadana,[13] han permanecido desde su creación como policía política en tiempos del presidente y dictador liberal Manuel Estrada Cabrera (1898-1920).”[14]

Su participación es tristemente recordada en la represión política que siguió a las jornadas de marzo y abril de 1962, cuando la efervescencia social de odio contra el gobierno, dirigida por los estudiantes de educación media y los universitarios, casi logra derrocar por medio de la insurrección popular al fraudulento y corrupto presidente José Miguel Ydígoras Fuentes (1958-1963). El DIC forma entonces la elite del cuerpo policial, destinada a vigilar y castigar no solo al criminal común, sino a la persecución de la disidencia política, a los individuos que hacen parte de las filas de los grupos revolucionarios, incluso aquellos de los que solo se tiene sospecha. Es desde su fundación durante el régimen oligárquico liberal de Manuel Estrada Cabrera en las primeras dos décadas del siglo XX, que se establece como una moderna policía política.[15]

Es así que el DIC va tomando al calor de la lucha callejera contra lo que el gobierno llama la subversión, su carácter y lógicas contrainsurgentes. Y dentro de la PN, el DIC con su extenso Cuerpo de Detectives; que paso a ser parte de la capacidad operativa de la DIC, cuando en 1955 durante el gobierno contrarrevolucionario de Carlos Castillo Armas (1954-1957) se emitió el Decreto No.332, Ley Orgánica de la Policía Nacional, mediante el cual se creaba y regulaba estructuralmente al Cuerpo de Detectives dentro del DIC.[16]

En las filas del DIC se irá preparando el germen de los grupos paraestatales y escuadrones de la muerte que con la venia del Estado burgués y su cada vez más acentuado régimen de dictadura cívico-militar, funcionarán a lo largo de toda la década de 1970. En las filas de estos grupos, se integrará a los elementos dados de baja de la institución policial por faltas al reglamento, muchos de estos serán los causantes de las brutales ejecuciones extrajudiciales en el área de la Ciudad de Guatemala durante la brutal guerra civil guatemalteca. De vuelta a la vida civil, formarán parte de las filas del pujante negocio de la seguridad personal, al hacerse guardaespaldas de la pudiente elite económica –burguesía– capitalina.

Las Fuerzas Armadas Rebeldes (F.A.R) de Guatemala

De las FAR se conoce mucho más, pues la historia de su desarrollo como organización revolucionaria armada, va de la mano a una fuerte reivindicación pública de sus actos políticos, enmarcado esto en la táctica del foco guerrillero, donde las acciones político-militares están encaminadas –teóricamente– a educar a las masas y promover su masiva participación en la revuelta campesina que se está gestando al interior de las sociedades atrasadas, periféricas del capitalismo; caso particular de Guatemala, según los defensores de esta táctica revolucionaria anti-marxista, de los cuales aún hay muchos entre nosotros, hoy día.[17]

Las legendarias Fuerzas Armadas Rebeldes de Guatemala, nacieron a la luz pública a finales de 1962, su primera columna fue integrada por los restos efectivos del nacionalista y precursor Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre (MR13). Este último conformado por militares disidentes con la derriba servil al imperialismo que había tomado las filas del ejército durante el gobierno del general Miguel Ydígoras Fuentes. También integraron esa primera columna guerrillera de las FAR, miembros de una de las fracciones del clandestino Partido Guatemalteco del Trabajado (PGT) conocido como el Destacamento 20 de Octubre, formado por estudiantes universitarios y de educación media radicalizada por la derrota popular en que derivo las jornadas de marzo y abril de 1962.[18]

Para finales de 1970, las FAR habían recibido duros golpes militares de mano del Chacal de oriente, el coronel Carlos Arana Osorio, quien no solo había destruido la rudimentaria implantación de las FAR en esa parte del país,[19] acabado también con sus cuadros más importantes en la zona.[20] Al fracaso militar en oriente, le precedían la desaparición física del fundador de las FAR, el teniente de infantería del ejército Turcios Lima, así como la posterior caída en combate de la columna del MR13, del también teniente Marco Antonio Yon Sosa.[21] La salida del gobierno títere del civil Julio Cesar Méndez Montenegro en julio de 1970, solo profundizaría la crisis de las FAR, pues el reemplazo en la presidencia después de unas fraudulentas elecciones, sería en la misma persona del Chacal de Oriente, Arana Osorio.

Es así que la velada organización del aparato contrainsurgente que se había venido trabajando durante el gobierno de Julio César Méndez Montenegro (1966-1970), se hace franca y abierta cuando el militarista y claramente contrainsurgente Arana Osorio, toma la primera magistratura del Estado (1 de julio de 1970). La reorganización de los frentes activos de las FAR, como lo son el Frente Guerrillero Edgar Ibarra (GEI) le abrirá paso a una campaña de extender las acciones de la organización urbana, para obtener los recursos materiales y logísticos para reencauzar la guerra en las montañas.

Es en este escenario donde da inicio la caza del gato y el ratón, que protagonizan los sanguinarios agentes del Estado burgués contrainsurgente y los cuadros activos de las FAR, en la Ciudad de Guatemala.

El paisaje delictivo de la Ciudad de Guatemala hacia finales de 1970

Me he tomado la libertad de ahondar en el óleo criminal de la populosa Ciudad de Guatemala durante la época aquí estudiada, para así dar una perspectiva más amplia sobre el trabajo del DIC y su Cuerpo de Detectives en su sentido de cuerpo de seguridad pública del Estado, como institución civil del orden.

***

Diciembre de 1970 está habitado en los archivos del Cuerpo de Detectives del Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) de la PN, como un mes lleno de delitos comunes leves y graves, hay a la luz de los documentos muchos delitos cotidianos que quedan sin resolver, pues no pasan de archivarse –como hoy en día– las denuncias; casos como el de la señora Maria Victoria Garcia de Pineda, de 60 años edad, casada con oficio de domestica[22] que denuncio el 1 de diciembre una estafa callejera de dinero en efectivo, así como pertenecías y documentos varios, entre ellos su cedula de vecindad,[23] sindicando a Willians Alfredo Molina Álvarez y a Rolando Funes Ordoñez, queda constancia en la denuncia No. 4884 que reconoció a los dos sospechosos mediante el álbum de criminales fichados por ese Cuerpo de Detectives, aunque no se adjunta la foto de los sindicados de la estafa.[24] 

Sabemos también por el informe hecho por los detectives Héctor Hernán Bonilla, No. 121; Luis Reyes Méndez, No. 153; y José Alfredo Gonzalez Donis, No. 171; al Jefe del Cuerpo de Detectives, fechado ese mismo día, que la ciudad se encontraba bajo Estado de Sitio ya que se les envió a los mencionados detectives a investigar una reunión que estaba proscrita por la suspensión del derecho de reunión que conlleva el Estado de excepción vigente. Dicha reunión fue reportada en la denominada Casa Rosada, con dirección 3ª. Ave 22-50 de la zona 12 capitalina.[25]

Ya en la dirección, el señor Bacilio Ochoa Maldonado, manifestó a los detectives que pertenecía a un equipo de Fut-Bol, denominado Estudiantes Trébol, pero que “…no habían tenido ninguna reunión debido al estado de sitio que prohíbe toda clase de reuniones”,[26] después de su aclaración ante los agentes del orden, no demoro Ochoa Maldonado en avisar que frente a su domicilio en la casa con el numeral 22-45 si se había realizado una reunión; paso seguido, los detectives también dejan constancia de haberse presentado a dicha vivienda, donde el residente Carlos Humberto Ríos, afirmo a los detectives “…que el día domingo recién pasado efectivamente había tenido una reunión por ser su cumpleaños.”[27]

Esta riqueza documental no solo nos trasporta a un momento álgido en la Ciudad de Guatemala, donde los planes contra insurgentes gubernamentales derivados de una fuerte movilización popular así como de una creciente actividad subversiva han hecho implantar el Estado de Sitio a toda la urbe –cosa inimaginable en el presente–, también nos deja echar luces sobre la mentalidad de los vecinos de la ciudad, unos como Ochoa Maldonado se muestran dóciles ante la autoridad de los detectives, incluso denunciando al vecino en clara muestra de ser un colaborador de la autoridad y no un díscolo subversivo; otros como en el caso de Carlos Huberto Ríos, que bajo el carácter de restar importancia al hecho no puede diferir donairosamente que la celebración de su natalicio es un delito durante el Estado de sitio, entonces vigente.

La alarma generada por el Estado de sitio parece no detener los desmandes de los miembros del Ejército de Guatemala, que siendo ellos por el derecho enmarcado en la Ley de Orden Publico de la Constitución de 1965 los que poseen la preeminencia en mantener la paz pública, se prestan a riñas alcohólicas entre ellos mismos, como lo ilustran el informe de los detectives Julio Francisco Orellana, No. 195; Eduardo Esteban Lemus, No. 301; y José Ramiro Medrano No. 332, cuando se apersonaron a bordo de la unidad 25103 de la Policía Nacional a la 4ª. Calle 21-22 de la zona 6,[28] “…con el objeto de investigar que había sucedió momentos antes en la indicada dirección, constatándo[29] que en la misma se encuentra ubicada la cantina denominada ´La Nueva´, propiedad de la señora MARTHA LIDIA VENTURA CHINCHILLA. y que momentos antes habían reñido en el interior de dicho establecimiento dos elementos del Ejército nacional…”[30] Gracias a la información dada a los detectives por la empleada del lugar Martha Portillo sabemos que paso, por lo que rescataremos textualmente la narración del enfrentamiento castrense:

…se presentaron dos individuos de tropa, a libar licor, quienes al calor de los tragos, tuvieron una discusión, llegando al extremo de que uno de los parroquianos o sea miembro de tropa, hizo un disparo con revolver calibre 38, habiéndose incrustado el proyectil en una de las paredes interiores de dicho establecimiento, sin haber ocasionado desgracias personales, únicamente materiales, acto seguido el acompañante de éste, desenfundó un cuchillo, ocasionándole una herida en la frente, y un golpe con tuso en la cara, por lo que el herido fué[31] conducido al hospital Militar,…[32]

La ciudad como cualquier población media de su tiempo, tiene denuncia de robo a casa. El caso particular que manifiesta el señor Luis Hernández Recinos vecino de domiciliado en la Calle ´A´ 25-99 de la Colonia Vista Hermosa II de la zona 15, conocida hasta nuestros días como una acaudalada zona burguesa de la ciudad; Hernández Recinos denunciando el robo de varias alhajas valoradas aproximadamente en Q.2, 000.00; hurto del que acusa a su ex domestica[33] Manuela de Jesús Aquino en complicidad con un asaltante desconocido, del que supone Hernández Recinos es taxista.[34] Toda una suerte de crisol de clases que deja apreciar la compartimentación social que poco o nada, ha variado en la conservadora ciudad de Guatemala.

Pero hay casos particulares que nos dejan ver la mentalidad que gobierna la psique social de del propio país y de sus habitantes, para la época. El caso denunciado por el señor Juan Bautista Pérez por la violación y estupro de su hija Miriam Magdalena Pérez Guillen, acusando a Walter Oswaldo Arana Romero que era novio de su hija.[35] La relación se agria para el padre de la joven por la ruptura de las convenciones sociales tradicionales en una sociedad tropical como la nuestra, por lo que nos permitiremos copiar textualmente el contenido de la denuncia para sacar provecho a los matices que este caso vislumbra ilustrativamente sobre el acuarela de la época, así como sus modos de vida y la idiosincrasia predominante:

Expone el presentado que su mencionada hija se encuentra estudiando en el Colegio ´SAN MARCO´[36] ubicado en la cabecera se San Marcos, en donde conoció al sindicado y con quien eran novios, pero posteriormente su mencionada hija le indico que su novio había tenido relaciones íntimas con ella y al verla en estado (Interesante)[37] él como Padre en defensa del honor de su hija acudió a los Padres del sindicado señor HECTOR EDMUNDO ARANA MARROQUIN propietario de dicho Comisariato, de lo cual quedaron en condiciones serias de que la boda se llevaría a cabo el dio miércoles 25 del mes de Noviembre pasado, pero es el caso que cuando ya todo estaba preparado para la boda, hicieron desaparecer al (muchacho-sindicado) quedándose ellos burlados y su mencionada hija. En esa virtud, el interesado ruega atentamente que por medio de Detectives de esta Institución se proceda a la localización del sindicado y al ser habido que sea puesto a disposición de los Tribunales de Justicia por los delitos mencionados, haciendo constar así mismo que por medio de la Sección respectiva de esta misma Policía el sindicado SEA ARRAIGADO en todas las Dependencias de Migración de la Republica porque los Padres pueden sacarlo del País, a la vez que si así lo estima conveniente la superioridad, sea transcrita posteriormente esta denuncia al Juzgado de Familia respectivo, donde presentara las pruebas correspondientes. Teniendo además como segundo domicilio en la Finca Concepción, Coatepeque Quezaltenango, en donde puede ser citado en caso de no estar en esta Capital.[38]

El señor Bautista Pérez denuncia la violación estatutaria que Walter Oswaldo Arana Romero, novio mayor de edad cometió en la persona de su hija adolescente. Este delito se hubiera resuelto al interior de la familia si el sindicado hubiera honrado la convenciones sociales vigentes de la época –relegadas en nuestro tiempo al ámbito rural–, cumpliendo en desposar a la adolescente Pérez Guillen; en lugar de ello y con ayuda de los padres el sindicado de estupro se dio a la fuga, cosa que en nada a variado en la aparente rígida cultura amorosa y estricta de los compromisos sociales del país, y su tradicional cachurequismo.[39]

Mientras el padre del sindicado es jefe del Comisariato local, el padre de la novia burlada, parece ser un mozo colono, al dar como dirección alternativa la gran Finca Concepción, en el sureño municipio de Coatepeque en el occidental departamento de Quezaltenango, pujante zona cafetalera del país. Otra vez vemos la compartimentación de clases propia de la época, así como las vicisitudes que debe atravesar un mozo desde el fronterizo departamento de San Marcos –lugar donde vive y estudia su hija– para poder hacer efectiva su denuncia en la Ciudad de Guatemala, demostrando el nivel de concentración de una rudimentaria burocracia en un Estado burgués sui generis de lenta formación institucional, que en las postrimerías de cumplirse cien años de la Reforma Liberal de 1871, aun lucha por arraigar la institucionalidad clásica estatal, en el conservador trópico centroamericano.

Pero el país parece congelado en el tiempo, pues a las trascendencias de los archivos oficiales del DIC y de su Cuerpo de Detectives, sabemos en el período estudiado se abren los vehículos y se despoja de sus posesiones de los ciudadanos, como en el caso denunciado por el señor Gustavo Adolfo Marroquín Castañeda, despojado de dos máquinas de calcular eléctricas, novedosas para la época. Dichas maquinas fueron sustraídas del vehículo mientras el denunciante laboraba, y que al salir a hacer una diligencia “…se dio cuenta que las maquinas no estaban dentro del baúl y el mismo se encontraba con llave, por lo que supone que sean ladrones bien adiestrados, para el efecto.”[40] Hay también aparatosos accidentes de tránsito que involucran a buses del trasporte público que dejan heridos a varios de sus usuarios –pinceladas que poco han variado en el diario trajín de la capital guatemalteca–, involucrando a otros vehículos junto a sus pasajeros que termina gravemente heridos, en esto la jocosidad de la historia solo puede ser remplazada con las similitudes que aun hoy se suceden cíclicamente en el diario vivir de los guatemaltecos, como es el caso de desconocer la identidad del conductor del bus de servicio urbano que desencadeno el tumultuario accidente “…ya que el chofer se puso en fuga…”[41].

Otro caso que nos ayuda hoy a entender cuál era el clima de la violencia criminal común, así como de la violencia de los grupos armados paraestatales que calan el ambiente social y político de la ciudad de Guatemala hacia finales del año de 1970, es el caso que recoge el Auxiliar de Tribunales de la Policía Judicial, el 30 de noviembre con el título “INFORME DE BALAEADO”[42] que hace para esa sección el Cuerpo de Detectives de la PN.[43] En dicho informe cuyo “ASUNTO: Relacionado a que los Detectives Nos. 42, 68 y 187 de la Sección de Homicidios, informan referente a una persona baleada en la 10 avenida y 5ta. Calle de la zona1.”[44] Los detectives informan que “…a las 20.30 horas fuimos ordenados por medio de la planta F.M. de ésta Institución, para que nos constituyéremos a la 10 avenida y 5ta. Calle de la zona 1, ya que se tenia[45] conocimiento que en ése Sector se habían originado unos disparos con arma de fuego.”[46]

Por la importancia de suceso, así como de la victima de los disparos nos permitiremos copiar el cuerpo central del informe a continuación:

 Efectivamente estando en el lugar indicado, constatamos que, se encontraba un automóvil placas P. 11-784, color crema, marca bor[sic]dall, estacionado en la 10 avenida y 5ª. Calle zona 1, sobre la avenida y de norte a sur, presentando éste dos impactos de bala en la portezuela lado derecho asi como también con abolladuras en la portezuela del mismo lado, seguidas las investigaciones del caso pudimos constatar que él que manejaba el automóvil, era el Licenciado ALFONZO BAUER PAIZ,[47] habiéndonos dirigido a la Emergencia del Centro 1 del IGSS, donde el referido lic. Se encontraba ya recibiendo asistencia médica, comprobando que fue conducido a el referido Centro por la unidad R.50 de los bomberos Voluntarios, presentando cuatro impactos de bala en ambas piernas, uno en el tórax del lado derecho y otro en la Región glútea del lado derecho calibre 45, se hace constatar que fue imposible recabar mayores datos al respecto ya que el Licenciado Bauer Paiz, no dio ninguna información, sino únicamente profirió palabras obscenas al notar nuestra presencia, indicando que la Policía era una asesina, etc… Por informaciones recibidas de elementos de la Policía Nacional pudimos recabar que, a eso de las 20.15 horas, un automóvil con placas extranjeras T.C-722 sin indicar demás características, fue el que lo rebasó haciéndole[48] varios disparos, el cual era abordado por tres personas desconocidas; No está demás hacer constar que el automóvil del Licenciado, quedó en poder de elementos de la Policía Nacional y él quedó en observación en dicho Centro asistencial. Es cuanto tenemos que informar al respecto.[49]

A diferencia del procedimiento riguroso que veremos en las siguientes páginas que llevan adelante los elementos del Cuerpo de Detectives y que queda registrado en la Sección del Departamento de Investigaciones Criminalísticas (DIC) de la PN, el ataque contra el Licenciado Alfonso Bauer Paiz se salda con solo esta página del informe producido por los detectives Mercedes Gonzales Ramos, No. 42;[50] Rubén Valiente Calderón, No. 68; y German Veliz Paredes, No. 187.[51] Tenemos entonces un informe que nos acerca a las operaciones encubiertas que hace el Estado de la mano de sus organismos parapoliciales y para militares, contra la llamada oposición política, sin importar el carácter de figura pública que tiene para la época el jurista Alfonso Bauer Paiz. No es raro para nosotros entender la actitud abiertamente hostil que el herido de bala presenta a los detectives que se apersonan a indagar al baleado Bauer Paiz, incluso este último ya señala sin tapujos como lo recoge el informe policial la complicidad que para él tiene la policía en el ataque armado del que fue víctima, no solo por la vinculación que tiene el Estado en defender los intereses que Bauer Paiz investiga en la Comisión para el estudio de la concesión del Estado a la EXMIBAL.

Antes de cerrar este crisol variado de tonalidades sobre la delincuencia común y no tan común de la Ciudad de Guatemala para diciembre de 1970, me permitiré recobrar otro caso, que puede ayudarnos a ilustrar el clima de combate bélico que habitaba en las instituciones de seguridad pública del Estado y en sus agentes –fuerza operativa real de la institucionalidad–, que más que preocupados por resolver los crímenes arriba mencionados, delitos que en su totalidad fueron archivados sin siquiera darle la respectiva pesquisa de alguno de los muchos agentes del Cuerpo de Detective de la DIC, demostraran el interés estratégico al que había virado la mentalidad de la fuerza policial, haciendo que más que buscar y aprender criminales comunes, ver y encontrar subversivos en todos lados.

Es así que queda registrado en la Sección Auxiliar de Tribunales del Cuerpo de Detectives de la PN “…siendo las diez y seis horas con cuarenta minutos del día cuatro de Diciembre…”[52] de 1970 la declaración voluntaria de José Roberto Jop Rouge, “…de 19 años de edad, soltero, con instrucción, estudiante, originario y vecino de esta capital…”[53]. El declarante “…quien ha comparecido para prestar declaración voluntaria y exponer la importancia de tal diligencia, manifestó conducirse con la verdad y nada más que la verdad...”[54] apunta el interrogador.

A las preguntas: “… ¿A qué se dedica? ¿Dónde estudia y cuáles son sus actividades en general?”[55], que hace el curioso investigador del Cuerpo de Policía, le contesta Jop Rouge “…Me dedico directamente a estudiar, ya que trabajo fijo no tengo; dependo económicamente de mis padres…”[56] y continua el joven “…Ahora bien, usualmente me dedico especialmente a la música moderna, ya que soy integrante de un conjunto musical denominado ´S.O.S´”[57]

El declarante pasa a describir su situación educativa: “…en cuanto a estudios, curso en la actualidad CUARTO GRADO DE BACHILLERATO,[58] en el Colegio Hispano-Americano, (…) de donde estos días nos encontramos de vacaciones, por haber finalizado el ciclo lectivo.”[59] Paso seguido el joven músico integrante de una de las bandas conocidas por ser precursora del rock guatemalteco declara: “Además, hago mención que nunca he participado en Política, no tampoco pertenezco a agrupación o Institución alguna de tal naturaleza”.[60]

El detective encargado del interrogatorio apunta: “… ¿Cuál es la razón por la que el día de hoy fuera sorprendido sospechosamente en el lugar denominado ´El Obelisco´? Detalle sus movimientos efectuados con anterioridad y específicamente el día de ayer.”[61]  La docilidad que el rokero demuestra desde que anuncio no ser parte de ninguna organización política, cosa bastante mal vista en la época, –y porque no decir en nuestros días–, dicha docilidad del interrogado joven se marca en su extensa descripción de la rutina del día anterior a su detención en la Plaza Obelisco al norte de la Ciudad.[62]

José Roberto Jop Rouge dentro de la extensa reminiscencia las actividades anteriores a su detención, va dilucidando para nosotros los mecanismos que por la apariencia y el estatus peligroso que para la época es ser un joven con aspecto de estudiante; emanado de esos mismos datos de la declaración de Jop Rouge podemos esclarecer el perfil criminal imperante en la Policía Nacional, perfil que es implantado por lo que veremos en amplios sectores de la propia ciudadanía, por eso nos permitiremos recobrar textualmente la parte más rica de esta declaración voluntaria.

Fué[63] así, como me dirigí a bordo de un bus de la ruta 2 de la alianza desde mi residencia, hasta llegar al parque denominado ´El obelisco´, en donde procedí a localizar un lustrador a fin de que le diera brillo a mi calzado, resultando que al cancelarle a tal lustrador y dirigirme a una venta de cigarrillos a adquirir un paquete, siendo en tal momento, cuando una Señora, de quien desconozco nombre, pero que llevaba un niño en brazos, aparentemente se cayó o bien se desmayó al observarme posiblemente, siendo en tal momento, cuando se acercaron Agentes de esta Policía, procediendo a detenerme, y conducirme hacia el Cuerpo de Detectives y por lo cual manifiesto a qué se deba el motivo de mi detención.[64]

Por las practicas policiacas comunes a todos los países, sabemos que inmediatamente después de ser aprendido el joven músico y estudiante fue registrado por los agentes, registro del cual se desprende la siguiente pregunta del detective: “… ¿De dónde procede la droga-Mariguana que le fuera encontrada al momento de su detención? ¿Explique de donde la obtiene y sus contactos?”[65] La forma chusca en que Jop Rouge quiere librarse del delito real de posesión de marihuana y no de la aprensión principiada por su perfil de joven estudiante, merece que nuestro lector la conozca íntegramente:

RESPONDE: “Sobre ese particular, quiero manifestar que desconozco la procedencia de tal droga, porque ésta apareció en mi cartera, pero ignoro el momento en que persona hasta el momento desconocida la coloco en la misma, ya que inclusive NIEGO SER ADICTO a tal droga”.[66]

La inspiración de los jóvenes es quizá el que varía menos en el trascurso trepidante de la historia, las defensas poco ingeniosas presa del nerviosismo de José Roberto Jop Rouge puede encontrase en el paroxismo de nuestros días, el aferrarse a estas demuestra que no es nada nuevo los artilugios, algunas veces un poco rudimentarios con los cuales los jóvenes le hacen frente a la persecución y la represión, emanada de las caracterizaciones y perfiles que el Estado hace de su enemigo desde sus instituciones de seguridad, y de las cuales son instrumentos ciegos los agentes del orden público trastocados por el interés bélico de derrotar a un enemigo que para ellos se encuentra en las propias carnes del pueblo, ahí en la entrañas del futuro donde se desenvuelven los jóvenes estudiantes –rokeros o no–, todos son encajonados en el perfil criminal del perfecto subversivo, movido por el díscolo sentimiento de la juventud a las filas de la subversión armada. 

***

Es este el paisaje delictivo de la ciudad de Guatemala hacia finales del año de 1970, hemos seguido hurtos y estafas callejeras, saqueo de pertenecías de vehículos, accidentes en los que están involucrados nuestros –según el dato documental, desde siempre– acrobáticos y temerarios conductores de trasporte público colectivo; logrando hacernos del caso de un joven músico detenido por cumplir con el perfilamiento criminal que para el Estado es respectivo al de los cuadros de la subversión. Este fondo coloreado por la documentación del AHPN, así como la inactividad y el posterior archivo de muchos de estos casos comunes, contrastan con el interés que las autoridades de los organismos de seguridad civil y militar del Estado le dan a un enemigo que pasara a ser de una importancia cardinal en la guerra civil que se cocina al interior de las contradicciones de clases, de la conservadora Guatemala.

La sombra alargada de las FAR

Para finales de la década de 1960 e inicios de 1970 las FAR están diezmadas, el primer intento por implantar el foco guerrillero tratando de replicar en la periférica y rural Guatemala las proezas de la revolución cubana, se han saldado con una derrota parcial –por no decir total– en el oriente del país. Pero el grupo armado que se reclamara en principio de la idea de la revolución nacional,[67] con el tiempo se ha venido radicalizando hasta contemplar programáticamente la revolución socialista y anti-imperialista que sacude al continente entero, irradiada claro está desde táctica del foco guerrillero, censurando todas las otras expresiones de izquierda que no contemplan la política liquidacionista de la burocracia de Moscú, inaugurada con la clausura de la Internacional Comunista (IC) y la nueva política de convivencia pacífica entre la burocracia del Kremlin y el cada vez más agresivo capitalismo de los Estados Unidos y sus aliados atlantistas.

A pesar de la derrota táctica del primer intento del foco guerrillero en Guatemala, los guerrilleros han dejado implantada su sombra en la mentalidad de la población. Se conoce ya las aventuras de los bandoleros,[68] sus choques armados con el ejército, sus declaraciones y proclamas, así como la reivindicación pública de sus acciones. La población hace uso de esa sombra, no pocas veces de una manera picaresca y no menos creativa.

El cuatro de diciembre en la sección de quejas y denuncias del Cuerpo de Detectives de la PN se presenta el señor Jaime Rene Ordoñez Mogoyon, de 42 años de edad, casado, guatemalteco, oficinista originario del occidental departamento de Sololá, vecino de la zona 1 capitalina. El asunto clasificado a mano como queja por el Cuerpo de Detectives, no es otra cosa que “Amenazas de muerte por escrito, a nombre de las FAR.”[69] Ordoñez Mogoyon sospecha de Ricardo Alvarado, Natividad Jiménez y Marta Julia Villela Jiménez, remitiendo la dirección donde pueden ser localizados los susodichos. La cercanía del denunciante con los sindicados se va haciendo más clara en el cuerpo de la declaración, por lo que la reproducimos literalmente, para no dejar pasar la paródica escena que nos relata este rico documento:

Manifiesta el interesado que recibió una nota contenida en un sobre enviado por correo, por medio de la cual se le exige abandonar el territorio nacional por pertenecer a la ORGANIZACIÓN OJO POR OJO,[70] lo cual es falso. Indica que sospecha de los sindicados por haber tenido un juicio de familia, entablado por la señora Marta Julia Villela Jiménez, juicio que gano. Por lo anteriormente expuesto y por ser las únicas personas en que puede sospechar de querer intranquilizarlo o hacerle daño, solicita que elementos de esta Policía sigan las investigaciones del caso y se proceda de acuerdo con la Ley. (LOS DOS PRIMEROS DE LOS NOMBRADOS TRABAJAN EN EL HOSP. SAN VICENTE.)[71].”[72]

Por carecer de documentos adjuntos a la denuncia del quejoso que demuestren que se le dio algún tipo de seguimiento por parte de las autoridades policiales, no podemos más que suponer que dicha queja fue archivada al día siguiente por lo los detectives, siendo completamente desestimada en base al conocimiento interno de la propia institución policiaca que tanto el quejoso Ordoñez Mogoyon como los por el sindicados, no pertenecían a las organizaciones aludidas en el documento, por lo que el silencio institucional de la autoridad del Estado pudo ser una manera de propiciar que el problema se resolviera al interior de la propia familia, para evitar gastar tiempo y recursos en perseguir un riña de conocidos, cuando el verdadero enemigo ya operaba en la cada día más violenta tacita de plata.[73] 

Los desmanes y los casos de suplantación se cometen a ambos lados de los bandos armados en lucha, por ejemplo dos días antes, el 2 de diciembre se presenta la queja del señor Roberto Esteban Hernández García, de 43 años de edad, casado, de oficio Sastre, originario del occidental departamento de Huehuetenango y vecino de la capital con domicilio en la 6ª. Av. 7-57 de la zona 19, en la populosa Colonia La Florida.[74] Expone Hernández García en su declaración, que el día domingo 29 de noviembre, se encontraba en su taller se sastrería, ubicado en la dirección antes referida, a donde llego posteriormente el sindicado Nery Alvarado “…tomado de licor en compañía de (…) Antonio Alvarado”, continua el quejoso con la exposición de los hechos “…Nery Alvarado iba tomado de licor y le dijo: que por cuanto le aplanchaba[75] un pantalón, y le contesto que él cobraba la suma de Q. 0.25 Cts, pero que en ese momento no tenía tiempo, entonces éste [Nery Alvarado][76] le dijo que se lo aplanchara porque él era de la JUDICIAL[77] y le enseño el CARNET, seguidamente le dijo que le diera un trago [de guaro] porque tenía ganas de tomar, lo cual le contesto que no podía dárselo porque no tenía dinero; seguidamente se dirigió a un sobrino de la parte interesada [Hernández García] que en ese momento se encontraba en el taller y le dijo: “CON PALABRAS TEXTUALES [Nery Alvarado], TENGAN CUIDADO, PORQUE YO SOY GUERRILLERO Y SOY DE LOS QUE DOY AGUA”[78], el otro [Antonio Alvarado] que andaba con él viendo tales amenazas, se lo sacó a jalones lo cual fue a petición del interesado para evitar una tragedia.”[79]

El anterior embrollo nublado por el vapor del alcohol esconde tras de sí, un rutinario desenvolviendo característico de una guerra civil, donde los sujetos en contienda y algunos otros, pasan de ser testigos pasivos, a instrumentalizar el cada vez más exaltado clima bélico que se mueve por debajo del retal de las practicas diarias de los agentes de seguridad del Estado y sus enemigos declarados, así como de los vecinos de un barrio cualquiera, recordando a Ordoñez Mogoyon y su particular conflicto familiar relatado arriba; haciendo victimas en personas como el laborioso sastre Roberto Esteban Hernández García, y victimarios en los desplantes alcohólicos de amenaza del policía Nery Alvarado.

Amenazas que en esta situación son lo bastante graciosas, por el nivel de vehemencia de las contradicciones a las que alude nuestro bebido agente del orden público, diciéndose primero miembro de la brutal Policía Judicial para convencer al sastre de hacerle el planchado, para inmediatamente después salir con la careta de un guerrillero benevolente que coloquialmente avisa primero y golpea después. Todas estas actitudes que acompañados de malos tragos, son solo el fondo de un escenario donde los ciudadanos cada día más, se ven cercados por el fuego cruzado de un enfrentamiento social sin paralelo, duelo que irá marcando los tiempos en los que se desarrollara la cruenta guerra civil en su escenario guatemalteco y los años del plomo que van desde 1970 hasta mediados del decenio de 1980. El documento antes de agotar para nosotros una diáfana imagen del revanchismo popular trastocado por el clima de guerra civil entonces dominante, anuncia por medio del manuscrito a pie de página de la copia de la denuncia, que indica: “Que vea este caso el Inspector General”[80] prueba de que los desmanes alcohólicos del agente de policía fueron comunicados por el Cuerpo de Detectives al superior inmediato en la cadena de mando de la Policía Nacional, para que fuera reprendido por faltas graves al reglamento interno de la institución.

Pero el rastro colateral que deja la sombra de la insurgencia en los documentos históricos se va extendiendo hasta dejar un caso tan paradigmático como el que denuncia el 2 de diciembre el señor “…Gilberto Valenzuela Castillo, de 35 años de edad, casado, Oficinista, originario y vecino de ésta Capital, con domicilio en 20 calle 7-62 zona 1, hijo de Francisco Valenzuela y Maria Luisa Castillo, con cédula de vecindad No. A-1, rego, 160 639.,…”[81] El asunto de la denuncia es literalmente: “INVESTIGACIÓN SOBRE ESTABLECER LA VERACIDAD DE ANÓNIMOS ADJUNTOS, DE AMENAZAS DE MUERTE contra el señor JOSE LUIS Gabriel [sic] apellido, Propietario de la Fabrica ´ASEROS[82] DE GUATEMALA´.”[83] En la denuncia Valenzuela Castillo sindica por sospechas a “…RIGOBERTO RODRIGUEZ, domicilio en 18 Ave. 11-13 zona 6; RODOLFO PEREZ, domicilio 17 avenida “A” 10-51 zona 6, y MIGUEL ANGEL JIMENEZ, domicilio en la. Calle # 26 Colonia Sausalito, zona 6. Ex–empleados de la Fábrica aludida.-[84] Por las características esenciales de este caso, nos permitiremos trascribir literalmente el contenido toral de la denuncia:

Expone el presentado que en la mencionada Fábrica desempeña el cargo de Jefe de Personal, y viene en representación y au[t]orizado por el señor Propietario de la misma, para poner en conocimiento de ésta Policía que en el mes de Octubre del año en curso donde por medio de las siglas ´FAR´ lo amenazan de muerte, y en el mes de Noviembre del año en curso, recibió por correo otros dos sobres (cartas) fechadas ambas, 23 de Octubre[,] 2 de Noviembre y 26, del mismo mes, respectivamente, según lo demuestran los sellos postales, lo mismo en ambos anónimos se le amenaza de MUERTE, por haber despedido a varios trabajadores de la fábrica amparados con las siglas (FAR).,

Continúa Valenzuela Castillo, jefe de personal de la que es hasta nuestros días la poderosa compañía Aceros de Guatemala, parte integral del gran capital nacional:

Hace constar que en el mes de Noviembre próximo pasado, fueron despedidos los sindicados, pero se les cancelo totalmente sus prestaciones, como consta en los Finiquitos que para el efecto se adjuntan para que sean cotejados en la oficina respectiva de Identificación en esta Institución, así como tres reportes de trabajo para que también sean cotejados con la letra de RIGOBERTO RODRIGUEZ sindicado como principal sospechoso, se adjuntan también tres ANONIMOS y tres sobres pequeños para que sean sometidos al cotejo correspondiente.,

En tal virtud, se ruega que por medio de Detectives de ésta Institución, se proceda a la investigación correspondiente y de resultar culpables los sindicados, que se les deduzcan las responsabilidades correspondientes de ley.,”.[85]

Efectivamente los folios adjuntados al archivo de este caso, revelan que la situación denunciada por Valenzuela Castillo representando al dueño de la fábrica Aceros de Guatemala, el industrial Jose Luis Gabriel, mereció el interés de los detectives, ya que estos refirieron las evidencias facilitadas por Valenzuela Castillo –las recurrentes amenazas anónimas, firmadas supuestamente por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)–.

El Jefe del Cuerpo de Detectives tuvo respuesta el 18 de diciembre, cuando el Perito Criminalístico[86] Calixto Pérez Sazo[87] en el “…INFORME GRAFOTECNICO EN RELACIÓN A LA DENUNCIA No. 4906…” procedió al “…al estudio grafístico de las cartas de AMENAZA DE MUERTE, que bajo las siglas de ´F.A.R.´ fueron enviadas al señor José Luis Gabriel (…) A fin de identificar al autor de los manuscritos”.[88]

Del análisis especializado de Pérez Sazo a las “…tres cartas anónimas con sus respectivos sobres; así como las muestras escriturales tomadas de exprofeso en esta Sección [de Identificación][89]; a los señores: RODOLFO PEREZ BATRES, RIGOBERTO RODRIGUEZ VALDEZ y MIGUEL ANGEL JIMENEZ. [Sindicados de ser autores de los anónimos]”.[90] A continuación Perez Sazo explica de manera concisa sus hallazgos:

COTEJO:

Comparadas que fueron las grafías de las personas sospechosas y las de los Documentos Cuestionados; se descarta la participación de los señores; RODOLFO PEREZ BATRES y RIGOBERTO RODRIGUEZ V.- Por ser globalmente diferentes, a las escrituras cuestionadas,-

En cuanto a la grafía del señor MIGUEL ANGEL JIMENEZ, existen concordancias de extremos importantes, lo que indica su identificación.[91]

El informe grafológico se extiende y nos deja distinguir la pericia con la que contaba la PN, particularmente el Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) y su Cuerpo de Detectives, pericia que ignora alevosamente casos de amenazas de ciudadanos comunes como Jaime Rene Ordoñez Mogoyon, amenazado en una nota similar, aparentemente por la misma organización revolucionaria. Mientras en casos de alto vuelo, que implican hipotéticamente a la misma organización armada, pero que la variante se encuentra en la persona a la que va dirigida dicha amenaza, pues esta vez, esta es en contra de uno de los integrantes del ala industrial de burguesía guatemalteca. Cambia no solo el interés, sino la minuciosidad del procedimiento demostrando el interés estratégico de los organismos de seguridad del Estado que tenía sobre las FAR como organización y no como un artilugio fantástico de vecinos y obreros para la intimidación de terceros, fueran estos sus familiares o sus ex patrones.

Así lo deja ver el Perito Criminalístico Pérez Sazo que no deja duda de su capacidad técnica y teórica sobre el arte de la escritura criminal, con no poca disciplina científica:

Antes de entrar en materia, deseo indicar que es un principio axiomático que el anonimista modifica más o menos profundamente su gesto gráfico; con el fin de imposibilitar su identificación a posteriori.[92] En tales circunstancias, le introducirá a su grafismo, formas, dimensiones e inclinaciones distintas. Estas características o ´Modus Operandi Criminal´, es conocido por los expertos en grafística como, “FALSEDAD POR DESFIGURACION” o que dá lo mismo a una variedad de fingimiento.-[93]

La minuciosidad de Pérez Sazo no hace desplantes a su egolatría, enfermedad propia de los especialistas de todos los tiempos:

En Virtud de los argumentos técnicos que preceden, Edmond Locard, Policíologo Francés, aconseja; partiendo del principio que: “LOS IDIOTISMOS IDENTIFICADORES SON AQUELLOS QUE SE PRESTAN MENOS APARENTES” ( Pág. 231. Manual de Tecnica Policiaca. Cap. de EXAMEN PERICIAL DE LOS DOCUMENTOS ESCRITROS). Dicho en otros términos; son aquellos que escapan a la imitación, como al disimulo y por lo cual una persona no versada puede no considerarlos; de lo que establece, que a pesar de la desfiguración intensional o de “Motu-Propio”, por medio de los métodos Técnicos-Cientifíco-Policíales; es perfectamente factible la identificación.

DICTAMEN PERICIAL:

Sistemáticamente revisé y cotejé los Idiotismos o Características gráficas, encontrando una serie de concordancias o gestos idénticos entre la escritura del señor MIGUEL ANGEL JIMENEZ y las cuestionadas. Saltan a la vista, sin mayor esfuerzo, las concordancias, por medio de las signaléticas rojas que detallan lo aseverado. Por ser estas características tán numerosas, no dejan lugar a dudas.-[94]

La charlatanería técnica del perito criminalistíco Perez Sazo sigue una página más, dando los insumos técnicos y teóricos que sirvan posteriormente a juzgador para resolver en los tribunales el delito mencionado, si llega a tribunales a pesar del clima bélico que engulle al país. En este punto es necesario recalcar que Rigoberto Rodríguez Valdez ha sido desmarcado como principal sindicado por el informe grafotécnico, situación apremiante en la que lo había colocado el jefe de personal de la fábrica Aceros de Guatemala, misma situación sucede con Rodolfo Pérez Batres; mientras Miguel Ángel Jiménez ha sido identificado como autor material de los anónimos amenazantes bajo las siglas de las FAR.

Ya para terminar este ilustrativo caso de amenaza por suplantación de los que se acusaba a los obreros finiquitados en una poderosa fábrica de la burguesía industrial de país; decimos por suplantación porque a la luz de los documentos del AHPN disponibles en este caso particular no tenemos rastros del procedimiento que se aplicó al infortunado Miguel Ángel Jiménez identificado como autor de las amenazas; queda entonces la incógnita de saber si este era realmente miembro de las FAR o del PGT,[95] o simplemente un obrero bastante sagaz al que el tiro de ingenio síntoma velado de la eterna lucha de clases, le termino saliendo por la culata.

Un gringo desaparecido

El día 9 de diciembre de 1970 queda registrado en la Sección de Quejas y Denuncias del Cuerpo de Detectives de la Policía Nacional, con la Denuncia No. 4976, el asunto que el ciudadano estadounidense Jack Edward Moore Jr.  hace sobre la desaparición desde el 30 de noviembre pasado de su hijo, el también norteamericano pero residente que trabaja en Guatemala,  John Edward Moore, del que no se tiene noticias desde la mañana de dicho día, cuando este se dirigía a su oficina en No. 0-25 de la Calzada Aguilar Batres, en la zona 12 de esta capital.

El padre del desaparecido también hace saber en la referida denuncia, que su hijo salió con Q. 250.00 para la compra de timbres fiscales en la Administración de Rentas, así como que es de su conocimiento que el vehículo en el que se transportaba era un Pickup marca Ford, placas P-33-347, de color blanco; y que dicho vehículo fue encontrado en San José Pínula, localidad situada a varios kilómetros de la capital.[96]

El caso toma relevancia el 11 de diciembre de 1970, cuando una misiva del Teniente Coronel Vicente Morales Monterroso, Jefe del Cuerpo de Detectives de la PN, con el membrete de “Zonas Militares”[97] dirigida al Señor Coronel de Infantería DEM, Jefe de la Segunda Sección del E.M.G.E[98] en respuesta al oficio del día anterior con el No. 2-2668-1C, “…por medio del cual se solicita la información que se tenga sobre establecer el paradero del norteamericano John Edward Moore, quien desapareció el 30 de noviembre pasado.”[99], por la importancia de la información contenida en el documento para la investigación, nos permitimos a continuación recobrarlo literalmente, lo que contesto el Cuerpo de Detectives a la solicitud de información que hacia el EMGE; demostrando la importancia que tenía para el ejército nacional y su alta comandancia cualquier caso criminal que oliera a operaciones de la guerrilla:

Al respecto le informo que en este Cuerpo suscribió denuncia al respecto, el señor JACK EDWAD MOORE JR. Con domicilio temporal en el Hotel Bilmore, Apro.519, o calzada Aguilar  Batres 0-25 de la zona 12 y que como resultado de las investigaciones efectuadas, se estableció que el 9 del presente, a las 14 horas, en dirección oriente hacia donde se dirige la corriente del Rio Motagua, ya en jurisdicción de Concuá, de San Juan Sacatepéquez, cuando el señor ALFONSO ESCALANTE PEREZ, se dirigía a bañarse a la poza denominada ‘El Silencio’, pudo constatar que se encontraba el cadáver de una persona por lo que dio el aviso respectivo al Comisionado Militar del lugar, quien por estar el cuerpo en nueva jurisdicción, aviso de inmediato a donde correspondía, siendo así como se constituyera el señor RAFAEL QUINTANILLA PORRAS, Juez de Paz local, asociado de su secretario y del Sub-Jefe de la Policía Nacional, Cap. MARIO AUGUSTO GAMEZ CARRASCOSA y el Agente ADALBERTO OVIDIO JIMENEZ MORATAYA, los cuales procedieron a rescatar el cadáver y remitirlo al Anfiteatro Anatómico del Hospital General, donde se estableció que el mismo correspondía al de la persona que se buscaba o sea ‘JOHN EDWARD MOORE SIRCOSTA III, de 27 años de edad, casado, con instrucción, originario de EE.UU. y vecino de esta capital, con domicilio en la 6ª. Calle 0-25 de la zona 12, Industrial, casado con la señora MARIA ELENA CIFUENTES, hijo de Jack Moore y de Rose Sircosta, era moreno claro, pelo negro lacio, ojos castaños, nariz recta, boca y labios regulares y media 1.80 de estatura, de complexión[100] fuerte, barbado y velludo, se estableció además que el deceso de tal persona se atribuye a contusiones de cuarto grado en el cráneo con fractura del mismo y hemorragia subdural, presentaba perforaciones de proyectil, con entrada en la región auricular derecha, cuyo proyectil se quedara alojado en la base craneal, presumiéndose ser de calibre 38 especial. El día de ayer, el cadáver fue recogido por familiares y a bordo de la ambulancia placas 45899, de Funerales Alcázar. Siendo conducido bajo toma de razón de la Policía Nacional No.4800, al Aeropuerto Internacional, de donde a las 19:40 horas, fue embarcado como CARGA en el vuelo 516 de la Cía Aérea PAN AMERICAN, con destino a San Francisco California, Estados Unidos. Se siguen las investigaciones para dar con los responsables.”[101] Sigue… “Sin otro particular, quedo de usted, atento y seguro servidor, sella el Teniente Coronel de la Policía Vicente Morales Monterroso Jefe del Cuerpo de Detectives de la Policía Nacional.[102]

La extraña desaparición del ciudadano norteamericano John Edward Moore se saldará aún con un intercambio de cartas, primero la que contiene el informe preliminar de la investigación producido por el Inspector No. 4 Víctor Manuel Quiñonez Jefe de la Sección Auxiliar de Tribunales del Cuerpo de Detectives de la PN.[103] Que le remite al Jefe del Cuerpo de Detectives, toda la información que a esa Sección de Investigaciones le ha dado a conocer el encargado de la zona militar que comprende la localidad de Concuá entre el departamento de Sacatepéquez y de Baja Verapaz en el centro norte del país. Los intercambios burocráticos entre el Estado Mayor General del Ejército y el Cuerpo de Detectives de la PN, comparando y asimilando la información recabada del homicidio de John Edward Moore se detienen.[104]

Hay dos telegramas del presidente Carlos Arana Osorio, fechados en el Palacio Nacional el 5 y el 7 de diciembre del 1970, en los que se remite respuesta a Maynor de León Sandoval, gerente administrativo de la compañía Trébol Chatarra Metales, con la dirección 6 Calle 0-25 zona 12 –Guatemala, misma donde laboraba en vida John Edward Moore.[105] En el legajo del caso archivado en el AHPN solo se conservan los giros de ambos telegramas, el contenido esta fuera del alcance –por ahora– de esta investigación. En este punto es propicio detenernos a comprender la importancia de dos telegramas personales del entonces presidente al que fuera en vida del desparecido John Edward Moore, su patrón. Seguramente el presidente recibió personalmente el informe del caso, al cual por los telegramas enviados, podemos súper que le presto una atención cuidadosa, pues el caso pasaba de ser el simple desaparecimiento de un norteamericano, a la posible operación de secuestro de las FAR que fallo, dando como resultado el asesinato de Moore Sircosta III. 

Trascurren cinco meses desde la repatriación de los restos del norteamericano, cuando Larry E. Lane, Cónsul de los Estados Unidos de Norteamérica en Guatemala dirige una carta el 15 de mayo de 1971, donde “…ruega se sirva enviar un reporte de la investigación que hasta hoy día ha sido efectuada por la Policía Nacional…”[106] sobre el asesinato de John Edward Moore III. Tres días después, el 18 de mayo de 1971 el Teniente Coronel de Policía, Vicente Morales Monterroso Jefe del Cuerpo de Detectives de la PN contesta a la misiva del Larry E. Lane, confirmado todo lo ya sabido por cónsul y “Agregando que por parte de este Cuerpo se siguen las investigaciones para dar con los responsables de tal hecho, pero hasta la fecha los resultados han sido negativos, por lo que se continuara con las mismas.”[107] Así termina las peripecias del extraño asesinato del industrial norteamericano John Edward Moore Sircosta, en un intercambio de cartas entre la embajada de los EE.UU y el jefe de detectives de la PN.

El paisaje de Concuá  

Lo que sabemos a la luz de los retratos de los supervivientes de esa aventura guerrillera, es que en 1962 se constituye la columna guerrillera 20 de Octubre, nombre en honor a la gesta de 1944; al mando se encontraba el coronel revolucionario Carlos Paz Tejada que desde la caída de Jacobo Árbenz se encontraba en situación de rebeldía dentro delas filas del Ejército, con militantes del clandestino Partido Guatemalteco del Trabajado (PGT) y de sus juventudes comunistas, que después de su III Congreso celebrado en 1960, acordaron apoyar todas las formas de lucha en el infructuoso camino hacia la revolución, que había dejado la derrota del segundo gobierno de la revolución democrática de 1944 a manos del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y el establecimiento de la contrarrevolución en junio de 1954.[108]

El llamado destacamento 20 de octubre del PGT, fue el que le dio sus fuerzas a la que sería una de las primeras guerrillas en Guatemala, la llamada Guerrilla de Concuá, que junto a miembros del Partido Unidad Revolucionaria (PUR) y revolucionarios independientes y sin organización, establecieron en el municipio de Granados, al sur del Departamento de Baja Verapaz, fronteriza con el departamento de Sacatepéquez, donde ocho años después aparecería el cuerpo de John Edward Moore. Esa primera intentona guerrillera fue sitiada y exterminada por el ejército entre los días 12 y 13 de marzo de 1962, cayeron en combate 13 de sus 23 miembros fundadores, los restantes fueron a parar al penal de máxima seguridad de Salamá, cabecera departamental de Baja Verapaz, entre ellos Rodrigo Asturias, hijo del premio nobel de literatura Miguel Ángel Asturias.[109]

Ocho años más tarde del alzamiento de los primeros guerrilleros en Guatemala, la localidad de Concuá vuelve a ser noticia con el hallazgo del cadáver del ciudadano norteamericano desaparecido a finales de noviembre de 1970. Las evidencias dejadas en la documentación nos permiten especular sobre el no resuelto hasta ahora, asesinato de John Edward Moore III, por un lado la vinculación simbólica que tenía para los grupos armados como las FAR la localidad donde se alzara la primera intentona guerrillera y por el otro, la rápida investigación que las autoridades militares establecieron acerca del paradero en que se descubrió el cadáver. A unos y a otros se les podría ligar el asesinato o ajusticiamiento del norteamericano. Como veremos más adelante, las fuerzas de las FAR que operaban en la ciudad estaban lo bastante activas para no descartar que fuera un secuestro fallido lo que derivara en la muerte de John Edward Moore III.

Un atraco bancario frustrado

Mientras se llevaban adelante las pesquisas y los intercambios escritos entre el Estado Mayor General del Ejército (EMGE) y la jefatura del Cuerpo de Detectives de la PN a raíz de hallazgo del cadáver del norteamericano John Edward Moore, el Auxiliar de Tribunales dependiente del mismo Cuerpo de Detectives a través de un informe de hechos fechado el 11 de diciembre, relativo al asunto: “Relacionado al asalto, cometido en la agencia ‘Granai Towson’ situada en la avenida Brasil y Bulevar 20 de Octubre No. 0-06 Colonia La Florida zona 19, el día de hoy a las 09:50 horas”[110].

En esta los agentes Benedicto Ruiz Ramos, detective No. 11; Rubén Conde Solórzano detective No. 156; y Ángel Mario Estrada Herrera, detective No. 248[111] informan que “…A las 10:05 horas recibieron una llamada por medio de la planta de Radio F.M de esta institución, en la cual se nos ordenó que nos constituyéramos en la agencia ‘Granai Towson’[112] ubicada en la avenida Brasil y Bulevar 20 de Octubre – 0-06 Colonia La Florida de la zona 19, con el motivo de investigar el asalto que momentos antes se había cometido en dicha agencia,…”[113], la narración continua, los oficiales pasan a describir que el robo fue frustrado por la pronta intervención del agente de policía del banco David Tenas Gómez, que repelió el ataque, resultando Tenas Gómez herido de bala calibre 45 en la pierna y en el brazo izquierdo, a raíz  del enfrentamiento también resultaron heridos la señora Violeta Rivera de Alfaro con herida de bala en la boca, el señor Leonardo Montes Hernández en el brazo derecho, las tres personas fueron conducidas a bordo de la unidad No. 31 de la Cruz Roja Guatemalteca, al Centro No. 1 del I.G.S.S.[114]; gracias al minucioso informe de los tres detectives sabemos “…que dichos asaltantes, llegaron en un número aproximado de nueve individuos desconocidos y a bordo de dos vehículos, siendo estos el primero según informaciones recabadas en el lugar de los hechos, una camionetilla color gris, marca ‘Renolt’ de cuatro puertas, con placas salvadoreñas numero P-31-202, el segundo vehículo color celeste marca ‘Ford’…”[115] al cual no le identificaron las placas.

Los agentes hacen “…constar que en dicha refriega le fue robada el arma de su equipo al agente Tenas Gómez, consístete en una escopeta calibre 12”[116], de igual manera adjuntan la declaración que las oficinas del Cuerpo de Detectives hiciera por escrito la señora Marta Estela Barrera Silvestre, quien fue testigo ocular de los hechos.[117] Los detectives integran hacia el final del informe un hecho precedente que parece estar conectado al asalto, por lo cual nos daremos la libertad de copiar textualmente:

“No esta demás hacer del conocimiento del señor jefe, que según investigaciones que realizamos fuera de esos hechos, el día 9 de los corrientes el agente de la Guardia de Hacienda Carlos Huberto Sánchez Cardona, que presta sus servicios en San Cristóbal frontera del Departamento de Jutiapa, de orden del Sub-Jefe Máximo Superior y bajo conocimiento del Jede de Aduanas de aquel lugar fue nombrado para que como custodio condujera una camionetilla color gris marca ‘Renolt’, de cuatro puertas, con las placas salvadoreñas P-31-202, hacia la Aduana Central de esta capital, por no pagar los respectivos impuestos aduanales, siendo conducido por el piloto y dueño Mario Adrián Juárez Herrarte, con domicilio en la 7ª. Calle 0-17 de zona 1, de esta capital. Pero es el caso que siendo las 22:35 horas, al llegar a la altura de la 9ª. Av. Entre 12. y 13 calles de la zona 11, se encontraban parados dos individuos para él desconocidos, habiendo parado al instante el conductor de este vehículo, diciéndole al agente que estos eran sus amigos y que les hiba[118] a dar jalón en el mismo vehículo, pero al momento de introducirse al interior del citado vehículo, uno de los le aplico al agente la llave denominada ‘El Chino’, mientras el otro en compañía del chofer lo golpearon fuertemente en diferentes partes del cuerpo despojándolo de su equipo, seguidamente lo bajaron del vehículo quedando inconsciente, y estos se pusieron en precipitada fuga, deduciéndose que sean estos los mismos sujetos/ intentaron cometer tal ASALTO.-”[119].

De esta manera concluye el informe preliminar de los tres detectives al Jefe del Cuerpo de Detectives de la PN, sobre el asalto frustrado sucedido esa mañana en la populosa zona 19 de la capital.

En otro informe fechado ese mismo 11 de diciembre,[120] esta vez de la Sección de “Hurtos y Robos”[121] del Cuerpo de Detectives, los agentes Manuel de J. Orellana y Orellana, detective No. 2; Gregorio Enrique Solares, Detective No. 88; y Lauro de J. Ramos, detective No. 9,[122] informan sobre los avances investigativos que tuvieron cuando estando en la agencia bancaria asaltada en zona 19, se les constituyo “Al mismo tiempo recibimos ordenes por medio de la planta de radio F.M., para que procediéramos a la localización del automóvil, placas P-8597, marca ‘Buick’, color turqueza[123], modelo aproximado 1967, ya que se sabía que en él, se conducían los desconocidos…”[124] del frustrado asalto bancario.  

La localización del Buick turquesa placas P-8597, llevo a los tres detectives a la agencia Equi-gas, ubicada en la 41 calle 8-69, zona 8, “…en donde nos abocamos con el señor Clement Gosch Wegner..."[125] y continua el informe “…ya que comprobamos que al pertenecer dicho vehículo que buscábamos, quien al ser interrogado preliminarmente sobre el paradero del automóvil, manifestó que en su domicilio, por lo cual nos dirigimos a ella, en donde comprobamos que efectivamente allí se encontraba, por lo que hacer de su conocimiento que había sido utilizado para cometer un hecho delictivo al margen de la ley, este no tuvo ningún obstáculo, para acompañarnos a estas oficinas, en donde fue sometido a interrogatorio, para poder esclarecer la forma en que sucedieron los hechos antes apuntados…”[126].

La declaración que Clement Gosch Wegner hace al Cuerpo de Detectives son ricas en contenido, pues descubren el modus operandi de los cuadros de la insurgencia urbana de las FAR. La declaración va así “…que el día de hoy a eso de las 8:00 horas, cuando llegaba a bordo de su automóvil, a su oficina, (Agencia Equi-gas)” (…) “fue sorprendido por un individuo desconocido, quien lo obligo bajo amenazas de una escuadra calibre 45, a que se corriera hacia el centro del asiento delantero, y le diera el volante, al mismo tiempo otro desconocido entro al auto por la puerta izquierda, siempre con una escuadra calibre 45, quedando en medio de ambos, y en forma similar en la parte de atrás se introdujo otro desconocido, tomando rumbo por el hospital Roosevelt, zona 11, indicándole que eran elementos de las FAR, y que el auto les serviría para ‘un trabajo…’ pero que después de ello se lo devolverían., Dejándolo abandonado en un sitio baldío ubicado en los campos del Roosevelt y 9ª. Avenida de la zona 11., pero antes de hacerlo le quitaron su billetera en la que contenía Q.130.00 aproximadamente, su cedula de vecindad, por lo que al manifestarles que no tenía como regresar a su domicilio, estos le hicieron entrega de Q.2.50 y le preguntaron el número de su teléfono.”[127] Gosch Wegner después no pocas pericias regreso a su oficina, donde informaría a un conocido que tenía a su hermano como el entonces Director General de Migración, buscando desmarcarse de esa manera de las acciones que el grupo hiciera con su vehículo. 

Gosch Wegner “Agrego que a eso de las 10.45 horas, recibió una llamada telefónica a su residencia, en donde reconoció la voz del[128] desconocido que iba al lado derecho dentro de su auto, indicándole que el mismo ya lo podía recoger en la colonia ‘Molina de las Flores’ zona 11, habiendo constatado que efectivamente allí se encontraba frente a la casa 49-37, zona 11, y 3ª. Calle. H habiéndolo encontrado con los vidrios bajos, en perfecto estado de funcionamiento, y percatándose que no tuviera algún artefacto terrorista en el baúl, con las llaves que encontró en el cenicero del auto, hizo una revisión minuciosa, y después de 11ª, se lleco su auto a su residencia particular…”[129] El día siguiente al asalto, en el que ya hemos visto han participado tres grupos de policía, involucrando a nueve detectives en las pesquisas que ayuden a la identificación y captura de los individuos que protagonizaron el robo frustrado en la agencia bancaria de la populosa colonial la Florida. 

El caso se vuelve de relevancia para los organismos de seguridad del Estado hacia el final del día 11, cuando el Jefe del Cuerpo de Detectives, el ya conocido Teniente Coronel Vicente Morales Monterroso refiere la declaración literal de Clement Lew Gosch Wegner al director General de la Policía Nacional[130], ya la policía sabe en su jerarquía interna que el robo frustrado a la agencia bancaria de la Colonia la Florida en el sur de la ciudad capital ha sido llevado adelante por efectivos que se reclaman integrantes de las FAR. La acción pasa de ser la persecución de un cotidiano crimen común a ser uno de los ejes de acción del Estado contrainsurgente en construcción.

Al día siguiente el mismo Jefe de Detectives refiere la misma declaración que Gosch Wegner hiciera el día anterior al Cuerpo de Detectives al Ministro de Gobernación[131] y al entonces Presidente Constitucional[132] de la Republica, el general Carlos Arana Osorio[133]. La declaración literal del referido Gosch Wegner es rica en cuanto que va perfilando al que para esa fecha se constituye como el llamado enemigo interno en las lógicas institucionales de un Estado burgués acosado desde las sombras, es entonces el perfil de la subversión comunista en el país, el que relata la victima: “…en cuanto al otro de mi derecha, es el único que al verlo podría reconocerlo fehacientemente, puesto que-[134] fue el que llevó la palabra en toda la operación, quien era aproximadamente de 1.50 a 1.55 de estatura, de cuerpo mediano o sea complexión regular, de unos 22 años, pelo negro recortado lacio de tres centímetros, peinado para el frente sin caer a la cara, de tez morena, bien parecido, con nariz recta, boca y labios regulares, vestía sweter color café obscuro, pantalón azul obscuro, quien se comportara con toda educación hacia mi persona, indicándome que ‘eran miembros de ‘Las Far’ y, que necesitaban mi vehículo para utilizarlo en una operación, por lo que solicitaban mi cooperación’.”[135] Sigue con la identificación social de los sujetos “Si puedo manifestar que estas dos personas eran jóvenes, dándome la impresión de ser estudiantes.”[136] La riqueza de la declaración del secuestrado contrasta con la amputación narrativa que hacen los detectives en sus informes.

Como se ha anunciado arriba, la investigación policial del día 11 de diciembre del 1970 es interrumpida por la importancia estrategia y militar de la guerra que contra la insurgencia a declarado el gobierno de Carlos Manuel Arana Osorio, es así que el expediente de este atraco se detiene cuando la policía hace de conocimiento de la presidencia y del ministerio de gobernación de otro foco de acción de la subversión en la ciudad de Guatemala.

Especulaciones y comentario final

Llegando al final de esta pequeña recopilación de casos criminales que nos han dejado ver brevemente y de manera superficial las prácticas de investigación criminal que al interior de la desaparecida Policía Nacional (PN), así como su Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) y su potente fuerza ejecutora y operativa, el Cuerpo de Detectives; recopilación y análisis del que podemos entonces empezar a ver luces sobre el comportamiento disímil que los aparatos de seguridad pública-civil del Estado burgués Guatemalteco va tomando para la época.

Instituciones de vigilancia, identificación, persecución y represión criminal y política que se ven trastocadas por el enfrentamiento bélico del momento, expresión esto último, de las características de lucha franca y abierta que había tomado la guerra de clases, durante el periodo en el que el país era dominado por un fuerte régimen de dictadura cívico-militar que le dio aire y fuerza a la trasformación interna de los clásicos órganos de seguridad pública –la policía– hasta vincularlos al interés particular que había tomado la dominación burguesa en su brutal competencia por detener la subversión de la oposición armada, en la visión global de un poderoso régimen contra revolucionario, que perdura hasta nuestros días.

Es entonces estas páginas una pequeña contribución a desmadejar los mecanismos que previamente le dieron base material y idiosincrática, al terror contra revolucionario que se colocaría, no solo por encima de las organizaciones guerrilleras –oposición armada–, sino contra toda aquella persona que cumpliera los parámetros establecidos previamente por los mecanismos de un Estado burgués acosado en su supervivencia, así como la mentalidad irradiada por la clase dominante hacia la institucionalidad del Estado, que trastocaría el carácter clásico de la PN como guardia civil.

La burguesía cuyo poder fue cuestionado a lo largo y ancho del país, no solo por la guerrilla, sino por la oposición de todos los signos y colores, así como por la movilización social, efervescencia social de un mundo que entraba en una nueva etapa de revolución hacia finales de la década de 1960 y durante toda la década 1970; solo pudo ratificar su hoja de ruta por medio de complacer el poder absoluto a militares y policías –de una mentalidad cada vez más castrense– en la tarea permanente de aplastar cualquier subversión, incluso con el peligro que conllevaba asimilar a toda la población en el bando contrincante.

Es así que enemigo pasa a estar dentro de las fibras de la sociedad; podemos entonces decir a pesar de lo reducido de este bosquejo sobre los documentos del AHPN que la lenta construcción del llamado enemigo interno, se fue arraigando no solo en la generalidad de la sociedad, sino al interior de las propias instituciones de seguridad pública, como lo era la PN.

La Policía Nacional, el DIC y su Cuerpo de Detectives contradecían a la luz de los casos criminales estudiados, la clásica formalidad de los organismos de seguridad pública-civil de los Estados burgueses, por ejemplo comprándolo con los de la vieja Europa y el Estado norteamericano. Claro está que en una sociedad atrasada como la nuestra, donde la moderna idea del Estado-nación llego con atraso, cuya formación y arraigo fue brutal y lenta –en algunas características, aun inconcluso–

Dándonos la libertad de especular a la luz de los documentos contenidos el Archivo del Departamento de Investigaciones Criminológicas –DIC–, en la sección correspondiente al Cuerpo de Detectives de la desaparecida Policía Nacional (PN), que la muerte sospechosa de John Edward Moore pudo producirse durante el desarrollo de un secuestro político de las FAR, como el que días después se perpetró contra el también norteamericano, Clement Lew Gosch Wegner; los golpes en la cabeza pudieron deberse a la reticencia de John Moore por colaborar con los rebeldes, facilitando su vehículo para el robo de banco que después se llevó acabo con el vehículo de Gosch Wegner. El uso excesivo de fuerza contra Moore, pudo terminar con su ajusticiamiento a manos de los rebeldes, acción que los mismos anunciaron a Gosch Wegner que usarían, si este se resistía. 

La logística operativa de las FAR varió poco con respecto a ambos secuestros, en ambos casos, el fin principal de la operación fue frustrado. La juventud y la poca pericia de los militantes de las FAR, terminó en todos los casos, costándoles no solo el fracaso de sus acciones, sino el dejar tras de sí cabos que conducían tras de sí a las fuerzas de seguridad del Estado contrainsurgente que se venía gestando. El Estado entonces muestra en el intercambio epistolar y documental de los informes policiales, las cartas de solicitud y los partes policiales sobre el terreno, que se van fundiendo los organismos de seguridad civil –como la PN– con los organismos de seguridad militar, como fuera en ambos casos dirigir la comunicación, la investigación y lo referente a los casos al ejército o al Estado Mayor Presidencial (EMP).

Una investigación más seria conducirá definitivamente a hacer una radiografía más global sobre las acciones en las que estuvieron directa o indirectamente relacionados miembros activos de las Fuerzas Armadas Rebeldes de Guatemala, durante el periodo de reconstitución estratégica y logística de sus frentes en las montañas, que en los años finales de la década de 1960 encuentran la base fundamental para el relanzamiento de la ofensiva guerrillera, no solo en el oriente del país, donde las FAR fueron casi completamente destruidas por el ejército, sino en otros lugares que con el resurgimiento o el aparecimiento de otra organizaciones armadas, harían de la década de 1970, la década de la extensión y profundización de la lucha revolucionaria, no solo en el capo, sino en la ciudad.

Anexos

El clima de guerra que se inaugura con el gobierno de Carlos Arana Osorio, queda manifiesto el viernes 27 de noviembre de 1970, cuando el rotativo El Imparcial[137] en su número 15832, coloca en primera plana el cateo que hiciera el Ejército Nacional a las instalaciones de la pública Universidad de San Carlos (USAC) –violando la autonomía constitucional– y de las privadas Universidad Rafael Landívar (URL) y Universidad Mariano Gálvez (UMG). Ya la universidad toma el carácter de ser un frente más en el enfrentamiento entre el Estado burgués y la llamada subversión revolucionaria.

Ese mismo día (27 de noviembre del 1970), el rotativo El Imparcial en el mismo número (No. 15832) anuncia el asesinato del Licenciado Julio Camey Herrera el día anterior; Camey Herrera que junto al Licenciado Alfonso Bauer Paiz y el Licenciado Oscar Adolfo Mijangos López, formaban parte de la comisión universitaria para EXMIBAL, situación que los puso en abierta contradicción de los intereses del Estado, volviéndolos blanco de la violencia paraestatal imperante en la época.

    

El Imparcial anuncia el sábado 28 de noviembre (No. 15833) los capturados por irrespetar el Toque de Queda vinculado al Estado de Sitio vigente en todo el país.

En día lunes 30 de noviembre El Imparcial (No. 15834) se informa descaradamente la conmemoración de la Autonomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), mientras en la misma primera plana, más abajo se replica el Comunicado de Prensa del Departamento de Relaciones Publicas del Ejercito, donde se justifica el cateo de la pública y autónoma USAC en clara violación de su autonomía, así como de las privadas URL y UMG.

En ese mismo número de El Imparcial (No. 15834) se informa de la fusión de la conocida hasta ese momento como Policía Judicial, con la Policía Nacional (PN). En la Columba siguiente se informa del estallido de una bomba en el predio de la conocida concesionaria de automóviles Cidea. Cuyos dueños son parte de la burguesía comercial importadora del país.

El Imparcial del martes 1 de diciembre de 1970 (No. 15835) se da informe de la completa fusion de la brutal Policia Judicial (PJ) con la Policia Nacional (PN). El mando centralizado de un cuerpo de seguridad del Estado que habia funcionado hasta ese entonces como organo de inteligencia civil secreta (PJ), es un claro ejemplo del interes que tiene el gobierno de Carlos Arana Osorio de que no haya ya doble esfuerzo que pueda entorpecer la lucha del Estado contra la subversion. La unidad en el mando de la policia y sus diferentes organos, debe estar entonces encaminada a golpear fuertemente a los grupos revolucionarios que operan en el pais.

El Imparcial (No. 15835) se informa sobre el recurso de Exhibicion Personal que hicieran por el paradero del ciudadano de los Estados Unidos John Edward Moore III.

El Imparcial del miércoles 2 de diciembre del 1970 (No. 15836) replica en la primera plana el Comunicado del Ejercito sobre el Atentado sufrido el día anterior por el Lic. Alfonso Bauer Paiz. En dicho comunicado el Ejército desmarca al gobierno como autor del atentado, incluso se presta a especular sobre la autoría de dicho ataque armado en las filas de los grupos de extrema derecha o de izquierda, que buscan que la opinión pública culpe al gobierno de tales acciones.

Así termina el Comunicado del Ejército que replica El Imparcial, sobre el ataque al catedrático, representante ante el Consejo Superior Universitario (CSU) e integrante de la comisión para el estudio de las concesiones que en el atlántico guatemalteco el gobierno planea hacerle a la EXMIBAL.

El sabado 5 de diciembre de 1970, El Imparcial (No. 15839) informa que la Policia Nacional (PN) cateo la sede de la Asociacion de Estudiantes Universitarios (AEU), ubicada en en ese entonces en la 10ª avenida A, entre 5ª. y 7ª. calle de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala.

En la primera plana de El Imparcial del viernes 11 de diciembre de 1970 (No. 15844) se informa del asalto bancario a la agencia del Granai & Townson, de la populosa Colonia La Florida, en la zona 19 de la Ciudad Capital.

 Así termina en la 6a página y 5a columna de El Imparcial del 11 de diciembre (No. 15844) el informe periodístico sobre el asalto frustrado a la agencia bancaria Granai & Townson ubicada en la Colonia La Florida, de la zona 19 de la Ciudad Capital.

Fuentes Documentales

“Estafa callejera en la zona 1 de la capital”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3098990, folio 1, del 1 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3098990?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Informe de Detectives sobre violación del Estado de Sitio vigente”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099005, folio 1, del 1 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099005?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Informe de Detectives sobre riña en cantina La Nueva”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099019, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099019?d=1970#page/1/mode/1up

“Robo de alhajas en la zona 15 de la capital”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099024, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099024?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Violación y Estupro de Miriam Magdalena Perez Guillen”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099039, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099039?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Robo de máquinas de calcular eléctricas”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099063, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099063?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Aparatoso accidente de tránsito en la zona 12”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099362, folio 1, del 3 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099362?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Informe de baleado”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099353, folio 1, del 30 de noviembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099353?d=1970#page/1/mode/1up

“Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099603?d=1970#page/1/mode/1up

“Amenazas de muerte por escrito, a nombre de las FAR”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099414, folio 1, del 4 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099414?d=1970-1979#page/1/mode/1up

“Amenaza de muerte a un sastre”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099027, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099027?d=1970#page/1/mode/1up

“Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/1/mode/1up

“Informe de Ronda de los Detectives 64, 154 Y 174”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099539, folio 1, del 7 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099539?d=1970#page/1/mode/1up

 “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099865, 9 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/1/mode/1up

“Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3100082, 11 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/1/mode/1up

Bibliografía

Casals, Marcelo, La larga duración del autoritarismo chileno. Prácticas y discursos anticomunistas camino al golpe de Estado de 1973. Revista de Historia y Geografía, 29. Santiago de Chile: 2013.

Concheiro, Elvira; Modonesi, Massimo; Gutiérrez Crespo, Horacio. El comunismo: otras miradas desde América Latina. México: UNAM, 2007.

Monsanto, Pablo. Somos los jóvenes rebeldes. Guatemala Insurgente. Guatemala: F&G Editores, 2013.

Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala –ODHAG-. 1998-. Informe del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica –REMHI–, Tomo II: Los Mecanismos del Horror.  Guatemala: Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. 1998.                                                  

            Recuperado en: https://www.odhag.org.gt/html/tomo2c1.htm

 

[1] Revolución iniciada con la insurrección popular nicaragüense, conducida por la guerrilla pequeñoburguesa del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y que fuera abortada por esa misma direccion mucho antes de ser expulsada del poder por la intervención de los Estados Unidos (guerra de baja intesidad) y la victoria electoral de la Unión Nacional Opositora (UNO) en 1990, que llevo a la presidencia a la viuda del caudillo de la burguesía opositora anti somocista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, la señora Violeta Barrios de Chamorro. Para indagar en este heroico capítulo de la lucha de los centroamericanos por su liberación y la abolición del moderno régimen neo colonial, véase la esencial obra: NICARAGUA (1979-1990): La Revolución Abortada de Orson Mojica Álvarez, recobrado en https://www.elsoca.org/index.php/publicaciones/libreria/3444-nicaragua-1979-1990-la-revolucion-abortada  (15.12.2019).

[2] Este debate silenciado por las “autoridades” de la izquierda guerrillerista travestida al onegerismo parasitario y reformista, es solo la representación de la derrota que en todos los niveles sufrieron las fuerzas revolucionarias a manos de su enemigo de clase, con la no poca ayuda benevolente del oportunismo en las propias filas de los grupos revolucionarios. Llegando al punto, de perder en el campo de batalla más esencial de la guerra ideológica, que no es otro que la lucha por la narrativa histórica.

[3] Compartimos en este estudio la tesis principal del marxista británico Eric Hobsbawm en su extensa obra: Historia Del Siglo XX, en la cual sostiene que el corto siglo pasado inaugurado con la Revolución de los Soviets en Rusia, demostró el miedo intransigente de las burguesías al cambio social y su derriba reaccionaria que ha sembrado a mil millones de muertos en guerras imperialistas en todo el mundo, por extender mercados y guerras civiles para preservar el orden social heredado de la restauración conservadora de 1848. En Guatemala este siglo fue aún más corto, pues el siglo XX llego a Guatemala con la caída de la burguesía oligárquica liberal encabezada por el felón Jorge Ubico Castañeda y el posterior establecimiento de una efímera democracia pequeñoburguesa, durante la llamada primavera democrática, iniciada el 20 de octubre de 1944 y ahogada en sangre por los mercenarios liberacionistas al servicio de la CIA y del Departamento de Estado de los Estados Unidos en junio de 1954.

[4] Las FAR nacieron a la vida pública a finales de 1962, después de largas jornadas de efervescencia social, conocidas en la tradición de lucha del pueblo guatemalteco, como jornadas cívicas de marzo y abril (1962); movilizaciones populares e insurreccionales que fueron derrotadas por las maniobras del gobierno y por la deriva terrorista del Estado burgués guatemalteco, deriva que permanece hasta nuestros días.

[5] La Policía Nacional disuelta, como uno de los Acuerdos de la Paz Firme y Duradera, firmada entre el Estado burgués guatemalteco y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) en diciembre de 1996; posteriormente remplazada in vitro por la Policía Nacional Civil (PNC). 

[6] En los documentos veremos cómo se va trastornando las categorías policiales: “criminal común”, “personas fuera de la ley” con la de comunista, subversivo y terrorista.

[7] La Real Academia de la Lengua Española recoge el significado de subversión como: Acción y efecto de subvertir. Puede entenderse entonces que es el subversivo es el sujeto tendiente a cambiar el orden establecido.

[8] Marcelo Casals. “La larga duración del autoritarismo chileno. Prácticas y discursos anticomunistas camino al Golpe de Estado de 1973”. Revista de Historia y Geografía, 29 (2013), pp. 31-54.

[9] Bastara al lector buscar en Google las noticias sobre el AHPH para indagar en la férrea lucha que ha establecido el gobierno guatemalteco contra la verdad documental que guarda silenciosamente este archivo.

[10] «La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes.» Marx y Engels en el “Manifiesto del Partido Comunista” de 1848.

[11] Se conoce como Guerra Sucia a la etapa en que los diferentes Ejércitos Nacionales de América Latina, habían hecho suyas las técnicas contrainsurgentes aprendidas en la imperial Escuela de las Américas, en Panamá. Las artes de la guerra convencional fueron trastocadas por las nuevas reglas de la guerra irregular, que permitía a los asesores norteamericanos enseñarle a sus pares latinoamericanos las mejores técnicas para destruir a un enemigo no convencional, como lo son las guerrillas. La guerra no posee ya un espacio físico determinado, ni adversarios definidos por banderas o vestimenta de combate; desde ese momento el enemigo debe asumirse como un sujeto que se esconde y desarrolla sus actividades dentro de la misma población civil, que se vuelve entonces el centro de operaciones de combate.

[12] Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG-. 1998. Informe del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica –REMHI-, Tomo II: Los Mecanismos del Horror. Guatemala: Nunca Más. Guatemala: Oficina del Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. 1998. Recuperado de: https://www.odhag.org.gt/03publicns.htm

[13] La afirmación es del original.

[14] -ODHAG-, Los Mecanismos del Horror.

[15] Vilma Liliana Franco. “El Mercenarismo corporativo y la sociedad contrainsurgente”. Revista Estudios Políticos, 21 (2002), pp. 55-82.

[16] El DIC y su Cuerpo de Detectives coordinará con el Cuarto Cuerpo de la Policía las operaciones de limpieza social durante los años más violentos de la guerra.

[17] En este trabajo se evitara dar cualquier tipo de concesión política a las guerrillas y al guerrillerismo como estrategia revolucionaria que a la luz de la historia ha demostrado ser errónea, siendo el autor de estas líneas un convencido marxista-revolucionario, solo rescatare el heroísmo de los hijos e hijas del pueblo que lucharon desde las filas de los diferentes grupos guerrilleros por la revolución, aunque la estrategia de lucha revolucionaria fuera erada al querer sustituir la voluntad revolucionaria del pueblo, por el ultra vanguardismo, el mesianismo y el voluntarismo de un grupo o de una columna de barbudos en contraposición de la organización popular de las masas, su elevación del nivel de consciencia y vinculada esta última al desarrollo de la realidad concreta.

[18] Elvira Concheiro; Massimo Modonesi; Horacio Gutiérrez Crespo. El comunismo: otras miradas desde América Latina. México: UNAM, 2007, pp. 435-437.

[19] El Oriente de Guatemala comprende los Departamento de la región de Nororiente: Chiquimula, El Progreso, Izabal y Zacapa. Así como los del Suroriente: Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa.

[20] Nos referimos al poeta militante Otto Rene Castillo (ORC), capturado y asesinado junto a su compañera Nora Paz Cárcamo, por una patrulla militar en la zona militar de Zacapa, comandada en ese momento por el Coronel Carlos Arana Osorio, el Chacal de oriente.

[21] Pablo Monsanto. Somos los jóvenes rebeldes, Guatemala insurgente. Guatemala: F&G Editores, 2013. pp. 110-135.

[22] Como se le conoce a las trabajadoras del hogar.

[23] Documento tipo cartilla, que funciono como la identidad personal de curso legal de la época.

[24] “Estafa callejera en la zona 1 de la capital”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3098990, folio 1, del 1 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3098990?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[25] “Informe de Detectives sobre violación del Estado de Sitio vigente”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099005, folio 1, del 1 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099005?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[26] “Informe de Detectives sobre violación del Estado de Sitio vigente”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099005, folio 1, del 1 de diciembre 1970.

[27]  “Informe de Detectives sobre violación del Estado de Sitio vigente”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099005, folio 1, del 1 de diciembre 1970.

[28] “Informe de Detectives sobre riña en cantina La Nueva”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099019, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099019?d=1970#page/1/mode/1up

[29] Se conserva ortografía y redacción del original.

[30] “Informe de Detectives sobre riña en cantina La Nueva”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099019, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[31] Se conserva redacción del original.

[32] “Informe de Detectives sobre riña en cantina La Nueva”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099019, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[33] Trabajadora del Hogar.

[34] “Robo de alhajas en la zona 15 de la capital”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099024, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099024?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[35] “Violación y Estupro de Miriam Magdalena Perez Guillen”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099039, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099039?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[36] Las mayúsculas son del original.

[37] Se conserva la redacción del original.

[38] “Violación y Estupro de Miriam Magdalena Perez Guillen”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099039, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[39] Con esta denominación coloquial, elevada por propio puño y letra al orden de categoría, me refiero –y referiré– al comportamiento conservador emanado de la idiosincrasia dominante –conservadurismo– al interior de la burguesía y que a través de la historia ha sido diseminada e implantada en las creencias, comportamientos y modos de vida de las masas populares, haciendo de los valores conservadores de la clase dirigente, valores cachurecos del propio pueblo. 

[40] “Robo de máquinas de calcular eléctricas”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099063, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099063?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[41] “Aparatoso accidente de tránsito en la zona 12”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099362, folio 1, del 3 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099362?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[42] “Informe de baleado”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099353, folio 1, del 30 de noviembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099353?d=1970#page/1/mode/1up

[43] Una vez más a la luz de los documentos históricos oficiales de los propios cuerpos de seguridad de Estado, queda comprobado la constante similitud de atribucones que tienen el Cuerpo de Detectives de la PN y la Policía Judicial, para la época ya sin un despacho claro, como recoge el propio documento aquí estudiado.

[44] “Informe de baleado”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099353, folio 1, del 30 de noviembre 1970.

[45] Se conserva la redacción y la ortografía del original.

[46] “Informe de baleado”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099353, folio 1, del 30 de noviembre 1970.

[47] Aunque mal escrito el nombre del Licenciado Alfonso Bauer Paiz, no hay duda que hace referencia al que fuera en vida un personaje referente de la izquierda guatemalteca. Abogado, notario, escritor y político, con tan solo 26 años participo de la gesta revolucionaria de octubre de 1944. Posteriormente fue diputado del Congreso durante el tiempo que duro la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG) integrada por el ciudadano Jorge Toriello Garrido, el entonces Capitán del ejército Jacobo Árbenz Guzmán y el Mayor Francisco Javier Arana. Durante el primer gobierno de la perdida primavera democrática precedido por el Dr. Juan José Arévalo (1945-1951) ocupo los cargos de Subsecretario de Economía y Trabajo, Subjefe del Departamento de Fomento Cooperativo, Magistrado Coordinador de Trabajo, Ministro de Economía, fue fundador de los Tribunales de Trabajo en el marco de la aprobación del Código de Trabajo (1947), Miembro destacado de las primeras Juntas Monetarias, Presidente del Colegio de Abogados de Guatemala (1950-1951). Durante el segundo gobierno de la revolución democrático-burguesa dirigido por el Coronel Jacobo Árbenz Guzmán, (1951-1954), se desempeñó en los siguientes cargos: Gerente General del Departamento de Fincas Nacionales y Gerente y Presidente del Banco Nacional Agrario, fundado en el marco de la aprobación del Decreto No.900 (Ley de Reforma Agraria). A la caída del corto régimen democrático en Guatemala, se asilo en la Embajada de México, posteriormente se despeño en varios cargos en Cuba con la venia del propio Ernesto Guevara de la Serna; de regreso a Guatemala del exilio dio catedra en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, así como en la de Ciencias Económicas de la USAC, como representante docente ante el Consejo Superior Universitario (CSU) fue llamado a integrar junto con los también profesionales Oscar Adolfo Mijangos López y Julio Camey Herrera la comisión que estudiara las concesión ilegal del níquel del país que preparaba el gobierno de Carlos Arana Osorio, por medio de Explotadora y exploradora Minera de Izabal, S.A. (EXMIBAL), subsidiaria de la canadiense International Nickel Company (INCO). El atentado aquí recobrado del AHPN contra el Licenciado Alfonso Bauer Paiz fue vinculado a los grupos armados paraestatales, después de los cinco meses que requirió la recuperación, se saldaron con la segunda salida al exilio de Bauer Paiz, que tuvo más suerte que los otros dos integrantes de la comisión universitaria EXMIBAL, pues tanto Oscar Adolfo Mijangos López, como Julio Camey Herrera fueron asesinados.

[48] La trascribirían está hecha respetando la ortografía y la redacción del original.

[49] “Informe de baleado”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099353, folio 1, del 30 de noviembre 1970.

[50] Es imperativo señalar que es la única evidencia que hemos encontrado en los documentos que en este estudio se analizan, de la presencia activa de un detective del sexo femenino.

[51] “Informe de baleado”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099353, folio 1, del 30 de noviembre 1970.

[52] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099603?d=1970#page/1/mode/1up

[53] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[54] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[55] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[56] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[57] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[58] Redacción del original.

[59] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[59] Redacción del original.

[60] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[61] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 1, del 4 de diciembre 1970.

[62] La Plaza Obelisco es una glorieta en el borde norte de la ciudad, que remata el final de la Avenida Reforma –en honor a la Reforma Liberal de 1871– con el inicio de la Ave. Las Américas –consagrada a las hermanas republicas del continente–, esto de Sur a Norte; así también conecta el Bulevar Liberación –ruta por la que entro el ejército liberal después de derrotar a las tropas gubernamentales conservadoras el 30 de junio de 1871– con el de los Próceres –de la independencia– de Este a Oeste. Es una plaza consagrada con su obelisco de inspiración napoleónica a la Declaración de la Independencia de la antigua Capitanía General de Guatemala del Imperio Español el 15 de septiembre de 1821, fue inaugurada el 19 de julio de 1935 por el dictador liberal Jorge Ubico, en el marco de la celebración del centenario del natalicio del caudillo del Partido Liberal Justo Rufino Barrios.

[63] Redacción y ortografía de original.

[64] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 2, del 4 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099603?d=1970#page/2/mode/1up

[65]  “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 2, del 4 de diciembre 1970.

[66] “Declaración Voluntaria de Jose Roberto Jop Rouge”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099603, folio 2, del 4 de diciembre 1970.

[67] Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) son herederas inmediatas del Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre (MR13), que era de inspiración nacionalista revolucionaria; la división al interior del MR13 será acentuada con la vía foquista de la Revolución Cubana, que tiene en el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) su mayor propagandista.

[68] No uso aquí el termino de manera despectiva, sino la categoría trabajada magistralmente por Eric Hobsbawm en su visionaria obra Rebeldes primitivos, España: Ariel, 1983. El guerrillerismo en su accionar y perspectivas demostraron asemejarse mucho a los grupos primitivos pre-modernos a los que se refiere la obra de Hobsbawm. Es tarea de otro trabajo problematizar e indagar sobre las latentes características que tienen los barbudos guerrilleros centroamericanos, y que los equiparan –hipotéticamente– a los movimientos rebeldes populares primitivos a los dos lados del océano. 

[69] “Amenazas de muerte por escrito, a nombre de las FAR”, Archivo Histórico de la Policía Nacional, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099414, folio 1, del 4 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099414?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[70] Conocida organización paramilitar de ultraderecha, vinculada al ejército y a la policía. Ligada a atentados, secuestros y ejecuciones de conocidos dirigentes de oposición al régimen; entre sus víctimas se puede enumerar políticos, sindicalistas y líderes populares.

[71] Las mayúsculas son del original.

[72] “Amenazas de muerte por escrito, a nombre de las FAR”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099414, folio 1, del 4 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099414?d=1970-1979#page/1/mode/1up

[73] Nombre que se le da desde el siglo XVIII a la Ciudad de Guatemala.

[74] “Amenaza de muerte a un sastre”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099027, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099027?d=1970#page/1/mode/1up

[75] Conservamos la ortografía y los modismos originales del documento.

[76] Este y los siguientes corchetes son nuestros.

[77] La Policía Judicial fue un cuerpo tecnico de investigaciones de la Policía Nacional (PN) del que se tienen noticias como Sección Secreta de la institución policial hasta entrado el siglo XX, durante el efímero gobierno del militar liberal José María Orellana (1921-1926) cuando se reglamentó a esta Sección Secreta; la conocida popularmente como Judicial, dependía directamente de la Direccion General de la PN hasta tiempos del dictador liberal Jorge Ubico (1931-1944), que la relego al control de la Secretaria de Gobernación y Justicia para poder ejercer personalmente sus capacidades; durante la llamada primavera democrática (1944-1954) la Judicial no desapareció, pero si cambio su nombre como la PN al de Guardia Civil. Después de la contrarrevolución de 1954, el mercenario entronizado en el poder Carlos Castillo Armas la nombro oficialmente como Policía Judicial; al año siguiente en 1955 se emitió el Decreto No.332, Ley Orgánica de la Policía Nacional, mediante la cual se creó el Cuerpo de Detectives de la PN, que paso a ser musculo operativo de la vieja DIC fundada durante el cabrerismo. Esto quiere decir que habían dos organismos al interior de la PN encargados de la investigación y de la mal llamada inteligencia civil, El DIC con su Cuerpo de Detectives y la Policía Judicial. Lo que separaba a la Judicial del Cuerpo de Detectives del Departamento de Investigaciones Criminológicas (DIC) era simple, el primero era de carácter secreto y el segundo de carácter público.  En los hechos la llamada Policía Judicial paso a ser uno más de los cuerpos de seguridad secreta del Estado burgués guatemalteco, entre sus tareas podemos mencionar: la elaboración de una abundante base de datos para aprender a los delincuentes y a sus cómplices en todo el país, usando un amplio arsenal de fotografías, características físicas detalladas, huellas dactilares, todo lo anterior recabado de los documentos legales de uso oficial expedidos por el Estado. De la Judicial desconozco trabajos serios de investigación, por lo que será tarea de investigadores más comprometidos develar la violenta historia que envuelve a los organismos de seguridad del Estado, y del que es testigo silencioso el AHPN.

[78] Redacción del original.

[79] “Amenaza de muerte a un sastre”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099027, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[80] “Amenaza de muerte a un sastre”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099027, folio 2, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099027?d=1970#page/2/mode/1up

[81] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 1, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/1/mode/1up

[82] Redacción del original.

[83] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[84] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[85] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 1, del 2 de diciembre 1970.

[86]  Así aparece su firma en el peritaje.

[87] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 5, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/5/mode/1up

[88] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 2, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/2/mode/1up

[89] El día 7 de diciembre tres detectives a bordo de la unidad No. 4364 fueron enviados a hacer las citaciones de los tres sindicados por amenazas anónimas. En esa oportunidad solo fue localizado Rodolfo Perez Batres quien acompaño a los oficiales a la Sección de Identificación; tanto Rigoberto Rodriguez como Miguel Angel Jimenez no fueron localizados, el hijo del primero dijo que no se encontraba en casa y la hermana del segundo dijo que este se encontraba fuera del país. Véase “Informe de Ronda de los Detectives 64, 154 y 174”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099539, folio 1, del 7 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099539?d=1970#page/1/mode/1up

[90] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 2, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/2/mode/1up

[91] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 2, del 2 de diciembre 1970.

[92] Se conserva la ortografía del original.

[93] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 2, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/2/mode/1up

[94] “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 3, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/3/mode/1up

[95] En las tres cartas referidas al grafotécnico Perez Sazo, además de la firma de las siglas de las FAR, también se puede ver las siglas del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), seguidas con aseveraciones como: “Nosotros estamos aliados al P.G.T y le mandamos un folleto para que se dé cuenta quienes somos nosotros.” Véase “Investigación sobre la veracidad de anónimos de amenazas de muerte”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099084, folio 19, del 2 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099084?d=1970#page/19/mode/1up

[96] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3099865, folio 2, del 9 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/1/mode/1up

[97] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 2, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/2/mode/1up

[98] Se refiere al Estado Mayor General del Ejército, cabeza político-militar de la institución castrense.

[99] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 2, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/2/mode/1up

[100] Se ha corregido algunas palabras y se ha hecho la escritura corrida a manera de optimizar el espacio de esta investigación.

[101] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 2, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/2/mode/1up

[102] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 3.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/3/mode/1up

[103] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folios 4-6, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/4/mode/1up

[104] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folios 11-15, del 10 de diciembre de 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/11/mode/1up

[105] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folios 25-26, del 5 y 7 de diciembre de 1970 respectivamente. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/26/mode/1up

[106] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, folios 28, del 15 de mayo 1971. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/28/mode/1up

[107] “Desaparición del norteamericano John Edward Moore”, AHPN, GT-PN-50-S002, del 18 de mayo 1971.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3099865#page/27/mode/1up

[108] Elvira Concheiro; Massimo Modonesi; Horacio Gutiérrez Crespo. El comunismo: otras miradas desde América Latina, pp. 436.

[109] Entre los guerrilleros caídos en combate están: Marcial Asturias –sobrino del Premio Nobel 1967 Miguel Ángel Asturias–, Roberto Cáceres, Mauro de León, Francisco de León, Guillermo Grajeda, Rodolfo Heller, Brasil Hernandez, Amado Izquierdo, Alfonso Jocol, Moises Quilo, Octavio Reyes, Jaime Reyes y Carlos Toledo.

[110] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, Archivos del Departamento de Investigaciones Criminológicas, Cuerpo de Detectives, documento 3100082, folio 1, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/1/mode/1up

[111] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 2, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/2/mode/1up

[112] La puntuación es del original, aunque se ha variado el estilo del documento que está elaborado totalmente en mayúsculas.

[113] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 1, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/1/mode/1up

[114] Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

[115] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 1, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/1/mode/1up

[116] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 2, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/2/mode/1up

[117] “Declaración por escrito de la señora Marta Estela Barrera Silvestre, testigo ocular del asalto”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 3-4, del 11 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/3/mode/1up

[118] Error del original.

[119] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 2, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/2/mode/1up

[120] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 5, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/5/mode/1up

[121] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 5, del 11 de diciembre 1970.

[122] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 7, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/7/mode/1up

[123] Error del original.

[124] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 7, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/6/mode/1up

[125] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 6, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/6/mode/1up

[126] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 6, del 11 de diciembre 1970.

[127] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 6, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/6/mode/1up

[128] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 6, del 11 de diciembre 1970.

[129] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 7, del 11 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/7/mode/1up

[130] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 12-14, del 11 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/9/mode/1up

[131] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 9-11, del 12 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/9/mode/1up

[132]  Este es su tratamiento, aunque de iure no lo sea. 

[133] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 15-17, del 12 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/15/mode/1up

[134] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 15, del 12 de diciembre 1970. https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/15/mode/1up

[135] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 16, del 12 de diciembre 1970.

https://ahpn.lib.utexas.edu/es/search/documento/3100082#page/16/mode/1up

[136] “Asalto de banco en la Colonia la Florida”, AHPN, GT-PN-50-S002, folio 16, del 12 de diciembre 1970.

[137] Periódico de línea editorial centro derecha conservadora, fundado por Alejandro Córdova, David Vela Salvatierra y Porfirio Barba Jacob, que circuló de manera nacional desde 16 de junio de 1922 hasta su último número, el 28 de junio de 1985.