Teoría e Historia

Por: Raúl Jiménez Lescas

Nace la Águila de la Revolución Mundial

 

Quien es feminista pero no es de izquierda carece de estrategia.

Quien es de izquierda, pero no es feminista caree de profundidad.

Rosa Luxemburgo

Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, Rosa Luxemburgo se acordaría de su infancia en Zamość, cuando su padre le enseñó las primeras palabras en ruso. Entonces Zamość era una pequeña aldea polaca oprimida por Austria, luego por el ducado y por el zar ruso. Se situaba al sureste de Polonia,  en el Voivodato de Lublin  a 20 kilómetros del hoy Parque Nacional de Roztocze. Había sido fundada hacia el año de 1580 por el Canciller y Hetman, jefe del ejército de la República de las Dos Naciones (formada por Polonia y Lituania) Juan Zamoyski, en la ruta comercial que unía Europa del Oeste y del Norte con el Mar Negro y contaba con pocos habitantes.

Ahí pasó, Rosita, sus primeros años, tras nacer el 5 de marzo de 1871, a unos días de la instalación de la Comuna de París por los obreros franceses. Tuvo otros 4 hermanos. Ella fue la más joven de la familia judeo-polaca de una holgada posición económica. No obstante, sus padres estaban en el camino de abandonar el judaísmo y se trasladaron a Varsovia. A los 5 años de edad contrajo una extraña enfermedad en la cadera que la dejó “cojita” toda su vida.

En Varsovia, Rosita fue, al parecer, una excelente estudiante.Estudió en la escuela secundaria y en 1887 se graduó con “excelentes calificaciones” dice su biógrafa Mary Alice Waters. De que era una mujer inteligente no hay duda aunque no tuviera buenas calificaciones en la secundaria. Por su brillantez intelectual se enroló en un círculo de estudios del Partido Proletario ligado a los Naródniki (populistas rusos) fundado en la década de 1860 cuya primera organización se llamó  Zemliá i Volia (“Tierra y Libertad”), que muchos años después, abanderaría Emiliano Zapata en México durante la Revolución de 1910.

A los 18 años cumplidos, Rosa se mudó a Zúrich, pues la policía rusa le había echado el ojo. Dice Mary Alice Waters que cruzó la frontera polaca-suiza en una carreta de un campesino que le puso un montón de heno en el cuerpo para despistar al enemigo. Yo lo creo. Así debió haber sido ¿sino cómo pasó la frontera?

Ahí en Zurich se le ocurrió la brillante idea de matricularse en la Universidad, que en ese entonces sí aceptaba mujeres para estudiar matemáticas y ciencias naturales. Ahí estaba Rosa en camino a mutar en Roja, la más roja de la bandera roja.

La Universidad era la más importante de Suiza y fue fundada en 1833 como la primera universidad europea creada por el Estado, en lugar de por un rey o la iglesia. Por ese carácter laico aceptaba a las mujeres, que como Rosa querían seguir estudiando y no pensaba en casarse para atender a su marido.

Hacia 1892 se le vio fundando el Partido Socialista Polaco (PSP en polaco: Polska Partia Socjalistyczna) dirigido por Józef Piłsudski (Józef Klemens Piłsudski de Kościesza) con un grupo de emigrantes. El evento político ocurrió en París el 17 de noviembre. Rosa ya era una marxista, activista e internacionalista. No se le cuadraba a nadie, ni a los jefes de la socialdemocracia internacional fundada por su abuelo político, Federico Engels. El programa del PSP se proponía luchar por “una República de Polonia independiente basada en principios democráticos” y, claro, luchar por una jornada laboral de 8 horas como estableció la Segunda Internacional Socialista en 1889. Al año siguiente, Rosa Roja se le vio en las manifestaciones para conmemorar el 1o de mayo de 1890 en honor a los “Mártires de Chicago” y por el establecimiento de la jornada laboral de 8 horas (de hecho, Rosa redactó un artículo brillante sobre el origen del 1o de mayo y lo ubicó no en Europa, sino en Australia).

Dice su también biógrafa, Raya Dunayevskaya que la “Entrada misma de Rosa Luxemburgo, en mayo de 1898, en la escena alemana, centro de la Segunda Internacional, conmovió la más prestigiada y numerosa de las organizaciones marxistas del mundo -el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD)-. Desde el comienzo, se vio en el centro de todas las discrepancias, las cuales no han cesado el día de hoy”.

¡Y que entrada! Rosa redactó su brillante obra contra el reformismo de Eduardo Bernstein (El socialismo evolutivo): Reforma o Revolución de 1899. Una joven de 27 años desafiando al teórico de la Socialdemocracia alemana y colaborador de, nada menos y nada más, que de Federico Engels.

Esa era nuestra Rosa, la Roja, la más roja de la bandera roja.

La revolución mundial desde los ojos agudos de Rosa Luxemburgo

El ambiente socialdemócrata alemán era de efervescencia porque se había construido un gran partido con influencia entre las masas a finales del siglo XIX. Llegaba a contar con un centenar de diputados y más del 30% de los votos. Tenía Universidades, escuelas, clubes, sindicatos y cuadros políticos de alto nivel. Marx había muerto en 1883 y Engels en 1895. Así que los socialdemócratas alemanes encarnaban la continuidad de los clásicos: Bernstein y Kautsky. Lenin y Trotsky se les cuadraban, pero Rosa Luxemburgo no.

Así que la Rosa ya Roja rompió con el PSP en 1894 con otros emigrantes para fundar otro partido, que años después se convertiría en el Partido Socialista Democrático de Polonia y Lituania (en polaco: Socjaldemokracja Królestwa Polskiego (SDKP). Al empezar el siglo XX, se amplió con la incorporación de un sector liderado por Feliks Dzierzynski y pasó a denominarse Socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania —en polaco, Socjaldemokracja Królestwa Polskiego i Litwy (SDKPiL) y en lituano Lenkijos karalystės ir Lietuvos socialdemokratija (LKLSD)—, también denominado Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania. Ahí estuvo la Rosa Roja, nuestra Rosa.

Lenin y Trotsky guardaban silencio frente a la degeneración reformista de Bernstein y Kautsky por respeto a los continuadores de Marx y Engels, pero Rosita ni maíz paloma: los desafió antes que esas lumbreras del comunismo ruso. Así que ella, se dio cuenta por ser miembro de la socialdemocracia alemana que Bernstein se había adaptado al capitalismo alemán que tenía mucho dinero para derramar entre los socialistas.

Bernstein planteó que el socialismo sería evolutivo, como Lombardo Toledano en México: el camino es apoyar al PRI para que se vuelva socialista. Pero se les cebó, pues los neoliberales se apoderaron del PRI, como la socialdemocracia del partido y apoyaron entrar a la Primera Guerra Mundial de 1914. Rosa, ingeniosa, aguda e inteligente vio antes que nadie ese proceso de degeneración.

Así que se sentó, tomó la pluma y empezó a redactar su magna obra: Reforma o Revolución. Yo la tengo en la edición de editorial Pluma de Bogotá de 1976.

¿Qué carajos dice esa obra magna de Rosita la roja?

Antes, un paréntesis JP Nettl fue un gran historiador de Rosa Luxemburgo, que escribió una larga y profunda biografía de nuestra Rosa, al grado de que The New York Times describió como un trabajo clásico que hizo plena justicia a su actividad política, contexto, contribuciones teóricas y personalidad. Y cada año, los alemanes van al panteón a honrar a la Rosa Roja, enterrada en el cementerio de Friedrichsfelde, que se ha convertido en “La Meca” de los socialistas, comunistas y trasnochados como yo.

Reforma o Revolución es la primera gran obra de nuestra Rosa, la Roja. Por su profundidad perdura en el tiempo y en el espacio, es el mismo debate en todos los partidos del mundo, por ejemplo, en MORENA el partido en el gobierno.

¿Qué pensaba Eduard Bernstein en 1897?

Resulta que este socialdemócrata alemán creía que el socialismo sería evolutivo, pues el capitalismo alemán lo permitía, cada vez más derechos, cada vez más concesiones a los trabajadores ¿por qué no concederles el gobierno? Así que Eduard Bernstein redactó sus ideas para la prestigiada revista teórica de la socialdemocracia alemana Neue Zeit entre 1897 y 1898, sentando la línea correcta y combativa para el partido más importante de la izquierda alemana. Después de publicar sus artículos, el tal Bernstein publicó un libro intitulado Die Voraussen des Sozialismus und die Aufgaben der Socialdemokratte (traduzco: Las premisas para el socialismo y las tareas de la socialdemocracia).

Pero Rosa lo refutó en Berlín, el 18 de abril de 1889. Ya era alemana, socialdemócrata y nuestra Rosa Roja, la más roja de la bandera roja.

¡Y que aparece nuestra Rosa Roja! Refutó todos los postulados “teóricos” de Bernstein a los 27 años cumplidos. Su obra se llama como ya lo señalamos Reforma o Revolución

La tal Rosita, la Roja, lo refuta. Madre mía. Una mujer, polaca, extranjera, de origen judio y no sé qué más… se peleó con el jefe de jefes de la socialdemocracia alemana. Mi comadre Rosa sí que tenía los tamaños necesarios: unos ovarios del tamaño de una sandía o más.

Para empezar, Rosa aclara que no se oponen a las reformas en el sistema capitalista. No estaba loca. Estaba bien cuerda, pero que las reformas llevarían al socialismo no lo creía. Así que dijo que para destruir la explotación capitalista se necesita una buena revolución, que además debería ser socialista.

Escribió en papel y con tinta: “Recién cuando la gran masa de obreros tome en sus manos las armas afiladas del socialismo científico, todas las tendencias pequeñoburguesas, las corrientes oportunistas, serán liquidadas. El movimiento se encontrará sobre terreno firme y seguro. ‘La cantidad lo hará’.”

Estaba en Berlín, era alemana y lo fechó el 18 de abril de 1899, antes que los jefes Lenin y Trotsky; era nuestra Rosa Roja, la más roja de la bandera roja.

Ser o no ser, esa es la cuestión. Reforma o Revolución, esa es la cuestión.

Así de cabrona la Rosa Roja.

Era cabrona y brillante la Roja (en polaco Róża Luksemburg). Rosa empezó burlándose del jefe de jefes. Era la Rosa Roja. Se burló de Bernstein con la siguiente frase en alemán que traduzco: “Si es cierto que las teorías son sólo imágenes de los fenómenos externos en la consciencia humana, debe agregarse, del tal sistema de Eduard Bernstein, que las teorías suelen ser imágenes inversas”.

En fin. Se peleó con los jefes de jefes de la socialdemocracia alemana. La más importante de la Segunda Internacional fundada por el jefe Federico Engels. Ella nos legó el concepto de “oportunistas” a los que “oportunamente” se ubican en la lucha por el poder. Esa era la agudeza de Rosa, la Roja.

Como dice Raya Dunayevskaya “... muestra el tipo de teórica, el tipo de personalidad, el tipo de activista que era Rosa Luxemburgo”. Yo lo creo no porque sea mi comadre, sino porque tenía razón.

A punta de fregadazos se posesionó en el más grande partido de la Socialdemocracia

Mundial. Los jefes la respetaban, aunque mujer, era la principal teórica de la socialdemocracia alemana. Tenía una amiga íntima, Clara Zetkin, que era muy pero muy respetada en la socialdemocracia alemana. Era tan cabrona como Rosa, pero mesurada. Rosa fue arrebatada. Tiraba cañonazos a todos. Era pues, bien cabrona, como se dice en México, pero yo estoy de acuerdo con ella.

Entonces según la lógica, en un café o algo por el estilo, Clara y Rosa idearon construir el 8 de marzo como un día de las “Trabajadoras del mundo”. No sé dónde fue, pero las cabronas nos impusieron dulcemente, como lo hacen las mujeres, el 8 de marzo como día internacional de las trabajadoras, que años después las Naciones Unidas los convirtieron en el Día Mundial de la Mujer.

Esa era la Rosa Roja.

¿Reforma o revolución?

Eh ahí el debate. En los últimos años del siglo XIX fue el tema que partió en dos bandos a la socialdemocracia internacional, agrupada en torno a las banderas de la Segunda Internacional (fundada el 14 de julio de 1889). Rosa tiró la primera piedra, le seguirán Lenin, Trotsky y los 38 delegados que se juntaron en Zimmerwald entre el 5 y el 8 de septiembre de 1915.

Las reformas son importantes en el capitalismo, pero para cambiarlo por un nuevo mundo, una nueva sociedad se requiere la revolución, sostuvo firmemente Rosa Luxemburgo, de ahí la importancia de sus textos ya compilados como libro en “Reforma o revolución”.

Rosa Luxemburgo tuvo razón. Los diputados socialdemócratas alemanes votaron en el Reichstag financiar la guerra con “bonos de guerra”. Los socialdemócratas votaron a favor de la propuesta e incluso, el PDA llegó a declarar una tregua con el gobierno, prometiendo abstenerse de declarar huelgas durante la guerra. La poderosa socialdemocracia alemana en la Primera Guerra Mundial. Los obreros alemanes lucharon contra los obreros europeos, cuando habían jurado unirse en torno a las banderas de la Segunda Internacional. Ahí murieron millones de personas. La Segunda Internacional estaba fracturada, muerta en vida.

Rosa no asistió a la conferencia de Zimmerwald porque estaba presa por oponerse con todas sus fuerzas a la guerra.

Rosa estaba presa. Entre 1904 y 1907 estuvo 3 veces presa. Pensó en el suicidio. La película de Von Trotta la captura muy bien. Rosa no se achicó, se dedicó en la cárcel a estudiar, leer y escribir. Como lo harían muchos presos políticos después, como José Revueltas en Lecumberri, en Ciudad de México después de 1968. Entonces Rosa se transformó en “Espartacus” (Espartaco). Junto a  Karl Liebknecht, Clara Zetkin y Franz Mehring, creó el grupo Internacional el 5 de agosto de 1914, el cual se convertiría posteriormente el 1 de enero de 1916 en la Liga Espartaquista, antecedente del Partido Comunista Alemán (PCA).

No era una autoridad en la Internacional Socialista, pero era muy respetada. Conoció a Lenin en Londres, en 1907, durante el V congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR). Se codeaba con las lumbreras internacionales de la Socialdemocracia pero tenía sus propios puntos de vista.

Así de cabrona era la Rosa Roja.

El Folleto Junius

El Folleto Junius es un espléndido trabajo marxista, lo dijo Lenin

Róża Luksemburg. Luchó con todas sus fuerzas contra la guerra y cayó presa. Los alemanes querían ir a la guerra. Róża Luksemburg no. Europa fue a la Primera Guerra Mundial. Un puñado de internacionalistas se opusieron y fueron a la cárcel. Se reunieron en Zimmerwald un año después.

Presa, Róża Luksemburg, escribió uno de sus textos más brillantes: Junios.

Decía: Desde hace tiempo se reconoce el 4 de agosto de 1914 como una de las fechas más negras en la historia del movimiento socialista internacional. En los meses que la precedieron se veía claramente que la guerra era inminente, y los partidos socialdemócratas de Europa occidental habían denunciado los planes de sus burguesías imperialistas.

El 4 de agosto, cuando los ejércitos de Alemania, Austria y Francia y los zaristas ya estaban en marcha, el Reichstag se reunió para discutir y aprobar los fondos necesarios para la guerra del Káiser. Con frases encendidas de condena, no del capitalismo alemán y del militarismo prusiano sino del enemigo zarista, el conjunto del bloque socialdemócrata del Reichstag, de más de cien diputados, votó a favor del presupuesto de guerra y la “defensa de la patria”.

Siguiendo las huellas del PSD -esa joya de la Segunda Internacional, el partido de la autoridad revolucionaria indiscutida, a la que todos consideraban modelo de internacionalismo proletario- la mayoría de los socialdemócratas franceses e ingleses también votaron el apoyo a sus respectivos gobiernos. Sólo en Rusia, Serbia, Polonia, Italia, Bulgaria y Estados Unidos la mayoría de los partidos socialdemócratas se negó a rendirse ante la ola de chovinismo y la histeria patriótica de la guerra.

Para las tendencias revolucionarias de la Segunda Internacional, el voto del bloque parlamentario socialdemócrata fue un golpe tremendo. Cuando Lenin recibió los diarios alemanes portadoras de la noticia, creyó que se trataba de una falsificación de la policía alemana. Rosa Luxemburgo, a pesar de su conocimiento íntimo del grado de degeneración oportunista alcanzado por el PSD, quedó anonadada.

No había osado extraer las conclusiones últimas de la podredumbre interna del PSD, aceptar el hecho de que el partido más grande e influyente de la Internacional fuera capaz de traicionar tan totalmente los principios más elementales del marxismo revolucionario sin siquiera tratar de negarlo.

Rosa se abocó inmediatamente a la tarea de agrupar al pequeño núcleo de socialdemócratas revolucionarios que repudiaron la posición oficial del PSD. Los primeros resultados fueron magros. Un mes más tarde, el 10 de septiembre, dos diarios suizos publicaron la noticia de que en Alemania había socialdemócratas que se oponían a la política oficial del partido. El comunicado llevaba las firmas de Karl Liebknecht, Franz Mehring, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo.

Liebknecht, a la sazón diputado en el parlamento provincial prusiano y en el Reichstag, se había manifestado rotundamente en contra del presupuesto militar. Había dirigido a los disidentes dentro del bloque socialdemócrata, pero se había sometido a la disciplina partidaria en la votación del 4 de agosto. Fue la última vez. Se unió inmediatamente a la oposición revolucionaria y, debido a su cargo público, se convirtió en su vocero principal. Al final de la guerra el nombre de Liebknecht era sinónimo de las fuerzas revolucionarias en Alemania.

En diciembre de 1914, cuando se votó un nuevo incremento de los fondos bélicos, el de Liebknecht fue el único voto en contra. El trabajo de organizar una tendencia sólida, coherente, procedía con suma lentitud. En la primavera de 1915 apareció el primer número de Die Internationale, que fue inmediatamente prohibido por el gobierno. Desde entonces se difundió mediante una red clandestina. Durante el transcurso de la guerra circularon ilegalmente las cartas Espartaco, primero mimeografiadas y luego impresas. Recién en el día de Año Nuevo de 1916, casi un año y medio después del comienzo de la guerra, delegados provenientes de toda Alemania se reunieron secretamente en el bufete de Liebknecht para crear el Gruppe Internationale, que aprobó las “Tesis sobre las tareas de la socialdemocracia internacional” como programa y el Folleto Junius como primera declaración política.

La Liga Espartaco

El Gruppe Internationale tomó el nombre de Liga Espartaco en noviembre de 1918 y fue el núcleo inicial del Partido Comunista Alemán, fundado a fines de diciembre del mismo año.

Durante la guerra surgió otro grupo de oposición. La camarilla centrista del bloque parlamentario socialdemócrata -que tenía pocas dudas respecto de la política oficial pero no quería comprometerse— se volvió más audaz a medida que avanzaba la guerra y su falta de popularidad en la clase obrera alemana fue en aumento. En diciembre de 1915, un año después de que Liebknecht emitiera su voto solitario de protesta, un total de veintisiete diputados votó contra el nuevo presupuesto de guerra y otros veinte se abstuvieron. Este grupo, llamado Grupo de Trabajo Ad Hoc, se convirtió en el núcleo del Partido Social Demócrata Independiente, fundado en enero de 1917, agrupación que osciló constantemente entre el PSD y Espartaco, siendo su única constante su falta de principios o de estructura.

Su dirección volvió al PSD al finalizar la guerra, mientras que buena parte de la base ingresó al Partido Comunista Alemán.

Por supuesto que el gobierno alemán quería a toda costa silenciar a sus críticos revolucionarios y logró enviar a la mayoría de ellos a prisión. Cuando comenzó la guerra Rosa Luxemburgo ya había sido sentenciada a un año de cárcel por un discurso antibélico pronunciado a principios de 1914. En octubre le fue negada la apelación y, aunque por razones de salud se le permitió postergar el cumplimiento de la sentencia, fue aprehendida en febrero de 1915. Mientras cumplía la sentencia redactó lo que posteriormente se conoció con el nombre de Folleto Junius.

Lo terminó en abril de 1915 y consiguió sacarlo de la prisión, pero dificultades de orden técnico, la falta de una imprenta y otros problemas, impedirían su publicación hasta abril de 1916.

Al mismo tiempo redactó las “Tesis sobre las tareas de la socialdemocracia internacional”. Tenía el propósito de presentarlas en la conferencia de Zimmerwald de socialdemócratas opuestos a la guerra, pero en virtud de un error de información respecto de la fecha de la conferencia y el secreto que necesariamente la rodeaba, los amigos de Rosa no pudieron sacar a tiempo de la prisión el borrador de las Tesis como para poder llevarlas a Zimmerwald.

Rosa Luxemburgo fue liberada en enero de 1916 y permaneció en libertad durante seis meses. Fue arrestada nuevamente en julio de 1916 y encarcelada sin juicio hasta que la primera oleada de la Revolución Alemana la liberó en noviembre de 1918.

Liebknecht, protegido parcialmente por sus fueros parlamentarios, permaneció en libertad hasta mayo de 1916. El Primero de Mayo de 1916 el grupo Espartaco resolvió organizar una demostración en el centro de Berlín. Había invitado al Grupo de Trabajo Ad Hoc a participar, pero cuando este grupo se negó, los partidarios de Espartaco lo hicieron solos. Varios cientos se reunieron en la Potsdamerplatz para escuchar a Carlos Liebknecht decir “¡Abajo el gobierno! ¡Abajo la guerra!” antes de que lo arrestaran.

Ante su arresto, los ex colegas de Liebknecht en el bloque socialdemócrata del Reichstag se apresuraron a quitarle su inmunidad. Puede medirse hasta qué punto se hundió la política reaccionaria del PSD durante la Primera Guerra Mundial en este discurso del diputado Landsberg:

[“Caballeros [...] vemos en Liebknecht a un hombre que quiso, apelando a las masas, obligar a declarar la paz a un gobierno que repetidas veces ha expresado su deseo de paz ante todo el mundo. [...] Esta guerra es una guerra por nuestros hogares [...] cuan grotesco fue su intento [...] cómo puede alguien imaginarse que [Liebknecht] podría influenciar al mundo, jugando a la alta política tirando panfletos, haciendo una demostración en la Potsdamerplatz [...] Comparad esta inestabilidad patológica con nuestra calma clarividente, sensata [del partido oficial] [...]”, (citado en Rosa Luxemburg, J.P. Nettl, Londres, Oxford University Press, 1966, p. 649.)

Liebknecht fue sentenciado en junio y su arresto detonó, para sorpresa de todos, la primera gran huelga política de la guerra. En diciembre de 1916 comenzó a cumplir una sentencia de cuatro años y un mes.

El verdadero título del folleto de Rosa fue “La crisis de la socialdemocracia alemana” y lo firmó con el seudónimo Junius. El nombre proviene probablemente de Lucius Junius Brutus, legendario patriota romano de quien se dice que dirigió una revolución republicana en la Roma clásica. También utilizó ese nombre un autor inglés no identificado cuyos ataques al ministerio del duque de Grafton aparecieron bajo la forma de cartas al diario londinense Public Advertiser en 1769-1772.

El contenido del folleto se refiere no tanto a la crisis del PSD como a las raíces y causas de la guerra. Dirigido a los obreros alemanes más conscientes, explica cuidadosamente los factores que hicieron que el holocausto fuera inevitable: es decir, los intereses de las clases capitalistas competidoras de Europa. Denuncia exhaustivamente los mitos con que el PSD justificó su apoyo a la guerra.

Lo que no trata de hacer, como explica Lenin en su comentario, incluido como apéndice al final de esta selección, es dar una explicación clara del derrumbe del PSD, ni de analizar el papel del grupo de Kautsky que, con el paso de los años, había capitulado cada vez más ante el ala derecha. Durante un cuarto de siglo se habían ido sentando las bases políticas y organizativas del 4 de agosto de 1914. Y el folleto tampoco da una perspectiva clara de qué hacer ahora, por dónde comenzar. Pero, como dice Lenin, a quien no le gustaban las alabanzas extravagantes, “de conjunto, el Folleto Junius es un espléndido trabajo marxista”.

En su comentario, Lenin se detiene largamente en dos errores que le pareció importante corregir: el error de afirmar que no habría más guerras nacionales y el error de hacer la menor concesión a la consigna de “defensa de la patria”.

Lenin comprendió plenamente la importancia de que semejante trabajo apareciera en Alemania y el papel que jugaría en la lucha contra el PSD. Saludó cálidamente al autor, a quien probablemente desconocía, y planteó sus críticas en un espíritu de colaboración fraternal con los individuos aislados que obviamente trataban de llevar las consignas revolucionarias hasta sus últimas consecuencias.

Tomado íntegro de la traducción inglesa que apareció por primera vez en un folleto de la Socialist Publication Society en Nueva York, 1918, con las firmas de Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Franz Mehring. Hemos omitido el capítulo cuarto, que hace una historia larga y detallada de la dominación del imperialismo alemán en los Balcanes y Asia Menor, sobre todo Turquía, en las dos décadas que precedieron a la guerra.

Los últimos segundos de nuestra Rosa Roja

Dice Lelio Bossa que nuestra Rosa Roja fue liberada de la cárcel el 9 de noviembre de 1918, un año después de la Revolución Soviética. Nueve días después asumió la dirección del periódico espartaquista Rote Face, donde incitaba a las “masas” a la rebelión. Estaba convencida de la Revolución Inminente para todo el continente. ¿Revolución política o social?

Escribió la Rosa: “El derrocamiento de la dominación capitalista, la realización del orden socialista: nada más que esto es el tema histórico de la presente revolución” (Der Anfang en rote Fahne del 18 de noviembre de 1918, hoy en ARS II, p. 594).

Ese es un “análisis de coyuntura” y no vaciladas. Así era la Rosa Roja. Tenía mucha prisa (yo también). Entonces a Lenin y Trotsky se les ocurrió fundar la III Internacional o Comiterm (Internacional Comunista), para dejar atrás a la socialdemocracia chovinista y partidaria de la Primera Guerra Mundial.

La Rosa Roja sería, pues la Rosa de la Internacional Comunista, pero la mataron con Karl Liebknechec. Clara Zetkin, su compañera del 8 de marzo, expuso en su libro “Un Rosa Luxemburgo Strelulung sur russia revolution (Verga der Lommunistechen Internacionale, 1922, p. 83) una crítica al proceso de insurrección de los espartaquistas a la Revolución Alemana de 1919.

Entonces llegó el 15 de enero de 1919, nuestra Rosa Roja y Karl Liebknechec fueron arrestados, nos recordó Basso:

“El cuerpo de Rosa fue echada a un canal, donde fue encontrada tan solo unos algunos meses después. ‘Karl y Rosa cumplieron su último deber revolucionario [...] escribió Leo Jogisches a [V. I.] Lenin apenas fue confirmada la noticia de su muerte: pocas semanas Jogisches arrestado, sufría la misma suerte”.

Dijo Roland Holst que la personalidad de la Rosa Rosa reunía la personalidad de la niña más alegre, la ternura de la mujer más tierna, la seriedad y la fuerza… Fue nuestra Rosa Roja. La única.

Pero Kar Kautsky escribió lo contrario: “Rosa Luxemburgo y sus amigos tendrán siempre un puesto de gran relieve en la historia del socialismo; de esta historia ellos personificaron una época, la cual ha llegado a su fin”.

Yo digo que aún no ha llegado a su fin. Para mi fracasó la Socialdemocracia o Internacional Socialista (donde aceptaron al PRI de México).

Lo que está vigente es la Revolución Permanente y la pandemia lo demostró: Socialismo o Barbarie, dijo nuestra Rosa Roja.

Como dijo Georg Lukács: Ha sido siempre portavoz insuperada, maestra y dirigente inolvidable del marxismo revolucionario.

"..El mundo de la mujer burguesa es su hogar.  En cambio, el hogar de la mujer proletaria es el mundo, el mundo entero, con todo su dolor y su alegría con su fría crueldad y su ruda grandeza.." RL.

..5 de marzo, 1871 Zamość, Polonia, entonces parte del imperio zarista.  Conmemoramos el Ciento Cincuenta y dos aniversario del natalicio de ROSA LUXEMBURGO,  "El Águila de la Revolucion" como la llamó Lenin. Quien entregó su vida por la lucha de los trabajadores.  'La fraternidad mundial de todos los trabajadores es para mí la cosa más elevada y más sagrada de este mundo, es mi estrella guía, mi ideal, mi patria. Prefiero renunciar a la vida que traicionar este ideal'

F. Mehring dijo una vez que Rosa era “la más genial discípula de Carlos Marx”. Brillante teórica marxista y polemista aguda, como agitadora de masas lograba conmover a grandes auditorios obreros. Uno de sus lemas favoritos era “primero, la acción”, estaba dotada de una fuerza de voluntad arrolladora. Una mujer que rompió con todos los estereotipos que en la época se esperaban de ella, vivió intensamente su vida personal y política.

Clara Zetkin, dijo:  "El trabajo y la lucha le infundían alientos. De sus labios rara vez salía un «no puedo»; en cambio, el «debo» a todas horas. (…) Luxemburgo, gran teórica del socialismo científico, no incurría jamás en esa pedantería libresca que lo aprende todo en la letra de molde y no sabe de más alimento espiritual que los conocimientos indispensables y circunscritos en su especialidad; su gran afán de saber no conocía límites y su amplio espíritu, su aguda sensibilidad, la llevaban a descubrir en la naturaleza y en el arte fuentes continuamente renovadas de goce y de riqueza interior. (…) Con una abnegación que no hay palabras con qué expresar, Rosa puso al servicio del socialismo todo lo que era, todo lo que valía, su persona y su vida"

La sobresaliente labor teórica y práctica de Rosa Luxemburgo, a través, tanto de sus obras escritas, como de su militancia, ha inspirado varias luchas en defensa de la dignidad humana y los derechos fundamentales, además de consolidarla como una de las figuras más importantes del pensamiento marxista y revolucionario del siglo pasado. Asimismo, su papel eminente en espacios políticos y académicos, que en su época estaban completamente dominados por varones, hacen que sea una figura destacada en la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres.

A ciento cincuenta y dos años del nacimiento de la rosa más roja de la Revolución.. ROSA LUXEMBURGO quien nos dijo..'Solo triunfaremos si no nos olvidamos de aprender'

La recordamos con agradecimiento y decimos, hoy más que nunca, ¡¡SOCIALISMO O BARBARIE!!

 

Fuentes

Basso, Lelio (1977). Rosa Luxemburgo. México. Editorial Nuestro Tiempo. Traducción de Gerardo Dávila.

Dunayevskaya, Raya (1985). Rosa Luxemburgo. La liberación femenina y la filosofía marxista de la revolución. México. FCE. Traducción de Juan José Utrilla.

Luxemburgo, Rosa (1976). Obras Escogidas. Colombia. Editorial Pluma. Tomo 1 y 2. Traducción de Daniel Acosta.

Nettl, JP (1974). Rosa Luxemburgo. México, Ediciones Era.

Internet

Michael R. Krätke. Rosa Luxemburg, una economista muy política, recuperado 06/03/20223 en: https://sinpermiso.info/textos/rosa-luxemburg-una-economista-muy-politica

Obras completas, digitalizadas, de la teórica marxista polaca, Rosa Luxemburgo, recuperado 06/03/2023 en: https://www.bloghemia.com/2019/01/rosa-luxemburgo-obras-completas.html

Película

Margarethe von Trotta (directora). (1986). Rosa Luxemburgo. (Film). República Federal de Alemania.

Fundación

Rosa-Luxemburg-Stiftung. sitio oficial: https://www.rosalux.de/