Presentación
Con algunas semanas de atraso involuntario, ponemos a disposición de nuestros lectores esta segunda edición de la Revista de Centroamérica. En esta ocasión, todos los artículos se refieren a los problemas que los revolucionarios enfrentamos en cada uno de los países de la disgregada nación centroamericana.
Guatemala ha sido históricamente un bastión de la reacción y de la contrarrevolución en la región, y al mismo tiempo un país de largas luchas de las masas indígenas. La represión brutal de la oligarquía y las diferentes dictaduras militares obligaron a muchos revolucionarios a empuñar las armas, en una desigual guerra de guerrillas que duró más de 40 años y que provocó un genocidio parcial de la población indígena.
Cuando se produjeron los Acuerdos de Paz en 1996, la guerrilla de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), a diferencia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, o del mismo Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua, la ex guerrilla guatemalteca no logró convertirse en un partido de izquierda con influencia de masas, y mas bien se disgregó en varios grupos que al final han producido una atomización política, mientras la reacción recupera o mantiene el control total del aparato del Estado. El articulo de Alejandro del Águila es un estudio minucioso de ese proceso, y una valiosa contribución al pensamiento de la izquierda centroamericana.
En relación a Honduras, tenemos dos análisis. Uno sobre el decimo aniversario del golpe de Estado del año 2009, y como se produjeron los cambios institucionales que convirtieron a Honduras en un narco Estado y, por supuesto, una narco-dictadura ejercida por el presidente Juan Orlando Hernández.
También tenemos un análisis detallado de la lucha del magisterio y los médicos de Honduras, librada en abril y mayo del 2019. Carlos Licona es un dirigente magisterial de base, y su análisis es un recorrido detallado de todas las etapas de la lucha enarbolada por la Plataforma en Defensa de la Salud y la Educación, y por que este no logró avanzar más.
No podía faltar nuestro análisis sobre la situación de Nicaragua, que fue sacudida por una poderosa insurrección cívica contra la dictadura Ortega-Murillo en abril y mayo del 2018, la que fue aplastada a sangre y fuego en los meses de junio y julio, con métodos fascistas. El resultado ha sido fatal para la lucha democrática. Estamos ante otra revolución democrática abortada. La represión en Nicaragua no permite la más mínima movilización. La estrategia de la dictadura Ortega-Murillo es conducir el proceso político a las elecciones del año 2021.
No habiendo posibilidad, por el momento, de retomar la lucha y la movilización callejera en Nicaragua, los grupos políticos que surgieron, como es el caso de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) discuten la posibilidad de librar la lucha en el terreno electoral, que actualmente es controlado absolutamente por la dictadura.
La verdad es que ir a elecciones sin cambios sustanciales en el sistema electoral fraudulento que logró montar la dictadura Ortega-Murillo, es poner la cabeza en la guillotina. Ante la imposibilidad de retomar las calles a nivel inmediato, una realidad objetiva que refleja un cambio en la correlación de fuerzas, ha tomado fuerza el debate sobre las reformas electorales que deben realizarse. Publicamos un extenso análisis del jurista Bonifacio Miranda Bengoechea.
También publicamos un documento que refleja el debate interno dentro de la UNAB, precisamente sobre las futuras elecciones y la encrucijada en que se encuentra esta organización.
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