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MUNDO.- Evolución de las Empresas Militares Privadas: desde la guerra de Angola hasta el Grupo Wagner

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Administrator
14 Marzo 2023
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barmaleys_partisans

¿Cómo y cuándo aparecieron las empresas militares privadas (EMP)? ¿Qué han estado haciendo y dónde han actuado? ¿Qué tienen en común las EMP y el Grupo Wagner? Periodistas del proyecto “Barmaleys/Partisans” indagan en la historia de estos grupos mercenarios.

Los primeros pasos

La primera empresa militar privada del mundo, WatchGuard International, la fundó un oficial escocés del ejército británico, el coronel David Stirling, el mismo que durante la segunda guerra mundial creó la unidad de comandos que se hizo famosa con la sigla SAS (Special Air Service). En la década de 1960, Stirling tuvo la idea de crear una organización de estos soldados de fortuna, registrada oficialmente y controlada por el Estado.

En 1965, Stirling registró WatchGuard International Ltd junto con otro veterano del SAS, John Woodhouse. WatchGuard estableció su cuartel general en Londres y se registró legalmente como empresa extraterritorial con sede en la isla de Jersey. WatchGuard llevó a cabo sus primeros encargos en la península arábiga, concretamente en Yemen, Arabia Saudí y Omán. Especialistas del antiguo SAS asesoraron a los gobiernos de estos países en materia de instrucción militar y la supresión de movimientos insurgentes; también les ayudaron a combatirlos.

Merece la pena señalar que en 1970-1971, WatchGuard planeó una operación encaminada a derrocar al coronel Muamar el Gadafi y restaurar el poder legítimo del rey Idris en Libia. Esto podría haber sido un guion de intriga para una película de espías, pero los planes de aquellos soldados de fortuna acabarían en un cajón: el gobierno exigió que WatchGuard suspendiera la operación porque la implicación de sujetos británicos en semejante aventura habría perjudicado las relaciones del Reino Unido con los países árabes.

En 1972, Stirling dejó de desempeñar una función activa en WatchGuard International. Durante la segunda mitad de la década se dedicó a crear una organización clandestina concebida para socavar el movimiento sindical.

Una extensión internacional

Mientras tanto fueron apareciendo cada vez más nuevas EMP por todo el mundo. En 1974, el gobierno de EE UU firmó un contrato con Vinnell Corporation cuyo importe superó los 500 millones de dólares. El personal de esta EMP debía implicarse en la instrucción de la Guardia Nacional de Arabia Saudí y en la protección de sus yacimientos petroleros.

No solo Stirling, sino también otros excombatientes del SAS se dedicaron a fundar EMP, que facilitaban guardaespaldas, sicarios e instructores en cualquier lugar del mundo. Algunas de estas organizaciones ofrecieron públicamente sus servicios, mientras que otras prefirieron registrarse como consultoras o aseguradoras. Así, por ejemplo, se fundó Control Risks Group en 1975. Originalmente estuvo formado por tan solo tres oficiales del SAS y fue contratado para la búsqueda de individuos secuestrados. Con el tiempo, esta EMP se convirtió en una empresa internacional de consultoría militar.

Los British Security Advisory Services y sus intervenciones en la guerra civil de Angola

Un episodio notable de la historia de las EMP tiene que ver con las actividades de los British Security Advisory Services (Servicios de Consultoría de Seguridad Británicos). Esta empresa, fundada por el traficante de armas Leslie Aspin, el exparacaidista Frank Perrin y el marine retirado  John Banks, reclutó masivamente mercenarios para participar en la guerra civil de Angola.

En noviembre de 1975, después de que Angola se independizara de Portugal, tuvo lugar un episodio significativo de la guerra fría: un conflicto armado entre el prosoviético MPLA (Movimiento Popular de Liberación de Angola), un partido de izquierda que tomó el poder en el país desafiando los acuerdos de gobierno de coalición; el proamericano FNLA (Frente Nacional de Liberación de Angola) y UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola).

Norman Hall, asesor de Holden Roberto, el líder del FNLA, vino al Reino Unido y transfirió 25.000 dólares al SAS para que le ayudara a reclutar mercenarios. Más tarde, otro de los asesores de Roberto, Terence Haig, transfirió otros 85.000 dólares al SAS.

Banks reclutó soldados para el frente en bares londinenses, como si estuvieran todavía en el siglo XVIII. Los mercenarios se reunirían en el pub Dirty Dick’s y, después de pasar la noche en la iglesia de St. George-in-the-East, volarían con escalas a Zaire, que linda con Angola. El SAS firmó un contrato de seis meses con los mercenarios y pagó sus gastos de viaje. De acuerdo con Banks, a los hombres se les ofreció una paga de 300 dólares semanales y una gratificación de 10.000 dólares por cada ruso que apresaran. Un total de 90 a 200 soldados, según diversas estimaciones, viajaron a Angola. Algunos de ellos tenían tan solo 17 años de edad y carecían de experiencia militar y de la munición adecuada. Ben Hills, reportero del periódico australiano The Age, calcula que en Angola murieron 59 mercenarios del SAS.

En junio de 1976 tuvo lugar en Luanda, la capital de Angola, un juicio contra trece mercenarios que habían luchado contra el MPLA. Cuatro de ellos (tres ciudadanos británicos y un estadounidense) fueron condenados a muerte y los otros nueve a penas de cárcel de 16 a 30 años (EE UU consiguió intercambiar a sus nacionales en 1982, mientras que el ministerio de Asuntos Exteriores británico lo hizo con los suyos en 1984). A la vista del juicio celebrado en Luanda, el parlamento británico declaró que las actividades del SAS violaban la ley de 1870 que prohíbe el reclutamiento de mercenarios para la guerra. No obstante, no se aplicaron sanciones a las personas implicadas.

El auge de las EMP con el final de la guerra fría

En 1981, con el apoyo financiero de la banca británica, se fundó la empresa Defense Systems Limited. Amparada en sendos contratos con el Banco Mundial, Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales, esta empresa se dedicó en África a proteger infraestructuras petroleras y energéticas y a la formación de personal. Otra EMP, el Golan Group, apareció en Israel a comienzos de la década de 1980. Fue creada por oficiales retirados de las fuerzas especiales israelíes y envió instructores militares a algunos países latinoamericanos. Otra compañía, Beni Tal, llevó a cabo operaciones contra la Organización por la Liberación de Palestina (OLP).

El auge de las EMP vino con el final de la guerra fría. Su base de reclutamiento pasó a situarse entre los millones de expertos militares que se quedaron sin trabajo a raíz de la reducción de efectivos de los ejércitos de los países de la OTAN y del Pacto de Varsovia. Enormes cantidades de armas baratas, sobre todo de fabricación soviética, entraron en el mercado. Tampoco hubo escasez de clientes, pues ni EE UU ni los Estados que emergieron del colapso de la Unión Soviética tenían entonces muchos motivos para intervenir en las disputas interminables en el continente africano. Debido a ello, los gobernantes africanos tenían que buscar apoyos militares en otros ámbitos.

Nuevos escenarios de intervención: guerra del Golfo, guerra civil de Angola, Sierra Leona

En la guerra del Golfo de 1990-1991, los contratistas civiles ya representaban el 2 % del contingente militar estadounidense, aunque la mayoría de ellos no trabajaban para EMP, sino para empresas privadas convencionales. Como escriben Iván Konoválov y Oleg Valetsky (quien también trabajó para EMP) en su libro, The Evolution of Private Military Companies, “la totalidad del apoyo logístico del ejército saudí corrió a cargo de contratistas privados de EE UU. En el frente, instructores de la empresa militar privada Vinnell acompañaban a las unidades de la Guardia Nacional saudí en el combate contra las tropas iraquíes cerca de Ra’s al-Hafji. Especialistas de DynCorp se encargaban del mantenimiento de las unidades de helicópteros en el frente.”

En 1989, Eeben Barlow y Michael Mullen, exdirectivos de la rama europea occidental de la Civil Cooperation Bureau (CCB), una agencia de inteligencia sudafricana implicada en operaciones secretas y asesinatos de oponentes políticos, fundaron otra EMP, Executive Outcomes (EO). Cuando se inició el colapso del sistema de apartheid a comienzos de la década de 1990 y el líder de la resistencia, Nelson Mandela, exigió que el presidente sudafricano Frederik Willem de Klerk desmantelara las fuerzas especiales implicadas en asesinatos políticos, muchos exmiembros de estas fuerzas especiales perdieron el empleo y pasaron a cubrir muchas vacantes en esta nueva EMP.

El gobierno de Angola, donde estalló la guerra civil en el otoño de 1992, después de que la UNITA se negara a reconocer los resultados de las elecciones, firmó dos contratos con EO por importe de 40 millones de dólares cada uno. A raíz de una serie de operaciones llevadas a cabo por EO, la UNITA sufrió importantes reveses y se vio forzada a negociar. En noviembre de 1994 se firmó un tratado de paz entre UNITA y el gobierno angoleño, que puso fin temporalmente al baño de sangre (aunque pocos años después se reanudó con fuerza).

En enero de 1995, EO fue contratada por el gobierno de Sierra Leona a fin de combatir a los rebeldes del Frente Unido Revolucionario, famoso por utilizar a más de 10.000 niños soldado, en su mayoría en edades comprendidas entre 7 y 12 años. En aquel momento, los rebeldes ya habían penetrado en la capital, Freetown, y habían tomado el control de importantes depósitos de titanio y bauxita. Según el contrato, el gobierno de Sierra Leona se comprometía a pagar a EO 1,8 millones de dólares al mes (aportado en su mayor parte por el Fondo Monetario Internacional). Las fuerzas armadas de EO consistían en 500 asesores militares y 3.000 soldados instruidos y bien equipados, apoyados por helicópteros y vehículos blindados adquiridos por la EMP en África y Europa Oriental.

La unidad, formada por exmiembros del odioso 32º Batallón del ejército sudafricano, que había sido disuelto anteriormente por exigencia del Congreso Nacional Africano en vísperas de las elecciones  parlamentarias, era, según Harper’s Magazine.una banda de espías y asesinos que habían combatido la insurgencia en su país durante 15 a 20 años. Esta EMP fue sumamente eficaz en el campo de batalla, ya que en diez días de combates logró hacer retroceder al Frente Unido Revolucionario sesenta millas tierra adentro. Siete meses después, con el apoyo del ejército sierraleonés, EO expulsó a los rebeldes de la zona de minas de diamantes y después, durante la segunda ofensiva, destruyó su base principal, forzándoles a firmar el acuerdo de paz de Abiyán el 30 de noviembre de 1996.

Blackwater, la EMP protagonista en la guerra de Irak

Tras la invasión de Afganistán en 2001, el gobierno de EE UU contrató los servicios de varias EMP para que entrenaran a las fuerzas policiales y militares locales y controlaran el movimiento de bienes y las actividades de inteligencia. Guardias de seguridad privados se encargaron de la seguridad de posibles objetivos extranjeros, cuyo personal no se fiaba de la policía local. Esto generó un profundo resentimiento entre las autoridades locales, que acusaron a las EMP de comportamientos criminales.

Antes de que el mundo tuviera noticias del grupo Wagner, Blackwater era la EMP más conocida. En septiembre de 2005, el gobierno estadounidense acudió a Blackwater para que le ayudara a eliminar los efectos del huracán Katrina. Alrededor de 200 empleados de esta empresa acudieron a la zona catastrófica en una operación que costó a EE UU 240.000 dólares al día.

Sin embargo, el momento estelar de esta EMP llegó con la guerra de Irak. En diciembre de 2006, el ministerio de Defensa de EE UU empleó por lo menos a 100.000 trabajadores contratados, diez veces más que el número de civiles reclutados durante la guerra del Golfo. Las actividades llevadas a cabo por empresas privadas iban desde servicios de catering hasta la defensa armada de bases militares estadounidenses, el desminado de campos y la destrucción de munición no detonada. Blackwater obtuvo la autorización para trasladar a 1.020 empleados a Irak. Entre otras responsabilidades, asumió la misión de proteger la embajada estadounidense en Bagdad.

Según Andy Bearpark, director general de la Asociación Británica de Empresas de Seguridad Privadas (BAPSC), “en 2003 y 2004, el dinero en Irak no costaba prácticamente nada. Esto significa que se concedían contratos [de seguridad privada] por cantidades increíbles de dinero: millones y millones de dólares entraron en las arcas de las empresas del sector”. Otras empresas británicas, Aegis Defense Services y ArmorGroup entre ellas, se embolsaron cientos de millones de libras tan solo por estar presentes con sus combatientes en Irak. Estas empresas subcontrataron posteriormente las tareas de seguridad que hasta entonces habían corrido a cargo de militares regulares estadounidenses.

Conviene destacar que las EMP en Irak no estaban sujetas al Código Uniforme de Justicia Militar. Antes de abandonar el país, Lewis Paul Bremer III, jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición en Irak entre 2003 y 2004, firmó una orden que garantizaba la inmunidad de todos los ciudadanos estadounidenses que trabajaron para el gobierno de ocupación frente a la legalidad iraquí.

Como era de esperar, la labor de las EMP no careció de excesos sangrientos. Así, el 31 de marzo de 2004, combatientes iraquíes en Faluya, Irak, tendieron una emboscada a un convoy de vehículos de Blackwater que escoltaban un transporte de provisiones. Uno de los vehículos chocó contra un edificio y los demás pasaron de largo sin detenerse, como estipulaban las cláusulas del contrato. Los iraquíes sacaron los cuerpos de los mercenarios de Blackwater del vehículo, los rociaron con gasolina y los quemaron. Acto seguido arrastraron los cadáveres quemados por las calles y los colgaron del puente sobre el Éufrates. Todo esto quedó registrado en un vídeo y las imágenes televisadas soliviantaron al público estadounidense, tras lo cual el ejército lanzó una operación de limpieza en Faluya.

En septiembre de 2007, empleados de Blackwater abrieron fuego indiscriminadamente en la plaza Nisur de Bagdad, matando a 17 civiles iraquíes e hiriendo a otros 20. Los mercenarios de Blackwater vieron un coche sospechoso que circulaba por el lado indebido de la calzada y que no se detuvo tras los disparos de advertencia. Los hombres de Blackwater abrieron fuego, creyendo que se trataba de una emboscada. Cuando la policía iraquí respondió disparando contra el convoy de Blackwater, los mercenarios pensaron que los agentes colaboraban con los insurgentes. Uno de los mercenarios siguió disparando incluso después de que dieran la orden de alto el fuego, bajando el arma tan solo después de que un colega suyo le apuntara con la pistola.

Una investigación reveló que los mercenarios mataron a 17 iraquíes, 14 de ellos sin motivo aparente. El día después del tiroteo se revocó la licencia de Blackwater para operar en Irak. En diciembrede 2008, empleados de la empresa fueron acusados de asesinato, homicidio e incumplimiento de las normas de legítima defensa. Un año después se archivó el caso debido a vicios de procedimiento, aunque volvió a abrirse en 2011. Finalmente, uno de los participantes en el incidente, Nicholas Slatten, fue declarado culpable de asesinato premeditado y condenado a cadena perpetua en abril de 2015. Otros tres mercenarios fueron sentenciados a 30 años de prisión.

El Grupo Wagner y su actividad en África

En la última década, las EMP se han empleado con creciente profusión en África. Por ejemplo, el mando central de EE UU para África (USAFRICOM) cuenta con los servicios de 21 EMP estadounidenses tan solo en África del Norte y el Sáhara. Estas empresas pueden llevar a cabo misiones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, la instrucción de combatientes locales, tareas logísticas y de desminado de terrenos, entre otras tareas importantes. China tampoco se queda atrás y utiliza mercenarios, por ejemplo, en los campos petroleros de Sudán que son propiedad de empresas chinas.

En África se muestra particularmente activo el famoso Grupo Wagner. En 2021, el gobierno de Malí se puso en contacto con esta empresa de mercenarios o le ofreció, de acuerdo con algunos informes de prensa, unos 11 millones de dólares al mes para la protección de oficiales locales y la instrucción del ejército maliense. Según el proyecto All Eyes on Wagner, los mercenarios de esta empresa destacados en Malí han participado en toda clase de atrocidades, inclusive el atraco y asesinato de civiles. Así, en septiembre de 2022, el grupo estuvo implicado en un golpe militar en Burkina Faso, que llevó al poder a Ibrahim Traoré.

Una investigación emprendida por los periodistas rusos Orkhan Jemal, Kirill Radchenko y Alexander Rastorguev sobre las actividades de Wagner en la República Centroafricana acabó con el asesinato de los tres, un caso que todavía no se ha resuelto. En mayo de 2022, Human Rights Watch acusó al Grupo Wagner de asesinar y torturar a civiles en este país.

Conviene señalar que de acuerdo con una investigación periodística de The Bell, la idea de crear el Grupo Wagner fue de unos oficiales de alto rango del ministerio de Defensa ruso en 2010, tras una presentación por parte de Eeben Barlow, elfundador de Executive Outcomes.

El ejemplo del grupo Wagner demuestra cómo los gobiernos pueden utilizar las EMP para aplicar políticas sin tener que recurrir al ejército regular y sin temor a mancharse las manos de sangre. A menudo, las EMP son más profesionales y están mejor instruidas que las fuerzas armadas convencionales, además de ser mucho más móviles. Pueden emplearse para las operaciones más sucias sin tener en cuenta la opinión pública, por ejemplo para organizar una revuelta en un país o, a la inversa, para suprimir violentamente una insurrección. Las bajas en las filas de las EMP no provocan tanto la indignación del público como la muerte de soldados del ejército regular.

Las EMP están interesadas en mantener vivas las guerras que hay por el mundo, pues esos conflictos les proporcionan continuos ingresos. Según el periodista Yuri Veselov, “puesto que uno de los principales objetivos de las guerras consiste en capturar recursos naturales, las empresas militares privadas tienen interés se ponerse a las órdenes de compañías multinacionales de los países ricos que aspiran a acceder a dichos recursos. El ingreso anual de algunas EMP es similar al de ciertos países en desarrollo.” No cabe duda de que las EMP seguirán actuando mientras existan las guerras… y el capitalismo.

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MÉXICO.- Los Tratados de Córdoba y el Plan de Iguala para consumar la Independencia de México.

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Administrator
13 Septiembre 2022
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Por: Raúl Jiménez Lescas

Las y los mexicanos estamos acostumbrados desde hace muchos años a conmemorar la Independencia de México en la noche del 15 de septiembre con una “Noche Mexicana”, pero en realidad, el Grito de Dolores se dio en la madrugada del 16 de septiembre y fueron varios gritos, según la audiencia del Padre de la Patria.

Y el 16 de septiembre de 1810 apenas inició la lucha por esa anhelada independencia. La guerra duró más de una década y fue devastadora para la entonces Nueva España. Por tanto, la Independencia no se logró el 16 de septiembre como el pueblo mexicano cree, sino 11 años después y no en forma de República como soñaron los insurgentes, sino como un “Imperio Mexicano” a nombre del Rey de España, Fernando VII.

Así que en estas entregas trataremos de mostrar la Ruta de la Consumación de la Independencia que inició con el Plan de Iguala, el Tratado de Córdoba (fue un sólo tratado y no en plural “los tratados”).

Dice Doralicia Carmona:

Los Tratados de Córdoba ratifican el Plan de Iguala por el que se consuma la Independencia de México. El virrey Juan de O’Donojú, antes de tomar posesión de su cargo y en camino a la ciudad de México, firmó estos tratados en la Villa de Córdoba, Veracruz.

O’Donojú, quien formará parte de la Junta Gubernativa del Imperio Mexicano, llegó a Veracruz como Capitán General y Jefe Superior Político cuando España tiene como últimos reductos Veracruz y Acapulco, plazas desprotegidas y sin capacidad para resistir un sitio bien organizado. Ante esta situación invitó a Iturbide a discutir la independencia y logra modificar el Plan de Iguala en el sentido de que las cortes del imperio mexicano puedan elegir libremente un gobierno monárquico moderado.

Iturbide tiene los recursos militares para tomar la capital, pero estima que puede hacerse sin derramar sangre y con una capitulación honrosa. Así que entra en comunicaciones con Iturbide y acuerdan firmar un tratado el 24 de agosto siguiente.

El día anterior, O’Donojú arribó a Córdoba acompañado por una escolta de Puebla y fue recibido “con el decoro correspondiente”, por el coronel Villaurrutia, el conde de San Pedro del Álamo y el marqués de Guardiola; por la noche llegó Iturbide a villa de Córdoba. Carlos M. de Bustamante refiere sobre el hecho: A pesar de estar “lloviendo salió mucha gente al camino a recibirlo, la cual quitó las mulas del coche y a brazo lo condujo hasta su posada, encontrándose iluminada la villa. Aguardábalo en su misma habitación el señor O'Donojú. Ambos jefes, rodeados de un brillante concurso, se abrazaron y dieron muestras de un cordial cariño”.

Este día, 24 de agosto por la mañana, Iturbide va a la casa de O'Donojú y antes que nada Iturbide dice: "Supuesta la buena fe y armonía con que nos conducimos en este negociado, supongo que será muy fácil cosa que desatemos el nudo sin romperlo'". Sigue refiriendo Bustamante: “Dados los puntos y encerrados en el despacho del señor O'Donojú dichos jefes con sus respectivos secretarios, el de Iturbide extendió el Tratado; llevóselo a O'Donojú, quien después, desde luego, aprobó la minuta y sólo tachó de mano propia dos expresiones que cedían en elogio suyo.

En ellos se estipula: “Esta América se reconocerá por Nación soberana e independiente y se llamará en lo sucesivo Imperio Mexicano... El Gobierno del Imperio será monárquico constitucional moderado... Será llamado a reinar en el Imperio Mexicano en primer lugar el Sr. D. Fernando Séptimo, Rey Católico de España y por su renuncia o no admisión, el... Sr. Infante D. Francisco de Paula; por su renuncia o no admisión, el... Sr. D. Carlos Luis, Infante de España,... y por renuncia o no admisión de éste, el que las Cortes del Imperio designaren... El Emperador fijará su Corte en México, que será la capital del Imperio... Se nombrará inmediatamente, conforme al espíritu del Plan de Iguala, una junta compuesta de los primeros hombres del Imperio, por sus virtudes, por sus destinos, por sus fortunas...

            El 31 de agosto siguiente, desde la misma Villa de Córdova, O’Donojú envía la justificación de su actuar a España, en ella dice: “¿Quién ignora que un negociador sin fuerzas está para convenirse con cuanto le propongan y no para proponer lo que convenga a la nación que representa?... envié al Primer Jefe del Ejército Imperial Iturbide dos comisionados con una carta en que le aseguraba de las ideas liberales del Gobierno, de las paternales del Rey, de mi sinceridad y deseos de contribuir al bien general e invitándole a una conferencia. Otra recibí del mismo Jefe, que al ver mi proclama me dirigía también comisionados para que nos viésemos. Repito que jamás pensé en que podría sacar de la entrevista partido ventajoso para mi patria; pero resuelto a proponer lo que, atendidas las circunstancias, tal vez se consiguiese; a no sucumbir jamás a lo que no fuese justo y decoroso, o a quedar prisionero en poder de los independientes si faltaban a la buena fe, como por desgracia es y ha sido siempre tan frecuente, salí de Veracruz para tratar en Córdoba con Iturbide… tuvieron cuidado de formar apuntes de mis contestaciones, de las bases en que era preciso apoyarse para que pudiésemos entrar en convenio… Yo no sé si he acertado… cuando reflexiono que todo estaba perdido sin remedio, y que (hoy) todo está ganado, menos lo que era indispensable que se perdiese, algunos meses antes o algunos después… La Independencia ya era indefectible, sin que hubiese fuerza en el mundo capaz de contrarrestarla. Nosotros mismos hemos experimentado lo que sabe hacer un pueblo que quiere ser libre. Era preciso, pues, acceder a que la América sea reconocida por nación soberana e independiente y se llame en lo sucesivo Imperio Mexicano.”

Ciertamente O’Donojú estaba en una situación muy delicada; en el momento de su llegada, solamente México, Veracruz, Durango, Chihuahua, Acapulco y la fortaleza de San Carlos de Perote, permanecían bajo el dominio español.

Carlos María de Bustamante escribe en su Cuadro histórico: “Tal fue el Tratado de Córdoba, confirmación del Plan de Iguala, aunque modificándolo en el importante punto de designación de las personas que se llamaban a ocupar el trono del nuevo imperio, pues además de señalar para ellos al rey Fernando VII y a sus hermanos don Carlos y don Francisco de Paula, se hizo también mención del príncipe heredero Luca, sobrino del monarca español y se omitió el nombre del archiduque Carlos de Austria; pero se introdujo en el tratado la notable novedad de que por la no admisión del rey y los infantes, las Cortes elegirían al soberano, sin expresar que había de ser de casa reinante, como se fijó en el Plan de Iguala. Iturbide dejó con esto abierta la puerta a su ambición, y O'Donojú, «empeñado únicamente en asegurar el trono a los príncipes de la casa de España, dice Alamán, quizás no reparó en la variación muy sustancial que Iturbide había introducido, bastante a minar todo el edificio que acababa de levantarse.» No pudo ocultarse al sagaz primer jefe del ejército libertador que el tratado era esencialmente nulo, por falta de poder para ajustarle por una de las partes, pues el carácter de capitán general y jefe superior político que tenía O'Donojú era insuficiente para celebrar un contrato de tanta entidad; pero el tratado le allanaba la posesión de la capital, y dividía más y más a los últimos defensores de la dominación española”.

Entretanto, en la ciudad de México, el mariscal Novella trataba de mantener el orden, concentraba fuerzas en los poblados cercanos y expedía severos bandos, perseguía a los simpatizantes de la independencia y asistía a Catedral a novenarios a la Virgen de los Remedios por el triunfo de las armas realistas. Entre las medidas que dispuso, fue ordenar al ayuntamiento que proveyese a la ciudad de víveres y demás efectos de consumo y trató de hipotecar las rentas públicas. Enérgicamente el Ayuntamiento se opuso.

Poco después, O’Donojú ofrecerá sus buenos oficios como autoridad para que las tropas realistas se retiren y entrará a la capital con el Ejército Trigarante. En breve morirá poco después de pleuresía. El rey español, Fernando VII no reconocerá los Tratados de Córdoba. En los hechos, con la firma de estos tratados será arreado el estandarte virreinal que ondeó en la Nueva España desde el siglo XVII, un lienzo de seda en forma de cuadrado, de color pardo leonado, con la cruz de San Andrés al centro, de color morado.

Juan O’Donojú informa de su llegada a Veracruz

El penúltimo día de julio de 1821 el nuevo “virrey” de la Nueva España, Don Juan O’Donojú fondió el puerto de Veracruz. Viaje largo, cansado y llegó muy mareado. Era normal en esos tiempos, todos llegaban bien mareados de alta mar. Descansó varios días, lo cual quiere decir que siguió muy mareado.

Tomó la pluma y el 3 de agosto de 1821 le escribió al “Excelentísimo señor ministro de la Guerra”: “El 30 del pasado fondeé en este puerto, el 1º. del corriente me trasladé al castillo de San Juan de Ulúa, el 3 hice en manos del gobernador de la plaza, por la imposibilidad de verificarlo en las de mi antecesor, el juramento prescrito en la Constitución [Cádiz], encargándome del mando militar y político como capitán general y jefe superior nombrado por Su Majestad de estas provincias.”.

            Se entiende que no sería “virrey” de la Nueva España sino capitán general militar y político y jefe superior de la niña mimada de la corona española, según el espíritu y letra de la Constitución de Cádiz, restituida por el golpe militar contra el mismísimo rey de España el año anterior inmediato. Es decir, en el año del señor de 1820.

            Era la primera y última vez que estaría en Veracruz, el primer ayuntamiento del actual México por decreto y decisión del conquistador Hernán Cortés por ahí un día como el 22 de abril de 1519.

            Me encanta el tal Don Juan por su agudeza política, pues con sólo 96 horas, 20 minutos y 32 segundos de estar en Veracruz sacó una conclusión tajante y sin dejar dudas a su majestad, Fernando VII: “... estas provincias… [están] reducidas al estado más deplorable, el espíritu de independencia anima a casi todos sus habitantes. El coronel Iturbide manda en jefe el ejército que se llama Imperial de las Tres Garantías, multitud de otros jefes ya militares, ya patriotas, comandan fuerzas, más o menos todos están a las órdenes del primero, y aunque nominalmente no puedo señalar las provincias declaradas independientes por falta de noticias exactas, es voz común que lo están casi todas.”.

Don Juan estuvo mareado por las olas del mar, pero no por los informes de la realidad política y social de la Nueva España.

            ¿Cómo no le informaron ese estado deplorable de las provincias y el espíritu que animaba a los pobladores de la Nueva España a su Majestad en 11 años de Guerra de la Independencia?

            Sin pelos en la lengua, Don Juan le confesó a la Corona Española: “El virrey de Nueva España fue depuesto en México el 5 del anterior por las tropas de la guarnición, entregando el mando al mariscal de campo D. Francisco Novella, subinspector de artillería; su adjunto bando manifiesta las intenciones de este general y sus disposiciones. Igualmente que el virrey, sufrió en Monterrey el general Arredondo el 3, entrando en su lugar Echegaray, declarado independiente, también lo es Negrete, que ha sustituido a Cruz, arrojado de Zacatecas y cuyo paradero no se sabe con certeza. El coronel Quintanar, que mandaba en Valladolid, abandonó su encargo trasladándose al ejército de los que desconocen al gobierno español. Las tropas europeas son un corto número las que quedan, pues es continua la desmembración de partidas que desertan siguiendo el ejemplo de muchos jefes y oficiales.”.

            Me da la impresión que ni Vicente Guerrero ni Guadalupe Victoria pudieron pintar semejante cuadro de la realidad novohispana en víspera de la Independencia. Don Juan lo hizo en 96 horas, 20 minutos y 32 segundos de estar en el puerto de la Vera Cruz.

            Su diagnóstico fue contundente e inobjetable: “La capital se conserva [CDMX], pero es de temer que dure poco en nuestro poder porque carece de recursos contra un enemigo poderoso [¿los insurgentes estaban aislados? ¿los trigarantes en crecimiento?]. Sea como sea, el enemigo era poderoso y se haría del poder de la capital.

            Don Juan estaba perdido para asumir su cargo conferido por su Majestad de Madrid. Lo supo cuando fondió el puerto y le chismearon suave y alegremente la realidad española de su próxima ex colonia imperial. Escribió sin parar y reparar: “Yo he apoyado con el capitán general de la isla de Cuba la solicitud de este gobernador y ayuntamiento que le piden 1 000 ó 1 500 soldados; podría también Su Majestad dignarse mandar se trasladasen a este punto las tropas de Venezuela, en donde son absolutamente inútiles (como digo al rey por conducto del secretario de la Gobernación) pero sobre ver las grandes dificultades que ofrece uno y otro, entiendo que todo será esforzarse sin fruto y que los socorros llegarán tarde, suponiendo que aun cuando llegasen a tiempo no hay fuerzas contra un vasto Imperio decidido por la libertad y que jura sostenerla a toda costa; al mismo precio defenderé yo esta plaza, y para que me auxilie detengo al navío Asia, cuya guarnición y tripulación desembarcaré cuando convenga, e iguales esfuerzos haré por ver si estos hombres pueden reducirse a un deber, pero el recurso de los papeles y de las negociaciones es inútil cuando no hay ejército que imponga.”.

            Pero la suerte estaba decidida: ni mil o mil 500 soldados de las tropas de Venezuela, ni las fuerzas del navío Asia detendrían al “vasto Imperio decidido por la libertad y que jura sostenerla a toda costa”.

            Tenía Don Juan razón: “... pero el recurso de los papeles y de las negociaciones es inútil cuando no hay ejército que imponga.”. Se impuso el Ejército Trigarante al mando de Agustín de Iturbide, aliado de Vicente Guerrero, Antonio López de Santa Anna y Guadalupe Victoria.

            ¿Por eso decidió firmar el Tratado de Córdoba el 24 de agosto de 1821? Tratado que no tenía facultades para firmar. Pero lo firmó.

            En México hay un dicho que reza: “Nadie sabe para quién trabaja”. Don Juan no supo que trabajó para el Emperador Agustín I y no para su rey, Fernando VII. C’est la vie!, dicen los franceses. Y yo agrego: además.. ingrata.

            La carta de Don Juan cerró así: “Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Veracruz, 3 de agosto de 1821.”. En realidad fueron 30 días, el 27 de septiembre de ese año del Señor, se consumó la Independencia del Imperio de México.

Proclamas de don Juan de  O'Donojú

En el Año del Señor de 1821. Día intenso el 3 de agosto para la pluma y mente de don Juan de O’Donojú en la Vera Cruz. No pensó en reportarse con su Majestad de España, sino también dirigirse a los habitantes de la Nueva España, como se hacía en esos tiempos: mediante una proclama. ¿Cuándo perdieron los políticos esa bella forma de comunicarse con sus habitantes?

            Don Juan en realidad se llamó Juan José Rafael Teodomiro de O’Donojú y O’Ryan, por los apellidos se entiende que era descendiente de irlandeses, pero nació sevillano el 30 de julio de 1762. Según su Fe de Bautizo: “Fue bautizado el 2 de agosto de 1762 en la parroquia del Sagrario de la catedral de Sevilla con los nombres de Juan José Rafael Teodomiro por el presbítero Gregorio Rodríguez de Hervás”, su madrina fue María Nicolasa O’Donojú, hermana de su padre, Juan O´Donojú (Caballero de la orden de Calatrava) que fue perseguido por el rey inglés Jorge II dada su fe católica, apostólica y roma. La familia dejó Irlanda católica para mudarse a la España súper católica.

Nacido en la segunda mitad del siglo XVIII, murió en la capital del Imperio Mexicano en la segunda década del siglo XIX, a los 59 años, dijeron los doctores que de pleuresía, pero la vox populi, dice que lo envenenaron para quedarse con su trono. Nada nos consta, solamente que fue sepultado con honores de virrey en la catedral de México, aunque no fue virrey sino Capitán General y Jefe Político Superior de Nueva España, según la Constitución vigente, la de Cádiz proclamada en 1812 por los liberales gachupines, bueno, españoles, incluídos algunos americanos brillantes de los cuales nos ocuparemos más adelante.

            Don Juan tuvo una sólida formación en letras y artes militares. No fue un improvisado enviado por el rey Fernando VII. En su biografía leemos que destacó en la resistencia a los franceses y, las Cortes de Cádiz, lo nombraron “Ministro de la Guerra”. Fue un militar liberal adicto a la Constitución gaditana y enemigo de los franceses napoleónicos invasores de la península Ibérica en 1808.

            Pero con el retorno de Fernando VII y la restauración absolutista que siguió, nuestro Don Juan cayó en desgracia como tantos liberales gaditanos: sentenciado el 18 de octubre de 1814 a cumplir cuatro años de prisión en el castillo de San Carlos, en Mallorca, se dice que fue sometido a torturas, que afectaron su salud. También fue adicto a la Masonería.

Se colgó dos grandes medallas en su pecho:  la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y, después la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo. La primera por la Cédula Real de 19 de septiembre de 1771 con el lema latino Virtuti et merito; la segunda, distinción militar y una orden de caballería española creada por Fernando VII al terminar la Guerra de la Independencia [de España] del 28 de noviembre de 1814.

            Con esas credenciales fondió el puerto de la Vera Cruz y se dirigió, como hemos dicho, esa mañana del 3 de agosto como “Proclamas de O'Donojú a los habitantes de la Nueva España. Informe sobre la incertidumbre de su situación. 3 de agosto de 1821.”.

Tenía domesticada la mano para escribir sin corregir:

“A los habitantes de Nueva España”, les dijo. Pasó lista de sus cargos: “El capitán general y jefe superior político”. Y, luego, como era la costumbre de esos tiempos:

“Conciudadanos: La nación recompense con prodigalidad los sacrificios que por servirla hiciera desde mi juventud, de mi tranquilidad y de mi sangre, elevándome a la primera silla a que puede aspirar sin delinquir el que no nació a la inmediación del trono; empero, jamás fuera tan generosa conmigo como cuando me confiara la dirección de la parte más hermosa y más rica de la monarquía.”

            En 6 renglones nos contó de su vida, así de sencillo: se ha sacrificado por su Patria desde su juventud, recordando su resistencia férrea a los invasores napoleónicos de 1808. Logró el puesto de mando en la Nueva España sin delinquir; que tampoco nació en una cuna de la nobleza, pero reconoce la generosidad del rey y escribió algo muy cierto: le confiaron la dirección de la parte más hermosa y más rica de la monarquía, la nueva España, quizá también por eso firmó el Tratado de Córdoba sin tener la autoridad para hacerlo, pero lo hizo.

            ¿O firmó porque dijo con todo sereno, reflexivo y sin temblarle la mano?

¡Y será la fatalidad de estas provincias que no sepan nunca sus moradores elegir entre el bien y el mal, la vida y la muerte, el ser y no ser!

            Yo interpreto que quiso decir: saber elegir entre la dependencia y la independencia.

El puerto de la Vera Cruz lucía como ha lucido siempre con brisa, arena y un azul profundo. El sitio impuesto por los Trigarantes había concluido. Se esperaba la llegada desde España de Don Juan de O'Donojú. La fortaleza de San Juan de Ulúa estaba intacta, gracias a la ayuda de tropas y buques de guerra provenientes de Cuba. Según diversas fuentes la resistencia realistas al sitio trigarante dejó 119 bajas, pero, según otras fuentes, los españoles alteraron las cifras para inflar los partes militares.

            Don Juan pudo caminar sin prisas por el puerto y se dirigió a los novohispanos con un párrafo memorable: “Ideas equivocadas, resentimientos anteriores, error de cálculo esterilizaron y despoblaron vastas regiones dignas de mejor ventura, y es hoy Nueva España la colonia de un extranjero, o la presa de un tirano ambicioso. Así se escribirá dentro de algunos años.

¿Y podréis ver con indiferencia que sea este el término de tantos sacrificios?

Yo acabo de llegar desarmado, solo; apenas me acompañan algunos amigos; contaba con vuestra hospitalidad, y confiaba en vuestros conocimientos; jamás me propuse dominar, sino dirigir; animado de los mejores deseos a vuestro favor, abundando mi corazón de ideas filantrópicas, unido por los más estrechos vínculos de amistad con vuestros representantes, instado tal vez por ellos para emprender tan dilatado, tan costoso viaje y tan expuesto, venía a traeros la tranquilidad de que carecéis, la paz que necesitáis, para no aniquilaros con unas guerras intestinas las más desastrosas.”.

            Está muy evidente que no venía tocando tambores de guerra intestina, desastrosa, sino desarmado.

Y se dirigió a los novohispanos desde la Vera Cruz el 3 de agosto de 1821 en los siguientes términos:

“Yo no pensaba ya, muy poco hace, sino descansar de mis pasados sufrimientos: sucesos bien conocidos en el mundo me arrancaron de mi retiro para mandar ejércitos, para dirigir provincias, guardando siempre en mi corazón la idea de volver a la soledad luego que la patria no me necesitara. Ya mis deseos serían cumplidos al no haberme la fortuna convidado con venir a vivir entre vosotros. Sénos grata mi adhesión y el amor que profeso a vuestras virtudes. Yo no dependo de un rey tirano, de un gobierno déspota; yo no pertenezco a un pueblo inmoral; de una vez, yo no vengo al opulento imperio mexicano a ser un rey, ni a amontonar riquezas; yo no... Pero no es mi pluma, no mis palabras las que deben hacer mi apología: obras y el tiempo adquirirán a un europeo la benevolencia de los americanos. Tal vez este exordio parecerá intempestivo a muchos que hasta ahora sólo ven los objetos entre sombras a media luz; empero, los circunspectos y detenidos me harán justicia y conocerán por mis expresiones el fondo de mi corazón; ellos retrogradaran a los siglos de hierro y de luto; olvidemos lo que ruborizaría a los españoles de ambos mundos, y dediquémonos exclusivamente a tratar de nuestros días, días que llenarán muchas páginas de la historia con gloria de los americanos, o transmitiendo a las generaciones los males que padecieron por irreflexivos y precipitados.

Amigos, el dado está volteando y la suerte o el azar va a decidirse; sobre una línea balancea, de un lado la felicidad y del otro la desgracia de seis millones de hombres, de sus hijos y de la posteridad: vuestra situación es la más espinosa; puesta está a la ventura vuestra muerte civil o vuestra existencia política; dije maldiciendo a la ventura: no está sino a vuestro arbitrio y en vuestra mano.

¡Y será la fatalidad de estas provincias que no sepan nunca sus moradores elegir entre el bien y el mal, la vida y la muerte, el ser y no ser! ¿Pues que, no grabó la naturaleza en sus corazones los sentimientos mismos que en los del resto de la especie humana?

Permitidme, americanos, que escriba con anticipación la historia de nuestro malhadado país en el caso (que no temo si sois dóciles a la razón y a la verdad) de que desoigáis los consejos de la sabiduría y de la prudencia.

Nueva España (los tiempos que precedieron a Cortés y los que le han sucedido hasta ahora harto conocidos son), Nueva España empezaba a respirar el aire puro de la justa libertad: un nuevo sistema de gobierno acababa de derrocar el despotismo, de extinguir para siempre la arbitrariedad que por casi cuatro siglos la había abrumado; una Constitución meditada, fruto de la experiencia, producción de un saber casi celestial y que admiró a la política misma, prometía recompensar con lucro incalculable sus pasados males, su abatimiento, sus desgracias: ella ¡tierra infortunada! fue seducida y se pervirtió, y se obcecó, y se arrojó al precipicio, y en el yace sin recurso y sin esperanzas: sin esperanzas, porque los pueblos no se constituyen bien sino una vez en muchos siglos. Quiso ser independiente cuando de nadie dependía; quiso dejar de ser parte de una nación grande quedando aislada cuando carecía de recursos para existir sola y cuando de conservarse unida a ella pudieran ambas componer la sociedad mayor, más rica, más poderosa del globo, más respetada y más temida de los pueblos; quiso tener por sí representación soberana, y rompió intempestivamente los vínculos más sagrados de la política, de la sociedad, de la conveniencia y aun los de la naturaleza; intempestivamente, pues esta misma representación la habrían tenido a ninguna costa pocos meses después, y no la tuvieron consolidada jamás, porque mal aconsejados atropellaron tan arriesgada operación; algún tiempo, muy poco tiempo de esperar habría bastado, para que sus deseos quedasen satisfechos sin obstáculos, sin ruinas; ya sus representantes trazaban en unión con sus hermanos europeos el plan que debía elevarlo al alto grado de dignidad de que era susceptible.

Ideas equivocadas, resentimientos anteriores, error de cálculo esterilizaron y despoblaron vastas regiones dignas de mejor ventura, y es hoy Nueva España la colonia de un extranjero, o la presa de un tirano ambicioso. Así se escribirá dentro de algunos años.

¿Y podréis ver con indiferencia que sea este el término de tantos sacrificios?

Yo acabo de llegar desarmado, solo; apenas me acompañan algunos amigos; contaba con vuestra hospitalidad, y confiaba en vuestros conocimientos; jamás me propuse dominar, sino dirigir; animado de los mejores deseos a vuestro favor, abundando mi corazón de ideas filantrópicas, unido por los más estrechos vínculos de amistad con vuestros representantes, instado tal vez por ellos para emprender tan dilatado, tan costoso viaje y tan expuesto, venía a traeros la tranquilidad de que carecéis, la paz que necesitáis, para no aniquilaros con unas guerras intestinas las más desastrosas.

Al escribir este papel giran por mi imaginación mil ideas, y otras mil que quisiera no perder tiempo en manifestaros para que os persuadieseis de cuáles son vuestros verdaderos intereses, pero me detiene el que quizá no estáis en estado de oír; nada perderéis en tranquilizaros por un momento, en dar lugar a la reflexión, en permitirme pasar a mi destine y ponerme a vuestra cabeza; pueblos y ejercito, soy solo y sin fuerzas; no puedo causaros ninguna hostilidad; si las noticias que os daré, si las reflexiones que os haré presentes no os satisficiesen; si mi gobierno no llenase vuestros deseos de una manera justa, que merezca la aprobación general y que concilie las ventajas recíprocas que se deben estos habitantes y los de Europa; a la menor señal de disgusto yo mismo os dejaré tranquilamente elegir el jefe que creáis conveniros: concluyendo ahora con indicaros que soy vuestro amigo, y que os es de la mayor conveniencia suspender los proyectos que habéis emprendido, a lo menos hasta que lleguen de la Península los correos que salgan después de Junio anterior. Quizá esta suspensión que solicitó se considerara por algunos faltos de noticias y poseídos de siniestras intenciones, un ardid que me dé tiempo a esperar fuerzas; este temor es infundado: yo respondo de que jamás se verifique ni sea esta la intención del Gobierno paternal que actualmente rige. Si sois dóciles y prudentes aseguráis vuestra felicidad, en la que el mundo todo se halla interesado.

Veracruz, 3 de Agosto de 1821. Juan de O'Donojú.”.

Día agitado de Don Juan. Era el 4 de agosto de 1821. No paró de escribir. Informó a las autoridades realistas de Madrid que escribió 6 papeles. Conocemos 3, suficientes, para entender su lógica política y sus intereses en América. Un día antes, el 3 de agosto le escribió a su Majestad: “Habiendo dicho ya a vuestra excelencia en mi carta fecha del 3, núm. 1, el estado en que he encontrado estos reinos, y en el que me hallo, me ha parecido conveniente usar de medios dulces y adaptables al espíritu que abunda en el país…”.

Mientras tanto el puerto de la Vera Cruz recuperaba su vida cotidiana, su comercio y sus actividades. El sitio de los Trigarantes había concluído y don Juan, ahora se dirigió a los habitantes del puerto para reconocerlos como dignos militares y heroicos habitantes. Venía de España. No conocía la Nueva España, pero rápidamente se enteró de la situación política y social después de 10 años de guerra intestina.

            Sin embargo, Don Juan no sabía todo lo que pasaba, no en la Nueva España, sino en la misma Vera Cruz: José Dávila informó al Virrey Conde del Venadito, sobre la Llegada de Guadalupe Victoria a la población de La Soledad, el 23 de abril del año del señor de 1821, en los siguientes términos:

“Excelentísimo señor:

Acabo de tener noticia de que el viernes santo 20 del corriente, llegó Guadalupe Victoria a la Soledad, donde le recibieron con salvas, vestido en el mismo traje que lo vieron en enero cuando autorizó con su presencia los asesinatos cometidos en San Diego, y el sábado de gloria se vistió con la ropa

que le tenía prevenía el capitán Antonio López de Santa Anna; quedando reconocido por los rebeldes, general de la provincia.

Lo que participo a vuestra excelencia para su conocimmiento superior.

Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.

Veracruz, abril 23 de 1821. Excelentísimo señor.

Josef Dávila

[Rúbrica.]”.

Este informe es clave para entender que la partida guerrillera al mando de Guadalupe Victoria, discípulo del Generalísimo Morelos, no estaba muerto ni andaba de parranda, sino organizando la resistencia. Los mismo que Vicente Guerrero en el Sur y el reintegro de Nicolás Bravo y López Rayón en el centro de la provincia novohispana. Por su parte el ex diputado constituyente del Congreso de Anáhuac, Carlos María de Bustamante había dejado la prisión de San Juan de Ulúa unos meses antes de la llegada de Don Juan y, también se preparaba para volver a la lucha.

Sin duda, se desprende de la información presentada por Don Juan a la corona española, que la situación de la provincia de la Nueva España estaba demasiada agitada para “... ser todos amigos, sin que quede ni aun memoria de los fatales anteriores acontecimientos.”. Para ello se requería aceptar la Independencia de México y, ni así, vinieron años de guerras intestinas entre monarquistas, federalistas y centralistas, que nos ocuparemos más adelante.

Acá el texto de Don Juan:

“A los dignos militares y heroicos habitantes de Veracruz.

El capitán general y jefe superior político.

Luego que me encargué ayer del mando militar y político de estas provincias que el rey se dignó poner a mi cuidado, recibí del general gobernador de la plaza el diario de las ocurrencias de ésta desde el 25 del mes anterior hasta la fecha del parte. Al paso que me instruía de los sucesos, se aumentaban mis sentimientos de admiración debidos a un valor heroico, me dolía de vuestros sufrimientos, y compadecía a los que siendo nuestros hermanos, por un extravío de su acalorada imaginación, quisieron convertirse en nuestros enemigos, hostilizando a su patria, alterando la tranquilidad pública, ocasionando graves males a aquellos a quienes los unió la religión, la naturaleza y la sociedad con relaciones indestructibles, y atrayendo sobre sí la pena de un arrojo inconsiderado que pagaron los más de ellos con la muerte y la falta de libertad.

Aunque antes de pisar la tierra ya empecé a oír el feliz éxito de una defensa singular, la falta de representación pública entre vosotros, y de datos positivos, contuvo mis deseos de apresurarme a manifestaros mis sentimientos; dejaron de ser estas dificultades, y sobre creerlo un deber, tengo la mayor satisfacción en daros las gracias más expresivas en nombre de la nación, del rey constitucional, y por mi parte, por los distinguidos servicios que hicísteis a la causa pública; la más completa enhorabuena por el dichoso resultado de vuestros trabajos militares y gloriosa victoria; tributándoos al mismo tiempo los elogios de que sois dignos por vuestro valor, por vuestra disciplina, por vuestro amor al orden, a la conservación de vuestros derechos, y a que se conserve sin mancha en la historia el nombre español.

¡Ojalá que la expansión que siente mi alma al recordar vuestras virtudes cívicas, no estuviese acibarada por el profundo dolor que me causa la ceguedad de los que sin objeto legítimo y sin motivo justo se segregaron de nuestra sociedad y se declararon nuestros enemigos! Su sangre vertida manchando el suelo en que vieron la primera luz, es un espectáculo horroroso para todo lo que no esté desposeído de todos los sentimientos de humanidad; sólo resta para nuestro consuelo, el que ellos fueron los agresores, que no hicisteis sino defenderos, y que tengo esperanzas de que reducidos y desengañados dentro de poco volveremos a ser todos amigos, sin que quede ni aun memoria de los fatales anteriores acontecimientos.

Diré al gobierno por el primer correo, cuán dignos sois de su gratitud, y cuanto os debe la Patria; recomendaré a todos, y a cada uno de vosotros, y sabrá el mundo que los jefes, guarnición, milicia y vecindario de Veracruz, así como la marina nacional y mercante que se hallaba en su puerto, todos, todos merecen un lugar distinguido entre los buenos, y preferente entre los bravos y bizarros.

Veracruz, 4 de agosto de 1821.

Juan O’Donojú.”.

     

El éxito es muy incierto

El clérigo Miguel Ramos Arizpe, mexicano en las cortes españolas, pudo ser un promotor de que don Juan de O’Donojú navegara a la Nueva España como capitán general y político para sustituir al virrey Apodaca. Lo señala la Real Academia de Historia. Con don Juan venía en el barco el general Antonio Valero Bernabe de Fajardo de la isla de Puerto Rico pero formado en España y combatiente de la Guerra de Independencia contra los napoleónicos en 1808; con O’Donojú formó un binomio ideológico sin igual en la época que con otros integraron lo que entonces se conoció como “El Taller Sublime”, del que nos ocuparemos más tarde.

            Ramos Arizpe (15 de febrero de 1775, Valle de San Nicolás de la Capellanía, Provincias Internas de Oriente, Nueva España - 28 de abril de 1843, Puebla de los Ángeles) en realidad se llamó José Miguel Rafael Nepomuceno Ramos de Arreola y Arizpe. Era un estudioso desde su infancia: en Seminario de Monterrey fue ordenado sacerdote en 1803; cura del Real de Borbón; siguió estudiando en la Real Universidad de Guadalajara donde se doctoró en filosofía, cánones y leyes; docente del Seminario de Monterrey, pero le gustaba convivir con los campesinos.

En el año del señor de 1810 fue elegido diputado por Coahuila para las Cortes de Cádiz, España. Viajó al viejo mundo y, según los datos biográficos, destacó como legislador americano (1810-1814). Fue un liberal e independentista. Signó la primera constitución española, la Constitución de Cádiz de 1812, llamada La Pepa (por haber sido proclamada el día de San José).

            También fue víctima, como don Juan de O’Donojú, de la reacción absolutista (regreso al trono de Fernando VII y disolución de las Cortes). Detenido y sometido a juicio como tantos liberales gaditanos. Estuvo prisionero en Madrid y luego en el monasterio cartujo de Porta Coeli en Bétera, cerca de Valencia. Las revueltas populares le dieron la libertad y estuvo en el llamado “Trienio Liberal” de 1820 a 1823. volvió a su México Independiente y destacó en el Constituyente que redactó la Constitución de 1824.

En enero de 1821, las noticias llegaron a Madrid sobre una nueva rebelión en su provincia denominada Nueva España. No eran los insurgentes herederos de Hidalgo y Morelos, sino los Trigarantes que provenían de las propias filas realistas, al mando de Agustín de Iturbide.

Las Cortes españolas pretendían exportar a América, sus fórmulas liberales gaditanas: “... establecimiento de diputaciones, nombramiento de delegados del poder ejecutivo, jefes políticos de las provincias, etc. Tratando de buscar al hombre mejor capacitado para su ejecución, tanto el Ministerio como los componentes de la Asamblea, y en especial el mexicano Ramos Arizpe que lo conocía muy bien, apostaron por O’Donojú, que resultó elegido en medio de una abierta controversia.”.

            A continuación el texto completo de O’Donojú, donde “informa sobre la incertidumbre de su situación”.

“Excelentísimo señor.

Tengo el honor de acompañar a vuestra excelencia seis ejemplares de cada uno de los papeles que he dado al público después de mi llegada, para que vuestra excelencia tenga la bondad de manifestarlos a Su Majestad con las siguientes reflexiones. El dirigido a la guarnición y habitantes de Veracruz, no tiene otro objeto que el de felicitarles por su triunfo, y darles las gracias en nombre de la nación y del rey por el brillante servicio que acaban de verificar. En el que hablo a los habitantes de Nueva España, quizás se encontrarán algunas ideas que necesitan de aclaración. Habiendo dicho ya a vuestra excelencia en mi carta fecha del 3, núm. 1, el estado en que he encontrado estos reinos, y en el que me hallo, me ha parecido conveniente usar de medios dulces y adaptables al espíritu que abunda en el país; aun así el éxito es muy incierto, y no me atrevo a anticipar ideas de lo que haré si encuentro docilidad, porque en tan difícil situación podrán ser tan varias las circunstancias que destruyesen todo plan y me veré precisado a obrar según ellos, arreglándome siempre a proporcionar las mayores ventajas a mi nación, en cuanto sean compatibles con los deseos de estos pueblos, que tienen fuerzas para sostenerlos y llevarlos a cabo, cuando yo carezco de ellas para contenerlos, al menos mientras resolviese el gobierno. Sírvase vuestra excelencia hacerlo todo presente a Su Majestad asegurándole de mi patriotismo y amor a su persona.

Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.

Veracruz, 5 de agosto de 1821.

Excelentísimo señor. Juan O’Donojú.

Excelentísimo señor ministro de la Guerra.”.

¿Planearon esos colegas firmar la Independencia de México?

Sí alguien fue luminaria tras la consumación de la Independencia de México fue José Miguel Rafael Nepomuceno Ramos de Arreola y Arizpe. Su colega don Juan de O’Donojú había firmado los llamados Tratados de Córdoba y entró -enorgullecido como pavo real, a la ciudad de México, entonces capital de la ex provincia española de España- con el Ejército Trigarante, pero rehusó firmar el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, aquel 28 de septiembre de 1821. Año 1, de nuestra Independencia. Sus razones tuvo, de las cuales me ocuparé más tarde.

Siempre dejo para más tarde lo interesante de la Historia, en lugar de andar buscando “tres piés al gato”, mejor encontrar lo interesante de la Historia que inventar una Historia Interesante de la Historia, como hacen algunos colegas que venden como mercancía la Historia.

            Dos historias derivadas, nótese el toque de la matemática infinitesimal: El destino de Ramos Arizpe y del general Antonio Valero de Bernabé y Pacheco. El primero, combatiente en el constituyente de 1824 en México; el segundo, combatiente por la Independencia de Nuestra América.

            El clérigo y colega de don Juan de O’Donojú, participó del primer Congreso Mexicano, donde peleaban los grupos de poder: republicanos, borbonistas (monárquicos) y los iturbidistas, además de los ex insurgentes, léase Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, fray Servando Teresa de Mier y Carlos María de Bustamante que afilaban las espadas contra la monarquía moderada de Agustín I.

El clérigo liberal fue arrestado por decisión de la corona imperial de don Agustín I. Otros diputados también cayeron en prisión, mientras que Victoria y Guerrero se fugaron por el camino de La Marquesa para atrincherarse en el actual estado de Guerrero, donde tenían sus bases militares. El periodista Bustamante no escapó y fue arrestado, por segunda ocasión, a manos, ahora de los monárquicos del nuevo emperador: Agustín I.

Pero Ramos Arizpe salió victorioso por enésima ocasión. ¿Sí libró las cárceles del rey Fernando VII, por qué no las del emperador efímero, Agustín I?

Así que tras la abdicación de Agustín I, se le vio muy activo en la comisión que elaboró el proyecto de la Constitución Federal en 1823 y fue aprobado en 1824. La Constitución de 1824, la primera del México Independiente (la de 1814 promulgada en Apatzingán, fue del proyecto de nueva Nación).

Fue el 4 de octubre de 1824, cuando se juró la Constitución, muy al estilo español de jurar por todo: “Júralo por Díos” decíamos en nuestra niñez. La “Jura” de la constitución Federal de 1824 definió una República Federal integrada por 19 estados y 4 territorios federales (Texas formó parte del estado de Coahuila y Texas). Así empezó nuestra historia, de lucha entre monárquicos pro españoles, pro Agustín I, centralistas republicanos y federalistas republicanos. Una lucha que nos consumió hasta la Reforma de 1857, cuando el colega de don Juan de O’Donojú ya no estaba para contarla.

            El clérigo Ramos Arizpe, durante el gobierno del presidente Guadalupe Victoria (el primer presidente de México) entre de 1824 a 1829 fue ministro de Justicia, cargo que también ocupó de 1832 a 1833 con los presidentes Manuel Gómez Pedraza, Valentín Gómez Farías y Antonio López de Santa Anna. Fue un intelectual orgánico, se dice ahora en el léxico gramsciano. Un cuadro político de la Independencia.

1842.  Se le vio como diputado a Cortes Constituyentes por el estado de Puebla y miembro de la junta que surgió de las Bases de Tacubaya. Su defensa del federalismo le valió el sobrenombre de Padre del Federalismo. Yo sí lo creo, Ramos Arizpe, colega de don Juan de O’Donojú, es padre o uno de los padres y madres del federalismo mexicano.

            No era viejo o muy viejo. Tenía apenas 68 años de edad y sin haber amado, al menos eso creemos. Estaba muy enfermo de la llamada, en ese entonces, “gangrena seca” y lo visitó la muerte el 28 de abril de 1843. Ahí en Puebla, ahora de Los Ángeles, sirvió a Díos como deán y chantre de la Catedral poblana (por cierto hermosa).

            Para quienes quieran dejarle un recuerdo, está enterrado con honores, que se los merece por cuenta propia no por ser colega de O’Donojú, en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México (Miguel Ramos Arizpe, 1775-1843, Político y sacerdote, Coahuila). Ahí en el Valle de San Nicolás (Coahuila) vio la luz Ramos Arizpe, pero nunca volvió, en su honor se  denomina Ramos Arizpe.

Estoy muy de acuerdo.

Ramos Arizpe, Valero de Bernabé y Juan de  O'Donojú

En nuestra Historia Patria se nos enseña que don Agustín de Iturbide, vallisoletano y realista de corazón, tuvo la habilidad de enganchar los insurgentes Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Teresa de Mier y Carlos María de Bustamante al “Plan de Iguala” y, por supuesto, al recién llegado de España, don Juan de O’Donojú para que estampara su firma en el Tratado de Córdoba para facilitar la Consumación de la Independencia.

Lamento decirle al sistema educativo mexicano que no fueron así las cosas. Lo siento mucho. Sin minimizar las habilidades políticas del futuro primer emperador mexicano, fueron más complejas las cosas.

La Consumación de nuestra Independencia fue un proceso complejo donde confluyen diversas fuerzas de la península ibérica y de la Nueva España. Después de una década de guerra civil, todos podemos entender que “el horno no estaba para bollos”. Los realistas en el sur, al mando de Iturbide no podían acabar con la lucha insurgente al mando de Guerrero. Ni los insurgentes podían derrotar al ejército realista.

            En España se había restituido la Constitución gaditana y en la Nueva España se nombraron, por elección (del tipo siglo XIX), los ayuntamientos constitucionales gaditanos. Así muchos criollos asumieron los mandos políticos y no sólo militares. Por ejemplo, el general Antonio de León, dejó las armas y ganó el primer cabildo mixteco en Huajuapan, donde se levantó en armas en pro del Plan de Iguala, reconociendo a Iturbide en el mando militar.

            Iturbide, después de intentar sofocar la resistencia de los insurgentes del Sur (hoy buena parte del estado de Guerrero), decidió pactar con sus archienemigos de una larga y turbulenta década. Así nació el Plan de Iguala del 24 de febrero de 1821. Mandos realistas e insurgentes conformaron el Ejército de las Tres Garantías (Trigarante).

            Es una historia bastante conocida. ¿Pero qué hay de los peninsulares que fueron partidarios de la Independencia y actuaron en consecuencia? ¿Por qué no los recordamos?

            Uno de ellos venía, como hemos dicho, en el navío con don Juan de O’Donojú, colega de Ramos Arizpe: Antonio Valero de Bernabé y Pacheco, (Fajardo, Puerto Rico  26/10/1790–Bogotá, Colombia 7/07/1863). Sus biógrafos lo llamaron: Brigadier, masón, liberal, libertador y, debemos agregar, acompañó a don Juan de O’Donojú en su misión a la Nueva España.

Hijo de Cayetano Valero de Bernabé (aragonés) y de la puertorriqueña Rosa Pacheco de Ormandía. Quedó huérfano y su tío paterno, lo despachó a España para estudiar en la Academia Militar de Valencia (1803). Ahí lo agarró la invasión napoleónica de 1808 y se enroló en la resistecia. Según dicen sus biógrafos: peleó en el sitio de Zaragoza; en Tarragona, Sagunto, Carcante, Cullera, Castalla, Albaida, “lo que le hizo ganar el grado de coronel y le valió numerosas condecoraciones y galardones como: la cinta y la Cruz de Zaragoza, dos escudos de distinción y benemérito de la patria en grado heroico y eminente. Además se le otorgó la más alta condecoración española: la Cruz Laureada de San Fernando. Al terminar la guerra contaba tan sólo veinticuatro años.”.

La Guerra de Liberación de los franceses, llevó a Bernabé a abrazar la causa liberal gaditana. Sus influencias fueron el general José Rebolledo de Palafox (jefe militar y capitán general del Reino con sede en Zaragoza) y, más adelante, don Juan de O’Donojú. Y también se hizo adicto a la masonería.

Dicen sus biógrafos: “Al ser ayudante de campo del general Juan de O’Donojú, Valero se vio expuesto directamente a la masonería, a la que rápidamente abrazó. En ese contexto y en todos los lugares en que estuvo destinado entre 1814 y 1820 se lo encuentra destacándose por trabajar afanosamente en la organización de nuevas logias en toda la región de Andalucía. Con O’Donojú formó un binomio ideológico sin igual en la época que con otros integraron lo que entonces se conoció como ‘El Taller Sublime’...”.

Con esos antecedentes se puede inferir que tuvo participación directa o indirecta en el levantamiento del coronel Rafael de Riego en las Cabezas de San Juan (1820) contra el rey Fernando VII para hacer jurar la Constitución de Cádiz. El primer día de enero de 1820, Riego y otros oficiales, como Antonio Quiroga, “... proclamó la constitución y ordenó la detención del general en jefe del cuerpo expedicionario encargado de terminar con los independentistas sudamericanos que estaban azotando las colonias españolas.”.

Cuando O’Donojú fue enviado a la Nueva España, “... Valero le acompañó como su secretario y ayudante personal. Allí el puertorriqueño tuvo una destacada participación en las negociaciones que primero se realizaron en 1820 con el comandante militar mexicano Agustín de Itúrbide y que desembocaron en la firma de los Tratados de Córdoba del 24 de agosto de 1821. Con ello se aceptó por los españoles y se confirmó el Plan de Iguala que había sido proclamado el 28 de febrero de aquel año. El mismo declaró la independencia de México como estado monárquico separado de España y bajo Fernando VII. Esa situación no fue bien vista ni aprobada por la Corona Española, como tampoco lo fueron los militares que participaron en las mismas, lo anterior podría representar inconvenientes a la hora de regresar a la Península.  Sin embargo el nuevo estado ofreció grados y empleos a los militares españoles que desearan integrarse a la patria mexicana. Toda vez que solo se rompieron los lazos políticos con España —no así los culturales, espirituales y lingüísticos— no fue difícil para muchos soldados y jefes españoles aceptar aquel ofrecimiento; entre ellos estuvo Antonio Valero quien dejó al lado no solo la misión que le llevará a México, sino además su acatamiento al gobierno de Fernando VII.  No obstante la lealtad a su ideario liberal y masón quedó intacta al ingresar al ejército mexicano, pues en América la libertad y la tenían un futuro que en ese momento era halagador.  Desde entonces echó su suerte y su trabajo a la formación de la nueva nación.  Fue en esta época que su labor le acredita para la Cruz de la Independencia Mexicana.”.

Con la crisis de la monarquía mexicana del emperador Agustín I, el puertorriqueño fue acusado de “conspirador” como tantos otros… Dejó México, pero su semilla libertaria floreció, aunque no se le reconozca. Se sumó al ejército de Simón Bolívar y ahí siguió luchando por la independencia de Nuestra América y soñó con independizar a su Matria: el Borinken.

 Los astros se alinean, pero sin Guadalupe Victoria

Honor a quien honor merece. Guadalupe Victoria no firmó ni el Plan de Iguala ni el Tratado de Córdoba con los gachupines y trigarantes. No es justo. Tampoco entró con honores a Ciudad de México, ni firmó el Acta de Independencia, es más, ni los mexicanos lo recuerdan. Pero fue pieza clave de  nuestra Independencia.

            Era muy joven cuando fue reclutado por el generalísimo Morelos en las costas del sur. Fue en el año del Señor de 1810-1811. Es más, se llamaba José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, luego, en la toma de Oaxaca, que en ese entonces se le llamaba la Antequera (1812), se hizo apodar: Guadalupe Victoria, porque mi generalísimo decía, quizá sin razón, que todas sus victorias se las debía a Guadalupe, la vírgen morena. Yo no lo creo, pero Morelos y José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, sí. Y, por eso se puso: Guadalupe Victoria, para que el generalísimo lo volteara a ver. Yo no lo creo. Porque el generalísimo sabía formar cuadros (no como los partidos políticos de hoy).

Morelos le echó el ojo, bueno los dos, porque sabía que era un cuadro militar que despuntaba y tenía madera como para construir una presidencia. Así era el generalísimo.

No pienso contar la historia de ese joven que se volvió presidente de México, de hecho, el primero. Me interesa contar cuando lo daban por muerto o quizá, de parranda… Ni una ni otra. Victoria seguía peleando por la independencia, cuando don Juan de O’Donojú y Valero Bernabé arribaron al puerto de Veracruz. ¿Qué día? Ya se los dije… hagan memoria.

Victoria demostró que los “Sonidos del Silencio” en la guerra son más mortales que los petardos: Hola, silencio, vieja camarada.

Resulta que el tal Victoria en 1818 se dirigía así a los americanos:

“Americanos, la sagrada llama del entusiasmo arde ahora con más fuerza que nunca por los cuatro ángulos de la América. Sí, unión y fijaremos para siempre el árbol de nuestra libertad. Pueblo de Acazónica, 16 de septiembre de 1818”.

Más adelante le informan: “Felipe Romero a Victoria, Informa que el enemigo incendió los campos y otros movimientos. 1818, septiembre 19, La Laguna.” (AGN, Operaciones de Guerra, vol. 932, fs. 256-256v.). Más adelante concede perdón: “Victoria concede un Perdón General con ocasión de los últimos Triunfos. 1818, octubre 10, Santa Fe sobre Veracruz (AGN, Operaciones de Guerra, vol. 932, fs. 258-259.).

Incluso una insurgenta María Lucía Martínez, le confiesa:

“Excelentísimo señor: Las gallinas que tenía, las he gastado en alimentar al alférez don Joaquín Arenas al que desde que vino lo he estado alimentando con ellas y ahora ya le estoy matando pollitos, por no haber otra cosa, pues las tres que han quedado son para darle al enfermo los huevos, yo me alegraré tener para poder mandar a vuestra excelencia las que me pide. Apreciaré se mantenga vuestra excelencia los muchos años que le desea su afectísima servidora que sus manos besa. María Lucía Martínez.”

¿Ven? Mi general no estaba muerto ni andaba de parranda tomando caña, dicen los españoles.

Así que en noviembre de 1818 se dirigieron de esta manera:

“El Gobierno Provincial Mexicano de las Provincias del Poniente, comisiona a Miguel Arias y Juan Bradburn, para entrevistarse con Victoria. Van facultados para acciones militares. etc. 1818, noviembre 23, Tecpan (AGN, Operaciones de Guerra, vol. 932, fs. 261-262.).”

Entonces apareció Antonio López de Santa Anna para combatir a mi general:

“Antonio López de Santa Anna a Pascual de Liñan, Informe sobre la Persecución contra Victoria. 1819, febrero 23, San Diego (AGN, Operaciones de Guerra, vol. 490, fs. 165-168 v).

Escribió: “Excelentísimo señor: Consecuente con lo que tenía participado a vuestra señoría, salí de este punto, el día 12 de la fecha, con 70 caballos, de los nuevos indultados con dirección a la sierra de Masatiopa, en busca del cabecilla Victoria, que las repetidas noticias que tienen de haberse pasado por aquel rumbo buscando el abrigo de los de su partido, Romero y Tinoco.”.

Y, así, años tras año, como un pez nadando en la misma pecera, diría Pink Floyd.

Dos años después aparecen nuevos reportes de Victoria:

José Ignacio Iberri a José Dávila, informó lo averiguado por dos espías que envió a San Diego y a los que les fue “Dada Proclama de Victoria” (1821, enero 1, Campo de Santa Fe. 1821, enero 2, Veracruz. AGN, Operaciones de Guerra, vol. 259, f. 82.).

El informe dice: “Estos mismos individuos me aseguran que en dicho pueblo hay doscientos hombres armados, y que están combinados y de acuerdo con los de Jamapa, Tamarindo, Temascal, Medellín y Tlalixcoyan; y habiendo sabido el cabecilla Crisanto que los precitados individuos se regresaban para este puerto, les entregó la proclama adjunta firmada por Victoria, para el comandante que se hallaba en él.”.

Los reportes eran precisos sobre los levantamientos promovidos por Guadalupe Victoria: José Dávila le escribió a su superior José Ignacio Iberri Ordenando el Ataque a San Diego, el 2 de enero de 1821, ahí le señaló que: “La proclama que a nombre de Guadalupe Victoria me acompaña vuestra merced en su oficio de 1º de enero y me ha entregado el capitán don Francisco Hernández, han confirmado el levantamiento de los vecinos de San Diego, capitaneados por Crisanto de Castro. La certeza de la noticia, la falta de armas de fuego en que debemos suponerlos, y la corta reunión de rebeldes hasta el día, nos presenta la senda que debemos seguir y que es preciso atacarlos sin detención, antes que se reúna mayor número de rebeldes y que consigan aumento de armas. En tal concepto, y de que en Tlacotalpan han sido rechazados por aquel vecindario una reunión, quitándole armas y caballos. Espero que vuestra merced con su actividad, ejecute del modo que más considere eficaz al atacar a San Diego, en la inteligencia de que escribo al señor Hevia, comandante de las villas, despache tropa al Temascal y al señor Horbegoso de Jalapa que verifique lo mismo a Paso de Ovejas.” (Dios guarde a vuestra merced muchos años. Veracruz, 2 de enero de 1821. José Dávila. Señor don José Ignacio Iberri. Es copia. Veracruz, enero de 1821. Francisco Antonio Rodal [Rúbrica.] Veracruz. AGN, Operaciones de Guerra, vol. 259, f. 83).

Más adelante Inocencio Villamil informó a las autoridades novohispanas: “Observaciones, el número de insurgentes serán cien hombres de caballería perfectamente armados y montados, el resto con sus machetes y mal montados, pocas municiones, menos víveres, pues para esto tienen que salir a las rancherías inmediatas a buscar sus familias estantes, que les suministren tortillas o robar a los caminantes. El descontento entre los que sirven de soldados es mucho y aún algunos de los que hacen de cabezas no sirven gustosos. Veracruz, 10 de enero de 1821).

Guadalupe Victoria y los insurgentes estaban activos y resistiendo por los rumbos de Veracruz. El expresidente nació en Villa de Tamazula, Durango en 1786 y murió en el Castillo de Perote el 21 de marzo de 1843. Estudió en el Seminario de Durango y posteriormente en el Colegio de San Ildefonso en 1811 para estudiar Jurisprudencia. Se unió a la insurgencia en 1811-1812.

Y eso fue lo que ocurrió, cuando el historiador contó su cuento. Su cara se puso fantasmal, quizá más pálida que una sombra.

Fuentes

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

Juan Ortiz Escamilla (Comp.) [Con la colaboración de David Carbajal López y Paulo César López Romero]. Veracruz. La guerra por la Independencia de México 1821-1825. Antología de documentos. Comisión Estatal del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.

Luis A. Canela Morales (Coord.). Los Tratados de Córdoba. Recuperado en https://www.inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Los_tratados_de_Cordoba.pdf

Rodrigo Moreno Gutiérrez. La trigarancia. Fuerzas armadas en la consumación de la independencia. Nueva España, 1820-1821, recuperado de:

https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/trigarancia/04_04_Capitulo3_Desarrollo.pdf

___, Ortiz Escamilla, Juan (2010). El teatro de la Guerra: Veracruz 1750-1825. Publicacions de la Universitat Jaume I.

Guadalupe Victoria. Documentos I (1986) [compiladores Carlos Herrejón Peredo y Carmen Saucedo Zarco]. México. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

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CENTROAMÉRICA.- El paradigma atlántico y constitucional

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01 Abril 2022
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Por Rodolfo González

Uno de los aspectos narrativos más importantes en que el liberalismo observó la era de las revoluciones fue que estos fueron el resultado de un progreso iniciado por la revolución francesa y sus ideas de libertad y progreso. La asociación entre ideas republicanas francesas y las independencias se mantuvo, y se mantiene, presente en la explicación de las independencias americanas. Como una suerte de ondas en el agua o como una genealogía política de revoluciones se interpretó la evolución de los acontecimientos históricos. Tal perspectiva permeó todo el espectro político de la derecha a la izquierda. ¿Porqué? Debido al paradigma del progreso, es decir, la idea general de que lo revolucionario estaba asociado al progreso, bien fuese algo tecnológico, social, etc. ¿De dónde y cómo surgió ese relato? A riesgo de equivocarme podría ser sin duda por el prestigio político y cultural que tuvo Francia en el mundo liberal americano ¿Cuántas historias conocemos de escritores que fueron a estudiar a Francia? Digo, Darío o Asturias no eran la excepción. Es que era chilero decir “somos el progreso, somos la libertad, hablamos francés y todos venimos de las revoluciones liberales que empezaron en 1789”, o algo así.

Ahora bien, la recepción de las noticias e ideas revolucionarias francesas llegaron a los territorios americanos, la influencia de estas y, las del liberalismo británico, no fueron tan decisivas en el curso de los acontecimientos. Eso fue más bien mérito de los jóvenes Estados Unidos. Evidenciar esa influencia solo se hizo evidente con la revisión de trabajos conforme se acercó el bicentenario de la independencia de los Estados Unidos en la década de 1970. Destacar la incidencia de las ideas, leyes y de la guerra de independencia en el Caribe, empezó por los historiadores norteamericanos que estudiaban Latinoamérica y los españoles americanistas.

Esta perspectiva de influencia intercontinental de ideas era evidente para la academia mexicana debido al rol fundamental que ejercieron las ciudades portuarias como Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Nueva Orleans como nodos de interacción e intercambio de mercancías e ideas. De hecho, gracias a los permisos de negociar con naciones neutrales durante las guerras napoleónicas, los territorios americanos comerciaron activamente con Estados Unidos como intermediario en el Caribe, o con las embarcaciones pesqueras y balleneras en el Cono Sur y el Océano Pacífico (¿Se acuerdan donde sucedió la historia que inspiró el relato de Moby Dick?), así como lo han señalado los trabajos de Carlos Marichal, Mario Trujillo Bolio y Cristina Mazzeo, entre otros.

Para la historia, eso ensanchó los horizontes interpretativos. No solo se trataba de una relación colonial francoanglosajona en la historia de América, era un proceso continental. Quizá uno de los trabajos que planteó varias situaciones clave para entender ello, específicamente para las independencias, fue Peggy K. Liss y su “Los imperios transatlánticos”. Ese fue una mirada bastante comprehensiva sobre la interacción de los procesos políticos del mundo atlántico y como se vincularon con los hispanoamericanos La diferencia sustancial de esta interpretación, fue que la autora observó que el espacio americano no solo fue un receptor pasivo de los acontecimientos europeos o como un reflejo de la revolución francesa. Los actores americanos (anglos, hispanos y portugueses) dejaron una huella importante en las revoluciones atlánticas, desde las guerras coloniales (peleadas sobre todo por americanos) a las guerras de independencia. La única ausencia notable en buena parte de las historias atlánticas fue reconocer la existencia de un Atlántico Negro. Eso no es cosa menor, porque lo mismo fluían ideas y armas, entre América y África. Aunque, el comercio triangular del comercio de esclavos/diáspora africana, fue esencial, también lo fueron las ideas y modelos políticos. No nos olvidemos de Haití y como influyó su independencia en la crisis francesa que les hizo vender Lousiana a Estados Unidos, la proliferación del miedo y la rebelión en Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico y Nueva Granada, el estallido de la mayor rebelión esclava en Estados Unidos en Nueva Orleans en 1811, la prohibición de la esclavitud en territorios hispanos en la independencia y la invención del estado de Liberia con el auspicio de Estados Unidos.

Pero lo que más pesó en las discusiones sobre el atlántico fue el liberalismo y el constitucionalismo. Los primeros en plantearlo para el caso centroamericanos fueron Jorge Mario García Laguardia y Mario Rodríguez. Ambos destacaron la influencia de la Constitución de Cádiz en la historia política centroamericana entre 1808-1826 y como moldeó su experiencia política. No sería exagerado plantear, que se trató de una revolución constitucional que dejó huella en toda la población del antiguo reino de Guatemala.

En los años noventa se dedicó más análisis a esta coyuntura. Ello respondió, en parte, a que los debates académicos transitaron de la organización social y el paradigma revolucionario a la reflexión sobre la democracia y la participación ciudadana. Desde ese momento los principales referentes fueron los trabajos Francois Xavier-Guerra, Annick Lemperiere y Antonio Annino que agarraron a México como estudio de caso. Xavier-Guerra, en especial, destacó al liberalismo español como un horizonte compartido por las elites que protagonizaron la política estatal de inicios del siglo XIX en ambos lados del Atlántico.

Para no hacerles muy largo o pesado el texto, les dejaré cuatro trabajos que les servirán para profundizar un horizonte más general de esa historiografía (1), los pormenores de la época gaditana para Guatemala (2) y sobre la cultura política a propósito del ejercicio de la ciudadanía, los derechos sociales (3) y el derecho a la rebelión (4).

¿Para qué sirve tener presente todo lo anterior? Cuando desapareció la figura legítima del rey en la Monarquía hispana, se creó un vacío político que se llenó con la idea del pactismo. En teoría, el rey garantizaba la unidad del cuerpo social y en su ausencia, las partes, las corporaciones (ayuntamientos, iglesia, consulados de comercio) tenían la potestad de decidir qué hacer porque eran garantes de la legitimidad. Así, que se decidió, mientras se enfrentaban a Napoleón, convocar a los representantes de la monarquía y crear una Constitución.

Un documento así era revolucionario por lo que cambió: el lenguaje y el significado de las palabras (ciudadano no solo era el vecino de un lugar, sino alguien con derechos políticos), la ciudadanía (se legisló en principio para que todos fuesen iguales, lo que implicó que indios eran iguales a criollos, criollos a peninsulares y peninsulares a mulatos), la forma de elegir y ser electo (apoyándose en los sistemas parroquiales para decidir en cuerpo representantes que, a su vez, elegían otros representantes para ocupar nuevos aparatos políticos que separaban los poderes ejecutivo, judicial y legislativo), legitimidad (el simbolismo y legitimidad política expresada de forma pública en juras a la constitución y no necesariamente al rey), entre otras cosas.

La experiencia gaditana creó una auténtica escuela política. Hubo más ingresos a estudiar en la universidad desde 1808 que los tres decenios anteriores. La abolición del tributo y el trabajo personal, impactó en la movilización indígena que, junto a la conciencia de que se podía crear un gobierno legítimo constitucional dentro de la monarquía, generó dos ciclos soberanos de Totonicapán en 1813 y 1820. Se radicalizaron los sectores populares mestizos y mulatos, ya que podían acceder a cargos públicos sin la “mancha” de su origen de casta y tener más derechos para evadir y rechazar las cargas fiscales. Ese motivo, de hecho, estuvo en el fondo de las movilizaciones de elites y grupos populares de San Salvador, Tegucigalpa, León y Granada entre 1811 y 1812. Asimismo, la proliferación de documentos escritos como El Amigo de la Patria y el Editor Constitucional, dando puntos de vista opuesto y confluyentes sobre varios temas, estimuló el debate político de la época, al igual que las tertulias políticas donde hombres y mujeres participaban de la élite participaban abiertamente, y los sermones que se dialogaban o rechazaban abiertamente el nuevo paradigma político. El mismo peso tenían las representaciones artísticas como obras de teatro, poesías y procesiones facetas efímeras, pero no menos políticas.

El paradigma político dejó de tener fuerza hacia 1826, bien entrada la etapa independiente y con el advenimiento de las guerras federales. El amplio abanico de la noción de ciudadanía igualitaria se fue estrechando paulatinamente solo dejando con legitimidad a aquellos vecinos de buena reputación, de oficio reconocido e ingreso seguro. Lo irónico, es que pese a eso la la participación política no. La participación electiva de individuos para ocupar cargos de gobierno mantuvo el horizonte de la existencia de derechos sociales, gracias también a la continuidad de formas políticas usadas desde abajo desde la época monárquica como la petición, rogativas y solicitud de clemencia. Si eso no fuera suficiente, si los resultados de las elecciones no eran satisfactorios (recordemos que la elección es un medio de resolución política y no un fin en sí mismo) no era casual que hubiera levantamientos armados para impugnar los resultados, lo cual fue recurrente en Nicaragua y Honduras. No menos importante, en ese sentido, fue que la retórica constitucionalista se mantuvo presente en el rechazo a la tiranía, según la retórica del apego a las leyes y la defensa de los derechos ciudadanos, algo bien presente hasta las revoluciones liberales de finales del siglo XIX.

En fin, tanto el contexto atlántico de una cultura compartida como de la revolución gaditana abre mucho la perspectiva de lectura de la era de las revoluciones. Sn embargo, hay un problema. Si bien Xavier-Guerra, su mejor exponente, dejó bien claras las condiciones de unidad de América con la Península como un mismo proceso, no explicó las razones del rompimiento político independentista. Para observar ello, es necesario leer las cosas desde el ángulo propiamente de las guerras civiles y revoluciones armadas.

  1. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/48878/48689
  2. http://www.historiaconstitucional.com/index.php/historiaconstitucional/article/view/770/178178372
  3. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/dialogos/article/view/47030/48535
  4. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2558489.pdf
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GUATEMALA.- El Consejo Superior Universitario, el desgobierno en la USAC y su impostergable transformación

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Administrator
01 Febrero 2023
Visto: 222

Por César Antonio Estrada Mendizábal

Guatemala, enero de 2023

Según su Ley Orgánica, la Universidad de San Carlos de Guatemala tendrá para su gobierno un Consejo Superior Universitario (CSU), un Cuerpo Electoral Universitario y un Rector, y es el caso de ver que en la actual crisis que tiene postrada a la USAC como consecuencia del evidente fraude electoral en la elección de rector, ha sido precisamente el CSU el instrumento usado para tal fin. Las nefastas consecuencias de este hecho en la carrera de los estudiantes, las diversas actividades universitarias y la moral de esta Institución de Educación Superior son hondas y requerirán tiempo y dedicación para ser superadas.

El Consejo Superior está formado por el rector, que lo preside, y cuatro representantes de cada una de las diez facultades de la universidad que son elegidos por su respectivo sector (su decano y representantes estudiantiles, docentes y del respectivo colegio profesional). El rector es electo en un enredado proceso indirecto exclusivamente por los miembros de las facultades y de sus colegios. Las Escuelas que no son parte de dichas facultades y los Centros universitarios regionales no están representados en dicho órgano, con la consiguiente pérdida de legitimidad de aquel, ni pueden participar en las elecciones de rector.

Pues bien, el CSU, máximo órgano de gobierno de la Universidad, es quien debe rendir cuentas como responsable del fraude y del consiguiente menoscabo de la autonomía universitaria. Esto ha sido evidente por múltiples hechos conocidos públicamente desde el momento en que, tras la captura del entonces rector Murphy Paiz en febrero de 2021 y ante su ausencia definitiva del cargo, transgredió la Ley Orgánica (Artículo 28) al no convocar elecciones de rector en un plazo de treinta días. Luego vino una serie de graves anomalías que incluyen la exclusión de legítimos cuerpos electorales que dio lugar a que sólo 135 del total de 170 electores fueran convocados, y de los cuales solamente a 71 se les permitió votar en la viciada elección de rector en mayo del año pasado que dio pie a la digna resistencia estudiantil que, con el apoyo de profesores y trabajadores, tomó importantes instalaciones de la USAC. Diversos artículos periodísticos dan cuenta de esta trama, tal como el bien informado reportaje “La red que permitió el fraude en la USAC y protegió a Mazariegos” de Paolina Albani, publicado en Prensa Comunitaria[i] en julio recién pasado. [El CSU sumó otra seria arbitrariedad este viernes 27 de enero al defenestrar a uno de sus propios miembros que hacen oposición: expulsó de la universidad a Camilo García, representante de los estudiantes de la Facultad de Farmacia.]

Entonces, uno puede preguntarse ¿cómo pudo suceder esto en una universidad que se precie de serlo, en nuestra Universidad de San Carlos que, además, debería tener muy presente su función social?, ¿cómo y por qué sus directivos y autoridades pudieron permitirlo y han sido reacios al diálogo con los estudiantes? Después de todo, los miembros del CSU han sido elegidos por profesores y alumnos de las facultades y por los profesionales colegiados para que los representen en dicho órgano que dirige y administra la universidad y, de acuerdo con la Ley Orgánica (Título IV, inciso k), deben velar por la observancia de la Ley y de los Estatutos universitarios. Mi experiencia como profesor y como exmiembro del Consejo Superior Universitario me permite ofrecer algunas observaciones al respecto con el objetivo de que puedan ser de alguna utilidad en las discusiones de posibles cambios sustanciales que podrían generarse a raíz de la presente crisis. Se trata, por supuesto, de una visión panorámica de la problemática cuyos distintos elementos pueden ser ulteriormente considerados con mayor detenimiento.

El Consejo Superior Universitario se ha separado de las bases universitarias:

Desde hace lustros, los miembros del Consejo, en la práctica y en general, dejaron de representar a los estudiantes, profesores y profesionales colegiados. No existe comunicación entre el común de los universitarios y quienes se supone son sus representantes en la dirección de la universidad. Esto se nota desde el momento en que se realizan las elecciones para designar a los que ocuparán estos cargos: los candidatos raras veces surgen del sentir y de las aspiraciones estudiantiles o de los claustros y, todo lo contrario, han sido vistos o seleccionados previamente por las redes políticas y pseudoacadémicas que han detentado el control de la San Carlos para mantener y fortalecer el estado de cosas. Poco puede esperarse, entonces, de su capacidad y de su actuación, especialmente en un medio donde el intercambio de favores y el clientelismo se perciben en el ambiente.

En esta desconexión y desinterés también tiene responsabilidad la población universitaria que, adoptando una actitud indiferente o conformista, no busca comunicarse con los que ha elegido para llevar su voz al Consejo. Sin embargo, la mayor falta claramente recae en los representantes que no cumplen el deber de informar a sus bases, de estar en diálogo continuo con profesores y estudiantes para que sus necesidades académicas y sus planteamientos sean considerados, discutidos y tomados en cuenta en la conducción y en la actividad de su Casa de estudios. El colmo es el secretismo que se practica en el CSU quien se ha negado a que sus sesiones se hagan públicas o sean transmitidas en vivo, e incluso oculta los nombres de quienes apoyan y votan por mociones de cruciales asuntos universitarios. Al contrario de todo esto, la comunicación y la confianza deberían ser cultivadas como condición necesaria para dar lugar a la formación de una sana y pujante comunidad universitaria.

Es de notar, sin embargo, que en la presente crisis ha habido un significativo y meritorio grupo como de diez miembros que dentro del Consejo han argumentado y actuado para tratar de impedir la anómala designación de rector y propiciar el diálogo pero que no han informado a la población universitaria con las suficientes amplitud y difusión cuál es la postura de cada uno de ellos como representante de su respectivo sector ni lo que acontece en las sesiones en que se discuten graves asuntos que conciernen a toda la universidad. Nuevamente, es un caso del aislamiento de los representantes que terminan actuando a título personal en los grupos directivos.

Estas precarias condiciones, la influencia de espurios intereses de grupos de poder ajenos a la universidad y la conocida hostilidad del Estado han servido de caldo de cultivo al germen de la paulatina decadencia cultural, moral y política del órgano superior de gobierno de la Universidad de San Carlos, descomposición que se hizo patente al haber propiciado y permitido el flagrante fraude electoral en las elecciones de rector. Como puede verse por sus acciones, el Consejo Superior Universitario, finalmente, se hizo autosuficiente, se desligó de sus bases y de sus objetivos académicos, y devino en una especie de autarquía que actúa autoritariamente en contra de los fines y de la salud de su propia institución. Así, como es natural, el auténtico espíritu universitario casi desaparece y el camino de la recuperación se hace cuesta arriba aunque todavía quedan rescoldos de conciencia y dignidad.

Algunos pasos a la salida:

“No hay mal que dure cien años ni enfermo que lo aguante”… Finalmente, esta grave crisis de la universidad va a resolverse en un sentido o en otro y, llegado el momento, los universitarios lúcidos y conscientes tendrán que unir pensamiento y fuerzas para intentar cambios fundamentales que apunten a la recuperación de la esencia cultural, científica y popular de la Carolina.

La necesidad de una verdadera Reforma universitaria se hace sentir desde hace muchos años. Sin embargo, para que dicha reforma sea sustancial y eficaz, antes debe darse, como condición sine qua non, la reforma política y organizativa de la universidad que cambie sus órganos de gobierno y les dé una composición apropiada, modificando y adecuando su régimen electoral de modo que responda a la naturaleza universitaria[ii], y es aquí, precisamente, donde se hace patente que el cambio del Consejo Superior Universitario es urgente e impostergable.

Al tener en la mira estos objetivos, empero, debemos estar conscientes de que las circunstancias históricas del país nos imponen un marco formal que condiciona lo que es posible llevar a cabo. La Universidad de San Carlos de Guatemala es estatal y se rige por su Ley Orgánica (Decreto 325 del Congreso, 28 de enero de 1947), lo que la condiciona a la legalidad del Estado, aunque la Constitución la faculta para darse sus propios reglamentos. Como han señalado otros autores desde los años próximos a la década revolucionaria[iii] y, recientemente Virgilio Álvarez[iv], se necesita un nuevo pacto social, acaso una transformación del Estado, para emprender la revolución -que eso es una auténtica reforma- universitaria.

Aun teniendo presente lo anterior, pueden intentarse unos cuantos cambios cuantitativos -quizá algunos cualitativos también- en la estructura del gobierno de la USAC, cambios alcanzables que abran brecha hacia la consecución de otras transformaciones necesarias. Concretamente, el Consejo Superior Universitario debe ser replanteado y debe rehacerse para lo cual un ineludible y primer paso es la renovación, la sustitución de sus miembros actuales. Aunque esta tarea requiere formación, idoneidad, conocimiento de nuestra realidad y el concurso de muchos, podemos lanzar a la palestra algunas ideas considerando que el CSU debe adaptarse a las condiciones y necesidades actuales de la universidad.

  • Cambios en las funciones y estructura del Consejo:

En su quehacer y en sus sesiones, el CSU se encarga de una infinidad de temas que, en realidad, no le corresponden como máximo órgano de dirección de una universidad sino a otras dependencias subalternas o a las distintas unidades académicas. Dicho órgano debería ser académico y político -en el sentido sano del término- y encargarse de asuntos de la Filosofía y la Política universitarias y del rumbo general de la Institución de cara a la realidad nacional. A cambio de esto, en las sesiones campean la fuerza de la costumbre, el formalismo y la rigidez legalista y se tratan asuntos tan variopintos y particulares que van desde la lectura y aprobación de las actas, innumerables dictámenes y recursos legales, hasta autorizaciones de cuotas de programas académicos o de subsidios del IGSS solicitados por trabajadores individuales, reclamos de algún estudiante para que le permitan llevar un curso, etcétera.

Por lo anterior, podría considerarse modificar el gobierno de la universidad y establecer un Consejo Superior ágil, desembarazado de asuntos particulares o nimios, idóneo académicamente y representativo de la población universitaria que se encargara de los asuntos verdaderamente importantes, y otro órgano, dependiente del primero, que viera los asuntos de índole administrativa. No obstante, según lo que se dijo anteriormente, la necesidad hacer cambios en Ley Orgánica de la Universidad y en la Constitución de la República, así como la existencia de un Congreso Nacional poco confiable por su composición y su deterioro político son obstáculos formidables para el logro de estos cambios.

  • Cambios en la composición del CSU

Independientemente de lo dicho, la composición del Consejo Superior Universitario debe ser cambiada. Lo más evidente es la ausencia o la exclusión de los estudiantes y profesores de los Centros universitarios regionales y de las Escuelas que no son parte de las facultades actuales. Es indispensable incluirlos para que hagan oír su voz y contribuyan con sus anhelos y planteamientos en la conducción y gestión universitarias. Llama la atención, por ejemplo, que centros tan importantes como el Centro Universitario de Occidente (CUNOC) o escuelas de las indispensables Ciencias Sociales estén ausentes del Consejo. Será cuestión de ver que la cantidad de miembros del Consejo no crezca tanto que se haga inmanejable, o de que simplemente se amplíe y se obtenga más de lo mismo que ya padecemos.

En este sentido, un punto crucial que debe abordarse es el excesivo e innecesario peso que ejercen los colegios de profesionales en el CSU y, en general, en los diversos órganos directivos de la universidad. La Ley Orgánica de la USAC se creó en 1947 cuando recién se salía de la dictadura ubiquista, y las condiciones históricas del momento pudieron justificar el requisito de incluir profesionales colegiados en el Consejo pero actualmente la situación social es completamente distinta.  En realidad, puede decirse que estos colegios de hecho, desde un principio han podido expresar su sentir en la USAC pues los profesores miembros de los diversos órganos directivos son también colegiados, por lo que no necesitan adicionales representantes formales. Mi propuesta es que en el Consejo Superior Universitario no haya, se prescinda de sus miembros designados por los colegios, de tal modo que las vacantes dejadas por ellos sean ocupadas por los Centros Universitarios y las Escuelas, lo cual adquiere más sentido si se observa que, por lo general, aquellos son profesionales ajenos a la vida universitaria con una visión gremial y particularista. Un ejemplo notorio de que esto es factible lo constituye la UNAM en cuyos Consejo Universitario y Junta de Gobierno no hay representantes de los colegios profesionales[v].

Finalmente, esta aguda crisis es una quizá irrepetible oportunidad para analizar nuestra situación y hacernos cargo de ella, reflexionar, intercambiar ideas, discutirlas y buscar ponernos de acuerdo en la Universidad que necesitamos y queremos. Es cuestión de aprovechar la ocasión y empezar a recorrer el arduo y sinuoso camino que nos conduzca a esa ansiada Casa de Estudios Superiores.

 

[i] https://prensacomunitaria.org/2022/07/la-red-que-permitio-el-fraude-en-la-usac-y-protegio-a-mazariegos/

[ii] Estrada M. César A., Los cambios previos de la Usac necesarios para la reforma universitaria

 Revista de Análisis de la Realidad Nacional, IPNUSAC, Año 6, Edición 123, agosto de 2017, p. 133-142.

[iii] Balcárcel O., José Luis, En torno a la dialéctica de la universidad (Noviembre de 1961) en Pensamiento universitario Enfoque crítico, Editorial Universitaria, Guatemala, 1977.

[iv] https://www.gazeta.gt/una-cloaca-llamada-csu/

[v] https://www.unam.mx/acerca-de-la-unam/organizacion

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Guatemala

GUATEMALA.- Los bloqueos a la igualdad: ¿emerge una nueva lógica en el discurso de las manifestaciones?

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24 Septiembre 2021
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Por Felipe Girón

En las últimas protestas, movilizaciones y paros que hemos asistido a partir del 27J del 2021 y a lo largo de julio de este año en Guatemala, también hemos visto cómo las élites en el poder, civiles y gobernantes principalmente han desplegado su tradicional discurso alegando que las manifestaciones o “bloqueos”; son violatorias de derecho, principalmente civiles y privados. Esta no es una táctica nueva por parte de las élites para deslegitimar las protestas. Lo que es nuevo es que ha emergido una voz tratando de resignificar los “otros” bloqueos. Sí aquellos bloqueos que afectan en mayor grado al “bien común” y a un amplio conjunto de derechos que los “bloqueos” en la vía pública para la manifestación. ¿Es esto una crítica a la ideología dominante y sus dispositivos? ¿Es esto una contra argumentación y una disputa por los significados en el discurso?

En este texto ensayo una reflexión y una crítica en torno a las estructuras de significados y los dispositivos que las clases dominantes emplean para reducir los espacios de interpelación a la autoridad política. Primero haré un marco teórico de interpretación. Luego veremos las referencias discursivas del CACIF para luego ser contrastadas con algunas referencias de las manifestaciones. A partir de ello, se hará una reflexión para proponer puntos semánticos a ser desmontados del andamiaje ideológico que sustenta la dominación.

Parte I. Enfoque teórico

Marco de interpretación y análisis

La tesis de la ideología dominante (Abercrombie, Turner, y Hill 1987; Marx y Engels 1976), ha tenido derivaciones teóricas posteriores. Una de ellas, a criterio de este autor, es la elaborada por Gramsci en torno a la noción del bloque hegemónico. Otra es la desarrollada por Laclau (Laclau y Mouffe 1987) y las teorías del discurso a partir del estructuralismo lingüístico y otros estructuralismos como el social y cultural; y el llamado posestructuralismo, etiqueta poco útil algunas veces. 

Los trabajos de Marx y Engels no abordaron el lenguaje o los signos como tal, pero la perspectiva del materialismo histórico no niega la relevancia de estas dimensiones para comprender las dinámicas provocadas por el capitalismo. El fetichismo de la mercancía y la ideología de la clase dominante fueron uno de estos temas que plantean una dimensión comunicativa, semiótica, ideológica, discursiva y hasta cultural para comprender la dominación de las clases dominantes.

¿Cómo se relaciona la materialidad de las dinámicas del trabajo, producción de plusvalía y acumulación de capital con los lugares de enunciación de la clase dominante, las esferas de la vida cotidiana de los trabajadores y la ley, la justicia y el Estado de Derecho? El punto de relación que se quiere resaltar en este texto es los espacios de enunciación y los lugares o momentos de referencialidad.

Los espacios de enunciación son uno de los espacios vitales[1] donde se constituyen tanto saberes y epistemologías, como dimensiones del ser (ontologías), éticas y del sentir, afectividades. El acto comunicativo a través de lenguaje articulado o no articulado nos constituye y conforma como seres sociales y seres humanos. De tal manera que, los actos de habla son comunicativos, pero para su realización no solo se requiere de una sintaxis y una pragmática, sino también de una semántica; sino también de un andamiaje institucional y de una dimensión social e histórica.

Los lugares y momentos de referencialidad indican no solo objetos concretos, sino que también ideas muy abstractas, o ambas cosas. Para el caso del tipo de análisis del discurso político que se quiere hacer estoy pensando en el conjunto de ideas que la política conlleva como justicia e injusticia, bien y mal (común), Estado, democracia, y cualquier forma de gobierno que podamos plantear en un continuum va entre democracias y autoritarismos. Este continuum surge de la historia, de la experiencia histórica que constituye lo que es Guatemala en particular y Centroamérica en general. Es por esto por lo que, nos interrogamos: ¿a qué noción de justicia se refieren las élites cuando se pronuncian por las movilizaciones y protestas? ¿Será una noción compartida por el pueblo y las élites?

Los actos comunicativos se realizan en contexto en donde operan discursos y dispositivos. Los discursos operan sobre la base de saber y conocimientos compartidos (Foucault 1977). Este conocimiento y saber es adquirido a través de la experiencia, pero también es provisto por las instituciones grandes como el Estado y las instituciones sociales como la familia y el derecho, así como las instituciones políticas como los partidos políticos y el Organismo Judicial. Es un saber que está ahí pero no siempre es aprehendido por los ciudadanos y las personas (los sujetos). En este sentido, es un dispositivo que se hace presente en la realidad cotidiana cuando se ha referencia a él a través de un acto del habla. Está dispuesto a entrar en la carga de significado y sentido si se apela, pero si no se le menciona no acciona, sigue estando dispuesto. Por tanto, el dispositivo no es solo un campo semántico como alguna corriente lingüística lo entendió, es más que eso.

Foucault creo que fue acertado al plantear que los dispositivos son parte del andamiaje de las dinámicas del poder en cuanto a que dominan, vigilan y disciplinan (Foucault 1980; 1995). Pero se quedó corto en darnos una mirada sobre cómo se pueden desmontar esos dispositivos y cambiar los discursos que enmarcan significados y mentalidades, ideologías y saberes. Varios autores han dado algunas propuestas y aquí trato de seguir varias, entre las más destacadas están: análisis crítico del discurso (Wodak y Meyer 2003), la semiótica social (Verón y Lloveras 1996; Zecchetto 2003), los géneros discursivos y el dialogismo (Bakhtin y Bubnova 1982), la antropología y sociología política (Scott 1990; McAdam 1999), los modelos culturales y antropología cognitiva (Holland y Quinn 1989; Romney et al. 1996).

Las bases sociales de la dominación tienen una dimensión que es discursiva, en la que las configuraciones discursivas en torno a la ley, el Estado de Derecho y lo que es justo e injusto, nos constituyen y permiten la puesta en escena de discursos y enunciados por actores y sujetos específicos. Analizar la puesta en escena, performatividad, y comprender los significados y referencias que esos discursos conllevan, nos puede dar pistas sobre las formas en las que la ideología dominante ejerce su dominación. Buena parte de este ejercicio de poder no solo está en disfrazar el poder, sino también en establecer códigos y lógicas de pensamiento a través de un “orden en el discurso” por el cual el poder adquiere su disfraz.

Parte II. El problema

La semántica y pragmática de los bloqueos

“¡Basta Ya de bloqueos! Nuevamente y en absoluta impunidad, los guatemaltecos afrontan las consecuencias de los bloqueos ilegales que desde esta mañana se han ubicado en diferentes puntos del país”. [2]Así reza el encabezado de uno los comunicados emitidos por CACIF el 9 de agosto del 2021 en Twitter. Le sigue el párrafo siguiente:

“Estas acciones atentan, no solo contra los derechos fundamentales, sino también contra el proceso de reactivación económica tan necesario en el marco de la pandemia”.

Podemos decir por la fuente de donde se toman estas líneas, me refieren a un sujeto que enuncia y que se auto identifica como el CACIF, pero, en la palabra 11 del primer fragmento menciona a los “guatemaltecos”, acaso ¿puede el CACIF hablar por todos los guatemaltecos o por una fracción de ellos? ¿Se sienten los guatemaltecos representados en el CACIF? ¿Puede el CACIF hablar por los guatemaltecos?

Seguramente muchos guatemaltecos se sienten representados por el CACIF y el CACIF siente que representa a los “guatemaltecos”. Pero también es cierto que el CACIF no representa ni puede hablar por todos los guatemaltecos. En el enunciado arriba citado el CACIF se siente vulnerado en sus derechos pues sugiere que en “absoluta impunidad” los guatemaltecos afrontan las consecuencias de estos bloqueos. Pero a ver, pensemos las referencias que se hacen en este enunciado y pensemos a través de las preguntas siguientes: ¿el CACIF respeta la ley en todos los momentos de las actividades productivas? ¿Tributa lo que debe de tributar siempre? ¿Gestiona las licencias de sus actividades productivas respetando los derechos de todos los guatemaltecos? ¿participa en política respetando la ley? La riqueza que genera, ¿alcanza para todos los guatemaltecos? 

Como no podemos dar una respuesta contundente a estas preguntas con evidencia que respalde a cada una de las dimensiones por las que se interroga, proponemos una hipótesis para responder estas preguntas. La respuesta hipotética que ensayo en este texto es que el CACIF no piensa en todos los guatemaltecos cuando se pronuncia, por más “buenas” intenciones que tengan, pues se mueve en dos mundos y está atrapado en su propia ideología, heredera del “ethos finquero” (Tischler), esta fundamentada en valores que abogan por un libre mercado al que solo pueden acceder los que tienen privilegios. Hemos visto varias veces, cómo sujetos empresariales que buscan proponer caminos modernizantes y actuar por medio de otro ethos empresarial, son silenciados y disciplinados, como cuando proponen “democratizar la tierra”.[3]

La hegemonía de las élites civiles en Guatemala radica tanto en la posesión de activos económicos que le dan poder político, como su posición en redes globales de la economía mundial. Además, esto les permite incidir en la generación de mecanismos y dispositivos de poder que les da acceso a controlar poder político. Nunca hemos visto en la historia reciente, que los directivos del CACIF hagan una marchar para plantear sus demandas de manera pública. Ellos tienen otros medios para plantear sus demandas, como una llamada por teléfono a un gobernante, un comunicado o financiar campañas de aquellos candidatos que apoyen o no estorben su agenda. Entre las capacidades de poder político que pueden ejercer está la de controlar recursos, de distinto tipo, pero también el pensamiento de los “guatemaltecos” a través de dispositivos que atraviesan las instituciones polìticas, econòmicas y sociales.

La resignificación contrahegemónica del discurso hegemónico

El día antes del 27J circuló por algunos medios sociales el afiche que aparece más abajo. Por su composición, está dirigido al público que se queja e impugna los bloqueos y paros, entre ellos el CACIF. El afiche comienza haciendo una interrogante. “¿Está cansado por el paro nacional? ¿Está llorando por los bloqueos?” No sabemos a cuanta gente hizo reflexionar, pero es muy probable que sí hizo pensar a más de alguno. Luego señala 10 puntos sobre los que se podrían considerar bloqueos que tal vez no tienen orden específico, pero son 10 puntos que no hablan de poner más impuestos, o de reactivar la economía. Son 10 puntos que no deberían de ser extraordinarios porque cuesta que sucedan, sino que deberían de ser normales porque, todo lo contrario, casi nunca suceden. Pero lo normal es a muchos les cuesta acceder a un empleo digno, a educación de calidad y saludo preventiva y curativa en todo momento de la vida. Estos puntos se refieren a temas como el trabajo digno que nos disfrutados por las mayorías, estés o no estés calificado. Procesos largos para ser atendidos en el sistema de salud pública o en el sistema judicial. ¿Se imaginan a alguien del CACIF sin empleo o esperando meses para tener una cita como los pensionados del Estado?

Luego termina el volante diciendo que si no entendemos esta realidad es porque esa persona es la “bloqueada”. No es un mensaje al CACIF, es un mensaje al guatemalteco que no es del CACIF. A ese guatemalteco que cuanto suceden los bloqueos, piensa como si fuera del CACIF. Incluso quizás al final, la persona conceda algo de razón en cuanto a que esos son bloqueos, los referidos en la boleta que se presenta abajo, pero al final terminé desaprobando el bloqueo o el paro. Sea cual sea la conclusión a la que el o la receptora de este mensaje arribe, creo que el artefacto planteó la interrogante: ¿dónde está lo más importante en términos de “bloqueos” para todos las y los guatemaltecos?

Se comienza a disputar los marcos interpretativos y cognitivos que las enunciaciones del CACIF tienen en las audiencias y ciudadanías. Esto es lo interesante, la disputa por los significados de la realidad y las interpretaciones de los hechos y procesos sobre nuestra sociedad. El asunto es mantener la disputa a largo plazo y no solo por momentos de impulso o lucidez.

Volante socializado por distintos medios durante el paro del 27J.

 

 

A manera de conclusión

Los discursos de la ideología dominante son varios, aquí solo hemos tratado de problematizar uno de ellos, el de la justicia en el caso de los “bloqueos”. Si queremos vivir juntos (Touraine 1997) debemos de encontrar horizontes en donde podemos hablar, aunque quizás los subalternos no pueden hablar (Spivak y Morris 2010) pues no comparten horizontes ontológicos con las élites hegemónicas.

Una de las tareas que tenemos es disputar las bases ideológicas de la hegemonía, y parte de ello es a través de desmontar las retóricas y discursos de una manera que podamos quitar el disfraz que utiliza el poder para pasar desapercibido los controles que nos quiere poner.

Referencias

Abercrombie, Nicholas, Bryan S. Turner, y Stephen Hill. 1987. La tesis de la ideología dominante. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=12955.

Bakhtin, M. M., y Tatiana Bubnova. 1982. Estética de la creación verbal. México: Siglo XXI.

Foucault, Michel. 1977. La arqueologia del saber. 4a ed. México: Siglo XXI.

———. 1980. Power/Knowledge: Selected Interviews and Other Writings, 1972-1977. Editado por Colin Gordon. First American Edition, Stained. Vintage.

———. 1995. Discipline and punish: the birth of the prison. 2nd Vintage Books ed. New York: Vintage Books.

Holland, Dorothy, y Naomi Quinn, eds. 1989. Cultural models in language and thought. Reprint. Cambridge [Cambridgeshire]; New York: Cambridge University Press.

Laclau, Ernesto, y Chantal Mouffe. 1987. Hegemonía y estrategia socialista hacia una radicalización de la democracia. Sociología y política. Madrid: Siglo Veintiuno.

Marx, Karl, y Friederich Engels. 1976. Ideología alemana. 6 ed. Biblioteca Marx-Engels 4. México: Ediciones de Cultura Popular.

McAdam, Doug. 1999. Political Process and the Development of Black Insurgency, 1930-1970. 2nd ed. Chicago: University of Chicago Press.

Romney, A. Kimball, John P. Boyd, Carmella C. Moore, William H. Batchelder, y Timothy J. Brazill. 1996. “Culture as Shared Cognitive Representations”. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 93 (10): 4699–4705.

Scott, James C. 1990. Domination and the arts of resistance: hidden transcripts. New Haven, CT: Yale University Press.

Spivak, Gayatri Chakravorty, y Rosalind C. Morris. 2010. Can the Subaltern Speak?: Reflections on the History of an Idea. New York: Columbia University Press.

Touraine, Alain. 1997. Podremos vivir juntos? iguales y diferentes. Sección de obras de sociología. México: Fondo de Cultura Económica.

Verón, Eliseo, y Emilio Lloveras. 1996. La semiosis social: fragmentos de una teoria de la discursividad. Coleccion el mamifero parlante. Barcelona: Gedisa.

Wodak, Ruth, y Michael Meyer. 2003. Métodos de análisis crítico del discurso. 1a ed. (Serie Cla-de-ma). Barcelona: Gedisa.

Zecchetto, Victorino. 2003. La danza de los signos: nociones de semiotica general. Inclusiones. Categorias. Buenos Aires: La Crujia.

[1] Utilizó la palabra vital en el sentido de vida, donde se expresa la vida.

[2] Obtenido de: https://twitter.com/CACIFGuatemala/status/1424841531001905157/photo/1 consultado el 11 de septiembre 2021.

[3] El Periódico, Guatemala, “Empresarios hablan de democratizar la tierra”, publicado 1/10/2016. https://elperiodico.com.gt/noticias/economia/2016/10/01/empresarios-hablan-de-democratizar-la-tierra/ consultado el 17 de agosto del 2021.

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Guatemala

GUATEMALA.- Breve Reseña del Movimiento Estudiantil Universitario 2000 – 2010

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24 Septiembre 2021
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Por Chono Kan

 

Luego de la firma de la paz existe una desmovilización del movimiento revolucionario, incluyendo al movimiento estudiantil. En general podemos hablar de un declive del movimiento estudiantil del 1990-2010, el cual va de la mano con la desmovilización del movimiento revolucionario guatemalteco. Con la firma de la paz y la transición de la lucha revolucionaria a una lucha político partidista. El  20 de octubre de 2000 asume Jorge Mario García (Güiligan) como secretario general de la AEU, fecha que puede marcarse con el fin de una etapa asociada a las luchas populares.

A partir de aquí, tanto en la huelga de dolores; como en las dirigencias estudiantiles principalmente las asociaciones de estudiantes de muchas unidades académicas, son espacios ocupados por grupos de estudiantes con poca o nula formación política. Es un periodo (2000-2005) en el cual ocurren eventos como la firma del Tratado de Libre con USA de Comercio –TLC-, inscripción anómala en la contienda electoral de Ríos Mont, Incremento del Impuesto del Valor Agregado –IVA-; a lo que lógicamente los representantes estudiantiles no analizan ni toman postura ante estos eventos.

Son más bien grupos o individuos que se aglutinan con luchas de sectores populares, reunidos en manifestaciones en contra de medidas o acciones de corte neoliberal, tanto dentro como fuera de la Universidad de San Carlos de Guatemala –USAC-. Dado que las asociaciones de estudiantiles abandonan este tipo de luchas y reivindicaciones; grupos pequeños en los cuales predominan una o dos unidades académicas, van haciendo alianzas para analizar y proponer posturas o acciones para promover la lucha popular y frenar la agenda neoliberal.

Organizaciones como el Bloque Anti-imperialista tienen un activismo político, en el cual participan estudiantes de las Universidades. Para el caso de los estudiantes de la  San Carlos es momento propicio para realizar agendas que permitan desarrollar acciones dentro de la universidad.  Al mismo tiempo otros grupos estudiantiles realizan iniciáticas similares (Bloque de Resistencia –RE-, Sindicato de Trabajadores Comunistas de la USAC –SITRACOMUSAC-). Con lo cual surge la idea de crear una planilla para las elecciones de la Asociación de Estudiantes Universitarios –AEU-; aunque no todos los colectivos se suman al propuesta, se realizan las alianza y se conforma la Planilla, la cual se llamó Rescate Estudiantil –RE-, por ahí en el 2006.  En el proceso había gente a lo individual y colectivamente; Juventudes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca –URNG- y Alternativa Nueva Nación –ANN-, el Frente de Estudiantes Universitarios -FEU, Movimiento de Acción Sancarlista – MASA- y otros que no recuerdo. Repitiendo la historia del año 2000 de Compañeros y Compañeras; la planilla se retiró a última hora por amenazas de muerte al secretariado general.

Luego a la Planilla para AEU; los colectivos tenían procesos de formación política cada uno con diferentes tintes; algunos conformaron el Circulo de Estudios Marxistas (que posteriormente evolucionó al PSOCA) reconociendo la importancia de una postura clara con fundamentos para la transformación de la sociedad guatemalteca y centroamericana.

Recordemos que varias generaciones participaron simultáneamente como militantes del movimiento estudiantil y movimiento revolucionario; si bien es cierto se contaban con asociaciones estudiantiles que no estaban alineadas con la AEU, las pocas unidades académicas intentaron proponer actividades y propuestas alternativas tanto lúdicas, académicas como políticas. Con la intensión de tener presencia en todo el campus Central, se crea la Comunidad Estudiantil Noj, la cual tenía representantes por lo menos de 7 unidades académicas, es importante reconocer que es dentro de la ciudad; el contacto con las regionales es mínimo y coyuntural.

En el 2007 con la violación de la autonomía universitaria por parte de los catedráticos; se realiza una toma de una semana, que es ataca por los estudiantes exigiendo que se liberara para poder estudiar y no perder sus cursos, lo cual es apoyado por las mayoría de Asociaciones estudiantiles incluyendo la AEU.

Generalmente durante la época de febrero-abril con las actividades de huelga se intensificaban las fricciones con las dirigencias estudiantiles; lo cual terminaba en pelea con desventaja ante los Zopes; como el caso de Asociación de Estudiantes de Bellas Artes –AEBA- (conocida como ALKAAEBA) y la escuela de Historia en donde se dieron riñas y personas salieron heridas. Ya que los Zopes (incluyendo comité y sub-Comités de huelga)  generalmente eran el grupo de choque de las asociaciones. Las acciones que se planteaban desde los diferentes colectivos, generalmente eran contra los abusos que los grupos asociados a AEU cometían contra los estudiantes, trabajadores (administrativos y docentes)  y comerciantes. Aunque la comunidad estudiantil en general tampoco tomaba partido.

Cuadro 1. Los Zopes es como se le denomina a los miembros del Comité de Huelga de Dolores; que son el grupo de estudiantes a cargo de las actividades de huelga que se llevan a cabo durante la cuaresma y culmina con el desfile bufo el viernes de dolores.  La Huelga se inició en 1898 en donde a través de la sátira se critica al gobierno de turno. En los 1980´s  la represión en el país se recrudeció, por lo que se empezó a utilizar sotana y capucha para no ser identificados. Cada unidad académica tiene su propio color, pero el comité de huelga general es negro razón por la cual se nombraron como zopes.

Los colectivos eran diversos contando con personas de diferentes estratos, egresados tanto de instituciones de  educación pública y como colegios privados; con diferentes profesiones desde camioneros hasta miembros de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s); un buen grupo de desempleados. Durante el 2008 se retocó el mural de la plaza del guerrillero heroico; para lo cual se realizaron actividades para conseguir fondos como conciertos; con lo cual se consiguió la pintura. Otras actividades fueron festivales artísticos con música alternativa, video foros (con documentales principalmente), talleres de formación, participación en marchas conmemorativas y marchas coyunturales apoyando a campesinos; por lo general no fue un solo colectivo el que realizó las actividades sino dos o más se sumaban. 

En el 2010 se da la toma de la USAC durante 54 días por parte de Estudiantes por la Autonomía –EPA-. El cual fue de nuevo un aglutinación de colectivos de estudiantes de diferentes unidades académicas. Cabe mencionar que con el tiempo se suman estudiantes a lo individual; unos con poca o nula formación política, esporádicamente se desarrollaron espacios de formación. Personas, colectivos y organizaciones pro derechos humanos  apoyan la toma, donaron estufas eléctricas, comida,  medicina y otros materiales.

En una de las asambleas surge la propuesta de la Reforma Universitaria, apoyada por muchos otros colectivos; al transcurrir los días  estudiantes individuales o colectivos fueron sumándose a la toma como el Colectivo Rogelia Cruz. Al mismo tiempo que se suman más personas a la toma también lo hace el apoyo de la población, que a su vez incrementa la hostigación y amenazas, hacia las personas que estaban allí vía telefónica y presencial.  

También hay que reconocer que muchos estaban por fama o fortuna dentro del movimiento, pero  a mi criterio, colectivos como Noj, SITRACOMUSAC, Rogelias, por mencionar algunos porque no recuerdo todos; evito que se dialogara de manera fraudulenta además de dar seguimiento de la Reforma Universitaria. Es el 2010 en el que se habla de nuevo de un movimiento estudiantil universitario; pero como se podrán dar cuenta es la acumulación de años de trabajo y activismo interno y externo de diferentes grupos.   

A partir de la toma muchos estudiantes buscan organizarse y participar en actividades; aunque, también cabe resaltar que fue satanizada por muchos estudiantes y docentes pero apoyada por las organizaciones de base campesinas y populares. De tal manera que estudiantes y trabajadores también intentaron abrir la Universidad, pero el apoyo popular hizo que no se diera la apertura y se inicia con la visión de la reforma universitaria, que por medidas dilatorias del Consejo Superior Universitario aún hoy en el 2021 no se da dicho Reforma.

Si bien es cierto no fue el movimiento estudiantil soñado por muchos; se replantean escenarios distintos para las cúpulas neoliberales y conservadoras dentro de la USAC; con una visión revolucionaria y anticapitalista.

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Guatemala

GUATEMALA.- Democracia, clases sociales y la política como medio para la libertad e igualdad social: algunas reflexiones para nuevas perspectivas. Parte II

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02 Febrero 2021
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Por  Felipe Girón

En el 2020 hemos visto cómo la “normalidad” de la vida cotidiana fue completamente alterada por motivos de la pandemia por COVID-19. La misma pandemia genera directa e indirectamente cuestionamientos al sistema político institucionalizado, que en el caso guatemalteco podríamos decir que se trata de una democracia limitada y poco profunda. La corrupción que se sabía entre pasillos que ocurría en las esferas de gobierno desde antes de la venida de CICIG, volvió a ser tema público en el contexto del confinamiento por la pandemia. Consignas como “dónde está el dinero” expresaron esta inquietud colectiva. El gobierno no supo responder con trasparencia estos cuestionamientos, no lo hizo antes de las manifestaciones que se comenzaron a suscitar a partir de agosto del 2020, ni después de ellas. Particularmente las protestas y movilización del 21N, pusieron en cuestionamiento y en un predicamento a un gobierno que no tenía ni un año de haber tomado el puesto, pero que no tardó mucho en mostrar de qué lado de la ecuación política se encuentra.

El gobierno ha perdido legitimidad entre la población en general y entre los sectores que esperan un gobierno de calidad, y se ha desgastado mucho antes de cumplir 12 meses efectivos de gobierno. Una figura presidencial muy presente en medios de comunicación y que adoptó una forma de liderazgo un tanto caudillista al inicio de la pandemia, prácticamente ha perdido presencia en medios y ha adoptado el silencio a partir de las protestas, y las pocas declaraciones públicas que realiza en varias, ha mostrado su carácter intolerante.

Los rasgos de los eventos anteriores expresan una crisis política del régimen político que se inició con los Acuerdos de Paz y que en estos más o menos 20 años ha expresado momentos de crisis. El momento de crisis más agudo, por la diversidad de sectores sociales que expresaron su malestar ante el gobierno fue en el 2015. En este ensayo trataré de esbozar los mecanismos y dispositivos que podrían estructurar la conformación de fuerzas de izquierda presentes en el espacio político. Con ello también pretendo hacer una invitación a la articulación de las fuerzas de izquierda no solo a partir de sus organizaciones de base sino también a partir de la participación electoral y la movilización de protestas en la esfera pública. Esta invitación contiene algunos elementos para conformar un programa de cambio político. En un primer momento el texto retoma el punto final de la primera parte de esta serie de ensayo, en la que se planteó a los partidos políticos como una estrella entre una constelación de organizaciones que podrían poner en la esfera pública la necesidad de un cambio político que permita una sociedad igualitaria o con menos diferencias sociales. La reflexión en este ensayo no tiene un orden inicial. Son un conjunto de ideas que surgen a partir del malestar que provoca esta constante crisis y el poco avance en Guatemala que la agenda social ha tenido en los últimos años.

 

I

 

En una tradición marxista, el partido político era el vehículo del sujeto revolucionario para la transformación revolucionaria del dominio burgués. Aunque se hablase del partido en forma singular, el partido concentraba la vanguardia y a través de ella, ejercía cierto liderazgo que iniciaría el cambio político. Esta tradición clásica sigue vigente en cuanto a la necesidad de la organización de la clase trabajadora y en cuanto a la necesidad de una acción política, ya sea a través del partido y la vanguardia en un espacio público. En la experiencia histórica latinoamericana han existido momentos en que coaliciones y alianzas de partidos de izquierda conforman un frente de carácter popular que participa en las elecciones, profundizando un poco más la tradición, pasando de la forma singular “el partido” a una forma plural como puede ser el “frente”, en el que se aglutinan y articulan no solo partidos políticos sino también sindicatos y colectivos.

En el presente tenemos una diversidad de partidos políticos que se autodefinen de izquierda, desde la trasnochada URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca) hasta el MLP (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) pasando por Movimiento Semilla. Este último, aunque lleva la palabra movimiento en su nombre, no es en sí un movimiento social. A diferencia del MLP que comenzó siendo con la coordinadora CODECA, la cual aglutina a campesinos y obreros de diferentes trasfondos culturales y regionales, que desde un inicio lanzo un programa de cambio, en donde resalta la propuesta de constituir una nueva constituyen para iniciar el reconocimiento de un Estado plurinacional. Esta propuesta resuena con las experiencias de Bolivia y Ecuador, que me parece confirmar el malestar y rechazo que hay a nivel de las Américas y quizás mundialmente, al modelo neoliberal de gestión del Estado y la economía.

Pero a pesar de esta presencia y actores en la competencia y representación política, los y las trabajadoras siguen sin poder cambiar el sistema política ni transformar sus condiciones sociales. En buena medida también porque las políticas neoliberales de reducir lo nacional y el Estado por medio de privatizaciones, ha llevado a que la esfera del trabajo no solo sea sin protección social, sino que se incrementen más por los puestos de trabajo por destajo. Esto ha disminuido la posibilidad de asociación y relacionamiento entre trabajadores, pero también pareciera que los trabajadores han renunciado a reclamar ciertos derechos como el de sindicalización y libertades como asociación. Tal vez más que renuncia es olvido. De cualquier forma, esos derechos no han sido del todo retirados, tienen que ser retomados y ocupados. Por otro lado, las libertades políticas se relacionan con las ideas, pero si no ponemos en acción estrategias ni llevamos a la práctica acciones y eventos que apelen a esas ideas como la de libertad, no estamos disputando el horizonte cultural de la política.

“La plaza”, esa movilización y ciclo de protestas del 2015 en Guatemala, representó un momento en la historia que puso a una gran cantidad de personas en las calles. Claro está, que muchas de ellas lo hicieron con diferentes trasfondos y trayectorias en su politización, pero hubo un repudio general a los gobernantes de aquel momento en diferentes “plazas” del país. En un inicio, parecía que se daría una articulación entre sectores populares y fuerza de izquierda, situación que no se llegó a concretar. La prolongación de las protestas en el tiempo y la cantidad de personas que se movilizaron atendiendo las manifestaciones y protestas convocadas, hizo inquietar al sector de dominación. Al principio, el sector empresarial organizado, la élite de viejo cuño, no se adhiero a las protestas, algunos de ellos se sumaron hasta el 25 de agosto. Durante ese tiempo surgieron ciertos grupos nuevos y jóvenes sin relación alguna con los partidos u organizaciones obreras ya establecidas, como el caso de Justicia Ya, u organizaciones como el Movimiento Semilla que, si bien se venía gestando desde antes de la crisis, esa coyuntura le generó un impulso a su conformación. Por otro lado, este ciclo de protesta rechazó una forma de liderazgo digamos única y concentrada, pero tampoco generó una constelación de liderazgos que representaran una suerte de frente amplio, mucho generó la unidad de las izquierdas. Creo que esto es un error. Una cosa es repudiar los liderazgos que se incrustan en las organizaciones como si fueran dueñoas, y otra es renunciar a un rumbo o un proyecto político que transforme de fondo la sociedad. De aquí que sea necesaria la organización, algo que tampoco trajo las plazas, diseminar ese malestar en colectivos y organizaciones de barrio en donde se constituyeran asambleas populares, algo que sí hizo en cierta medida los “indignados” en España y el “Ocupar Wall Street” en Estados Unidos.

La conformación organizativa y el trabajo constante en la construcción de esa organización a través de formación, realización de asambleas públicas y populares para consultar con los ciudadanos y trabajadores sobre las necesidades que se pueden satisfacer por medio de instrumentos políticos, son tareas que se deben de realizar previo a la campaña de elecciones generales de cada cuatro años. Esto permitirá a sentar las bases de una propuesta para el momento electoral sin la mediación de los partidos “franquicia” que son parte de la depredación de los bienes nacionales. Actualmente se habla del “partido-movimiento” pero creo que en el marxismo de la primera y segunda internacional, era obvio que el partido representaba un movimiento. Una precisión conceptual que no hace falta realizar si nos mantenemos en el contexto previo al sistema electoral vigente, en donde los partidos no son partidos políticos en sentido estricto.

El Estado no es dominado del todo por las élites organizadas y tradicionales que se conformaron en Guatemala desde 1954 y cuyo bloque gira alrededor del CACIF. El Estado es el eje de la dominación, pero no es la dominación en sí: El proceso electoral es una puerta de entrada a puestos de gobierno. organizarse y crear organizaciones es necesario para el cambio político y va en el sentido de la consigna del Manifiesto Comunista que invita a los obreros del mundo a unirse. Es necesaria esa asociación y esa unión, No es necesario ganar la presidencia en una primera participación, es más necesario mantener las organizaciones de base y de reivindicación de derechos que ganar las elecciones per se, y así se puede abrir una grieta en el sistema política para iniciar su transformación, una reinterpretación de la política en clave de izquierda.

 

II

 

La expresión pública de representación popular no necesariamente está en el parlamento o congreso. El último ciclo de protestas realizadas en noviembre del 2020 en rechazo al presupuesto y al actual gobierno debe de invitar a conformar espacios públicos de deliberación y debate entre los barrios populares. Estudiantes, profesionales, obreros, desempleados deben de activar espacios de este tipo, y crear una suerte de ágoras en donde se canalice el repudio para transformarlo en deseo. Pasar de la negación a la afirmación. Pasar a decir lo que sí se quiere y cómo se quiere en los barrios, en las comunidades, en los municipios, en los distritos, en los departamentos y en las regiones. Esos son espacios con relativa autonomía del espació de dominación, pero que, si no se habitan, tampoco se convertirán en activos políticos de los sectores populares.

Por tanto, la invitación es a conformar organizaciones en los barrios para canalizar y configurar ese malestar que varios ciudadanos y trabajadores sienten con la sociedad y con el gobierno. Es retomar el sentido de una democracia directa y desde abajo a través de asambleas de barrio, ocupaciones populares. No limitar el lugar de manifestación a la “plaza” central de cada centro urbano, sino diseminar la expresión pública de pueblo a otras escalas y lugares para mantener vivo el fuego del pueblo.

Por tanto, la vinculación entre movimiento, ciudadanías activas y partidos políticos se genera desde los lugares de habitación y los lugares de trabajo, los cuales a partir de la pandemia son casi los mismos para algunos y para otros son lo mismo por el desempleo, no por el empleo desde casa. Tanto el Estado como la propiedad privada tienen cierto grado de autonomía de los dispositivos de dominación, y si los comenzamos a nombrar desde estos lugares, comenzaran a cobrar sentido y nuevos significados. El camino que se traza para el cambio por la vía política, que lo expresaría a través de las siguientes preguntas, ¿cómo disolver el orden de dominación actual en un orden más liberador? ¿Cómo transformar las desigualdades sociales en igualdades sociales? ¿Cómo realizar la revolución?

Dos complejos institucionales se oponen o son de los mayores obstáculos para una sociedad con menos diferencias sociales. Éstos son el Estado y la propiedad privada. El primero permite la existencia del segundo a través de un cuerpo de legislación que no necesariamente necesita de una constitución política. La matriz que permite el ordenamiento jurídico tiene sus raíces en la historia de la sociedad, y se desprende en sus inicios de aspectos morales y éticos que están conformados en buena medida por cierta ideología dominante.[1] El uso de mecanismos y dispositivos ideológicos para mantener la dominación sin recurrir a medios violentos, no quiere decir que todas las ideas centrales que conforman la ideología dominante, fueron producidas exclusivamente por la(s) clases(s) dominante(s), sino que en buena medida, existe un núcleo de moralidades que comparten las clases sociales ,que en el fondo, fundamente la existencia de cierta cultura común, que se expresa en la práctica a través de compartir lenguajes y códigos comunicativos semióticos y lingüísticos comunes.

Las condiciones sociales materiales entre clases podrán ser diferentes en términos de su experiencia y concreción, pero la representación de su forma se expresa a través de compartir un mismo lenguaje. Tener un lenguaje común entre clases, no es un campo ideológico exento de contradicciones. Una clave analítica que Marx nos muestra en El Capital es que, aunque el capitalista no pone sus manos ni su cuerpo en la producción de mercancías, la realización del trabajo es la condición necesaria para la producción de valor, tanto en su forma dinero (D) como en su forma mercancía (M). La presencia de objetos materiales en la esfera de producción y de trabajo del trabajador no es un espacio privado, estos objetos son artefactos culturalmente reconocidos tanto por el trabajador como por el capitalista. En este sentido, podemos identificar al menos dos puntos materiales que el capitalista y el trabajador tienen en común, las herramientas de trabajo y los productos de ese trabajo, que posteriormente serán mercancía, y los nombres que les dan a esos artefactos.

Estos artefactos, como lo analizó Marx en el capital, además de tener valor de uso y valor de cambio, facilitan las condiciones para poder generar capital que sería una expresión de su valor económico como en valor cultural y social. Valor económico al entrar en los circuitos del capital, que no solo se trata de una acumulación de capital sino, y quizás más importante para el análisis sociológico, en circuitos de interacción y circulación de cuerpos y personas. Por otro lado, el valor cultural de estos objetos suele estar asociado a los significados y relevancias que socialmente se les atribuyen a estos objetos.

Aunque la esfera del trabajo este vinculada a la circulación de mercancías y a la creación de valor y acumulación de capital, ese espacio puede ser valorado culturalmente por los y las trabajadores como un lugar donde se realiza la vida. Esta acción es política en sí, y al procurar buscar un espacio de organización social que exprese los intereses de las clases sociales, lo hace ya un espacio o lugar político. Con esto quiero dejar en claro, que la concepción de la política desde la que escribo es más en un sentido académico que coloquial, en donde la política no solo es el arte de gobernar en el sentido de la tradición iniciada con Maquiavelo, sino también el arte de auto gobernarse, aunque se esté en situación de dominación ejercida por otros.[2] La dominación ejercida por estos otros a través de los medios que proporcionan el acceso a los recursos que provee y dota el Estado, tales como legislación y propiedad privada,[3] no siempre es evidente para las y los sujetos de la dominación; aunque muchas veces tampoco es aceptada sin cierto malestar. Varias clases y grupos sociales que experimentan esa dominación comienzan su conciencia a partir de sentir cierto malestar con su situación social, cierta vivencia que les indica que algo “no está bien”.

Un punto fundamental que presupone la teoría de la ideología dominante es la existencia de una cultura(s) común entre dominados y dominantes (Abercrombie, Hill y Turner).  Tal vez no se compartan la misma cosmovisión ni el mismo idioma materno, incluso ni siquiera se han compartido espacios de socialización comunes entre las clases como las escuelas públicas, como es el caso de Guatemala y algunos países centroamericanos, pero quizás se comparta por lo menos valores en una misma escala u objetos e infraestructuras compartidas como una carretera. Valores como paz, por ejemplo, puede decirse que tuvo su momento de convergencia para Guatemala durante las negociaciones de paz, aunque en el tiempo posterior ha quedado claro que lo que querían las élites como paz era la finalización de la guerra interna y no la paz como la consecuencia de un bienestar común.

Sin embargo, el que la reproducción capitalista requiera de un espacio de trabajo y generación de plusvalor en el que entran y salen diferentes clases sociales, no garantiza que cualquier rasgo cultural común que porten las clases sociales que pasan por este espacio, puedan entablar un espacio de comunicación o deliberativa en el que alcancen un horizonte de racionalidad común para alcanzar un objetivo político deseado y establecido como necesario por ambos. Más bien, dado el devenir social en el que las clases sociales se han constituido como clases, sus dimensiones ontológicas y epistemológicas son tan diferentes, que les cuesta desconstruir sus experiencias históricas para hablar desde la otredad y ahí encontrar el horizonte de intelección común que permita el encuentro. Esta ha sido un poco la postura expresada por Gayatri Spivak en su texto: ¿Pueden los subalternos hablar? Creo que Spivak hace un argumento convincente sobre la dificultad de que los subalternos puedan realizar actos de habla de manera eficiente para cuestionar los símbolos del poder, pues los horizontes ontológicos son diferentes entre hegemónicos y subalternos. Sin embargo, creo que históricamente éste no es siempre el caso.

Por tanto, para que la interpelación de la ideología dominante y sus símbolos de poder esa efectiva desde las clases trabajadoras y los sujetos subalternos, debe de provenir desde una praxis organizativa tanto dentro como fuera de los partidos políticos. Fuera me refiero a los lugares de trabajo precario, desde las plazas, barrios y lugares ontológicos que trabajadores y trabajadoras ocupan. Esta debe ser una tarea para hacer desde ya.

 

 Notas.

[1] Trataré un poco más en detalle la tesis de la ideología dominante más adelante. Por dominante aquí no quiere solamente referirme a la relación en una dirección y plana entre clase e ideología dominantes. Sino que, además, quiero referirme con el adjetivo de dominante a un conjunto de ideas que prevalecen a través de la sociedad, atraviesa las clases sociales y buena parte de sus contenidos son compartidos, pero no consensuados del todo.  

[2] Hay otros sentido y definiciones de la política, pero hay dos que me parece importante mencionar por contexto. El primero es el que la política está para vencer a mis oponentes. Este sería casi el opuesto del sentido clásico y moderno que establece por fin último el procurar el bien común ejerciendo la política. El segundo, es el que la política, o la democracia más bien, es un método para tomar decisiones entre diferentes ofertas, en el sentido de Joseph Schumpeter. En una versión más laxa esta última versión está más cercana al mercado que al Estado.

[3] La propiedad privada no es solamente sobre el individuo, también puede ser sobre la colectividad.

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El Salvador

El Salvador

EL SALVADOR.- Una interpretación de la construcción socio-histórica de Quezaltepeque

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Administrator
21 Marzo 2023
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Por Walter Menjívar

PRESENTACIÓN

Algunas localidades (entre ellas Quezaltepeque, La Libertad) han sido protagonistas y testigos de las más importantes transformaciones que ha venido sufriendo El Salvador como territorio, en razón de los distintos modos de organización económica, social, política y cultural que han predominado en la sociedad. Estos modos de organización responden a intereses de grupos de poder que han estado presentes en diferentes momentos dentro del territorio. Por su parte, los sectores excluidos en ciertos momentos de la historia han activado formas y mecanismos de resistencia, que se suscitan en la interrelación de demandas y reivindicaciones diversas, incidiendo desde distintas formas de lucha y con alcances diversos.

La realidad presente es en ese sentido, la configuración de un cúmulo de circunstancias socio-históricas que han sido parte del territorio como espacio vital y de la influencia externa que este ha tenido en lo económico, político y cultural.

Este movimiento histórico continuo, vertiginoso, necesita tener imaginarios del presente (como referente del inicio de algo) y del futuro (como el sendero por donde continuar caminando), construir proyectos que impregnen a las relaciones sociales de nuevos paradigmas de convivencia armónica, justa y prósperas para las mayorías, para la naturaleza, para la vida.

Quezaltepeque. Rasgos más sobresalientes.

Quezaltepeque está ubicado en la ladera inferior norte del volcán cuyo nombre es homónimo, este territorio ha sido una zona de recarga acuífera importante, cubierto con espesos mantos de depósitos aluviales y eólicos, derivados de las tierra alta que le rodea en su lado sur, drenado por una red de numerosos arroyos que se nutren principalmente de las zonas de recarga acuífera del volcán y luego corren hacia el norte, hasta el rio Lempa ([i]), la cuenca hidrográfica más importante de El Salvador. Estas condiciones óptimas de tierra fértil y con un importante recurso hídrico subterráneo y superficial han sido idóneas para que los distintos grupos humanos se asienten y garanticen sus condiciones materiales de existencia y con su particular visión de sociedad propicien expresiones culturales, políticas en toda su historia.

Época prehispánica

En la época prehispánica dentro de los límites de lo que ahora se conoce como Quezaltepeque, las señales que deja el tiempo indican que este territorio fue densamente poblado, la presencia de sus antiguos habitantes estuvo mayoritariamente asentada en su lado norte y oeste (en los ahora cantones El Puente, Platanillos, Las Mercedes y Tacachico), conformando comunidades dispersas en las riveras y cercanías del Rio Sucio, el Rio Claro y Agua Caliente, las cuales estaban probablemente relacionadas política y religiosamente a las grandes metrópolis circundantes según la temporalidades del auge gobernante, una de ellas situada en su extremo norte conocido como Las Marías; existiendo con ello constancia de la importancia que tenía este territorio para pueblos prehispánicos según su predominio en la línea del tiempo.

La población indígena se asentaba en sitios donde confluyeran elementos vitales para su existencia: el rio, la tierra fértil, la montaña, entre otros; en una lógica armónica con ese entorno del cual se consideraban parte y al que conocían profundamente desde una relación íntima y espiritual. Los componentes de la naturaleza, su comportamiento dinámico, eran parte de su religión, de su filosofía del mundo que habían creado desde siglos; la naturaleza estaba presente en todo el ritual religioso que regía sus vidas en sus múltiples dimensiones: productiva, cultural, estructura social y política.

El sitio arqueológico “Las Marías”[ii] está ubicado en el cantón Tacachico en el extremo norte de Quezaltepeque, fue una de las ciudades prehispánicas según los arqueólogos más importantes de El Salvador, la cual se presume por la evidencia arqueológica que estuvo habitada por una significativa población nahua-pipil entre el año 900 y 1,200 d.c., una ciudad que alcanzaba geográficamente aproximadamente 170 manzanas de extensión, disponiendo de una plaza de juego de pelota, un número significativo de templos y la única calzada prehispánica que se registra en toda la región[iii]. Este sitio arqueológico no ha sido estudiado a fondo, fue hasta en el año 2007 que se dictaminó una resolución interna del desaparecido Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA) que solicita del Estado su protección como bien patrimonial de El Salvador. Para el año 2014 el Estado pudo adquirir el terreno donde se concentran los edificios más importantes de la metrópolis de este bien patrimonial[iv], quedando pendiente aprovechar todo lo que el sitio arqueológico implica al igual que el resto de asentamientos de esta misma naturaleza diseminados en el territorio de Quezaltepeque, para el estudio de los pueblos prehispánicos, su importancia para las generaciones actuales y futuras, como un espacio vital para la dinamización cultural, la identidad histórica y un atractivo para el turismo nacional y extranjero, estrategia importante para el desarrollo económico local.

Quezaltepeque además está muy cercano en su dirección poniente al centro ceremonial San Andrés y al sitio arqueológico Joya de Cerén (nombrado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO en 1993); así mismo, en su lado noroeste, en el municipio de Aguilares se encuentra el sitio arqueológico Cihuatán, una de las ciudades más densamente pobladas por nahua pipiles en la época precolombina y que pudo ser parte integra al sitio de Las Marías.

La evidencia indica que la configuración socio demográfica en la época prehispánica y su asentamiento de lo que ahora es Quezaltepeque, obedeció a dos hechos fundamentales: la relación política- religiosa y económica que las comunidades indígenas tenían con los centros ceremoniales inmediatos, pero sobre todo a las condiciones óptimas del territorio donde se asentaban, determinada por tierras fértiles y disposición abundante de recurso hídrico.

Periodo colonial

Con la llegada de los españoles y su posterior colonización se fue transformando la configuración socio demográfica del territorio de lo que ahora es El Salvador, pero en particular Quezaltepeque, sobre todo en su caracterización étnica y cultural que tuvo repercusiones negativas para la población originaria. Es en este periodo que se le asigna su nombre topónimo que significa “Cerro de Quetzales” (el cual pudo derivarse del nombre que los pobladores prehispánicos le asignaran al volcán). y se delimita su primera área geográfica que era mucho más amplia de lo que es ahora. En distintos momentos de la época colonial Quezaltepeque jurisdiccionalmente perteneció a la Alcaldía mayor de San Salvador y en otros estaba adscrito a Opico.

El proceso de colonización duró más de tres siglos y estuvo marcado por distintos hechos que cambiaron de una manera profunda las formas de vida de sus antiguos pobladores. La introducción de una visión religiosa nueva (a través de una intensa evangelización del ritual católico llevada a cabo por diferentes órdenes misioneras hacia la población indígena) y la introducción del enfoque mercantil de la tierra, son los dos principales factores que fueron desquebrajando en este territorio la antigua posesión comunitaria de la tierra, la cohesión sociocultural indígena alrededor de esta, pero sobre todo fue invisibilizando y en el peor de los casos aniquilando la presencia indígena dentro de sus antiguos asentamientos en el territorio que hoy comprende Quezaltepeque.

Con el nuevo orden colonial, se incorporaron nuevos usos, concepción y posesión de la tierra. A la posesión común de la tierra por parte de la población indígena fue imponiéndose paulatinamente la propiedad privada con fines agrarios de tipo mercantil, a través de la denominada hacienda añilera a una escala importante dentro de Quezaltepeque, cuyos propietarios eran españoles, criollos y a medida que transcurrió el periodo colonial fueron participando población mestiza que era atraída por las oportunidades laborales que daba el añil. Este sector mestizo en claro crecimiento posibilitó en buena medida la reproducción de la dinámica económica y cultural que promovían los criollos, pero que producto de la interacción cultural con la población originaria, también se fueron fusionando prácticas culturales indígenas. Para el caso de Quezaltepeque la población mestiza fue sobreponiéndose como el sector poblacional dominante, predominando en el lapso de tres siglos (XV a XVIII), únicamente quedaron pequeños núcleos poblacionales indígenas y negros, en su zona alta, correspondiente a las laderas medias y altas del volcán de Quezaltepeque.

Lo anterior tiene una explicación, la evidencia arqueológica en el municipio muestra que una de las principales actividades productivas durante la colonia fue el cultivo de añil; aún persisten ruinas de obrajes[v] en el cantón El Puente sobre la ribera del río sucio y en el cantón Platanillos en sus caseríos San Emilio y Agua Caliente. En principio, la producción de añil requirió de tierras con abundantes fuentes de agua y de mucha mano de obra indígena. Estas dos condiciones presentes para el caso de Quezaltepeque obviamente coincidió con los sitios donde predominaban los asentamientos humanos prehispánicos (indígenas); se puede inferir que el interés por el lucro dado por el añil a los españoles pudo llevar bajo mecanismos de imposición, coacción, coerción o engaño, usando la fuerza o artilugios legalistas, a la usurpación y apropiación de tierras ocupadas por comunidades indígenas.

Se sabe además que la utilización de mano de obra indígena en la producción de añil fue una de las causas importantes de muerte para dicha población, debido a las condiciones de sobreexplotación y de insalubridad a la que era sometida. Lo anterior puede explicar un fenómeno que se dio durante la colonia: la “desaparición” de la mayoritaria población indígena que habitaba dentro de lo que ahora es Quezaltepeque y por otro lado una creciente presencia de población mestiza. Según el historiador David Browning en su libro El Salvador La Tierra y El Hombre, para el año 1550 Quezaltepeque tenía 1,000 habitantes indígenas y ya para el año 1740 había 650 ladinos(mestizos) y ningún indio.[vi]

Un factor importante a considerar dentro de todo este proceso de colonización fue la intensa evangelización cristiana en estos mismos asentamientos de presencia indígena, lo cual era un elemento coadyuvante y legitimador del etnocidio que estaba en curso a través del nuevo orden colonial, tal y como lo demuestra la evidencia arqueológica de la hacienda Mapilapa (antes de 1658 parte de Quezaltepeque, ahora dentro de los límites del municipio de Nejapa) que aún mantiene vestigios de pilas añileras y la fachada de una ermita católica[vii], mostrando como estos elementos (el económico mercantil y el religioso) estaban estrechamente relacionados en la vida colonial; de hecho, es de recordar que la iglesia no era un ente estrictamente dedicado a la promoción espiritual y la “salvación de almas”, sino que también asumía atribuciones políticas y administrativas de tipo civil: gestionaba la totalidad de actividades de beneficencia y las responsabilidades sociales (matrimonios, educación, registros civiles y la aplicación de algunas legislaciones) que hoy se conciben como mandato y responsabilidad del Estado[viii] . La iglesia definía las normas morales de conducta y comportamiento individual y social, estaba estrechamente ligado a la legitimización ideológica de los aspectos económicos de la época, incorporando nuevas formas de expresión cultural de tipo sincrética donde se fusionaron elementos de las prácticas religiosas indígenas con la fe católica; este último elemento fue un factor cultural de mucha relevancia en las nuevas formas de cohesión social, coacción simbólica en las relaciones de poder entre los distintos grupos sociales que le daban vida a la dinámica territorial. La introducción de la figura del patrono (santos); desde la perspectiva de la religiosidad católica colonial era muy equivalente simbólicamente a quién ostentaba el poder dentro de las haciendas. Este al igual que el santo asumía rasgos de caudillo “protector” y “benefactor”.

Desde la perspectiva indígena este elemento de la figura del patrón (santo) pudo estar asociado a quién en ausencia de sus antiguos rituales religiosos y medios propios para garantizar su subsistencia, le debían servidumbre y pagar tributos, por tal de obtener favores (disposición de tierra o trabajo) para poder sobrevivir.

Otro caso muy emblemático en este mismo sentido, fue la hacienda Atapasco, ubicadas sus ruinas coloniales en las inmediaciones del rio sucio y el río claro al poniente dentro de los límites de Quezaltepeque (en lo que ahora es el cantón El Puente). Esta hacienda según el arqueólogo José Erquicia fue donada por la Real Corona como un próspero latifundio a la orden de Santo Domingo de Guzmán a finales del siglo XVII[ix]. Es de hacer notar que este fue un importante enclave colonial al interior de Quezaltepeque donde confluye la prosperidad productiva y económica de la época colonial. En este sitio hay evidencia de explotación añilera, un ingenio de hierro donde se producían herramientas para la agricultura y aún se conserva en buen estado que a criterio del historiador Browning[x] fue el único puente construido de piedras en la época colonial, situado sobre el cauce del río sucio donde atravesaba el denominado “Camino Real de la Real Audiencia de Guatemala”, ruta importante de comunicación y comercio de la época.

Por la evidencia del sitio colonial de la hacienda Atapasco, su destrucción obedeció a la erupción volcánica de 1658, puesto que está semienterrada con sedimento volcánico, lo que denota también el papel fundamental que ha jugado el volcán de Quezaltepeque en el municipio, en las distintas etapas de su historia.

Durante ese periodo coexistieron en El Salvador distintas formas de tenencia y posesión de la tierra, principalmente la comunal usufructuada por población indígena, los ejidos propiedad de los ayuntamientos o alcaldías y la privada con la hacienda añilera cuyos propietarios eran en su mayoría españoles y posteriormente mestizos. Todo parece indicar según lo demuestra la evidencia arqueológica que esta última forma de posesión estuvo presente de una manera significativa a partir del siglo XVI, imponiéndose a las dos anteriores formas de tenencia común (ejidal y comunal), al menos en las laderas bajas de Quezaltepeque, donde las tierras eran propicias para la producción de añil y la crianza de ganado, quedando la tierra comunal en las partes altas. La figura de la hacienda jugó un papel importante en la dinámica social, económica, cultural y política del municipio durante buena parte de la colonia.

El interés por la agricultura comercial de la clase económica dominante española cuyos réditos eran otorgados por la explotación de la tierra, fue modificando la dinámica socio demográfica, su composición étnica y cultural en el municipio de Quezaltepeque. La desaparición de los registros de la población indígena en Quezaltepeque durante fue avanzando el periodo colonial y el aumento de la población mestiza dentro del municipio está estrechamente relacionado con el fenómeno económico de la hacienda del añil. Para el geógrafo e historiador David Brownig “La plantación de añil se convirtió en sinónimo de quebrantamiento y destrucción de las comunidades indígenas tradicionales.” [xi] “El número de ladinos aumentaba a medida que las comunidades indígenas se desintegraban.”[xii].

¿Pero qué ocurrió con la población indígena en Quezaltepeque, aquella que pudo haber sobrevivido a la explotación añilera, pero que no aparece registrada en los asentamientos tradicionales ya para finales del siglo XVII? El mismo Browning sostiene que en razón de las condiciones de control y explotación a las que eran sometidas las comunidades indígenas en el orden que impuso la colonia, los indígenas que no morían por las condiciones de insalubridad a las que estaban expuestos en la hacienda añilera, desertaban de los pueblos en unidades familiares y se dispersaron en una forma desordenada hacia aquellos territorios rurales no explotados mercantilmente por los españoles y mestizos, y ahí podían estar libres de la estructura social y económica de la colonia[xiii]. Estos sitios de asentamiento según algunas crónicas de la época eran en tierras pobres, barrancas y cerros y para el caso de Quezaltepeque pudo haber sido las partes altas del volcán de San Salvador en su ladera norte (en territorios de lo que ahora son los cantones San Francisco, San Juan Los Planes y Macance), una zona muy poco productiva para los intereses de la agricultura comercial colonial, puesto que no era propicio para la producción añilera, ya que no contaba con abundantes fuentes de agua como si lo tenían las laderas bajas.

Al término del periodo colonial las sociedades locales, en particular la de Quezaltepeque estaba configurada por una población rural mayoritariamente mestiza asentada en su territorio sobre la base de una dinámica económica propiciada por la explotación agrícola comercial de las haciendas, ello estimuló su crecimiento iniciado a través de   procesos migratorios del interior del país.

Paralelo a esta explotación comercial de la tierra, también la población mestiza e india practicaba la agricultura de subsistencia en tierras ejidales, comunales y en haciendas por arrendamiento. La población indígena, aunque tenía una importante presencia en la ladera sur del volcán de Quezaltepeque, esta aparece invisibilizada en los registros de la época de finales del siglo XVII y XVIII para el caso del municipio de Quezaltepeque. La disminución en sus asentamientos tradicionales como consecuencia de la agricultura comercial y la intrusión de población mestiza pudo conllevar a su dispersión, concentrándose en los territorios alejados del control directo del orden colonial, deduciblemente en las tierras altas del volcán de Quezaltepeque, explotándola como tierra del común.

Debido a que no hay evidencia arqueológica que ubique donde se centralizaba y administraba el poder político y religioso dentro del territorio de Quezaltepeque, es difícil imaginarse la configuración de ciudad colonial dentro del municipio. Por la estructura de una sociedad estrictamente agraria, se sabe que su población estaba asentada en su mayoría donde se dinamizaba la actividad agrícola comercial y de subsistencia, incluso los españoles tenían la costumbre de pernoctar donde estaban ubicadas sus haciendas; pero la fuerte presencia de población mestiza a menudo fue transcurriendo la colonia y al estar el municipio dentro de una importante ruta de comunicación y comercio, Quezaltepeque pudo irse perfilando como un poblado donde fueron apareciendo características más urbanas, incorporándose con importante presencia otras actividades productivas de tipo artesanal, tal y como lo constatan su larga tradición alfarera, de producción de carbón, comales, cárnica y de flores; estableciéndose en el esquema económico regional como un territorio de potencialidades comerciales, debido a su conectividad con otras ciudades relevantes como San Salvador.

Periodo posterior a la naciente Republica

En los primeros 40 años de vida independiente Centroamericana y dentro de esta, El Salvador (a partir de la firma del acta en 1821), según los historiadores, no sucedieron hechos significativos que transformaran en un sentido estricto y radical la dinámica de vida particular de la población india y mestiza. Para estos sectores poblacionales de la sociedad, los primeros años de vida independiente fue una especie de prolongación de la dinámica colonial, en vista que la independencia fue un proceso político que lideraron las elites criollas de cada provincia que conformaban la región centroamericana. Este proceso político fue motivado principalmente según los historiadores por tres sucesos importantes: primero, las nuevas corrientes del pensamiento ilustrado que llegaban de Europa (particularmente Francia e Inglaterra); segundo, los hechos políticos que habían conducido al debilitamiento de la Monarquía en España y toda Europa; y tercero, el más importante, los intereses políticos y económicos de una élite criolla en las distintas provincias de Centroamérica. Los grupos de poder a nivel local querían el control de los réditos económicos que continuaban generándose a través de la producción de añil y que, antes eran usufructuados en gran medida por la corona española y por burócratas enquistados en instancias de poder político colonial que servían de intermediarios entre la corona y las colonias (la Real Audiencia y Capitanía General de Guatemala y el Virreinato de la Nueva España ubicado en México). En este juego de intereses económicos también existían injerencias internacionales, como fue el caso de los ingleses, que por mucho tiempo competían por el comercio marítimo en el océano Atlántico.

Este juego de intereses económicos se expresó a nivel político, surgiendo los conflictos y las intenciones de anexión a Estados Unidos o a México y los subsiguientes conflictos por la constitución de la república federal centroamericana, etc. Estos conflictos si ocasionó en alguna medida un desgaste en las distintas dimensiones de la sociedad de la época, debido a la inestabilidad política y sus consecuentes luchas marcadas por la violencia. Es en este clima, que se fueron sentando las bases de la naciente republica orientada hacia un liberalismo económico en función de los intereses de la elite criolla. En estas bases se sentarían las transformaciones más profundas en toda la estructura social, predominada por un giro radical en la concepción, el uso y propiedad de la tierra y la creación de un Estado que toma más protagonismo en responder a este nuevo orden por nuevos grupos de poder, en detrimento del papel político históricamente jugado por la iglesia católica.

Para el caso de Quezaltepeque es importante hacer notar (como datos de su historia dentro de este proceso donde se iniciaba la vida independiente) dos hechos a nivel político-administrativo que son relevantes: uno fue que para 1824 pasó como municipio a ser parte de San Salvador (la capital de la nueva república), incorporación que fue legalizada por Decreto Ejecutivo en 1833 y ratificada por Decreto Legislativo del 22 de abril de 1834[xiv]. Este suceso histórico es clave, en el sentido que le reviste de importancia política al territorio y este se va perfilando como un territorio con presencia político-institucional del nuevo orden social. Tanto así que cuando se disuelve definitivamente la Republica Federal Centroamericana en 1841 debido a los intereses políticos y económicos irreconciliables de las naciones que la conformaban, en Quezaltepeque comienza a configurarse dos hechos característicos de la nueva sociedad: la presencia de un “Estado independiente” en el territorio, que viene de la mano con el inicio del desmantelamiento de las formas de tenencia común de la tierra heredadas por la colonia; y es que para 1857 a Quezaltepeque se le permite vender parte de sus tierras ejidales para financiar sus primeros edificios públicos[xv]. Este hecho pudo suscitarse porque según Segundo Montes, entre finales del periodo colonial y el inicio de la vida independiente hubo una fuerte demanda de añil en Europa, por lo que en El Salvador la producción del añil se intensifica y se expanden las haciendas para su producción a todas las tierras aptas para su cultivo, a costa de afectar las formas de tenencia común de la tierra y la agricultura de subsistencia que en ellas se desarrollaba[xvi]. El añil para la mitad del siglo XIX seguía constituyendo la base de la economía de El Salvador; sin embargo, ya se iba perfilando como un producto agroexportador en declive, debido que dentro de la revolución industrial que estaba viviendo Europa ya se estaba introduciendo el colorante artificial como materia prima; por lo que las autoridades de la nueva república salvadoreña comenzaron a estimular el cultivo de un nuevo producto agrícola con características comerciales: el café.

Época de la introducción del café y la inmigración extranjera

Para 1846 ya un Decreto Legislativo en El Salvador otorgaba un trato preferente para la producción del café, una persona que plantara más de cinco mil cafetos estaría exento de impuestos municipales durante diez años, así mismo en los primeros siete años de su producción no pagaría derechos de exportación y los trabajadores de las fincas estarían eximidos del servicio militar[xvii]. Sin embargo, existía un importante obstáculo para el despegue de la caficultura a gran escala y este era la estructura de tenencia de la tierra y su uso. Los asentamientos humanos (principalmente indígenas) en tierras aptas para el café eran un obstáculo; estos asentamientos habían sido heredados de la dinámica económica de la colonia que en su momento como se ha explicado en apartados anteriores había transformado la configuración socio demográfica de muchos territorios en el país, entre estos el de Quezaltepeque.

Para superar estas barreras desde el Estado, se introdujeron en la dinámica de producción del café reformas en la tenencia y el uso de la tierra que favorecieran su explotación a gran escala, y por otro lado, se estimuló la inmigración extranjera de manera que estos flujos migratorios le introdujeran mayor dinamismo a la economía a través de sus emprendimientos y le imprimiera aires culturales de modernidad a este nuevo orden de sociedad que se estaba construyendo, intentando con ímpetu superar los rezagos de la sociedad colonial.

Los cambios en las formas de tenencia común de la tierra (comunales y ejidales) ya se venía dando desde el periodo de la colonia, y continuo en las primeras décadas de la independencia en favor de las haciendas añileras y en la instalación de la nueva institucionalidad independiente. Este proceso se dio aun cuando formalmente existían regulaciones legales que de alguna manera protegían la existencia de la propiedad común de la tierra; pero como lo constatan muchos historiadores la disputa por la tierra comunal siempre estuvo presente, en la medida que su naturaleza común interfería en la lógica del modelo económico basado en la propiedad privada (la cual constituía un mecanismo clave de la agricultura comercial). Con la introducción del café a gran escala la propiedad común de la tierra era una barrera que debía ser derribada desde su base. Entre 1879 y 1881 se aprobaron una serie de leyes que abolieron la propiedad común de la tierra en todo el país (ejidal y comunal).

En el caso de Quezaltepeque como es de suponer, tal y como sucedió en otras regiones del país, el modelo económico de la colonia sustentado en los dos últimos siglos de ese periodo por la producción del añil había relegado a las comunidades indígenas hacia tierras altas donde la agricultura comercial española no tenía posibilidades de desarrollo y rentabilidad; ahora, con la introducción del café y las reformas legales que abolían las tierras comunales y ejidales para su explotación, el panorama nuevamente vuelve afectar principalmente a las comunidades indígenas. Como se sabe Quezaltepeque por sus características geográficas posee tierra fértil en sus laderas altas volcánicas, propicias para el cultivo del café; ya que desde el punto de vista climático, las zonas más apropiadas para el cultivo del café son las que se encuentran por encima de los 456 mts y en especial sobre los 608 mts.[xviii]

Desde antes, estas nuevas transformaciones en la tenencia y el uso de la tierra orientadas hacia la propiedad privada (primero para el cultivo del añil y luego con el café) significaron para las comunidades indígenas de Quezaltepeque otro golpe que les afectó con dimensiones aun incalculables, en su cohesión sociocultural y sus modos de subsistencia. En el caso del café, para 1860, antes que se promulgaran las leyes de extinción de tierras comunales y ejidales vastos bosques de las laderas que rodeaban el oeste del volcán de Quezaltepeque se despojaron con fuego a gran escala[xix]. Y es que fue entre 1860 a 1885 que cobra un impulso el desarrollo de este producto siendo en este periodo que se suscitan hechos importantes que configuraron un nuevo modelo de sociedad y que afectaron particularmente al municipio de Quezaltepeque (por su ubicación) en sus múltiples dimensiones, a nivel social, político, económico, medioambiental, etc.[xx]

El paisaje del municipio de Quezaltepeque cambia de una manera significativa a partir de estas circunstancias; los cantones Primavera, El Señor, San Francisco, Macance y San Juan Los Planes se convierten en zonas cafetaleras y van hacer principalmente familias de inmigrantes sus propietarias, quienes llegaron entre mediados y finales del siglo XIX; dichas familias van a tener una injerencia crucial en la historia del último siglo de El Salvador, particularmente en la vida de Quezaltepeque.

La población indígena asentada en esos territorios se convierte en colonos, otros conforman sus asentamientos dentro o en los límites territoriales y sus vidas precarias orbitan alrededor de la dinámica propiciada por la producción del café; lo mismo sucede con la mayoría de población del interior del municipio y con otra que provenía de fuera, principalmente de Chalatenango (donde el añil ya había decaído). La migración de población chalateca hacia Quezaltepeque, comienza con el café, mucha de su población cultivaba pequeñas parcelas de tierra basados en agricultura de subsistencia y en temporadas de cosecha de café se veían obligados a migrar temporalmente hacia los territorios donde el café se producía a una escala importante y Quezaltepeque fue uno de los territorios más próximos para ellos, por tanto, su destino.

Otros cambios importantes que impuso la introducción del café en el país fue el mejoramiento de su conectividad. Para 1853 el gobierno desarrolla los servicios portuarios y la mejora de la carretera que conduce hacia San Salvador; en ese mismo año el primer barco levó anclas desde Panamá para inaugurar la primera línea regular de vapores que unía puertos de Centroamérica, incluyendo el de La Libertad con California[xxi]. Hacia 1855 se otorga una concesión que autorizó a una compañía británica para construir una línea de ferrocarril entre las principales zonas de café de los departamentos de Sonsonate, Santa Ana y San Salvador con el puerto de Acajutla y Quezaltepeque estaba en su tramo de construcción.

Otra característica importante suscitada por el café fue el inicio de su urbanidad y su dinamización comercial, en este proceso además de jugar un papel crucial los cambios a nivel país producto de las exigencias que imprimía el modelo agroexportador, tuvo mucho que ver la inmigración extranjera que se asentó en el municipio, particularmente la de origen catalán y de otros países europeos, asiáticos y africanos, sobre todo provenientes del imperio Otomano, que se sumaron al aprovechamiento de las potencialidades económicas que ofrecía el municipio.

En el primer siglo de vida independiente América significó para muchos europeos y para otros ciudadanos procedentes de otros continentes, el equivalente de lo que ahora es para los salvadoreños viajar a Estados Unidos a cumplir “el sueño americano”. La crisis socioeconómica que atravesaban sus sociedades de origen y un sentido de aventura hizo que muchos extranjeros, particularmente europeos decidieran emprender distintas oleadas migratorias hacia América en busca de prosperidad. Estas tierras casi vírgenes en las más diversas potencialidades comerciales y un mercado demandante de materias primas a nivel internacional producto del liberalismo económico internacional, estimuló la inmigración de personas, muchas de ellas pobres, pero con una visión más moderna y emprendedora a la existente a nivel local. Su integración a la sociedad fue facilitada por las condiciones generadas por el Estado con estímulos e incentivos y a una estructura social clasista y discriminatoria a nivel étnico (particularmente hacia la población originaria); los inmigrantes pese al desgarre de su tejido social de origen, pronto encontraron lo que buscaban, prosperar; hasta convertirse muchos de ellos, parte de las elites económicas y políticas de mucha influencia a nivel nacional, pero particularmente a nivel territorial y local.

Europeos y norteamericanos se asientan en distintos territorios donde el café se convierte pronto en el centro de la actividad económica y le dan empuje a un estilo liberal al país y particularmente a los territorios donde se asientan, entre ellos el territorio de Quezaltepeque. Su protagonismo y pujanza en la vida social en El Salvador es propiciada por las condiciones que permite la introducción del café.

Referencias Bibliográficas

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  • O. 25 de agosto, 1854
  • O. 25 de agosto, 1854
  • O. 7 de octubre de 1953.

NOTAS HISTÓRICAS

El topónimo de Quezaltepeque es de origen pipil se ha traducido como “Cerro de Quetzales”, este nombre reafirma la tradición oral mediante la que se ha transmitido que antiguamente el cerro fue el hábitat del ave de quetzal. Para Tomás Fidias Ketzaltépet se traduce como “El verdegal o cerro ubérrimo”12 y para el poeta Antonio Casquín, significa “Espacio de riquezas verdes donde está la esmeralda”13, aludiendo a la posición geográfica de la antigua ciudad respeto al volcán y las repercusiones de la actividad volcánica alrededor de ésta.

Los estudios sobre la distribución prehistórica e histórica de los pipiles definen las zonas central y occidental, o casi toda la región de El Salvador al oeste y sur del río Lempa 14 como el territorio ocupado por éstos, en lo que ahora comprende la nación salvadoreña. Quezaltepeque se encuentra ubicado en ésta área; tiene a lo largo de su dominio importantes vestigios arqueológicos, sin embargo únicamente se ha reconocido e intervenido el sitio “Pueblo Viejo”15 ubicado en el Cantón Tacachico también conocido como “Pueblo Viejo Las Marías” (Véase mapa Nº 1 y 2). Según las investigaciones arqueológicas preliminares, éste sitio fue habitado entre los años 900 y 1200 d. C., está estrechamente vinculada con Cihuatán y pertenece a la Fase Guazapa.

Durante el período precolombino el actual territorio de Quezaltepeque lo conformaron varios asentamientos, algunos de estos conservan sus topónimos como la antigua Nixapa, Atapasco, Camotepeque, Tacachico, Tutultepeque y Quezaltepeque cuya área estaba delimitada por las tres quebradas vertientes del volcán que la atraviesan El Chagüite, El Coyol y Poloncuilo. También los hubo en los cantones Primavera, Macanse y Platanillos donde existen vestigios arqueológicos, sin embargo, sus nombres en lengua materna se perdieron con el paso del tiempo.

Posterior a la incursión española de 1524 en Cuscatlán, 1550 es la fecha oficial de la fundación del pueblo de San Josep de Quezaltepeque, la cual coincide con el inicio del proceso de formación de reducciones y pueblos de indios. El Dr. Tomas López de la Real Audiencia y el Padre Tomas de la Torre sugirieron la fundación del convento de la Orden de Santo Domingo en San Salvador para pacificar y poner bajo dominio cristiano a los indígenas de la provincia de Cuscatlán16.

El convento fue construido por Tomas de la Torre, Fray Vicente Ferrer y Fray Matías Paz, con la cooperación del Oidor Tomás López cuya función fue apaciguar la resistencia a la fundación del convento que se edificó en 1551 en el valle Atapasco, como consecuencia de las terribles condiciones de los nativos bajo el sistema del repartimiento y la encomienda en el que se les trataba como esclavos. El papel mediador de los Religiosos entre los indígenas y encomendero fue visto históricamente como una acción protectora, sin embargo, es de considerar que los sacerdotes entre quienes hubo inquisidores jubilados no pusieron fin a los maltratos de los indígenas más bien dieron continuidad al proceso de conquista mediante la introducción de la religión. Los indígenas de Tacachico se mantuvieron en constante resistencia hasta casi su total desaparición, pues como puede verse en la relación de Gálvez y Corral17 para 1740 había dos indios y tres ladinos en el pueblecillo sin frutos y de temperamento tan dañoso que desde párvulos se mueren, por lo que siempre ha estado destruido18 . Los relatos de los franciscanos19 expresan que fue obra de San Francisco reducir el pueblo a cuatro indios pues el resto fue muriendo por represalias del Santo ante la persistencia de continuar con sus idolatrías, embriagueces, supersticiones y mitotes. Contrario al relato religioso los habitantes nativos no desaparecieron por castigo divino sino por los métodos empleados por los frailes para formar los pueblos de indios, entre las que se cuentan la quema de las milpas y ranchos y la caza de los nativos en los montes, entre otras, con el fin de someterlos al régimen colonial.

Tacachico fue encomienda de Marcos de Parea a partir de 154820, pueblo de doctrina del convento de los Franciscanos fundado en 1574 con el mismo propósito que el de los dominicos, para el dominio de los indígenas dispersos en las montañas. El primer asentamiento colonial de este pueblo tuvo origen en el valle de Tacachico en Quezaltepeque y posteriormente fue trasladado probablemente en el año 1676, fecha que se toma como el origen del pueblo, este hecho explica la existencia de 2 Tacachico a la par, uno cómo pueblo y el otro como cantón de Quezaltepeque, y de este traslado se recogió por escrito hacia 1888 un relato de tradición oral. Este relato religioso que fundamenta y legitima el origen del pueblo probablemente se remonte al recuerdo del traslado del primer Tacachico y la edificación de nuevo pueblo bajo advocación de San Pablo. Tacachico perteneció a la vicaría de Texistepeque de Santa Ana la Grande hasta 1754, después fue pueblo anexo de la parroquia de San Juan Opico siempre del partido de Santa Ana.

A finales del siglo XVII, había en el pueblo de Quezaltepeque tres cofradías, una de Nuestra Señora de la Natividad, una de la Santa Veracruz de indios y otra de mulatos y ladinos. El mayordomo de la primera fue el indio Josep Flores, y esta existía desde antes de 1590; y el mayordomo de la segunda fue Nicolás Baptista y esta funcionaba desde 1596. Además de éstas, había dos cofradías del convento de los dominicos, una del Dulce nombre de Jesús fundada en 1614 y otra de la Santa Veracruz fundada en 1565, cuyo alférez fue Francisco Rivera22. San Joseph de Quezaltepeque fue uno de los pueblos de indios anexos al curato de San Salvador, junto a los pueblos San Miguel Guazapa, Santa Catalina Apocpa, San Antonio Abad Cuzcatanzingo, San Miguel Paleca y San Jerónimo Nejapa que fue la cabecera de estos pueblos de indios 23 .

Conformaron su geografía, en los dos primeros siglos de la Colonia por los años 1550 - 1700, las tierras de valle de Atapasco lugar donde edificaron convento y haciendas los dominicos, las tierras donde se redujo el pueblo de indios de San Jerónimo de Nejapa, la Nejapa antigua sitiada por la erupción de 1658, el pueblo de indios San Josep de Quezaltepeque, y Tacachico, Las haciendas Tutultepeque, Los Santos Inocente, y las tierras realengas, comunales y los ejidos.

A la visita de Cortés y Larraz a la Parroquia de San Salvador había 6 pueblos anexos a ésta, y 23 haciendas. Quezaltepeque es el 5º pueblo anexo, del cual se estimó una población de 156 familias de ladinos con 1000 personas, sin contar a los niños y las familias alrededor de las haciendas en las rancherías, es decir la población rural, que vivía internada en los montes al margen del padrón religioso. A finales del siglo XVIII que se implementan las reformas borbónicas en el Reino de Guatemala, la Alcaldía Mayor de San Salvador fue elevada a Intendencia 1786-1823 y dividida en 15 subdelegaciones (San Salvador, Olocuilta, Opico, San Vicente, Zacatecoluca, Sensuntepeque, Cojutepeque, Tejutla, Chalatenango, Santa Ana, Metapán, Usulután, San Miguel , San Alejo y Gotera); la subdelegación de San Salvador estaba integrada por los curatos de San Salvador, Nejapa, Mexicanos, San Jacinto, Tonacatepeque, Texacuangos, y Suchitoto. Quezaltepeque quedó bajo el curato de Nejapa integrado por cuatro pueblos (Nejapa, Quezaltepeque, Apopa y Guazapa)24.

Puede decirse que la división político administrativa de Quezaltepeque no cambia, pues como puede verse en el informe de Gutiérrez y Ulloa de 1808, el pueblo continuó como anexo de San Salvador teniendo a Nejapa como su cabecera. Para este período inmediato al proceso de independencia Quezaltepeque se repartía entre los territorios de la hacienda Atapasco de los dominicos; la hacienda Tacachico propiedad del peninsular Gregorio Castricciones 1780-183025; la hacienda Tutultepeque de Miguel Lansel y de la Familia Bustamante hacia mediados del siglo XIX; Los Santos Inocentes hacienda de la señora Luisa de Lara a finales del siglo XVIII, y a principios del siglo XIX propiedad Don José Rossy cuyas tierras estaban en disputa por falta de tierras de ejido y comunes26; y las tierras ejidales de las comunidades del volcán.

La nueva estructuración del Estado salvadoreño establece otra división política administrativa, cómo relata Lardé Larín27, este territorio que perteneció por todo el período colonial a San Salvador dentro del curato de Nejapa, fue puesto bajo la administración del distrito de Opico en 1824 y devuelto distrito de San Salvador en 1833. En 1835 se le erige como distrito de manera que pasó a ser la cabecera de los territorios que estaban bajo jurisdicción de Opico; pero, al ser Quezaltepeque uno de los pueblo que se adhirieron a la capital de la República Federal de Centro América, el distrito de Quezaltepeque quedó sin cabecera por esta razón se habla del estado acéfalo del pueblo en 1836. Al restablecer el antiguo partido de Opico en 1839, no fue reincorporado a éste sino que continuó dentro del de San Salvador al disolverse la República Federal de Centro América.

Hacia la segunda mitad de siglo XIX, a partir de la Estadística de Ignacio Gómez28 es posible aproximarse al estado del pueblo, para el cual se estimó una población de 2,991 habitantes. El territorio Quezaltepeque no difiere en gran medida del asentamiento colonial, lo componen las tres antiguas haciendas Tacachico, Tutultepeque Atapasco, los sitios de ganado, las tierras ejidales y comunales y el centro del poder administrativo, sin embargo, para Para este período inmediato al proceso de independencia Quezaltepeque se repartía entre los territorios de la hacienda Atapasco de los dominicos; la hacienda Tacachico propiedad del peninsular Gregorio Castricciones 1780-183025; la hacienda Tutultepeque de Miguel Lansel y de la Familia Bustamante hacia mediados del siglo XIX; Los Santos Inocentes hacienda de la señora Luisa de Lara a finales del siglo XVIII, y a principios del siglo XIX propiedad Don José Rossy cuyas tierras estaban en disputa por falta de tierras de ejido y comunes26; y las tierras ejidales de las comunidades del volcán.

Hacia la segunda mitad de siglo XIX, a partir de la Estadística de Ignacio Gómez28 es posible aproximarse al estado del pueblo, para el cual se estimó una población de 2,991 habitantes. El territorio Quezaltepeque no difiere en gran medida del asentamiento colonial, lo componen las tres antiguas haciendas Tacachico, Tutultepeque Atapasco, los sitios de ganado, las tierras ejidales y comunales y el centro del poder administrativo, sin embargo, para este período se hace referencia a los asentamientos rurales de la jurisdicción como los valles Realengo, Potrerillos, Aposentos, Macanse y García. El casco urbano lo componían 300 casas, una escuela, el cabildo, la iglesia y el convento; además se contaban entre las riquezas del pueblo el puente Atapasco, una importante obra de ingeniería colonial.

Por decreto Legislativo de mayo 1865 se forma el Departamento de La Libertad integrado por dos distritos, el Distrito de Nueva San Salvador y El Distrito de San Juan Opico, dentro este último, queda el pueblo de Quezaltepeque. Para estos años la delimitación territorial es más precisa pues aparte de las tres haciendas mencionadas y un ejido, se identifican la Aldea San Francisco Realengo y doce valles29: Aguacate, Segura, Agua Caliente, Primavera, Jirón, Santa Lucía, Santa Rosa, Platanillos, San Juan Los Planes, Macanse, La Majada y Sitio El Niño30.

Se sabe que, al menos hasta 1865 solo existe una escuela en el pueblo, cuyo principal obstáculo para el avance en la educación era la asistencia de alumnos, que aún no se lograba garantizar, aparentemente porque los padres preferían emplearlos en tareas domésticas y en la agricultura por lo cual constantemente los sacaban de la escuela.

Cinco años después se identifican tres escuelas en el municipio y dos de ellas son rurales, una situada en el valle Jirón y otra en el valle Platanillos.

Curiosamente para 1870 el estado deficiente en la educación se le atribuye a la negligencia del preceptor, pues de las tres escuelas, únicamente funcionaba la de Platanillos, la cual pese a la falta de un local y útiles presentó buen desempeño en el aprendizaje de los alumnos ese año, gracias a los esfuerzos de los padres de familia31; es decir, contrario al discurso de 1865, que culpa a los padres del negar la escuela a sus hijos, para 1870 se está hablando de padres organizados con interés en la educación.

Para el inicio de esta década de 1870 además de hacer funcionar una escuela rural se contaban entre las obras de progreso la construcción de 18 casas de tejas en el interior del municipio, y la apertura de caminos de dos ruedas. Según hoja estadística de 1873 la población del municipio era de 2,927 habitantes32.

Respecto a la agricultura las plantaciones aseguraban buenas cosechas de añil, azúcar y granos. Tales avances en obras públicas, educación, más el crecimiento en la agricultura y comercio fueron parte del argumento bajo el cual en marzo de 1874 el pueblo fue elevado a la categoría de Villa. A Finales de la siguiente década, en 1888 la población de la villa es de aproximadamente 4,085 personas33, el pueblo está conformado por 106 casas, dos portales, y los edificios municipales (cabildo, escuela, palacio municipal, comandancia y cárceles) entre los que se cuentan los inmuebles religiosos (convento, iglesia, calvario y cementerio); en el interior, el territorio estaba repartido en 38 fincas, 6 haciendas y 45 terrenos, más cierta cantidad, no registrada, de casas, parcelas y terrenos rurales. Para esta época dos de las haciendas coloniales Atapasco y Tacachico se han fraccionado, la primera en Atapasco Grande y Atapasquito y la segunda en Tacachico, Segura y Paso

Hondo.

En 1897 se pretendió anexar las haciendas Segura y Paso Hondo de Quezaltepeque a la jurisdicción del Paisnal, para una mejor administración y control de la policía sobre los colonos de estas haciendas, situadas a una legua de centro administrativo del Paisnal mientras que de Quezaltepeque, a siete leguas.32

Si bien no se logró pasar Segura al Paisnal, pero en 1912 el territorio disminuyó al perder las tierras de la Hacienda Tutultepeque que pasaron a formar parte del Municipio de Nejapa por decreto legislativo, la razón de esta ruptura se justifica en la necesidad de ampliar el territorio de Nejapa, sin embargo, hay que considerar que los vínculos de la Hacienda Tutultepeque con el centro de poder municipal siempre fueron débiles, relacionándose ésta directamente con el poder central, y la incidencia de sus propietarios para efectuar este cambio siendo los Bustamante importantes funcionarios dentro del gobierno34 ocupando cargos en la Junta de Fomento, y relacionados a ésta.

La villa fue elevada a ciudad en 1905 y en mayo de 1915 se separa administrativamente del distrito de Opico y pasa a integrar un tercer distrito para el Departamento de La Libertad, el distrito de Quezaltepeque creado por decreto legislativo, y a éste se agregó el pueblo de San Pablo Tacachico como anexo.

Otro cambio importante en la delimitación territorial fue la desmembración de doce caballerías de la Hacienda Tacachico, que constituían una finca de propiedad de Doña Elvira Mercedes González de García González que le fueron otorgadas al Doctor Fernando López originario de Santa Ana, en 1916.

El terreno lotificado lindaba al oriente con la Hacienda Tutultepeque, al norte con terrenos que fueron de Don Gustavo Ramón González, al poniente con la Hacienda El Jocote quedando de por medio el río Sucio, y al sur con terrenos que fueron ejidos del pueblo de Quezaltepeque separados por la quebrada la Mica35.

Las doce caballerías fueron divididas en más de 23 lotes entre una manzana y más de ocho manzanas, que se vendieron a 50 y 60 pesos cada una, lotes que fueron comprados por vecinos de los valles Jirón y Platanillos, colonos de Tacachico y jornaleros originarios de Coatepeque y Chalatenango entre los años 1919 y 1923, quienes viajaban a Quezaltepeque por temporadas de trabajo desde finales del siglo XIX. La venta de parte de la Hacienda Tacachico dio origen a un nuevo valle y fue así como surgió a principios del siglo XX el Cantón Las Mercedes, que conservó el sobrenombre de la finca, con el que se consolidó la actual división político-administrativa al interior de Quezaltepeque (Véase mapas 3 y 4).

Oficialmente el interior del municipio de Quezaltepeque quedó integrado por 13 cantones repartidos en 47 caseríos (Véase cuadro Nº 1). Los nombres de los cantones y caseríos responde a apellidos de las familias más antiguas de la población que habitaron los valles, algunos pertenecen a antiguas haciendas y fincas, y otros son topónimos originarios. También se perdieron muchos nombres de lugares importantes como el de Los Tetuntes, cuya delimitación no está del todo clara pero que al parecer fue parte del territorio de una comunidad indígena extinguida.

Comprenden parte de la historia geológica del municipio importantes fenómenos naturales que han cambiado el paisaje físico sobre todo las erupciones volcánicas tanto las antiguas de las que no existen estudios pero que hay una marcada presencia de lavas antiquísimas en los suelos, así como las erupciones del Volcán de San Salvador o Quezaltepeq. La terrible erupción de 165841 destruyó las haciendas en el contorno del antiguo pueblo de Nejapa, pueblo que quedó sitiado por la lava, arruinó las Estanzuelas de indios y afectó la hacienda Atapasco del convento de los dominicos42.

Esta erupción del playón originó el traslado de los pobladores de Nejapa, que inmediato al suceso se repartieron entre Quezaltepeque y Opico, posteriormente fueron agregados al pueblo de Quezaltepeque, donde los nejapas ocuparon las tierras del noroeste en las riberas del río sucio, este asentamiento temporáneo dio origen al valle sitio de los nejapas, lugar que habitaron los despoblados antes de trasladarse al Valle Camotepeque de donde finalmente se movilizaron al actual territorio en el que está ahora Nejapa.

En junio de 1917 hubo otra movilización de pobladores de los valles del volcán hacia los valles del norte del municipio, ocasionada por la erupción del Volcán de San Salvador. Los temblores dejaron en ruinas las casas de adobe del pueblo, a excepción de las casas modernas recién construidas y el cabildo, la casa de la hacienda Miranda fue arrasaba por una de las corriente de lava43.

Las lavas de ésta erupción cubrieron los suelos de Quezaltepeque sobreponiéndose a las anteriores, de ésta manera se amplió el bosque negro, el cual se forman con la vegetación que se levanta sobre las rocas volcánicas más antiguas, esta extensa área cubierta por lava que se extiende desde la cima del volcán hasta el cantón El Puente y es conocida como el playón.

Existe el relato que esta erupción provocó el traslado de una laguna que estaba en el cantón El Puente, donde aún se encuentran rastros acuíferos de la laguna que al parecer fue absorbida reapareciendo en Chanmico, donde se encuentra actualmente. Sobre la charca que quedó en Quezaltepeque, vestigio de este fenómeno natural, se cuenta que ahí hubo una vez una laguna y que ésta se la llevó una bruja quien la puso dentro de un huevo.

El territorio que corresponde a Quezaltepeque está dentro de cuatro zonas climáticas diferentes, por tanto el municipio es afectado por cuatro estados del clima (Véase mapa Nº 6). La mayor extensión de sus tierras está en la categoría de valles bajos, sabanas tropicales o tierra caliente con una elevación de los 0-800 msnm; tiene una menor proporción de valles superiores o sabanas tropicales calurosas entre los 800-1200 msnm; una pequeña parte de clima tropical de altura de tierra templada entre los 1200-1800 msnm; y una escasa área de clima tropical de altura o de tierra fría entre los 1800-2700 msnm44.

La principal cuenca hidrográfica de Quezaltepeque es el Río Nixapán, Sucio o Negro que nace del rebalse de la Laguna del Valle de Zapotitán y forma su caudal con los arroyos que desembocan en sus aguas, cruza de sur a norte y separa los departamentos de La Libertad y San Salvador, su trayecto por el municipio es de 14 kilómetros. Antiguamente este río de agua salobre tuvo un amplio caudal y era navegable. Afluentes del Río Sucio son el Río Claro que se forma de las aguas de la vertiente “La Toma”, la quebrada el Agua Caliente que vierte del nacimiento “La Llorona” en Platanillos, quebrada “El paso” o Santa Lucía a la que se unen El Coyol y el Chagüite, Quebrada Honda, quebrada el Copinol, quebrada “La Mica”, la quebrada Tacachico y Paso Hondo, Poloncuilo, entre otros pequeños arroyos de invierno (véase mapa No. 7).

Los informes de finales del siglo XIX se anticipan en anunciar la deforestación del territorio de Quezaltepeque producto de la extensión de tierras labradas para la agricultura y la comercialización de maderas para la construcción. La hacienda Tacachico además de caracterizarse por ser productora de añil, granos, azúcar y ganado, también incurría en la explotación de maderas, algunas de las tierras que destinaba a este rubro se ubicaban en la Loma del Espino, en el actual cantón Las Mercedes, donde además mantenía extensos zacatales.

De estas tierras denominadas como tierras bajas se sacaba las maderas del quebracho, el guachipilín, el güiligüiste, el tempisque, el chichipate, el iguano, la caoba, el salamo, el laurel, el maquishuat y el cedro utilizado para elaborar los horcones de las casas y muebles. Otros árboles explotados no por sus maderas sino por sus propiedades eran el sicagüite y el nance para la curtimbre y el de mora para la tinta. La otra zona de explotación de maderas es el sureste del municipio de donde se extraían el Tatascamite utilizado para la construcción de viviendas, para carbón y herrería, y las varas de cuilote para elaboración de paredes.

Desde la época colonial la tala de árboles de finas maderas como la caoba, al igual que las carboneras, incidieron en la reducción del área boscosa, sin embargo fue el cultivo del café el cual incrementó la destrucción del bosque primitivo, al sustituirlo por árboles de sombra apropiada para producir café de buena calidad, sobre todo en las tierras altas del Volcán. La siguiente cita refiere la desaparición de las montañas de Quezaltepeque ubicadas en el Volcán de San Salvador45 y la sustitución del bosque por el paisaje cafetalero:

“Aunque estas tierras volcánicas a las que me refiero antiguamente se componían de colinas montañosas que se constituían también en guarida de todo género de fierras y animales silvestres del país hoy todo se ha extinguido con el adelanto de la Agricultura pues ya no existen montañas de ningún género”46. A eso también se agrega el uso de maderas para las calderas del ferrocarril, introducido a finales del siglo XIX.

La misma cita da cuenta cómo el desaparecimiento de los bosques implicó la destrucción de la fauna, sin embargo pueden mencionarse algunas especies de animales como el coyote, tigrillo, el zonto o gato de monte, el mapache, el micoleón, la cotuza, el venado, el conejo de monte, el puerco espín, el cusuco, la iguana y el garrobo, varias especies de culebras: masacuata, tepolcuba, chinchintora, tamagás, el coral, bejuquilla; varias especies de pájaros como la chachalaca, la chacha o gallina de monte, el gavilán sarado, el cenzontel, la chiltota, el cheje, el tecolote, el talapo, y los pericos barranqueños que se crían en las barrancas del Río Sucio, entre otros.

Los depósitos de lava volcánica fueron favorables para la preservación de especies como el coyote y el tigrillo, entre otras que tiene su hábitat en las áreas cubiertas de lava, pese a que las montañas del maipaisal47 no estuvieron fuera del alcance de la explotación de madera, a finales del siglo XIX aserradores incluso de otros municipios solicitaban al gobernador departamental permiso para cortar árboles en el malpais para construcción de edificios, debido a la calidad de maderas que el teshcal preservó.

 

[i] El Salvador La Tierra y el Hombre, Browning David. Pag. 172.

[ii] Llamado así, por el sitio actual donde se encuentra conocido como Pueblo Viejo Las Marías o Hacienda Las Marías.

[iii] Diario Oficial, tomo 375, nº 72. Resolución Interna 0003 publicada por CONCULTURA el 21 de abril de 2007.

[iv] Lo alcanzado en materia de responsabilidad del Estado ha sido posible al esfuerzo de reconocimiento, estudio y difusión que instituciones locales como la Fundación Quino Caso han desarrollado en los últimos diez años.

[v] Infraestructura donde se dé procesaba la extracción del colorante azul, llamado añil.

[vi] Quezaltepeque en tan solo doscientos años invisibilizó a la gente indígena como comunidad cultural y se interpuso un nuevo grupo poblacional surgido del cruce entre españoles e indígenas, ­el mestizo o ladino. En poblaciones donde se cultivó el añil con cierto grado de intensidad, se vio aumentada la desestructuración de la comunidad indígena, esto lógicamente tiene que ver, con el fuerte impacto que ocasionó la aplicación de los modelos económicos, religioso-ideológicos que imponían los españoles y sus descendientes. Esto se manifestaba en tres acontecimientos importantes: 1. Donde había añil se había intensificado la propiedad privada a través de la hacienda en detrimento de la tierra como parte de la comunidad, lo cual permitía la cohesión de la comunidad indígena, alrededor de lo que venía sobreviviendo de su cosmovisión ancestral. 2. Las difíciles condiciones laborales en las haciendas añileras eran propensas al desarrollo de enfermedades que afectaban a la población indígena y de las cuales no tenían respuestas sus organismos, ni un medio de salud que les cubriera. 3. El contacto más directo entre español e indígena, facilitó las condiciones para que se cruzaran genes y cultura, lo cual va dando lugar a una creciente población ladina, que va modificando las lógicas de asentamiento y las características socioculturales de los territorios, entre estas una profundización de la discriminación contra el indígena.

[vii] Esta hacienda estaba dentro de los límites territoriales de Quezaltepeque antes que fuera cedida al pueblo indígena de los Nixapa afectado por la erupción volcánica de 1658.

[viii] El Salvador Historia Contemporánea, Carlos Gregorio López Bernal, p.268

[ix] La Prensa Gráfica, Revista Dominical, 9 de diciembre de 2007.

[x] Para transportar los productos agrícolas a principios del siglo diecinueve había en El Salvador únicamente tres puentes, uno de piedra y los otros dos de madera (David Browning, El Salvador La Tierra y El Hombre, p. 274.)

[xi] El salvador la Tierra y El Hombre, David Browning P. 139

[xii] Idem, p. 207

[xiii] Estos nuevos asentamientos que se constituían a partir de las migraciones que hacia la población indígena de sus asentamientos tradicionales se les llamaba “Pajuides”, los cuales eran poblados clandestinos de refugio para evadir el pago de tributo y demás exacciones coloniales (El Salvador, Historia Contemporánea, López Bernal Carlos y Knut Walter Franklin, p. 271.)

[xiv] Chavarría y otros, “Guía de aplicación de leyes y ordenanzas tributarias municipales y sus efectos en la recaudación de impuestos de la Alcaldía de Quezaltepeque”, Universidad de El Salvador, p. 15.

[xv] David Browning, El Salvador la Tierra y El Hombre, p. 293.

[xvi] Segundo Montes, El agro salvadoreño (1973-1980), p. 39.

[xvii] David Browning, El Salvador la Tierra y El Hombre, p. 263.

[xviii] Idem, p. 266.

[xix] D.O. 25 de agosto, 1854

[xx] Segundo Montes sostiene que con la introducción del café en la estructura económica del país se consolida el modo de producción capitalista en El Salvador, el cual afecta a todos los niveles de la realidad, el social, el cultural, el político y el ideológico. Con la extinción de tierras ejidales y comunales se separa a las mayorías poblacionales para el caso indígenas y mestizos de su medio de producción, la tierra; y los convierte en una fuerza de trabajo libre, desposeídos de su medio de sustento con la excepción de su energía. Por otro lado, el café permite a partir de las condiciones legales que propicia el Estado, la regulación y coacción de esa mano de obra libre, la apropiación de los medios de producción en pocas manos y en consecuencia la acumulación y concentración de riqueza en una reducida élite económica que tiene sus expresiones también a nivel local y que de alguna manera cambia: de la elite añilera a una nueva, la elite cafetalera, donde hay participación de inmigrantes extranjeros.

[xxi] D.O. 7 de octubre de 1953.

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HONDURAS.- El anticomunismo del siglo XXI y el fundamentalismo religioso como estrategia del Partido Nacional y el Partido Liberal

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23 Noviembre 2021
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 por Lic. Josué Sevilla

En febrero de 1848, Karl Marx y Federico Engels publicaron el Manifiesto Comunista, en las oficinas de la Asociación Educativa de los Trabajadores en Inglaterra sujeta a la Liga de los Comunistas según el historiador marxista Eric Hobsbawm, en su brillante introducción de 1998, del Manifiesto (Hobsbawm, 2010). Fueron los años de juventud de ambos pensadores.

En ese maravilloso panfleto Karl Marx sentenció las siguientes palabras “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa se han aliado en santa cacería contra este fantasma: el papa y el zar, Metternich y Guizot, radicales franceses y policías alemanes (Engels, 2019, pág. 47)”.

En esta ocasión, analizaré la anacrónica campaña mediática que el Partido Nacional y Liberal está utilizando para satanizar a sus adversarios políticos de Libertad y Refundación (LIBRE), a una semana de celebrarse las elecciones en nuestro país. Ambos partidos políticos tienen una larga data como defensores del anticomunismo en Honduras como lo demostraré en este trabajo. Estos puntos de vista provienen de los avances de mi tesis de maestría sobre la historia del comunismo en Honduras.

¿Cuándo apareció el fantasma del comunismo en Honduras? ¿Qué actores promovieron el anticomunismo ideológico y cultural durante el siglo XX? El Fantasma del comunismo en Honduras inició concretamente entre las décadas de 1920 y 1930, cuando a través de los periódicos manejados por los comunistas hondureños –como el Forjador (1927), El Martillo (1928), El Trabajador hondureño (1929-30), y Justicia (1932) –comenzaron a señalar como vende patrias a las élites políticas ligadas al Partido Liberal y Partido Nacional, como Bestia Bananera –boletín de la Federación Sindical Hondureña (FSH) escrito  por Juan Pablo Wainwright– a las transnacionales norteamericanas y representantes del imperialismo a los cónsules de la embajada de EUA (Villars, 2010). Tres actores son identificables hasta este momento: los partidos tradicionales, la embajada de EUA, y las compañías bananeras.  

La revolución bolchevique de 1917 ganó la simpatía de varios hondureños quienes en 1927, fundaron el Partido Socialista Hondureño (PSH) y en 1928, el primer Partido Comunista de Honduras (PCH). La agenda social que presentó el PCH ante la opinión pública hondureña se basó en promover los derechos laborales (exigiendo 8 horas de trabajo), políticas de sanidad (hospitales) y sindicatos dentro de las compañías bananeras. Además presentaron una ley laboral en 1931, a través del FSH, la cual fue desestimada por el Congreso Nacional.

Otros actores que no congeniaron con los comunistas en esos años fueron la Iglesia Católica y el obrerismo artesanal de la Federación Obrera Hondureña (FOH).

Todos estos actores crearon la primera santa alianza (parafraseando a Marx) para luchar contra el Comunismo Internacional y los comunistas hondureños. Sin embargo, la primera generación de comunista se las ingenió para incidir en la población hondureña. El joven Manuel Cálix Herrera (1906-39) fue el principal promotor de la agitación comunista junto a otros brillantes hondureños Como Juan Pablo Wainwright (1893-1932), Maximiliano Ucles, María Luisa Medina, Zoroastro Montes de Oca y de salvadoreños radicados en Honduras como Graciela García (1895-1995) y su hermano Felipe Armando Amaya. (Invitó al lector a leer un artículo publicado en la Revista Cuadernos de Historia de descarga libre sobre el Primer PCH escrito por este servidor).

Los actores detentores del poder hicieron varias acciones para neutralizar el comunismo–el cual ubicó desde un punto de vista arqueológico al enfatizar la génesis de este fenómeno– persiguiéndolos, estigmatizándolos a través de los prejuicios ideológicos y religiosos (en una primera etapa por la Iglesia católica), ilegalizarlos políticamente a través de leyes, y creando métodos de espionaje a nivel estatal, ístmico e internacional.  

Invitó al lector a que analicemos algunos episodios registrados por la historiografía hondureña. En las semanas santas de 1931 y 1932 el Arzobispo de Tegucigalpa  Agustín Hombach publicó unos panfletos anticomunistas, según Graciela García

En el primero (1931), acusó a Graciela García (1895-1995) de promover el comunismo en una escuela nocturna que manejaba la Sociedad Cultura Femenina (Villars, 1991, págs. 62-64). En el segundo panfleto (1932) el arzobispo manifestó que “El monstruo está a las puertas Sí; Monstruo escapado de los antros infernales; no otro cosa es el odioso socialismo (Posas, 2017, pág. 244)”.

La iglesia católica azuzó el oído de sus feligreses  incultos, y humildes para decirles que los comunistas les privarían de sus pertenencias, que les negarían su derecho a rezar, y que les inculcarían el ateísmo como en la actualidad lo está haciendo el Partido Nacional en 2021. El fundamentalismo religioso de la iglesia católica encontró después otras tácticas para lanzar sus dardos anticomunistas.

La Prensa Nacional en la década de 1920, tuvo un intelectual que sentó las bases del anticomunismo durante la primera mitad del siglo XX, llamado Julián López Pineda (1882-1959). Este intelectual luchó desde el periodismo anticomunista en diferentes diarios hondureños como El Sol (de la década de 1920 y 1930), La Época (Periódico oficialista durante la dictadura de Tiburcio Carías Andino) y El Día (periódico conservador ligado al Partido Nacional).

En el plano político el Partido Liberal y el Partido Nacional, fueron diseñando y aprendiendo como luchar contra los comunistas. La persecución política fue lo más general, pero más esquemáticamente ambos partidos crearon leyes para ilegalizar a los comunistas en diferentes momentos de la historia nacional del siglo XX.

El primer proyecto anticomunista lo presentó el intelectual Rómulo E. Duron (1931) durante la administración del liberal Vicente Mejía Colindres (1929-33), para frenar la primera oleada de revolucionarios hondureños, la cual buscaba “declarar como asociación ilícita a las organizaciones sindicales vinculadas a la CSLA, la IC, y la ISR (Sevilla, 2021, pág. 57).  

La Confederación Sindical Latinoamericana (CSLA), y la Internacional Sindical Roja (ISR) estuvieron vinculadas al activismo de la lII Internacional Comunista (Comintern o IC), que desde la Unión Soviética mantuvo la idea de una revolución a escala mundial, durante la primera mitad del siglo XX. La Comintern envió de manera constante agentes y literatura subversiva a todos los continentes captando seguidores y Honduras no fue la excepción.

Esperó no causar molestia entre mis colegas historiadores que admiran los trabajos históricos que Rómulo E. Duron realizó como intelectual. Sin embargo, él y su hermano Jorge Fidel Duron (Rector de la UNAH) fueron intelectuales conservadores y de la derecha política hondureña, y lo digo en voz alta.

La primera Ley anticomunista fue publicada el 7 de Marzo de 1946, bajo el Decreto 95 (se conoció como Ley Fernanda ya que fue redactada por el diputado nacionalista Fernando Zepeda Duron) al final de la dictadura de Tiburcio Carías.

La segunda Ley anticomunista se publicó el 3 de febrero de 1956 y se llamó Ley de Defensa del Régimen Democrático (Decreto 206), durante el gobierno del Nacionalista Julio Lozano Díaz (1954-56) (Alvarado, 1963, págs. 37-43).

La tercera Ley Anticomunista fue publicada el 26 de julio de 1959, con el nombre de Decreto 183, durante el gobierno del liberal Ramón Villeda Morales (Cid, 1983, pág. 151). Con esta ley se prohibió la novela Destacamento rojo de Ramón Amaya Amador. Villeda Morales fue un profeso anticomunista y lo demostró con este tipo de acciones.

A nivel del istmo, la primera estrategia anticomunista fue propuesta por el ministro de Relaciones Exteriores salvadoreño Miguel Ángel Araujo en 1935, donde afirmó que tenía “fuentes fidedignas que en Centroamérica está tomando rápido incremento la propaganda anticomunista (Meza, 1980, pág. 56)”.

Esta propuesta se realizó bajo el esquema de un Pacto Anticomunista Centroamericano. Durante la era de los estados dictatoriales Centroamericanos de las décadas de 1930  y 1940 –Maximiliano Martínez (1931-44), Tiburcio Carías (1933-49), Jorge Ubicó (1931-44) y Anastasio Somoza (1937-56) –  cada uno instaló sus aparatos de espionaje.

EUA, contento  se dedicó a estimular las iniciativas de los oligarcas centroamericanos. Esta afirmación personal comparte las novedosas propuestas de un texto reciente llamado La guerra fría y el anticomunismo en Centroamérica donde a grandes rasgos se evidenció el papel activo de las élites centroamericanas para detener la ideología anticomunista (García, 2017).

La visión clásica del anticomunismo presumió la idea que EUA fue el principal gestor pero las evidencias demuestran lo contrario. En conclusión, la prensa, leyes, estrategias regionales, y el fundamentalismo religioso fueron parte del accionar de los actores ligados al poder durante la primera mitad del siglo XX. ¿Qué paso durante la segunda mitad del siglo XX? Creo que tenemos el mapa general.

Los primeros comunistas fueron sometidos por el régimen de Tiburcio Carías Andino en la década de 1930. Sin embargo, se reagruparon en las décadas de 1940 y 1950, alrededor del Partido Democrático Revolucionario Hondureño (PDRH), de tendencia social demócrata. El PDRH, fue integrado por jóvenes profesionales de San Pedro Sula y Tegucigalpa. Esta juventud cansada del encierro, entierro y destierro de don Tiburcio Carías cuestionó el régimen cachureco a través de un Periódico llamado Vanguardia Revolucionaria.

En esos años, la  juventud del PDRH y los comunistas propusieron una agenda que despertó el interés de la clase obrera de los centros urbanos de la costa norte y Tegucigalpa exigiendo 8 horas laborales, seguridad social, un código de trabajo, vacaciones, y derecho a la sindicalización. Estos actores de oposición al régimen mantuvieron una denuncia continua contra las compañías bananeras y el estado. En Guatemala los trabajadores habían obtenido estos derechos después de la Revolución democrática de 1944-54. Esto despertó una vez más el fervor anticomunista de las élites hondureñas y de la embajada Yankee que entro en una paranoia generalizada. Honduras prestó su territorio durante la administración del nacionalista Juan Manuel Gálvez (1949-54)  para que se organizara el ejército de Castillo Armas para defenestrar el gobierno democrático de Jacobo Árbenz (1951-54) en Guatemala en 1954. Este hecho fue representado por Ramón Amaya Amador en su novela Destacamento rojo (Sevilla, 2021, pág. 59).

La voracidad de los señoritos burócratas de Tegucigalpa  y las compañías bananeras en la costa norte, no le proporcionaron respiró a las clases subalternas hondureñas quienes cargaron en sus espaldas medio siglo de desdén, frustración y explotación en el marco del capitalismo de enclave.

Los comunistas le imprimieron al PDRH, el arte de organizar a las masas y se metieron a crear círculos de estudio y educación popular en los oscuros y tétricos barracones de los campos bananeros en la costa norte.  Ramón Amaya Amador representó esta forma clandestina de organización en Prisión Verde, donde el Profesor Cherara y Máximo Lujan educaban a sus camaradas campeños por las noches (Amador R. A., 1999, págs. 170-172). Estas aseveraciones las tomó de los testimonios que brindó Julio Cesar Rivera (1918-2012) –el profesor rebelde de la ciudad de El Progreso quien comentó como les llevo varios años formar y educar los obreros entre 1946-1954 de forma clandestina– al historiador Marvin Barahona (Barahona, 2004) y al Ingeniero Andrónico Espinal (Oliva, 2013).

Durante la década de 1950, el obrerismo destruido por Tiburcio Carías –la FOH y la FSH– cobró vida gracias al accionar del PDRH, y la disciplina de los comunistas quienes fundaron varias plataformas obreras como el Comité Organizador Obrero (COO), el Comité de Unidad Sindical (CUS), y dos entes que incidieron en la huelga bananera como el Comité de Lucha Obrera (CLO) y el primer Comité Central de Huelga (CCH) en 1954 (Argueta, 2009). Voz Obrera y El Machete también fueron parte de la prensa obrerista de esos años.

Se destacaron en esos años personajes como Dionisio Ramos Bejarano, Ventura Ramos (1908-1992), Julio Cesar Rivera, Rigoberto Padilla Rush (1929-1998), Gabriel David, Juan B. Canales (1924-2009), Cesar Augusto Coto, Ramón Amaya Amador (1916-1966), Sebastián Suazo (1927) y Andrés Pineda.

El resultado del activismo político del PDRH y los comunistas desembocó en la gran Huelga Bananera de 1954, dirigida en una primera etapa por los comunistas (quienes refundaron un segundo PCH en abril de 1954). De los éxitos que obtuvieron los trabajadores después de la Huelga bananera de 1954 varias propuestas habían sido banderas de lucha de los comunistas. Esto fue borrado de la historia política de nuestro país por varios años con un propósito bien premeditado.

Los acontecimientos después de la II guerra mundial (1939-45) nos sitúan en otra etapa de la historia universal del siglo XX. Debemos de tener en cuenta que después de la división de Alemania en dos, el conflicto en Corea (1951-53), inició la Guerra Fría entre EUA y la URSS, la cual culminó a inicios de 1990. Los gobiernos oligarcas de Latinoamérica, Centroamérica y Honduras se comprometieron con el anticomunismo internacional.

Durante la segunda mitad del siglo XX, los actores anticomunistas hondureños asumieron otra cruzada para frenar el auge de los comunistas en el movimiento popular. El primer paso que dieron fue arrebatar el sindicalismo incipiente que se formó después de la huelga bananera de 1954 a los comunistas.

Un fuerte sindicalismo anticomunista fue orientado por la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) y la American Federation of Labor (AFL). La ORIT y la AFL, fueron auspiciados por los partidos tradicionales (Honduras, 2004, págs. 49-50). Oscar Flores (padre del expresidente Carlos Flores), fue evidenciado como un resentido marxista que fomentó la persecución contra los comunistas cuando fungió como director del Ministerio de Trabajo en el gobierno de Ramón Villeda Morales (Cid, 1983, pág. 183). De alguna manera, la tercera ley anticomunista en Honduras hay que entenderla como una respuesta para contener el triunfo de la Revolución Cubana (1959) y el poder mediático de la misma. En esos años se puso en marcha La Alianza para el Progreso que implementó EUA en Honduras durante la administración de Ramón Villeda Morales (Funez, 1995, pág. 205).

Analicemos la década de 1960. Durante esta década la persecución contra los comunistas fue fulminante. El 3 de octubre de 1963, las Fuerzas Armadas modernizadas por EUA en la década de 1950 dieron su segundo Golpe de Estado –el primer golpe fue en 1956– arguyendo que el gobierno de Ramón Villeda Morales estaba infiltrado por elementos comunistas. Al mando de las Fuerzas Armadas estuvo Oswaldo López Arellano (OLA), quien utilizó como pretexto este falso argumento para tomar el poder. El PCH, en esos años era un pequeño partido que apenas iniciaba una vida orgánica según constata mi investigación de tesis.

Por otro lado, Ramón Villeda Morales fue un propulsor anticomunista dentro del Partido Liberal. Es decir, los argumentos de OLA, fueron inverosímiles. No obstante, el asalto del poder castrense en 1963 en Honduras coincide con el posicionamiento de gobiernos militares en Latinoamérica y las ambiciones de poder de OLA, quien fue el hombre que manejo el panorama político hasta 1975.

OLA mantuvo una política anticomunista durante la década de 1960 en una etapa que se caracterizó por la intolerancia política a los sectores de oposición. En la década de 1960, él reprimió al movimiento social y varias expresiones guerrilleras que surgieron en Honduras, incluyendo la del PCH, la cual fue aniquilada por las Fuerzas Armadas en abril de 1965, cerca de las montañas de la Ciudad de El Progreso (La Matanza del Jute), en la costa norte hondureña (Ramírez, 1974).

El Partido Nacional hizo cogobierno con OLA en esa década, ayudando a reprimir el movimiento social utilizando la Mancha Brava organizada por este partido y militares (Cid, 1983, pág. 195). Este ha sido un movimiento de choque utilizado por los nacionalistas desde su creación a la actualidad.

Sin embargo, OLA tuvo que cambiar sus posturas radicales después de la guerra honduro- salvadoreña de 1969, donde buscó aliarse con sectores enemigos en una búsqueda desesperada de apoyo frente a los reveses del conflicto armado el cual fue matizado por los comunistas como una guerra intraoligarca (PCH, 1971). Los comunistas hondureños aprovecharon esta coyuntura para oxigenarse. El PCH,  logro posicionarse aportando propuestas en la agenda del gobierno reformista de OLA (1972-75) de contenido popular.

No obstante, esa tregua política y la apertura democrática de OLA desapareció al tomar el poder el militar Juan Alberto Melgar Castro (1975-78), quien a juicio de Mario Berrios diseñó la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), con la que se persiguió a los movimientos revolucionarios y los comunistas en la década de 1980 (Berríos, 2005). El PCH, y el Partido Comunista Marxista Leninista Hondureño (PCMLH) en la década de 1970 tuvieron un crecimiento sustantivo y lograron formar una base social con presencia en el sector obrero, campesino, estudiantil y otros. Comparativamente el PCH, logró crecer más que el PCMLH.

Analicemos la década de 1980. Debido al surgimiento de la Teología de la Liberación  y el apoyo de cierto sector de la Iglesia Católica a los movimientos revolucionarios centroamericanos, el cristianismo anticomunista que mantuvo la Iglesia católica durante el siglo XX, dio un viraje, en Honduras.

Aparecen las iglesias evangélicas pentecostales con una agenda diferente de fundamentalismo religioso. Las iglesias pentecostales ya existían en Honduras desde años, pero curiosamente la década de 1980 fue su despegue.

El cura evangelizador de antaño fue sustituido por los pastores protestantes que viajaban por el país en una nueva cruzada evangelista contra los movimientos sociales empleando medios como la radio donde no podían llegar (La Voz Evangélica). Además de esto, sus adeptos también se oponían en su predicas a la idea de una revolución social galopante en Centroamérica. Estos fueron financiados por los Yankees y el sionismo judío en la década de 1980 a juicio de la izquierda.

En el otro extremo, líderes estudiantiles, sindicalistas, comunistas, profesores, obreros y revolucionarios fueron víctimas de la anticomunista DSN. El resultado fue el desaparecimiento de 184 hondureños quienes murieron en nombre del anticomunismo y el fundamentalismo religioso de la década de 1980. El incremento de las condiciones materiales de la izquierda Centroamericana tuvo como respuesta la imposición de la DSN, después del triunfo de la Revolución Sandinista en 1979.

La década de 1980 en Honduras, aglutinó varios actores anticomunista: militares, paramilitares (Caso de los Contras nicaragüenses en Honduras), empresarios, líderes de ambas iglesias (Católica y Evangélica) y organizaciones facistoides como la Asociación para el progreso de Honduras (APROH). Para enero de 1983, Roberto Suazo Córdoba (1982-86)  les dio su personaría jurídica (CEDOH, 1984).

El socialismo real de la Unión Soviética se desmorono con la perestroika de Gorbachov en 1991 y sentenció al desaparecimiento el primer estado que vaticinó la construcción del comunismo. Occidente aprovechó la caída de su rival para poner en marcha el fundamentalismo económico conocido como Neoliberalismo y destruir los sistemas de bienestar en la década de 1990.

En la década de 1990, los triunfantes anticomunistas hondureños se unieron a la implantación del neoliberalismo. Este modelo económico, destruyo las conquistas sociales que tanto le costaron al proletariado hondureño en el siglo XX. Privatizaron poco a poco las empresas estatales y sumergieron a Honduras a una etapa de desesperanza económica, y social la cual seguimos padeciendo. Los Partidos tradicionales, militares, los cristianismos fundamentalistas de las iglesias cristianas (evangélicas y católicas), y empresarios vencieron en su modo de pensar el comunismo que tanto los aterró durante gran parte del siglo XX.

No obstante, el triunfo del siglo XX pronto tuvo un estorbo en la primera década del siglo XXI: Manuel Zelaya Rosales. El demonio de izquierda había desaparecido en teoría pero desde Sudamérica el comandante Hugo Chávez (1954-2013) y algunos gobiernos progresistas trajeron al debate público, el comunismo y el socialismo una vez más en Latinoamérica y a nivel internacional.

El polémico gobierno de Manuel Zelaya Rosales (2006-2009) puso las alarmas en la embajada de EUA, la burguesía árabe-judía hondureña con sus acercamientos el sector obrero, el Socialismo del siglo XXI y un discurso severo contra el BMI, EUA, y los oligarcas del país.  

Manuel Zelaya se había ganado la simpatía del pueblo con un programa mínimo de reformas basado en recuperar la empresa ENEE (actualmente la EEH), bajos costos del combustible, regulación de la deuda externa con los Organismo de financiamiento Internacional (OFI), y el aumento al salario mínimo. Este último, causo el ataque de la empresa privada hondureña (COHEP) quienes utilizaron sus monopolios de la comunicación como la radio, la TV, y la prensa escrita (El Heraldo, La Prensa, La Tribuna, y el tiempo), para desacreditar a Manuel Zelaya.

Sin embargo, lo que más molestó a la oligarquía hondureña fue la convocatoria a una consulta popular denominada Cuarta Urna. La misma propuso en forma de pregunta la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente para crear otra constitución, en el siguiente gobierno. Los actores militares, políticos, económicos y religiosos sentenciaron el gobierno progresista de Manuel Zelaya (Mel Zelaya como se le llama popularmente en Honduras) defenestrado el 28 de junio del 2009. Se levantó el supuesto de que Mel Zelaya buscaba la reelección. Lo cierto es que, quienes atacaron con saña a Mel Zelaya guardaron hipócritamente silencio cuando JOH violó la constitución para reelegirse en 2017 y ganar mediante un fraude electoral (Sevilla, 2020).

Los oligarcas hondureños utilizando viejas tácticas como el corte de la energía eléctrica, y una campaña de pacifismo en las radios y canales de televisión (como si no hubiera pasaba nada), pensaron que el pueblo hondureño se quedaría encerrados en sus casas como en el pasado.

Lo contrario. El pueblo hondureño se lanzó a una batalla de meses en las calles, aunque sin una dirección inteligente. Jamás olvidaré la manifestación del 5 de julio del 2009 frente al aeropuerto internacional de Toncontin de Tegucigalpa, donde convergió un mar de personas tras años de rabia y frustración de gobiernos neoliberales. En 2009, se formó el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) que logró acaparar la dirección de las manifestaciones pero me parece que les quedo corta esa camiseta a muchos pseudo líderes populares y supuestos revolucionarios. La escuela política de las personas en Honduras ha sido la calle, las balas y bombas lacrimógenas.

Mientras se formaba un nuevo movimiento social hondureño los oligarcas desempolvaron sus manuales anticomunistas y echaron andar todo tipo de discursos del pasado, como en la actualidad lo está haciendo el astuto y bizarro Partido Nacional.

En consonancia con el resurgimiento del anticomunismo del siglo XXI, ha llamado mi atención en estos días como el liberal Yani Rosenthal Oliva (ex convicto por narcotráfico), y el Partido Nacional de JOH (líder de cartel de los Hernández), y Nasry Asfura (señalado en los Panamá Papers y quien enfrenta 5 acusaciones por malversación y abuso de autoridad) mantienen el mismo discurso anticomunista en sus anuncios radiales, de TV, y las redes sociales. Antropológicamente el político nacionalista es cínico, descarado, corrupto, elitista, mediocre, astuto y mordaz (igual que el ala conservadora del partido liberal). Son expertos en jugar con la miseria del pobre hondureño.

Son tristes los debates en los que está presente un cachureco dado su pobreza cultural. Beatriz Valle (candidata a diputada de LIBRE) recientemente cuestionó a la diputada Lissi Cano (Programa 30/30) y el presidente de la bancada del Partido Nacional Nelson Márquez (Programa La Entrevista de Canal 11) dejándolos en ridículo por sus inverosímiles argumentos.

Este partido no ha evolucionado políticamente pues están utilizando el fundamentalismo religioso de los hondureños y una campaña sucia contra la oposición política que lidera LIBRE.

¿Quiénes representan generacionalmente al Partido Nacional? Para el caso tenemos una vieja generación de arribistas integrada por  personas como Oswaldo Ramos Soto (el abogado del mal e intelectual orgánico de la derecha), Antonio Rivera Callejas (su abuelo fue presidente del Congreso Nacional durante la dictadura de Tiburcio Carías y su padre durante el gobierno de OLA), Fernando Anduray (Vocero mediático del Partido Nacional) y la nueva generación con personajes que no presentan una evolución política como David Chávez (acusado de actos de corrupción en el INFOP), y Kilber Beltran (un narrador deportivo y tonto útil coaptado por el Partido Nacional).

El señor David Chávez nos ha mostrado el tipo de persona que es en realidad con algunos episodios que circulan en las redes sociales: amenazó al Perro Amarillo (Milton Jiménez) a quien le ofreció sonarles las tapas, y vociferó en un programa de un joven  youtuber diciendo que Marcos Bogran la cago. Que terrible sería para los capitalinos que este tipo –que llegó con Toño Chocoyos repartiendo patadas en el CNE– tomará la alcaldía de Tegucigalpa. Sin duda, es la expresión de la mancha brava que formaron los cachurecos en la década de 1960.  

La campaña de “Votar por Xiomara Castro es permitir el aborto y el comunismo” parece una bofetada a nuestra inteligencia, pero desde la teoría de la desinformación (estrategia posiblemente aconsejada por JJ Rendón asesor del Partido Nacional  en las últimas elecciones) es efectiva  en un pueblo enajenado por el fundamentalismo religioso y sometido a la pobreza cultural. En este momento las iglesias neo pentecostales me parecen más peligrosas que la católica –pienso en el pastor Ebal Díaz, Evelio Reyes, Alberto Solórzano– dado su presencia, en los barrios, aldeas y ciudades de nuestro país. Muchas de estas iglesias son altamente dogmáticas y mantienen un discurso de obediencia desmedida a las autoridades sin cuestionar su accionar. En las últimas elecciones (2013 y 2017) he visto como pastores llamaron a votar por JOH y defender la supuesta democracia hondureña.

El Partido Nacional, y Liberal le ha apostado a manipular a través del fundamentalismo religioso la conciencia del hondureño. Sin embargo, me parece oportuno señalar que también hay sectores de ambas iglesias cristianas con un sentido de crítica al régimen nacionalista. Este pequeño sector esta marginado de las Confraternidad Evangélica y otros espacios.

Desde mi punto de vista, el socialismo es una filosofía que aspiró en el siglo XX, a neutralizar el desigual sistema capitalista que crearon los occidentales europeos y los EUA, en los últimos siglos. La propaganda mediática del modelo eurocéntrico democrático basado en la supuesta libertad económica y política es una farsa.

Los europeos se enorgullecen del modelo democrático. Sin embargo ese modelo que tuvo sus raíces en la sociedad griega fue desigual en sus orígenes. Los únicos que tenían derechos en la democracia griega eran los hombres libres dado los privilegios que proporcionaba ese modo de producción, basado en la esclavitud. Ese modelo le enterró las garras a muchos seres humanos en el pasado, marginándolos a una vida mísera y llena de frustraciones. La clase trabajadora actual somos los esclavos posmodernos de la sociedad burguesa neoliberal.

El socialismo no aspira a la igualdad capitalista sino a la equidad social. En la práctica el sistema democrático eurocéntrico le permite a un sector vivir privilegiadamente en detrimento de las mayorías. Al sector obrero neoliberal, si, ese que vive de vender su fuerza de trabajo como lo dijo Karl Marx, está diseñado para meterle por los ojos las mercancías que producen en masa los capitalistas. El pecado de las filosofías socialistas, comunistas y anarquistas es haber denunciado los desastres sociales y culturales que ha provocado el capitalismo desde su surgimiento hasta la actualidad: pobreza, crisis económicas, guerras mundiales, explotación, imperialismo y una actual pandemia.

Ese es el modelo que defienden los históricos anticomunistas hondureños, quienes han practicado una democracia representativa que margina las mayorías. En 200 años, este modelo no nos ha dado una alternativa de mejora. Nuestras élites le apostaron a la ignorancia cultural y a la enajenación religiosa para anestesiar a las masas y utilizar como válvula de escape esta dicotomía social en momentos que han visto en peligroso el statu quo hondureño.

En la superestructura –concepto marxista que tiene que ver con los aspectos culturales e ideológicos– los oligarcas fomentaron el anticomunismo en el ambiente hondureño a través de la educación, la religión, la ideología, y los medios de comunicación (radio, la TV, y la prensa escrita), durante el siglo XX. A la gente humilde e iletrada se le infundió el temor del peligro que representaba el comunismo. Esto provocó que el anticomunismo en la actualidad sea un patrón cultural en la población hondureña. La implementación en las formas culturales tuvo un efecto en las mentalidades hondureñas.

Desde el Golpe de estado del 2009 a la actualidad, nuestras élites promueven a lo que definiré como el anticomunismo del siglo XXI. Primero, reaccionó el ala oscura del Partido Liberal defenestrando a un correligionario del poder (Mel Zelaya). Como olvidar los anuncios que el facho de Roberto Micheletti Bain –quien asumió como presidente de facto– patrocinó en el canal 8 del estado (Pueden verse algunos de estos anuncios en el documental Quien dijo miedo) para satanizar a Mel Zelaya. No obstante, como olvidar el pueblo en las calles reunidos contiguo a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), cada día para manifestarse durante el 2009.

Segundo, los liberales conservadores (Carlos Flores Facusé, Elvin Santos, Micheletti) nos sentenciaron a 12 años de dictadura, entregándole el poder al Partido Nacional con quienes han seguido haciendo sus asquerosos negocios. Los Nacionalistas en cambio se han fortalecido y nos han impuesto una dictadura de partido que el pueblo debe de derrotar (Sevilla, 2020). Pero no como se ha estado haciendo sin organizaciones de base y con líderes populares que también tienen arraigadas prácticas nocivas para el cambio social. En el sector popular también tenemos figuras gastadas (que usted conoce) que deberían de darle paso a la juventud, sin heredarle el sectarismo, y el narcicismo que caracterizó al movimiento popular en el siglo pasado.

Mis reflexiones finales son las siguientes.

Primero, el anticomunismo de los partidos tradicionales (Liberal y Nacional) es histórico y antropológico (cultural).

Segundo, siempre han utilizado tácticas de manipulación para sembrar el temor al modesto pueblo hondureño utilizando la radio, la prensa escrita y la TV como medios. En la actualidad se suman las redes sociales.

Que instalen rótulos en Tegucigalpa y San Pedro Sula, diciendo que con Xiomara viene el comunismo no es nada extraño. Que convoquen a manifestaciones contra el aborto y el comunismo no debe de ser una sorpresa para usted pueblo hondureño, pues esto responde al carácter anticomunista de ambos partidos tradicionales. Sin embargo, resulta anacrónico que sigan sosteniendo está campaña cuando la Unión Soviética y el socialismo real ya no existen siendo parte de los restos de la historia política del siglo XX, aunque no la idea de una sociedad más justa.

Tercero, desde el golpe de estado del 2009, se puso en marcha una estrategia anticomunista del siglo XXI. Los nacionalistas le están apostando a manipular a las personas recurriendo a su fe cristiana para levantar una campaña de falsos contra el Partido LIBRE y la alianza política que lideran como en el pasado lo hicieron contra los clandestinos e ilegales Partidos Comunistas Hondureños (pro chino, pro soviético y demás expresiones de izquierda), quienes se dedicaron a luchar por reformas sociales, que en la actualidad goza el pueblo hondureño. Esto no lo dicen los textos de historia escritos por intelectuales conservadores.

Cuarto, es momento que el movimiento popular le apueste a crear verdaderas estructuras de base y le den paso a la juventud para que no se apaguen las banderas de lucha social en Honduras. Ese fue el éxito que tuvieron en el pasado el PCH y el PCMLH.

Quinto, LIBRE debe de evolucionar, y retomar aquella idea que surgió dentro del FNRP en 2009 de organizar  cada pueblo, caserío y ciudad de Honduras con una verdadera formación política.

Sexto, el comunismo como sistema tuvo muchos éxitos en la antigua Unión Soviética (Rusia) durante el siglo XX en el campo de la ciencia, el arte, la cultura, la carrera especial, la industrialización y en el ámbito militar. El sistema de bienestar social de los soviéticos en algún momento fue envidiable. Estos aspectos, los textos de historia poco objetivos tampoco lo van a decir. El Partido Comunista Chino (PCCH), ha sacado millones de personas de la pobreza y en la celebración del centenario del PCCH (junio del 2021) volvieron a demostrarle al mundo los triunfos que tiene esta nación. También reconocemos los errores en ambas tendencias comunistas. Pero en la pobre mente del cachureco hondureño y el bizarro liberal hondureño no existe razón sino un testarudo sesgo ideológico.

Séptimo ¿Cuál es la herencia de 12 años de gobiernos cachurecos? Corrupción, violencia, narcoactividad, las ZEDE, neoliberalismo y pobreza. Tengo la esperanza que a partir de estas realidades la población hondureña decida de manera autónoma e independiente su voto en las elecciones del 28 de noviembre del 2009. Basta ya, del latrocinio e inicuo proceder de las cúpulas del poder en Honduras. No a la continuidad de la Narco dictadura.

Referencias

Alvarado, R. J. (1963). Las fuerzas armadas, la democracia y el comunismo. Tegucigalpa.

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Berríos, M. (2005). Los comandantes . San Pedro Sula: Pacura Editores.

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Cid, M. P. (1983). La construcción del sector público y del Estado Nacional de Honduras (1876-79). San Jóse : EDUCA.

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Ramírez, A. (1974). El maoísmo en Honduras. Tegucigalpa: Ediciones Compol.

Sevilla, J. (2020). A una década del golpe de estado del 2009: actores sociales y políticos, élites económicas, remilitarización y narcotización de Honduras. Revista de Centroamérica .

Sevilla, J. (26 de febrero de 2020). El Socialista Centroamericano . Recuperado el 23 de abril de 2020, de El Partido Nacional generador de dictaduras : https://www.elsoca.org/index.php/america-central/hondu/5335-honduras-el-partido-nacional-generador-de-dictaduras

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Villars, R. (2010). Lealtad y rebeldía: la vida de Juan Pablo Wainwright. Tegucigalpa, Honduras: Guaymuras.

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Honduras

HONDURAS.- La nueva amenaza a los pueblos del mundo se ensaya en Honduras: Capitalismo de servidumbre o “ZEDE”

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29 Octubre 2021
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Por: Tomas Andino Mencía

¿Qué son las ZEDE?

En Honduras se está experimentando con una nueva forma de colonialismo diseñada por sectores del imperialismo afines a la corriente anarcocapitalista que pretende ir más allá del desgastado modelo neoliberal mediante la eliminación completa del Estado burgués en su versión democrático-burguesa. Se busca ensayar con islas de superexplotación de mano de obra y de los recursos naturales a niveles de servidumbre y esclavitud en el marco de una dictadura local. Este experimento se denomina “Zona de Empleo y Desarrollo Económico” (ZEDE), también conocidas como “ciudades charter”, “ciudades modelo” y últimamente como “ciudades privadas libres”. Este experimento se ampara en la Ley Orgánica de las ZEDE (Decreto Legislativo 120-2013), aprobada el 12 de junio del año 2013, por el Congreso Nacional de Honduras.

La mencionada ley permite la creación de ciudades-estado totalmente autónomas dentro del territorio hondureño gobernadas por inversionistas extranjeros que serían una especie de nuevas colonias en tiempos modernos. Mediante esta norma, cualquier grupo o individuo, nacional o internacional, puede obtener una porción del territorio hondureño y ahí constituir un gobierno propio, con su sistema legal, su sistema judicial, su sistema de tributación y de protección social y obtener por métodos cuestionables, tierras o regiones para construirlo, transferirlo a terceros, expandirse sin limitación de tiempo y área geográfica. ​​Incluso tienen la facultad de expropiar a legítimos propietarios hondureños en las zonas donde se instalen para expandir sus negocios; además, pueden establecer convenios con otros Estados y tener su propia moneda. Claramente, esta Ley violenta principios constitucionales básicos de un estado nacional independiente.

A los ojos de los auto llamados empresarios “libertarios”, conceptos como “derechos”, “democracia”, “constituciones” o “parlamentos”, son solo ideas románticas de los liberales clásicos que estorban para su sed de ganancia. Estos “libertarios” sueñan con vivir en pequeños reinados donde, como en la época del feudalismo, puedan hacer las leyes que se les antoje sin ninguna mediación “ciudadana”. La popularidad que esta modalidad esta teniendo entre varios grupos imperialistas se debe a que constituye una forma segura de maximizar sus ganancias en los tiempos actuales de crisis economica mundial, sometiendo a las poblaciones a niveles de servidumbre, y potencialmente de esclavitud, bajo el cobijo de estados lacayos.

Hasta el momento se han establecido en Honduras al menos cuatro proyectos de ZEDE. Estos  son: ZEDE “Honduras Próspera” (comunidad de Crawfish Rock, Roatán); ZEDE “Ciudad Morazán” (Choloma, Atlántida); ZEDE Orquidea (San Marcos de Colón, Choluteca) y ZEDE Mariposa (ubicación aún no determinada). Sin embargo, el número real de ZEDE establecidas no se conoce con precisión y apenas se conocen algunas de las “sucursales“ que han establecido en otras zonas del pais, porque la información es manejada a nivel de Top Secret por el Estado.

Por lo anterior, el Movimiento Nacional Contra las ZEDEs y en Defensa de la Soberanía califica que este es un parto “inconstitucional, ilegal, ilegítimo, antidemocrático y antinacional que atenta contra la soberanía, la seguridad nacional, el Estado de Derecho y los derechos humanos de las y los ciudadanos de Honduras." (Comunicado fundacional del Movimiento, 16 de junio 2021).

Los antecedentes

El antecedente más inmediato de esta Ley, denominado Estatuto Constitucional de las Regiones Especiales de Desarrollo fue propuesto poco tiempo después del Golpe de Estado de 2009 (Decreto Legislativo 283-2010), ratificado en 2011, pero fue declarado inconstitucional por primera vez en octubre de 2012 por la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, debido a que sus integrantes provenían de un periodo anterior. Este “desalineamiento” de los magistrados no subordinados provocó que el Congreso Nacional, entonces presidido por el actual gobernante Juan Orlando Hernández, destituyera irregularmente a los cuatro magistrados que votaron en contra de las ZEDE, de los cinco que conformaban dicha instancia. Luego, la ley fue modificada y aprobada una vez más en 2013, en esta ocasión sin la oposición de la Corte Suprema y en un contexto político en el que Juan Orlando Hernández asume la Presidencia de Honduras.

Antes de la pandemia, el avance de las ZEDE fue muy lento, incluso problemático, debido a que hubo un periodo en el cual del proyecto original que diseño románticamente su ideólogo Paul Romer (académico norteamericano anarcocapitalista), se pasó a su versión actual, concebida a la talla de la banda criminal narcotraficante que detenta el poder en Honduras. De hecho Paul Romer renuncio al proyecto y paso a denunciar que este no tiene nada que ver con lo que el propuso[1]. Debido a ese conflicto y a la mala reputación ganada por el régimen de Juan Orlando Hernández a raíz de los juicios por narcotráfico a que es sometida su círculo de confianza en las cortes de Estados Unidos, hubo pocos inversionistas y países dispuestos a meterse en el asunto.

Con el ascenso de Trump a la presidencia de Estados Unidos y especialmente con la pandemia, esto cambio. Diversos grupos imperialistas de corte “libertario” que tomaron alas en ese período, se han dado a la tarea de buscar zonas del mundo donde puedan instalar ciudadelas que prescindan de las incomodas regulaciones y tributos gubernamentales, así como de tener que reconocer derechos humanos a las personas, todo con tal de abaratar sus costos en medio del capitalismo mundial en crisis. Similares experiencias intentan instalar en Filipinas, Croacia, Estados Unidos y Sudáfrica. Incluso una conferencia internacional para promocionar esta modalidad se realizó el 16 de octubre del presente año en Mullheim, un condado de Zurich, Suiza, en la cual destaco el caso de Honduras[2], debido a la disposición del régimen narcotraficante de ceder el pais a pedazos.

Desde entonces, las ZEDE han avanzado en Honduras en un contexto en el que la independencia judicial ha sido cuestionada, la corrupción es generalizada y penetra los más altos niveles del gobierno, incluidos influyentes miembros del partido en el poder, el Partido Nacional, como fue reconocido por la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) organizada por la OEA en 2015.

También vale la pena recordar que en las ZEDE participan como directivos varios hombres de confianza de alto nivel del actual gobierno quienes desde 2014 han sido señalados en los juicios en la Corte del Distrito Sur de New York, como es el caso de Ebal Diaz, superministro de su gobierno o Ricardo Maduro Joest, ex presidente de Honduras. De hecho el gobernante Juan Orlando Hernández, promotor de las ZEDE, es objeto de investigación por “co-conspiración de narcotráfico” en dicha corte.

El movimiento nacional contra las ZEDES

En los últimos meses, las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE han sido objeto de rechazo generalizado en Honduras a casi una década desde que comenzaron las primeras protestas en su contra, por el año 2011, cuando se les conocía como Regiones Especiales de Desarrollo.

Para contrarrestar las propuestas más recientes de las ZEDE, diversas organizaciones ambientales, indígenas y comunitarias hondureñas formamos el Movimiento Nacional Contra las ZEDE y por la Soberanía para “defender la soberanía de nuestro territorio físico…. y reafirmar nuestro compromiso histórico de derrocar a las ZEDE”. En los últimos meses, al menos 126 alcaldes de los 298 municipios del país han rechazado públicamente las ZEDE y más de una docena de municipios han celebrado Cabildos Abiertos o Referéndums municipales,  legalmente vinculantes para declarar que las ZEDE no están permitidas en sus territorios. Sin duda, se celebrarán más referendos en las próximas semanas y meses.

La condena generalizada a las ZEDE también ha llevado al Rector Nacional de la Universidad Nacional Autónoma (UNAH) a presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la legislación ZEDE; el Colegio de Abogados de Honduras (CAH) ha manifestado públicamente que la ley ZEDE debe ser derogada; el Consejo Anticorrupción (CNA) presentó al Congreso Nacional más de 15.000 firmas de personas en oposición a las ZEDE; y varias diócesis de la Iglesia Católica se han unido para condenarlos. A nivel internacional, las Naciones Unidas también ha expresado su preocupación por las ZEDE como: “la falta de la consulta libre, previa e informada en las zonas en que se instaló la ZEDE Próspera; la falta de protección del derecho a la propiedad y acceso a la tierra de las comunidades locales; y la desregulación y posible privatización de los servicios públicos como la salud y educación.”

Las ZEDE plantean preocupaciones adicionales: quizás una de las preocupaciones más serias, no sólo mencionada por las Naciones Unidas sino también por el Movimiento Nacional Contra las ZEDE y por la Soberanía, es que las ZEDE agravarán los conflictos de tierras de larga data, particularmente porque ya se han tomado medidas para priorizar los intereses de los inversionistas de las ZEDE tanto en el Registro Nacional de la Propiedad como en el Instituto Nacional Agrario, dos instituciones que supervisan la titulación de tierras en el país. Los conflictos por la tierra en Honduras son comunes y han dado lugar a varios abusos, incluida la violencia y el asesinato de defensores de la tierra y ambientalistas y el despojo sistémico de la tierra de muchos grupos indígenas, comunidades costeras y campesinos. Honduras sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ser ambientalista y defensor de la tierra.

Además, se teme que las ZEDE se conviertan en refugios para las actividades del crimen organizado, en particular porque los más firmes defensores hondureños de las ZEDE enfrentan serias acusaciones de tráfico de drogas y corrupción en tribunales de Estados Unidos, como fue mencionado.

Necesidad de la solidaridad internacional

Como fue mencionado, la ZEDE en Honduras esta aun en el nivel de un experimento, pero de resultar exitoso, se expandirá como la pólvora en todos los países donde existan gobiernos dispuestos a ceder la soberanía de su territorio por una cuantas fichas. Por ese motivo la ZEDE es una amenaza no solo para nuestro pais, sino para los pueblos del mundo.

El pueblo hondureño ha logrado romper el cerco del silencio que ha rodeado este tema y comienza a movilizarse en diversas partes del territorio para impedir que este proyecto imperialista se consolide; pero para eso necesitamos del apoyo de los pueblos del mundo.

Se puede apoyar enviando misivas o haciendo actos frente a las embajadas de Honduras en todo el mundo, denunciando y exigiendo a sus gobiernos que rompan relaciones con un gobierno de narcotraficantes o al menos lo denuncien en los distintos foros internacionales por los crímenes que comete contra la población hondureña.  

[1] PressReader.com - Digital Newspaper & Magazine Subscriptions. Disponible en:  https://www.pressreader.com/honduras/diario-la-prensa/20210531/281543703844739

[2] Puede verificarse la agenda del evento en Liberty in our Lifetime Conference file:///C:/Users/Tom/Desktop/MOvimiento%20contra%20ZEDE%202021/Liberty%20in%20our%20Lifetime%20Conference.html

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Honduras

HONDURAS.- Triángulo Norte y la Captura de sus Estados

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17 Agosto 2021
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Libnny Espinoza[1]

A continuación, se desarrolla una aproximación teórica a la captura del Estado en los países que componen el denominado Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador. En la actualidad se sostiene el consenso sobre la incapacidad estatal de contrarrestar la corrupción bajo sus leyes e instituciones, en estos países. Me distancio de la discusión teórica para ejemplificar con casos concretos los mecanismos de captura del Estado y los tipos de intervención realizados por Estado Unidos para acabar con la migración. Por último, se reflexiona sobre el escenario de las elecciones en Honduras para el 2021.

Palabras clave:  Captura del Estado, Triángulo Norte, migración.

Introducción.

Finalizada la década de los 90΄, en Guatemala, El Salvador y Honduras, el escenario de pacificación centroamericana propicio la implementación de prácticas económicas que delimitaban la esfera estatal, condiciones favorables para ciertos actores legales: partidos políticos, sectores religiosos, intelectuales, elites económicos, etc y actores ilegales: paramilitares, organizaciones delictivas y contramovimientos. Así, cada vez se hace más urgente reflexionar en estos países sobre su inserción a la economía de mercado, sus márgenes estatales excesivamente estrechos en la capacidad de decisión e intervinieron en la formulación de leyes, regulaciones, políticas públicas que ha tenido el propósito económico de beneficiar a élites muy concretas[2] y como, a través del enriquecimiento de corrupción, el surgimiento de nuevos actores sociales. Como consecuencia de la Captura del Estado (CdE), los pueblos fueron marginalizados en la esfera económica, política y social, lo que desató la gran desigualdad y descontento social al ver cerradas sus oportunidades y participación política. Entre sus efectos más paradigmáticos encontramos en Honduras la migración masiva, las tristemente célebres: «caravanas migrantes».

Ejemplificación de la captura del Estado en instituciones que combaten la corrupción, casos del Triángulo Norte.

Guatemala: desarticular instituciones.

Los mecanismos de captura del Estado son diversos, entre ellos se encuentra debilitar instituciones que gozan de prestigio para investigar la corrupción. Así, la desarticulación de estas instituciones se vuelve clave en este proceso. Ejemplo de ello lo encontramos en Guatemala, el pasado 23 de julio del 2021, en donde el Ministerio Publico, anunció la destitución injustificada y sin argumentos de Juan Francisco Sandoval como jefe de la Fiscalía Especial Contra la impunidad (FECI). Con ello se limita el papel de instituciones que promovían esfuerzos institucionales contra la corrupción, proceso que se venía gestando desde la contramovilizaciones que buscan la expulsión de la CICIG hasta lograrlo.

El Salvador: “La formulación de leyes para beneficio de propio”

Las nuevas reformas a la Ley de Extinción del Dominio y de la Administración de los Bienes de Origen o Destinación Ilícita, es un ejemplo de cómo se operativiza la captura del Estado, pues este cambio en la ley se llevó a cabo después que afectara a los mismos políticos que habían cometido corrupción. Antes de hacer las dichas reformas, un juez podía incautar bienes de los acusados, cuando estos no lograban sustentar sus orígenes. Sin embargo, con las nuevas reformas, el juez no sólo no podrá hacerlo en un periodo de tiempo razonable, sino que los plazos para aplicar la ley son demasiados extensos. En el caso de pandillas y personas que estén involucradas en tráfico de drogas, 30 años después de haber adquirido bienes de manera ilícita para políticos que estén involucrados en actos de corrupción 10 años después[3]. Entre otras reformas que dificultan la investigación y les da un blindaje a los criminales.

Honduras: “el código de la impunidad”

La emisión del nuevo Código Procesal Penal, es una nueva ley, (vigente desde el 25 de junio del 2020) que favorece a los criminales de “cuello blanco” a rebajar penas de cárcel y el periodo de prescripción contra la administración pública, malversación de caudales públicos y narcotráfico.

¿A quién benefició directamente este código? Mario Zelaya, uno de los actores intelectuales del robo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (2014) en donde quedo absuelto de cuatro delitos de malversación de caudales públicos y tres de violación a deberes de los funcionarios. La vigencia del nuevo código penal es una reforma más que el Estado hondureño ha hecho en los últimos meses y que han dificultado investigaciones y procesos judiciales contra redes de narcotráfico y corrupción estatal.[4]

El papel de la sociedad civil ante la impunidad

Las movilizaciones de la sociedad civil tendrán un papel fundamental en la lucha contra la Captura del Estado (CdE). El Triángulo Norte, en las últimas dos décadas, se ha convertido en un foco de constantes y permanentes movilizaciones de actores civiles, que han dejado evidenciado el despojo de los pueblos y violaciones a los derechos humanos con políticas que favorecen a pocos, la corrupción y prácticas de corte neoliberal. Entre las movilizaciones más emblemáticas cabe destacar: la marcha por el agua en Guatemala (2016), en donde se unieron líderes indígenas y campesinos, para concientizar la protección y el libre acceso de este recurso natural, ante las industrias extractivas como las hidroeléctricas, asimismo son significativas las actuales manifestaciones en favor de Francisco Sandoval (2021). En el caso de El Salvador (2018) en donde participaron sociedad civil y estudiantes, ante la lucha en contra de la privatización del agua, por las amenazas de la empresa privada-Estado, si bien hay que acotar que una parte de ellas se generó fuera de los espacios urbanos. En Honduras la marcha de las antorchas (2015) que inició, después del desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social, en donde se exigía un organismo independiente parecido a la CICIG, para investigar todos los actos de corrupción en el país ha mantenido una relativa continuidad. Esta expresión se ha sostenido y se ha posicionado en la actual coyuntura.

En respuestas a estas demandas, la instauración de instituciones alternativas al Estado que velaran por la justicia fue, al menos durante un tiempo, la opción de contrarrestar la impunidad, pero debido a las investigaciones realizadas que implican a funcionarios públicos-privados han sido perseguidas. Los casos de corrupción expuestos, vinculados a organizaciones criminales como el narcotráfico, disolvieron estas instituciones para detener y dificultar procesos judiciales. Una clara regresión en estos términos fue la expulsión de Iván Velázquez y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG, 2006-2019) por Jimmy Morales tras ser investigado integrantes de su familia cercana y posible financiamiento ilícito, la finalización de acuerdo de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH, 2016-2019)[5] por el actual dictador Juan Orlando Hernández (JOH), argumentando que esta institución había cometido algunos “excesos” por  investigaciones que involucraban a personas muy cercanas a su gobierno como diputados, funcionarios, empresarios por actos de corrupción y lavado de dinero[6]  y por último la anulación del convenio de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CICIES, 2019-2021) decisión tomada por la fiscalía tras el anuncio de la Organización de Estados Americanos (OEA)  tras la polémica incorporación como asesor al ex alcalde capitalino Ernesto Muyshondt, pues este fue acusado y procesado en libertad, tras delitos como fraude electoral, y asociaciones ilícitas. En este caso el fiscal Rodolfo Delgado señaló “porque aquí estamos abiertos a trabajar con la comunidad internacional y recibir apoyo para el combate a la impunidad, pero no es posible recibir este tipo de apoyo por parte de una organización que ahora tiene la asesoría de un delincuente”.[7]

La expulsión, finalización u otras formas para resquebrajar estas instituciones, es una forma más de captura del Estado y el modus operandis de las élites corruptas del Norte de Centroamérica, ya que obstaculizan las investigaciones, creando más impunidad, y dando a entender que su margen de acción transciende fronteras, ante cualquier amenaza reaccionaran para destruir organismo que desafíe su poder.

Migración: ¿Somos un problema para EEUU?

Los esfuerzos del gobierno demócrata de EUA por reducir la migración han sido, en palabras de Joe Biden en su plan de gobierno,[8] el interés de ese país donante. Su estrategia son los fondos, que consisten en 4 mil millones, para que se utilicen de la manera más eficaz, así como para la lucha contra la corrupción, reducción de la pobreza, desarrollo económico, mejoramiento del Estado de derecho. En este caso fortalecer el poder judicial y seguridad, en este último se invertirá en la profesionalización de la policía y fuerzas de seguridad[9] todo ello con la finalidad de que nuestros compatriotas se limiten a permanecer a la pauperización provocada por los mismo Estados Unidos de América.

Sí bien este plan es demasiado ambicioso y poco concreto, en gran medida porque aún no conocemos todas las complejidades de la migración, si sabemos que los problemas estructurales no se solucionaran en 4 años. No obstante, reflexionar esta estrategia, es necesario para combatir la corrupción y la manera que se posicionará el gobierno de Joe Biden, unas de las primeras acciones realizadas fue revocar la visa a los Estados Unidos y congelar los activos de las personas señaladas de corruptas. La revocación de visas, será parte de una etapa de este proceso. El 1 de julio el departamento de Estado, dio a conocer la polémica “Lista Engel”, donde comprometía a varios funcionarios de Guatemala, Honduras, El Salvador, y se les prohibía la entrada a EEUU. Hasta el momento el departamento de Estado no congelado los activos de estos funcionarios, y ha cancelado algunas visas,[10] lo que representa para muchos, la poca practicidad de esta “lista” y como diría una vecina “pueden vivir sin visitar Disney Word”. Entonces, vale la pena preguntarse cuál son los intereses reales en la región para Estados Unidos y como llegará a ellos.

Sociedad civil del Triángulo Norte: Unión de esfuerzos (2021)

Las élites nos han demostrado que pueden disolver cualquier institución que les investigue, es por ello que el pasado 3 de junio (2021), organizaciones civiles del Triángulo Norte, unieron sus fuerzas para la instauración de El Centro Contra la Impunidad y la Corrupción en el norte de Centroamérica (CCINOC). La iniciativa ha fue presentada de manera virtual ante la población, representantes del gobierno de EEUU y la Unión Europea, concluyendo que existe una necesidad de la creación de esta institución con sede en los tres países, para velar por la justicia, ya que, al no haber ningún organismo transnacional que monitoree, investigue y demande ante la captura de los Estados, los hechos en cada país se tomaran de manera aislada y no como un gran problema en la región, que afecta colectivamente.[11]

La perspectiva principal de esta organización es terminar con la impunidad, de esta manera los casos de corrupción del Triángulo Norte no se queden solo en informes, y de manera discursiva, sino que se les dé un seguimiento judicial para sentenciar a diferentes actores que hayan cometido delitos que afecten el Estado de Derecho.

Honduras: elecciones del 28 noviembre de 2021 y Estado Cooptado por una Narco-dictadura.

El caso particular de Honduras, como principal país expulsor de migrantes, se encuentra en un estado crítico, principalmente porque se celebrarán elecciones el próximo 28 de noviembre. Los indicadores sociales marcan que en dicho país ha tenido fuertes acusaciones por las crisis post electorales en el 2017, donde salió ganador el actual partido de gobierno (Partido Nacional) y por esta experiencia, se teme que vuelva a suceder algo semejante, pues, este partido tiene una trayectoria obscura en la historia del país, primero por sus vínculos con el narcotráfico, demostrada con la captura de Fabio Lobo, hijo mayor del Ex presidente Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) y la condena a prisión del ex diputado Juan Antonio Hernández Alvarado (2021), hermano del actual dictador.

Ante este contexto el malestar del pueblo hondureño es evidente, tanto en conversaciones del diario vivir, como en las protestas, así como las muestras de repudio en las redes sociales, muchos se preguntarán si son tan malos ¿Por qué siguen votando por ellos? La respuesta es fácil, existe una larga trayectoria de este partido que opta por el clientelismo político y el fraude electoral. El fraude electoral es lo que más hemos presenciado y hemos sido víctimas en la última década, pues el Partido Nacional encabezado por Juan Orlando Hernández, no solo ha usado el poder para neutralizar a la oposición política, sino que se ha perpetrado por medio de esta dictadura, este además de ser anticonstitucional tiene fuertes vínculos con el narcotráfico,[12] y ha debilitado la poca institucionalidad que existía en este país.

Ante estas posibles amenazas del actual mandatario, el Consejo Nacional Electoral (CNE)[13] aprobó que las elecciones generales, las actas sean electrónicas tras el escrutinio electoral y no sean manualmente, porque al estar centralizado el conteo de votos, existe un alto riesgo que se viva otra vez un fraude electoral, esta propuesta ha sido realizada por las consejeras Rixi Moncada y Ana Paola Hall, y se han encontrado con un mar de pretextos por miembros del Partido Nacional, que han retrasado el proceso, para obtener todo el acceso a toda la tecnología para las elecciones.

Si los miembros del Partido de Gobierno, desconfiaron de esta nueva propuesta, puesto que “es muy caro, sospechan que el proceso sea fraudulento, temen que se roben el dinero”, si ellos se consideran transparentes, por qué no se encuentran en la cárcel los responsables que compraron inservibles hospitales móviles, para el manejo de la actual pandemia. Estos hospitales están sobrevalorados por 48 millones de dólares y todavía nos preguntamos: ¿dónde está el dinero? el problema de estos políticos es que, el discurso de anticorrupción lo han tomado los corruptos. Para Honduras, la corrupción ha tenido un alto precio, según Ricardo Zúñiga el encargado de enfrentar las causas de la migración en el Triángulo Norte, solo en el 2020 en el marco de la pandemia, la corrupción le costó 3 mil millones de dólares a este país, esto representa aproximadamente 12 % de su producto interno bruto.

Definitivamente en Honduras, el Partido de gobierno, nació para hacer las cosas mal, principalmente porque estamos en una dictadura, ¿y que dictadura puede hacer las cosa bien? Sino que se violan los derechos humanos, desde el golpe de estado del 2009, este país ha tenido un retroceso a la democracia y un Estado capturado por el Narcotráfico.

Reflexión final

Triángulo Norte vive una captura de sus Estados tanto de actores legales como ilegales, estos han trabajado de manera conjunta, utilizando recursos aparentemente legales, mejorado mecanismos para disminuir su exposición penal como lo vimos en la formulación de la Ley de Extinción del Dominio y de la Administración de los Bienes de Origen o Destinación Ilícita en El Salvador y el nuevo Código Procesal Penal en Honduras. Las élites corruptas del Triángulo Norte han sabido blindarse ante la ley, nos enfrentamos a un gigante, la CCINOC  y las demás organizaciones civiles tienen un enorme trabajo por realizar, ante este panorama no parecerá extraño que después de un tiempo esta organización reciba amenazas de sectores de poder queriendo obstaculizar sus investigaciones.

El plan de Biden es un reflejo más de la continuidad de la políticas exteriores de EEUU, políticas de detención de migración por el problema de los menores no acompañados en la frontera. El margen de acción de los Estados Cooptados es tan complejo, va más allá de lo económico y de las leyes, sino que distorsionan todo proceso evolutivo de la sociedad, creando más pobreza y exclusión.

Referencias

*Américatevé (2021) El Salvador: Fiscal termina convenio con la CICIES de la OEA: www.americateve.com/el-salvador-fiscal-termina-convenio-la-cicies-la-oea-n1100414.

* CCINOC: Centro Contra la Impunidad y a Corrupción en el Norte de Centroamérica: ¿Qué somos? https://ccinoc.org/nosotros/

*DW (2020) Honduras cierra Instancia contra la corrupción: www.dw.com/es/honduras-cierra-instancia-contra-la-corrupci%C3%B3n-de-la-oea/a-52049457

*El plan de Biden para fortalecer la seguridad y la prosperidad en colaboración con los pueblos de Centroamérica: joebiden.com/es/el-plan-de-biden-para-fortalecer-la-seguridad-y-la-prosperidad-en-colaboracion-con-los-pueblos-de-centroamerica/

*Fernando Romero (2017) Diputados de El Salvador suavizan ley contra corrupción y crimen organizado, Insightcrime: es.insightcrime.org/noticias/analisis/diputados-salvador-suavizan-ley-contra-corrupcion-crimen-organizado/

*Garay, Luis (Sin fecha) Reconfiguración Cooptada del Estado: más allá de la concepción tradicional de captura económica del Estado. Fundación AVINA.

*Héctor, Silva, (2020) Nuevo código penal bajo sospecha de favorecer a criminales en Honduras, más: es.insightcrime.org/noticias/analisis/codigo-penal-criminales-honduras/

*Rodríguez, Carmen (2021) Investigaciones indican que el presidente de Honduras llegó al poder con el dinero del narco y bajo el silencio de Trump. Agencia Anadolu: www.aa.com.tr/es/mundo/investigaciones-indican-que-el-presidente-de-honduras-lleg%C3%B3-al-poder-con-el-dinero-del-narco-y-bajo-el-silencio-de-trump/2111857

[1] Licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

[2] Garay, Luis (Sin fecha) Reconfiguración Cooptada del Estado: más allá de la concepción tradicional de captura económica del Estado. Fundación AVINA.

[3] Fernando Romero (2017) Diputados de El Salvador suavizan ley contra corrupción y crimen organizado, Insightcrime:

es.insightcrime.org/noticias/analisis/diputados-salvador-suavizan-ley-contra-corrupcion-crimen-organizado/

[4]Héctor, Silva, (2020) Nuevo código penal bajo sospecha de favorecer a criminales en Honduras, más:

 es.insightcrime.org/noticias/analisis/codigo-penal-criminales-honduras/

[5] La instauración de la MACCIH, fue gracias a la presión de la sociedad civil tras el desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social.

[6]DW (2020) Honduras cierra Instancia conra la corrupción: www.dw.com/es/honduras-cierra-instancia-contra-la-corrupci%C3%B3n-de-la-oea/a-52049457

[7] Américatevé (2021)El Salvador: Fiscal termina convenio con la CICIES de la OEA

www.americateve.com/el-salvador-fiscal-termina-convenio-la-cicies-la-oea-n1100414.

[8] El plan de Biden para fortalecer la seguridad y la prosperidad en colaboración con los pueblos de Centroamérica: joebiden.com/es/el-plan-de-biden-para-fortalecer-la-seguridad-y-la-prosperidad-en-colaboracion-con-los-pueblos-de-centroamerica/

[9] Ibid.

[10] La visa que cancelaron fue la del ex presidente hondureño Porfirio Lobo Sosa.

[11]CCINOC: Centro Contra la Impunidad y a Corrupción en el Norte de Centroamérica: ¿Qué somos? https://ccinoc.org/nosotros/

[12]Rodríguez, Carmen (2021) Investigaciones indican que el presidente de Honduras llegó al poder con el dinero del narco y bajo el silencio de Trump. Agencia Anadolu: www.aa.com.tr/es/mundo/investigaciones-indican-que-el-presidente-de-honduras-lleg%C3%B3-al-poder-con-el-dinero-del-narco-y-bajo-el-silencio-de-trump/2111857

[13] Institución que vela por el proceso electoral en Honduras.

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Honduras

HONDURAS.- El primer Partido Comunista de Honduras (1927-35): organización, La Comintern, antiimperialismo y actores de la época

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17 Agosto 2021
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Por Josué Sevilla

Revista Cuadernos de Historia, publicada por UNAH-TEC-Danli.

Palabras claves: comunismo, Comintern, antiimperialismo y actores.

Introducción: en este trabajo indagó como se organizó el primer Partido Comunista de Honduras (PCH) en las décadas de 1920 y 1930, evaluando los esfuerzos que hizo en su afán de organizar el proletariado hondureño, durante su corta existencia. La temporalidad elegida, fue una etapa de consolidación del enclave bananero y la hegemonía de los EUA, en nuestro país. No obstante, también fue la época donde surgieron varias expresiones antiimperialistas, entre ellos los comunistas. Para entender cómo se organizó el primer PCH –y la confrontación a la que fue sometido, este pequeño núcleo de hondureños por parte de los actores sociales, religiosos, económicos y políticos de la época– propongo los siguientes aspectos para debatir: 1. Contexto en Centroamérica y cambio social en Honduras entre 1870-33. 2. Fuentes sobre la Internacional Comunista y la Comintern en Latinoamérica y el primer PCH. 3. Discusiones en las ciencias sociales en Honduras sobre la historia del primer PCH. 4.  Organización y activismo político. El PCH y los actores sociales, y políticos. 5. La desaparición del PCH y el fin de una generación. 6. Conclusiones y reflexiones finales.

1.- Contexto en Centroamérica y cambio social en Honduras entre 1870-1933

El punto de partido de la temporalidad en cuestión, tiene como propósito explorar el impacto de las reformas liberales en Centroamérica. No obstante, debemos tener en cuenta que la construcción de la sociedad liberal (sociedad burguesa), inició con la separación política de España en 1821. La aplicación del modelo democrático eurocéntrico, fue la vía para moldear las ex colonias de España, a la usanza del nivel de desarrollo que la revolución industrial y el capitalismo provocaron en Europa, a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Al reglamentar el sistema político liberal, las formas de vida fueron cambiando, y el sistema de relaciones sociales y económicas también. Las reformas liberales, fueron un segundo momento en la construcción de la sociedad burguesa Centroamericana. Empero, si lo vemos retrospectivamente entre 1821-70, las sociedades centroamericanas dieron pasos hacia la consolidación de los estados nacionales (según el lenguaje liberal). Las bases este tipo de sociedad fueron el liberalismo inglés y francés (ilustración francesa) que surgieron a finales del siglo XVIII, los cuales alimentaron el ideal de una sociedad que deviniera de la razón humana. Bajo este discurso liberal, se fue moldeando el panteón de los héroes y villanos de nuestra historia contemporánea. Las reformas liberales en el istmo, condujeron al establecimiento del capitalismo, en un nuevo nivel de desarrollo para esta región. En el caso de Honduras, como lo sostienen los estudios de esta época –a través de los enclaves minero y bananero– pudo insertarse en la dinámica de competencia comercial capitalista, en consonancia con las ideas del liberalismo positivista (Chocano, 1975).

En conclusión, las reformas liberales para la región fueron una etapa de despegue de la industria capitalista de exportación hacia afuera (metales preciosos, café y banano) según la sociología, de construcción de ferrocarriles, de migraciones internas, de formación de elites económicas, y de cambios en las estructuras sociales de las repúblicas de Centroamérica (Acuña, 1994). Honduras y Nicaragua, aparecen dibujadas en este mapa de cambio social, como las más rezagadas del istmo. Durante esta etapa, Honduras tránsito por una serie de fenómenos en marcha en el periodo pos reformista liberal (1876-1933): enclaves mineros y bananeros, guerras civiles, consolidación de la hegemonía de EUA en Honduras (Barahona, 1989), el establecimiento del trabajo asalariado, explotación capitalista y el desarrollo de la ideología  comunista, algo importante para este estudio.

2. Fuentes sobre la Internacional Comunista y la Comintern en Latinoamérica y el primer PCH.

La historia del comunismo en Latinoamérica, Centroamérica y Honduras estuvo ligada al impactó que tuvo la revolución bolchevique, en 1917.  El examen  sobre el impacto de dichos acontecimiento en el subcontinente –según la literatura existente– evolucionó muy recientemente, a juicio de los especialistas. El fin del socialismo real en la ex Unión Soviética, abrió las posibilidades para una interpretación del comunismo internacional, desde una posición crítica y sin las cargas impuestas por los extremos de la guerra fría. La apertura de los archivos de la URSS, es de vital relevancia para los historiadores, con esta línea de investigación. Mi intención en este apartado, es poner en contexto al lector sobre algunas obras importantes y los retos para el estudio del comunismo en Honduras. Aclaro que no soy un especialista. Sin embargo, intentó generar una discusión en torno al trabajo en cuestión, sobre todo desde la atmosfera de las fuentes, un terreno donde los historiadores nos sentimos cómodos.

La historia del comunismo en Latinoamérica estuvo ligada a la III Internacional Comunista (IC), o Comintern creada en marzo de 1919, la cual fue la plataforma de contacto con la izquierda internacional, durante la primera mitad del siglo XX. En conmemoración del centenario de la revolución rusa en 2017, se reeditó el diccionario bibliográfico llamado América Latina y la Internacional comunista, del historiador ruso Lazar Jeifets (Jeifets, 2017).

Lo importante de este trabajo consiste en que nos ubica en una historia global del comunismo en relación con Latinoamérica, y describe la historia de personajes latinoamericanos que se vincularon a la IC, entre 1919-43. En este diccionario biográfico aparecen los nombres de hondureños con equivocaciones sobre las fechas de nacimiento, trabajo político, y orígenes: Manuel Cálix Herrera (1906-39), Juan Pablo Wainwright (1893-32), Castro Hernández, y Froylan Turcios (1874-1943). También incluye los nombres de salvadoreños con fuertes vínculos en Honduras como Néstor J. Juárez, y Felipe Armando Amaya. Este último fue crucial para el desarrollo del comunismo en Honduras a inicios de la década de 1920, pues después de venir de EUA, introdujo las ideas marxistas en Tegucigalpa, Honduras, junto con su hermana Graciela Amaya (Graciela García). Ellos formaron los primeros círculos de estudio y células marxistas en la capital de Honduras (Sevilla, 2020). También, Felipe Armando Amaya, representó el PCH, en 1930 en el V Congreso de la Internacional Sindical Roja (ISR), bajo el seudónimo de Ruiz Valdez. Existe una referencia peyorativa hacia el representante de Honduras en la biografía de Miguel Mármol, quien viajó a la URSS, el mismo año (Dalton, 1982, pág. 217).

La manera tardía en que se desarrolló la historia del comunismo en Honduras se deben a dos factores desde mi punto de vista. Primero, por la desatención para crear una historia del comunismo, por parte del segundo PCH refundado en 1954, y el desarrolló tardío de las ciencias sociales y la carrera de Historia (sobre todo de historiadores que tuvieran este eje temático como afán personal). En el siguiente apartado veremos, como las ciencias sociales  estudiaron la historia del primer PCH.

Basados en el siguiente cuadro, en este trabajo señaló las erratas encontradas en el diccionario biográfico ya mencionado, sobre las actividades de los comunistas hondureños que mantuvieron una comunicación con la Comintern. Las equivocaciones consisten en fechas de nacimiento y su labor política en Honduras. A modo de ejemplo están los casos de Manuel Cálix Herrera (Jeifets, 2017, págs. 134-135), y Juan Pablo Wainwright (Jeifets, 2017, págs. 728-729), los cuales el lector puede corregir, al leer los trabajos sobre el primer PCH, elaborados por autores hondureños.

De vital importancia me parece el trabajo del historiador Erick Ching, quien investigando sobre la historia política de El Salvador en la década de 1920, encontró una colección de documentos de la Comintern, en los archivos rusos denominada “El Partido Comunista de Honduras. Al respecto nos dice.

Los documentos en los archivos del COMINTERN son de las décadas de 1920 y 1930, años que corresponden más menos a la Tercera Internacional. Los documentos están bien organizados y se los encuentra en idiomas diversos. En vista de que el COMINTERN se comunicó con sus partidos comunistas afiliados a través de oficinas secundarias, instaladas normalmente en Nueva York o Paris, los documentos se encuentran en inglés, español, francés, alemán y, por supuesto, ruso (Ching, 1995).

Para el caso hondureño y el primer PCH, la lingüista Rina Villars, reconoce que.

Mi acceso a los documentos de los archivos soviéticos de la Internacional Comunista –también conocida como la III Internacional, o Comintern, fundada por iniciativa del gobierno ruso en 1919 para coordinar y propagar las actividades de los partidos comunistas en el mundo– se debe a la generosidad del historiador Erick Ching (Villars, 2010, pág. 55).

Como lo discutiré más adelante, el trabajo biográfico de Juan Pablo Wainwright (JPW), Lealtad y rebeldía de Villars, es el mejor estudio sobre la historia del primer PCH, con algunas críticas a la autora.

3. Discusiones en las ciencias sociales en Honduras sobre la historia del primer PCH.

En este apartado propongo la idea que fueron los estudios desde las ciencias las que matizaron un conocimiento, acerca de la historia del primer PCH.  Posiblemente esté equivocado pero, un trabajo pionero sobre el estudio del movimiento obrero en Honduras publicado en 1971 fue, Páginas de lucha revolucionara en Centroamérica, de la comunista Graciela García (García, 1981).  En el mismo, podemos encontrar la evolución de las sociedades obrero-artesanales hondureñas a finales del siglo XIX, y las primeras dos décadas del siglo XX. La frase de Karl Marx, en el Manifiesto comunista “Proletarios del mundo uníos” matizó los prejuicios del socialismo científico en el siglo XIX, y del marxismo leninismo en el siglo XX. Los comunistas vieron en el proletariado la fuerza motriz para cambiar el mundo. Por ello, la atención de Graciela García.

Las razones que levantaron la animosidad de Graciela García para escribir este trabajo fueron el desconocimiento que tuvieron sus camaradas mexicanos quienes “ignoran las heroicas luchas sostenidas por los trabajadores” de su patria Centroamérica. La vida y el activismo político comunista de Graciela  en Honduras, Centroamérica y México se puede leer en el trabajo biográfico de Rina Villars, al cual me referiré brevemente.

Después del libro de Graciela García, prosiguen otros estudios de gran valor. Mario Posas escribió El origen de las sociedades artesanales y el movimiento obrero publicado en 1978, donde pretendió atender las inconsistencias encontradas, en el trabajo pionero de Graciela García. Manifiesto que la línea de estudios sometidos en el análisis en este apartado comparte dos aspectos. Primero, el estudio del movimiento obrero hondureño. Segundo, pequeñas referencias sobre el  primer PCH. Al respecto de las actividades del PCH, Mario Posas nos dice “Hacia finales de la década del 20, se produce una intensa actividad de los comunistas hondureños: publicando hojas mimeografiadas, distribuyéndolas, intentando organizar a los obreros de las instalaciones de las compañías bananeras” (Posas, pág. 18).

Otro trabajo importante es Historia del movimiento obrero hondureño de Víctor Meza, el cual evidenció el ambiente ideológico que sostuvieron algunos intelectuales en la década de 1910 en Honduras, discutiendo sobre el comunismo, el socialismo científico, y el anarquismo: Julián López Pineda, Salatiel Rosales, Enrique Nuila y el destacado periodista empírico Paulino Valladares. A propósito, nos dice este estudio.

En una interesante polémica con el rector del seminario religioso de Tegucigalpa, José Nieborowsky, el maestro de Olanchito, Enrique Nuila, desarrollo ampliamente sus ideas en torno al anarquismo y llego a confesar haber escrito un pequeño libro (inédito) sobre el tema, bajo el titulo el Cristianismo y anarquismo. (Meza, 1980, págs. 11-14)

Sobre el activismo político del primer PCH, nos dice “las publicaciones de la época muestran evidencias claras que los militantes del recién fundado partido comunista (1927-28) desplegaban intensa actividad en la costa norte (Meza, 1980).”

El Dr. Marvin Barahona publicó en 1989 La hegemonía de los Estados Unidos (1907-32), donde analizó las protestas sociales de contenido antiimperialista de varias facciones hondureñas –liberales y brotes antiimperialistas en las décadas que centró su estudio–  entre los que estaban los comunistas del primer PCH (Barahona, 1989). El historiador Marvin Barahona, también ha contribuido con otros estudios sobre la faceta del segundo PCH, reorganizado en 1954, en sus trabajos Memorias de un comunista (Barahona, 2001), y El silencio quedo atrás (Barahona, 2004).

En agosto de 1991 Rina Villars publicó su trabajo Porque quiero seguir viviendo: habla Graciela García. En esta pieza, la autora logró reconstruir una interesantísima historia oral sobre las  experiencias de María Graciela Amaya Barrientos (más conocida como Graciela García) cofundadora del primer PCH. En sus relatos Graciela García no solo narró su historia personal, sino que rescató personajes icónicos del PCH, como su hermano Felipe Armando Amaya (quien murió en 1935), María Luisa Medina, Maximiliano B. Ucles, Hermenegildo Briceño, etcétera, con quienes mantuvo una relación política y de propaganda dentro del PCH (Villars, 1991).

Otro trabajo que también contribuyó a matizar en breves retazos la historia del primer PCH lo encontramos en Historia de los sin historias del historiador Mario Argueta publicado en Marzo de 1992. El Dr. Mario Argueta estudió el sector laboral y las implicaciones que produjo el desarrollo de la industria capitalista de la primera mitad del siglo XX. No obstante, cuando Mario Argueta centró su atención en los aspectos ideológicos y organizativos que influenciaron las clases trabajadoras hondureñas, tuvo que examinar el rol de los comunistas hondureños. A propósito nos dice.

Investigadores de la historia laboral han identificado dos tendencias ideológicas al interior de las organizaciones obreras hondureñas del periodo: aquella reflejada en las mutualistas y, por otra parte, las de un contenido clasista más marcado, que activan para la organización del obrerismo en sindicatos y, eventualmente, bajo la inspiración de la de la revolución rusa de 1917, la toma del poder por la clase obrera, conducida por el partido comunista (Argueta, 1992).

Sin embargo, el estudio más serió en abordar la historia del primer PCH, es Lealtad y Rebeldía: la vida de Juan Pablo Wainwright de Rina Villar (Villars, 2010). Este estudio biográfico se destaca, por el acceso a ciertas fuentes importantes: entrevistas a familiares directos de Juan Pablo Wainwright, documentos desclasificados de los archivos de EUA de la década de 1920 y 1930, y la documentación de los archivos rusos relacionados con la Comintern, los partidos comunistas de Centroamérica e informes del PCH.

La historiadora Yesenia Martínez, en su trabajo La seguridad en Honduras,  nos brindó una lectura de contexto muy enriquecedora al incluir en su interpretación el accionar de los actores, redes intelectuales, obreros, protestas sociales y desde luego las organizaciones políticas comunistas en Centroamérica, en las décadas en cuestión (Martínez, 2015, págs. 53-76). Refiriéndose a los comunistas hondureños nos dice “a finales de la década de 1920, varias demandas de los obreros hondureños estaban vinculadas a la agenda del partido comunista hondureño. Este vínculo se hizo sentir en la región” (Martínez, 2015,  71).” Algo importante de este trabajo es que, al evaluar los vínculos existentes entre los movimientos obreros y los partidos comunistas en Centroamérica, Yesenia Martínez, destacó el papel del Partido  Comunista de Costa Rica (PCCR), único en hacer efectivas sus demandas sociales, durante la primera mitad del siglo XX. Los demás Partidos de Centroamérica, fueron descabezados y vivieron amargas experiencias.

Finalmente, dos trabajos fueron publicados en 2017, sobre la historia del movimiento obrero. La clase obrera hondureña: su papel histórico de Napoleón Acevedo Granados (Granados, 2017) y el del sociólogo Mario Posas Las luchas de los trabajadores organizados 1880-1993 (Posas, 2017). El segundo texto, es el más relevante para este trabajo dado que, dedicó un capítulo al papel que tuvo el primer PCH, dentro del obrerismo de las décadas de 1920 y 1930. Debatiré los puntos coincidentes sobre las evidencias presentadas por Mario Pasos. Puntualizó que este autor, es el que más ha estudiado el movimiento obrero hondureño y lo consideró un especialista sobre el tema. También ha escrito sobre temas históricos de Honduras, en varios de sus trabajos (Mario Posas escribió en La historia general de Centroamérica de FLACSO). Más que sociólogo Mario Posas parece historiador.

4. Organización y activismo político. El PCH y los actores sociales, y políticos.

En este apartado reflexionaré cómo se creó y organizó el primer PCH, y la reacción que provocó su activismo entre los actores, de las décadas de 1920 y 1930. Las ideas comunistas fueron incomodas para algunos actores específicos como ser, las compañías bananeras, el estado, los partidos tradicionales, la iglesia católica y el obrerismo mutualista de la época.

¿Cómo se introdujeron las ideas comunistas en Honduras? El camino evolutivo del comunismo en Honduras, tomando las evidencias con que contamos, fueron las siguientes: adoctrinamiento y adopción del comunismo por extranjeros radicados en Honduras (caso de Felipe Armando Amaya y Graciela García), el trabajo de agitación por parte de agentes de la Comintern y la propaganda continua, enviada por el Internacional Sindical Roja (ISR), a Honduras, por distintas vías.

El impacto que tuvo la revolución rusa de 1917 y la consolidación Unión Soviética en 1922, fue favorable en la opinión pública internacional. En nuestro país, como lo apuntamos anteriormente ya se leía y se conocía sobre el pensamiento socialista. Durante un siglo, las ideas liberales fueron las predominantes en Centroamérica y Honduras. Sin embargo, esto cambió, con la llegada del salvadoreño Felipe Armando Amaya Barrientos a principios de la década de 1920 a Honduras, quien al retornar de EUA, vino influenciado por las ideas socialistas. Graciela García manifestó que.

En ese país, en el que permaneció durante algunos años, tuvo un estrecho contacto con el movimiento sindical y a raíz de este contacto se nutrió de las ideas socialistas. Al regresar a Honduras, mi hermano no hacia otra cosa que hablar del triunfo del proletariado ruso y la justeza del socialismo; cuando hablaba conmigo no perdía oportunidad para pedirme mi opinión sobre los problemas sociales (Villars, 1991, pág. 30).

En efecto, a principios de la década de 1920, se crearon los primeros círculos marxistas en el barrio Moncada de Tegucigalpa (Villars, 1991, pág. 139). La familia Amaya Barrientos, se había avecindado en la capital hondureña desde 1915. Desde mi punto de vista, este fue el primer paso, para la organización del primer PCH, a modo de antecedentes. Otro hecho de vital importancia fue la agitación comunista de 1925, que nos describió Mario Posas.

1925 fue año de gran agitación comunista. En la primera mitad de este año, fue capturado por los cuerpos policiales del estado el norteamericano Russel Blackwell, un enviado de la Internacional Comunista, que estaba promoviendo en el país la fundación del Partido Comunista Centroamericano (Posas, 2017, pág. 157).

Mario Posas situó en el mismo trabajo la formación de una Sección Hondureña del Partido Comunista Centroamericano (PCCA), en 1922, siguiendo informaciones sobre la actividad bolchevique en nuestro país, y comentada por la prensa nacional, la cual relacionó varios actos de protesta en San Juancito, con el comunismo. Este argumento, puede cuestionarse con la posición de Rina Villars, quien opinó que “en realidad, el PCCA, como organización política nunca existió” (Villars, 2010, pág. 58).  Sin embargo, la misma autora sostiene que si se hicieron esfuerzos por fortalecer el PCCA en 1925,  con él envió Russel Blackwell “con la misión de organizar la sección de Honduras (Villars, 2010, pág. 59).” En la misma dirección aparece la presencia de Blackwell en Honduras, según el diccionario biográfico del ruso Lazar Jeifets

Más tarde, por orden del PCM y de la LADLA, viajó por América Central y llevó a Honduras el Manifiesto del PC de América Central (1925). Su propósito era organizar a los trabajadores de la United Fruit Company en las ciudades de Tela, La Ceiba y Tegucigalpa (Jeifets, 2017, pág. 103).

Por otro lado, si seguimos la fundación de los Partidos Comunistas en el circuito mesoamericano tenemos los siguientes datos: México 1919, Guatemala 1923, Honduras 1928 (Villars, 2010, págs. 53-55), El Salvador 1930, Costa Rica 1931, Nicaragua 1931-34 (Jiménez, 2005, pág. 175). La autora Villars, parece más convincente que Mario Posas, en este aspecto fundamentando sus evidencias a partir de los informes del Comintern, a los que tuvo acceso. En este sentido, las evidencias de la presencia de Blackwell, nos inclinan en pensar, más en los efectos subsiguientes que tuvo la agitación comunista de 1925. Veamos las evidencias que tenemos.

Primero, en 1926 nos encontramos con un acto de ruptura dentro del obrerismo mutualista en Honduras, entre las sociedades artesanales de la costa norte y las del centro de país, controladas por la Federación Obrera Hondureña (FOH). El 1 de mayo de 1926, el obrerismo norteño creó La Federación de Sociedades Obreras del Norte (FSON). Tanto Mario Posas y Víctor Meza definieron este hecho como la primera ruptura ideológica contra la FOH, la cual fue creada desde 1921, bajo el auspicio de la Confederación Obrera Centroamericana (COCA), y los principios mutualistas (Sevilla, 2019). Lo interesante es que la FSON, a partir de este año, comenzó a tener un discurso confrontativa a las compañías bananeras y anticapitalista, según Mario Posas. Uno de los principales líderes de la FSON, fue Zoroastro Montes de Oca (1893-1960), quien estuvo ligado al desarrollo del comunismo en Honduras y las luchas obreras (Argueta, 2016). La FSON, luchó ardientemente por introducir una organización más clasista dentro del obrerismo, en la constitución obrerista que resultó del Congreso regional obrero, que el consejo directivo de la COCA, echo andar para dirimir el enfrentamiento entre el obrerismo de la costa norte y la FOH, de Tegucigalpa.

Dos personajes ya habían adoptado el pensamiento socialista por estos años en Honduras; Zoroastro Montes de Oca, y el joven Manuel Cálix Herrera (1906-39), quien después de la guerra civil de 1924, emigró a la costa norte, en busca de trabajo en las compañías. Estoy seguro, que ambos fueron captados por la propaganda comunista que enviaba la Comintern a Centroamérica y Honduras. La costa norte hondureña fue el lugar más idóneo, donde pulularon las ideas comunistas, por su cercanía con el mundo, fuera de la rural Honduras. Segunda evidencia,  a finales de 1927, los comunistas comenzaron a posicionarse en el país, creando en la ciudad de la Ceiba, el Partido Socialista Hondureño (PSH) por Zoroastro montes de Oca y el joven de 21 años, Manuel Cálix Herrera. El PSH, logró tener un periódico revolucionario como órgano oficial: El Forjador (Villars, 2010, págs. 64-67)

4.1 El PCH y la reacción de los actores sociales, y políticos de las décadas de 1920 y 1930

Desde que algunos hondureños se manifestaron abiertamente adeptos del socialismo, las reacciones de los actores de la época no se hicieron esperar. Zoroastro montes de Oca y Manuel Cálix Herrera, fundaron el PSH el 24 de octubre de 1927, y consigo publicaron un manifiesto donde afirmaron “ensayar los nuevos sistemas que en otros países han hecho la felicidad del proletariado.” El PSH, publicó su órgano oficial llamado El Forjador. En este espacio se comenzó a cuestionar las empresas bananeras y el gobierno Miguel Paz Barahona (1925-29). Este accionar  provocó la represión contra los fundadores del PSH, en palabras de Manuel Cálix Herrera.

A raíz de la salida a la luz pública de El Forjador, periódico nuestro de propaganda revolucionaria, desató sobre nosotros el látigo de la violencia gubernamental. Los burgueses de la Ceiba y el cónsul gringo, se quejaron a su la aliado el govierno; unos por ser volcheviques decía, y el representante de los OSOS DEL NORTE, por injurias al govierno norte, por injurias al govierno norteamericano; nos llevaron a las prisiones, nos rasparon el pelo de la cabeza, y nos tuvieron casi sin comer; de ahí nos trajeron para la capital haciéndonos caminar a pie largos trechos del camino (Villars, 2010, págs. 66-67.).”

El cónsul Nelson R. Park de la Ceiba, comentaba el 7 de noviembre de 1927, que las publicaciones del El Forjador desaparecieron, en tanto que Manuel Cálix Herrera y Zoroastro Montes de Oca, fueron llamados a las filas. Uno de los recursos para disuadir a los comunistas utilizados por los gobernantes de turno, fue enlistarlos en el servicio militar. Estos hechos no significaron el fin del desarrollo del comunismo en Honduras en 1927, sino su expansión.

Al igual que Rina Villars, soy del criterio que el PCH  fue fundado en 1928. La evidencia más convincente nos la proporcionó un informe que presentó al V congreso de la ISR, Ruiz Valdez (Seudónimo de Felipe Armando Amaya) en 1930, donde se manifestó que.

 El partido se fundó en el año de 1928. Cuenta en la actualidad con 100 miembros. Tiene seis locales [seis locales] en: Tegucigalpa, San Pedro Sula, Progreso, Tela, La ceiba, Puerto Castilla. Comité Central reside en San Pedro Sula. Tiene dos representantes cada local (12 miembros del CC). Comité Central ejecutivo integrado por 4 miembros; serio. General; de organización y propaganda; de comunicaciones y finanzas (Villars, 2010, págs. 123-124).

El 1 de mayo de 1928, Cálix Herrera y algunos comunistas hondureños se manifestaron a nombre del Grupo de Izquierda Proletaria (GIP), donde denunciaron a la FOH, de recibir una donación de unas tierras en la zona de la Mosquitia (Departamento de Gracias a Dios), para su colonización a cambio de derogar la Constitución Obrera de 1926, la cual restringía al obrerismo de participar en política partidaria. En esos años, el ambiente social y político del país estuvo determinado por las guerras civiles (1891-33), los caudillos tradicionales y la injerencia de las transnacionales bananeras, en la vida social y política del país. Sin embargo, en este ambiente varios intelectuales de los partidos tradicionales captaban votos del obrerismo mutualista, con el cual estaban vinculados. Esta denuncia provocó la reacción inmediata contra Manuel Cálix Herrera, de parte de los directivos de la FOH, quienes terminaron expulsándolo y lo privaron de sus credenciales como delegado de esta organización,  al congreso de la COCA, a celebrarse en Guatemala el mismo año. En la memoria de 1928-29, del consejo directivo de la FOH, manifiesta que “El consejo no podía permanecer indiferente pues era el primer brote comunista que se presentaba para la desorganización del obrerismo hondureño (Villars, 2010, pág. 72).” Los comunistas también respondieron a través de sus cuadros dentro de la FOH, protestando por la expulsión de Manuel Cálix Herrera, y amenazaron de separarse de la misma. En efecto, la Sociedad Cultura Femenina, dirigida en esos años por Graciela García fue la primera en separarse. En su biografía nos dice.

Inmediatamente de la expulsión de Cálix Herrera, los comunistas nos reunimos y acordamos que María Luisa Medina y Maximiliano B. Uclés interpusieron la renuncia ante la FOH; otro de los acuerdos que se tomó fue que todas las organizaciones dirigidas por los comunistas se retiraran de la federación (Villar, 1991, págs. 79-80).

El resultado de estos acontecimientos conllevo a que varias organizaciones obrero-artesanales, se desligaran de la FOH. En agosto de 1928, Manuel Cálix, fue preso en Puerto Cortés donde estuvo seis meses. En el presidio de este puerto, escribió Verdad, el cual fue un folleto que contiene las primeras reflexiones, desde el pensamiento comunista, hecha por un hondureño. Después de salir de la cárcel, Manuel Cálix Herrera, se trasladó a la ciudad de Tela en 1929, donde trabajó como juez de paz y al ser despedido en la cantina del salvadoreño Julio Rivera.

Si retroalimentamos nuestra discusión, tenemos que los años de 1927, y 1928,  se desató una reacción contra los comunistas por parte de los siguientes actores, la embajada de los EUA, el estado y el sector mutualista obrerista. El año de 1929, fue crucial  para el primer PCH, por su activismo político, sus esfuerzos propagandísticos y la creación de su propia plataforma sindical. El 1 de mayo de 1929, se realizó el primer Congreso Obrero y Campesino. Graciela García (acompañada de María Luisa Medina), relató su viaje a dicho evento con gran entusiasmo.

María Luisa Medina, en esa época Secretaria General de Cultura Femenina y yo fuimos delegadas de nuestra organización al congreso obrero campesino. Salimos de Tegucigalpa a San Pedro Sula, y en esa ciudad abordamos el tren que nos condujo a Tela. Todavía recuerdo nuestra llegada a la estación ferroviaria de ese puerto como si fuera hoy. En esos momentos María Luisa y yo creímos que estábamos en presencia de una movilización popular al ver un numeroso grupo de trabajadores que esperaban la llegada del tren (Villar, 1991, pág. 83).

Ese 1 de mayo de 1929, los comunistas asaltaron la ciudad de Tela con banderas rojinegras y consignas revolucionarias, antes de iniciar el evento. Creo que esta fue la primera manifestación abierta de los comunistas hondureños de manera pública. Manuel Cálix Herrera (luego de salir de la cárcel), y los comunistas hondureños centraron sus esfuerzos, para crear La Federación Sindical Hondureña (FSH), la que pronto acaparó varias de las organizaciones obrero-artesanales, imprimiéndoles el sentido clasista y sindicalista a las mismas. A través de la FSH, los comunistas hondureños expusieron varias propuestas democráticas para la clase obrera hondureña: código laboral (1930), participación en el proceso electoral de 1932, y la propuesta retadora de crear sindicatos dentro de las transnacionales bananeras, siendo los primeros en proponer esto (Sevilla, 2019). Las resoluciones y discusiones del primer Congreso Obrero Campesino (COC) fueron: separación de los dirigentes amarillos (término peyorativo hacia los dirigentes de la FOH), adhesión a la Confederación Sindical Latinoamericana (CSLA), el problema de los negros en Honduras, las guerras civiles, la organización campesina, organización de la mujer proletaria y la creación de dos periódicos: El Martillo y El Trabajador hondureño (Villar, 1991, págs. 85-90).

Los dirigentes de la FOH furiosos, hicieron varias publicaciones donde acusaron a Manuel Cálix, de ser el cacique de los bolcheviques, manifestando una serie de improperios contra la FSH, los comunistas y Cálix Herrera. El Martillo, se convirtió en el medio de combate propagandístico del PCH. El periódico, de 4 páginas, pronto fue blanco del cónsul gringo T. Monroe el cual maniobró para que el gobierno de Miguel Paz Barahona, privara de la impresión en la Tipografía La Marina de la ciudad de Tela, El Martillo. En la publicación del 2 junio de 1929, el periódico respondió en palabras de Villars.

El director de El Martillo, respondió con una intensa campaña de agitación a las intrigas y subterfugios puestos en juego por las compañías y sus muñecos, orientada a perjudicar al arrendatario de la Marina, don Manuel Funes, por solo el hecho de imprimir en sus talleres El Martillo. Desde luego, esta maniobra de las compañías imperialistas no debe de desalentarnos, al contrario, debe de impulsarnos a luchar contra ellas con mucho más entusiasmo y valor (Villars, 2010, pág. 95).

 En agosto de 1929 se volvió a desatar la represión contra los comunistas, debido a un llamado que hicieron para un mitin conmemorando el asesinato en EUA, de los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzétti, en 1927. Manuel Cálix Herrera, envió una nota al cónsul T. Monroe Fisher y el gerente de la Tela Railroad Company, el 23 de agosto en su condición de secretario de relaciones de la Unión Ferrocarrilera la cual dice.

La Unión Ferrocarrilera ante usted, representante legal del imperialismo yanqui protesta enérgicamente por el asesinato de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzétti, victimas que fueron sacrificados para satisfacer la sed de sangre de la burguesía Yankee. También protesta por la invasión estadounidense en los países de América Latina y contra los procedimientos brutales de la marinería Yankee en las hermanas naciones latinoamericanas que defienden la libertad de nuestros pueblos. Sin ninguna consideración y por la revolución social (Villars, 2010, pág. 103).

Ante los posibles reportes de uno de los tantos “representantes legales del imperialismo” es decir, el cónsul de Tela, T. Monroe Fisher, la embajada reaccionó por medio de su ministro en la legación en Tegucigalpa, George T. Summerlin quien intervino ante el entrante gobierno de Vicente Mejía Colindres (1929-33), para que evitará el mitin. La carta de respuesta elaborada por Rómulo E. Duron, fechada el 27 de agosto, se refirió en cuatro ocasiones al señor Summerlin, como vuestra excelencia (Villars, 2010, págs. 105-106). Esto distaba mucho de la frase de Cálix Herrera de representante legal del imperialismo.

Por otro lado, el mismo 23 de agosto de 1929, fueron arrestados Manuel Cálix Herrera, Hermenegildo Briceño, Fernando Cañas, Benítez, Miguel Figueroa y Cristóbal Figueroa, según denunció el periódico El Trabajador Hondureño (Villars, 2010, pág. 104). Manuel Cálix Herrera, fue expulsado del puerto de Tela, y enviado al servicio militar una vez más. Los comunistas hondureños fueron sometidos brevemente. Sin embargo, su trabajo pronto recibió otro impulso desde el exterior. Después del COC en 1929, los comunistas buscaron establecer una relación directa con la IC, o Comintern. Durante todo el año de 1929, no recibieron respuesta sino hasta febrero de 1930, cuando Vittorio Codovilla representante del Secretariado Sudamericano (SS), contestó desde Buenos Aires. En abril de 1930 en representación del Comintern, llegó al país el venezolano Ricardo Martínez, quien hizo una evaluación sobre las actividades del comunismo en Honduras. R. Martínez, estuvo en Tegucigalpa, El Progreso, Tela y San Pedro Sula (SPS). Este compañero, traía una invitación para que una persona asistiera al V congreso de ISR. El elegido por el PCH, fue Felipe Armando Amaya, como ya mencionamos (Villars, 2010, págs. 109-117) ¿Cómo establecieron los comunistas el contacto con la Comintern? Según Manuel Cálix Herrera –quien le informó en una carta al francés A. Herclet fechada el 3 de marzo de 1928– fue Froylán Turcios el que le facilitó la información sobre la Comintern y la ISR.

El poeta Froylán Turcios, rematado antiimperialista, puso en mis manos unos oficios de la I.S.R., pero me manifestó que él no podía empeñarse en esta clase de luchas, por lo peligroso que era; últimamente me dijo que le había llegado una comunicación en ruso donde le hacían la proposición de una Sria., de esa Internacional; que no estaba seguro de que fuera eso porque estaba escrito en ruso. Turcios es buen hombre, luchador incansable de los gringos, pero desconoce la lucha socialista, además hay aquí muchos socialistas de estado que están desorientando los buenos elementos (Villars, 2010, pág. 78).

Froylán Turcios, fue un crítico del imperialismo Yankee, pero las mismas nunca rebasaron la frontera de la ideología liberal en la que siempre creyó. En nuestro país, denunció la injerencia de EUA a través de las revistas y periódicos que manejó. Además, fue líder de la Liga Defensa Nacional Centroamericana (LDNC), frente a las pretensiones de EUA, de convertir a Honduras en un protectorado en la década de 1910 (Barahona, 1989, págs. 18-39). En este sentido, el antiimperialismo del primer PCH, fue más radical que el liberal. 

Por otro lado, él envió de literatura y propaganda de la Comintern y la ISR, a Latinoamérica tuvo efectos en las clases subalternas e intelectuales para reorientar su manera de pensar. Con esto, confirmamos que otro vehículo para el desarrollo del comunismo fue su propaganda. El imperialismo Yankee fue un motor para en el subcontinente surgieran varias expresiones antiimperialistas.

Los resultados de la visita del enviado del Comintern, conllevaron a la aplicación de serie de recomendaciones implementadas en la celebración del II COC, en mayo de 1930. Una de las reformas aplicadas fue el traslado de la sede de la FSH, de Tegucigalpa a SPS. La FSH, tomó como sede las instalaciones de la Sociedad La Fraternidad de SPS. Esta decisión estaba orientada a trasladar el activismo del PCH, en el corazón del enclave bananero en la costa norte. Al par de estas reformas, los comunistas volvieron a ser objetos represión, de una forma más cruel y más organizada que consistió en espionaje, seguimiento, y represión. La misma se produjo por el llamado a una huelga general por parte de la FSH, contemplada para el 4 de julio de 1930 y la publicación del primer boletín de la FSH, donde se calificó a las transnacionales como la bestia bananera. El 22 de junio se inició la cacería roja contra los comunistas en palabras de Juan Pablo Wainwright (Villars, 2010, pág. 222).

La embajada movilizó todos sus recursos para que se detuviera a los comunistas antes de que la huelga se llevara a cabo, como medida preventiva. La prensa nacional se activó como afirma Mario Posas, contra los comunistas quienes vieron con recelo las publicaciones de El Martillo (Posas, 2017, pág. 202). El diario El Sol, dirigido por Julián López Pineda –un personaje que sentó las bases del anticomunismo en las décadas en cuestión y parte de la mitad del siglo XX, en Honduras– justificó la represión diciendo.

A principios del año pasado, nosotros hicimos recia campaña contra los brotes comunistas  que aparecieron en la costa norte. Entonces los agentes de Rusia hacían su propaganda con toda libertad, influían decisivamente en el propio corazón de la masa obrera y campesina del Litoral Atlántica (Villars, 2010, págs. 220-221).

La Asociación de Prensa Hondureña de Tegucigalpa condenó la huelga que se promovía en la costa norte con un comunicado. Los comunistas de Tegucigalpa respondieron a los ataques de la prensa pro Yankee “que el mantenimiento de la paz social que alegaban los zorros asalariados del periodismo vendido para justificar las represiones innecesarias y ocultar el verdadero móvil de la mal velada hostilidad gubernamental, era un mito (Villars, 2010, pág. 221). La estructura de la costa norte fue sometida, sumándose a la lista de detenidos Juan Pablo Wainwright, quien se había trasladado de SPS a ciudad de Tela para repartir hojas volantes, y los compañeros de la Ceiba –ambas ciudades en el departamento de Atlántida– Zoroastro Montes de Oca y Enrique D. Olin.

Otras de las medidas tomadas por parte del gobierno fue la declaración del estado de sitio en los departamentos costeños de Yoro, Atlántida, Cortés, y Colón (Posas, 2017, pág 211). Meses después, los comunistas siguieron su activismo político en la costa norte. En los meses de noviembre y diciembre volvieron a ser víctimas de los mejorados métodos de represión, que tanto la embajada americana y el estado hondureño fueron perfeccionando en su afán de acabar con el pequeño y aguerrido PCH. El 7 de noviembre el PCH, celebró un mitin conmemorando el aniversario de la revolución rusa, en el local de la Sociedad La Fraternidad de SPS. Juan Pablo Wainwright reportó que.

Varios miembros del partido hablaron, señalando el significado del aniversario para la clase trabajadora del país. Un boletín del partido se distribuyó entre la multitud. Este boletín, que tenía el emblema del martillo y la estrella, parece haber sido la causa del presente terror blanco. Se enviaron espías de la policía para descubrir el paradero de la maquina duplicadora con la cual hacemos hojas volantes para el Partido y la FSH. El gobernador exigió al jefe de la policía que la encontrara y se encuentra muy disgustado porque la policía ha fracaso en su intento. Muchos de los trabajadores, tanto de los sindicatos como del partido, han sido llevados a la sede la policía para ser interrogados. Los que no son del país, han sido amenazadas con la deportación y los que son del país, con el destierro a las islas de la Bahía (Posas, 2017, pág. 236).

Diciembre de 1930 culminó para el PCH, con un ataque por parte de los Ku Klux Klan, al local de la Sociedad La Fraternidad de SPS, la cual fungía como sede la FSH y del partido. El diario anticomunista El Sol reportaba “Se nos informa que fue allanada y saqueada la sociedad de obreros La Fraternidad por los miembros de aquella agrupación secreta quienes despedazaron la bandera rojinegra de la Internacional (Villars, 2010, pág. 245).” Arrestos, persecución policial, espionaje, multas judiciales injustificadas, deportaciones, fueron algunos de los métodos de coacción empleados por los detentores del poder, hacia los comunistas hondureños. Ante la falta de una ley que regulara el comunismo en Honduras, pronto fue una necesidad, por lo que el gobierno del liberal Vicente Mejía Colindres, envió un anteproyecto ante el Congreso Nacional el 5 de enero de 1931, para controlar el comunismo en Honduras. Dicha ley buscó eliminar la proponga comunista, declarar como asociación ilícita a las organizaciones sindicales vinculadas a la CSLA, la IC, y la ISR (Villars, 2010, págs. 252-253). El mismo año, la FOH lanzó una campaña de competencia contra la FSH, con el fin de acaparar la militancia de la costa norte de las sociedades obrero-artesanales. En el plano político, Julián López Pineda, Rosendo Ferrera, Ramón Cáceres, fundaron el Partido Socialista Revolucionario (PSR), enarbolando posiciones socialistas y social demócratas (Posas, 2017, pág. 221). Lo cierto es que varios de estos personajes terminaron en posiciones derechistas y ultra derechistas con el pasar de los años. Ejemplo de ello, fue Julián López Pineda, quien terminó militando en el partido Nacional y dirigiendo otros periódicos ultraderechistas como el diario El Día.

El año de 1932 para el PCH, fue un año de retos debido a varias huelgas que estallaron en la costa norte hondureño y la convocatoria a elecciones. Como afirma Mario Posas, el activismo de los años anteriores del PCH, tuvo un efecto en el obrerismo agrícola de la costa norte hondureña. En enero, los trabajadores de la Tela RR Co, la Trujillo RR Co y la Standard Co, se paralizaron en protesta por la reducción salarial de L.8 centavos, de los L.25 que ganaban como sueldo base (Posas, 2017, pág. 249). El PCH, procuró acaparar la conducción de la huelga pero la misma fue tan violenta que se les escapó de las manos. El PCH  desde SPS, envió algunos representantes “a través de la fincas bananeras, bajo las persecuciones de las autoridades que desde que supieron que salieron de San Pedro Sula pusieron empeñó en capturarlos (Villars, 2010, pág. 128)”. Las repercusiones de las huelgas según reportó un hondureño al Buro del Caribe (BC), no fueron tan favorables para el PCH, quien  informó que Manuel Cálix fue enviado al destierro a las Islas de Bahía y varios obreros ligados al partido, fueron expulsados de los campos bananeros (Villars, 2010, pág. 133).  En abril de 1932, la iglesia católica a través de Monseñor Agustín Hombach, publicó un panfleto anticomunista donde manifestó que “El monstruo está a las puertas. Sí; Monstruo escapado de los antros infernales; no otro cosa es el odioso socialismo (Posas, 2017, pág. 244).” Parece que el Arzobispo Hombach, utilizó las semanas santas de 1931 y 1932, para atacar a los comunistas. En abril de 1931, lanzó su ataque contra Graciela García acusándole de agente del soviet, de comunista hasta la medula y de utilizar una escuela nocturna manejada por la Sociedad Cultura Femenina, como centro de propaganda comunista (Villar, 1991, págs. 62-63).

Fuera del panorama huelguístico, el PCH, se preparó para las elecciones de octubre 1932. Esta decisión se tomó en enero mientras se celebró la primera Conferencia Nacional del PCH, donde adoptó la línea por una revolución agraria y antiimperialista en Honduras, y la estrategia de “clase contra” proveniente de IC (Posas, 2017, págs. 238-241). Manuel Cálix Herrera fue propuesto para presidente en representación del Bloque Obrero y Campesino (BOC) y Celso Jiménez como vicepresidente. Como aspirantes a diputados participaron los compañeros Zoroastro Montes de Oca, y Felipe Armando Amaya. El PCH, logró obtener entre 700 a 1000 votos. A pesar que las evaluaciones del BC y el PCH, estuvieron marcadas por el pesimismo, para mí el modesto resultado de 1932, fueron una victoria para el PCH, el cual contó solo con los esfuerzos de sus camaradas, para el proceso electoral a diferencia de los partidos tradicionales.

5. La desaparición del PCH y el fin de una generación

El año de 1932, fue para los comunistas Centroamericanos un momento  represión, persecución y exterminio. En enero, se dio la revuelta campesina en El Salvador que terminó con el asesinato de varios campesinos (Dalton, 1982). En febrero, en Guatemala se desarticulo el complot comunista contra Jorge Ubico (1931-44), que culminó con el asesinato de varios comunistas entre ellos, Juan Pablo Wainwright. En Honduras, los meses de enero a marzo de 1932, fueron de huelgas contra las empresas Yankees, que culminaron en otra oleada represiva contra el PCH. Este partido, desapareció del mapa político, pienso por la caída uno a uno de sus principales líderes, siendo el primero Juan Pablo Wainwright, sentenciado a muerte el 18 de febrero de 1932, en Guatemala. Wainwright, publicó un periódico comunista calificado de radical en 1930, llamado La Rueda en SPS y fue el más preparado y culto del PCH.  Felipe Armando Amaya murió en 1935, después de ser preso en Tela, donde se había trasladado para organizar a los obreros de las compañías bananeras. Sus últimas palabras a su hermana Graciela fueron “Hermanita querida, yo muero como un comunista convencido, mi último deseo es que no te apartes nunca del camino que has emprendido (Villar, 1991, pág. 174)”. Pienso que Graciela García (1895-1995) cumplió la promesa a su hermano pues, durante los años que vivió recorriendo el siglo XX, se dedicó a sus actividades comunistas, como agitadora social y escritora profusa en Honduras (antes de ser expulsadas en julio de 1944), El Salvador, Guatemala y México. Fueron válidos los reclamos que hizo Graciela García con el segundo PCH, pues estos desconocieron la existencia del primer PCH, como lo discutió en su momento con Ramón Amaya Amador (Villar, 1991, págs. 143-144). No obstante el segundo PCH, según me manifestó en una entrevista que tuve con el Dr. Víctor Ramos, hizo un esfuerzo para subsanar este hecho, a finales de 1970. Los comisionados por el partido fueron Joaquín Solórzano y Víctor Ramos pero tal, escrito no se publicó[1]. Para marzo de 1934, Manuel Cálix Herrera reportaba la situación del PCH al Comintern, en tanto se había contagiado de tuberculosis. 

Quería decirles francamente, que aquí marchamos muy mal por falta de un dirigente. Yo lo único que hago es enviar alguna correspondencia a los núcleos en nombre del CC. Este CC no existe más que nominalmente; sino viene un compañero dirigente tendremos que estar algún tiempo en este estado de paralización. Si esto no cambia es seguro que lo único que puedo hacer es regar la literatura que el buró nos proporciona.

Los últimos años de su vida, Manuel Calíx Herrera, los vivió en su tierra natal Juticalpa, departamento de Olancho enfermo de tuberculosis, muriendo a las 7 de la mañana del 11 de julio de 1939, a la edad de 36 años. Atrás quedaron los años del joven que a los 21 años fundó el PSH en 1927 y que los 22, fundó el PCH en 1928, con otros camaradas. Quizás esa juventud impregnada de rebeldía, le hizo soportar la gran cantidad de atropellos a su persona por parte del estado, sus enemigos y las empresas bananeras. Durante el periodo dictatorial de Tiburcio Carías andino (1933-49), sometió a los pocos comunistas que quedaron, por medio diferentes medios de coacción, entre ellos Graciela García y su esposo José García Lardizábal. El comunismo desapareció de Honduras y tardó una década aproximadamente en recuperarse.

6. Conclusiones y reflexiones finales

Mis reflexiones finales son las siguientes. Primero, existe un reto de inspeccionar los documentos que se encuentran en los archivos rusos relacionados con la Comintern y Honduras. Infortunadamente Rina Villars, apenas nos facilitó partes de los documentos que le facilitó Erick  Ching. Por otro lado, está la documentación en los archivos de EUA, con los que se pueden complementar. Segundo, el desarrolló del comunismo en Honduras, provino por varias vías: adopción del comunismo por extranjeros radicados en Honduras, activismo de agentes de la Comintern sobre todo, en la agitación comunista de 1925, y la continua propaganda de la IC y el ISR. Tercero, consideró que los escritos de Rina Villars, son los mejores en abordar la historia del primer PCH. Sin embargo, algunas críticas que le haré, son la interpretación que hizo del folleto Verdad, escrito por Manuel Cálix, dándole un matiz religioso. Los comunistas en su mayoría son ateos (salvo algunas excepciones) y consideró que fue muy vacilante esa interpretación. Otro aspecto es que desgraciadamente, la autora nos proporcionó fragmentos de escritos que en Honduras ya no existen y otros que no se tienen acceso. Pienso que debería de pensar en una compilación de documentos. Cuarto, muchos de los periódicos que estaban en el Archivo Nacional de Honduras (Tegucigalpa) y que fueron del primer PCH, como El Martillo, El Trabajador Hondureño, y Justicia, no están. ¿Se perdieron o están en manos privadas o están amontonados sin clasificar algún lugar del Archivo? Entre el 2016-21, he consultado sobre estos periódicos en varias ocasiones y siempre la respuesta es no están. Quinto, Mario Posas en su trabajo Las luchas de los trabajadores organizados (1880-1993), aportó aspectos importantes sobre la historia del primer PCH, aunque consideró que en algún momento ignoró, las evidencias de Rina Villars, en Lealtad y Rebeldía, no sé si por omisión o por ese sesgo que tienen algunos intelectuales contra aquello que no fue elaborado por ellos. También, descartó la propuesta que hizo el autor sobre la fundación de la seccional del PCCA en Honduras, en 1922, así como la fundación del PCH en 1927. Las fechas posibles de fundación del primer PCH, fueron mayo y octubre de 1928 (Sevilla, 2018). Fuera de ello, dedicó esta pequeña reflexion a esa primera generacion de comunistas hondureños.

Referencias

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Sevilla, J. (1 de mayo de 2019). El Socialista Centroaméricano . Obtenido de 90 años de la Federación Sindical Hondureña (FSH): https://www.elsoca.org/index.php/america-central/movimiento-obrero-y-socialismo-en-centroamerica/5039-honduras-90-anos-de-la-federacion-sindical-hondurena-fsh

Sevilla, J. (30 de noviembre de 2020). SOCA. Obtenido de Reflexiones sobre el bicentenario de Federico Engels y la llegada del marxismo en Honduras en la década de 1920: https://www.elsoca.org/index.php/america-central/hondu/5613-honduras-reflexiones-sobre-el-bicentenario-de-federico-engels-y-la-llegada-del-marxismo-a-honduras-en-la-decada-de-1920

Villars, R. (1991). Porque quiero seguir viviendo: habla Graciela García . Tegucigalpa: Guaymuras.

Villars, R. (2010). Lealtad y rebeldía: la vida de Juan Pablo Wainwright. Tegucigalpa, Honduras: Guaymuras.

[1] Agradezco al Dr. Víctor Manuel Ramos quien me facilitó de sus documentos personales este trabajo.

 

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Nicaragua

Nicaragua

NICARAGUA.- Autonomía universitaria en Nicaragua (1958, 1979, 2018)

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03 Abril 2021
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Por Freddy Quezada

Introducción

Nada envejece más rápido que el tema de la juventud. Hay muchas lecturas y formas de dividirla ahora. Pero la juventud que aquí interesa es una que tiene espacio, tiempo y estratos específicos, junto a una categoría maestra que presidirá todas estas reflexiones.

El concepto maestro es la autonomía que no lo tomaremos de las definiciones jurídicas que se brindan en los textos fundacionales de la autonomía universitaria, sino de la definición que hace Cornelius Castoriadis (1975), un filósofogrecofrancés, más bien en términos de filosofía política. Dice más o menos que es la capacidad de las personas de saber que las leyes que se están brindando a sí mismas son creadas por ellas y criticadas, reformadas o derogadas por ellas mismas también, en una suerte de creación sin dirección teleológica, muy parecida a la del arte, instituyente.

En cuanto a las categorías concretas y reales, se trata de los y las jóvenes universitarios/as nicaragüenses desde 1958 en que se proclama la autonomía, hasta 2018 en que se vuelve a exigir, pasando por las grandes expectativas que se esperó de ella por parte de la revolución de 1979, cuyos dirigentes, casi todos, fueron formados a su amparo y bajo su espíritu.

Muchos/as jóvenes universitarios  defendieron y colocaron al servicio de sus proyectos, sueños e ilusiones, una autonomía para los/las que se formaron en la universidad pública que la empezó, la UNAN, y luego en las demás que la siguieron, y la llevaron como un habitus en su torrente sanguíneo, muchas veces sin estar conscientes de su circulación en las venas. Pero esa autonomía ha sido no sólo defendida con sacrificios y heroísmos, sino también expuesta a duras pruebas al grado de desconocerla, amenazarla y, por fin, destruirla, por muchos de sus propios habitantes en distintas épocas.

Tres fechas son tensivas en su curso fuera de la fecha de su nacimiento: la revolución de 1979, la derrota del FSLN en 1990 y la rebelión del 2018. Reflexionaremos brevemente sobre cada una de ellas. Primero la presentación de una división teórica de estos actores.

I.- Familias teóricas segun sentido

Las conceptualizaciones sobre la juventud, o “juventudes”, pueden ser comprendidas en tres familias, según el sentido asignado a lo que buscan por su naturaleza, alteridad y derechos, tendencias cuyos referentes más representativos, agrupables por afinidad, son Karl Marx, Edgard Morin, Jacques Lacan, Jacques Derrida, Antonio Gramsci y Michel Foucault, a los que distribuiremos alrededor de tres árboles paradigmáticos, en lo que a juventudes se refieren.

1.1.- El paradigma del “cambio y la utopía” (Marx/Morin):

Los jóvenes son vistos como inventores y los agresivos de las sociedades. Esta familia sigue vigente y se emparenta con el paradigma de los cambios y emancipaciones; muy popular en su versión del joven revolucionario por su condición etaria y biopolítica. Marx, no hizo alusión a los jóvenes como categoría social separada e independiente de las clases sociales. Todo lo que después de él se señalarán como virtudes juveniles revolucionarias, serán tomadas de las cualidades que cargó al proletariado: arrojo, determinación, amor por el cambio, sed justiciera, fuerza e imaginación.

Edgard Morin (1992), en uno de sus primeros trabajos, El Paradigma Perdido, decía que en todas las sociedades, incluso entre los animales, son siempre los jóvenes los más creativos, los que descubren y experimentan cosas que terminan revolucionando a la comunidad. Más tarde evolucionaría hacia paradigmas de complejidad, sin renunciar a la idea seminal de cambios como expresión de energía, creatividad, salto, vitalidad y empuje que vinculó con los jóvenes.

En el llamado “tercer mundo” no sólo los jóvenes revolucionarios sustituyeron al proletariado como agentes revolucionarios, trasladando virtudes de fábricas a universidades, sino que también el cambio descansó sobre sus cuerpos, frescos y vitales, reencarnando la fascinación prometeica de obreros con conciencia de clase, como los ofreció Marx.

De ahí, el sentido de creer que ser joven, era ser revolucionario. Ese cambio de actores (del proletariado  a la juventud, de Europa a las ex colonias) se volvió portador de lo nuevo en la historia.

En las ex - colonias el fenómeno se combinará desigualmente con los paradigmas dominantes de lo “nuevo” y lo “diferente” y las juventudes portarán lo nuevo pero como “otras” y su locus real serán las universidades públicas con sus autonomías.

1.2.- El paradigma “identidad/alteridad” (Lacan/Derrida): 

Promueve, dentro de la tradición estructuralista proveniente de la lingüística y la antropología, el principio de la definición por alteridad, por el "otro". 

Los continuadores de este paradigma de cara a los actores sociales son los que se preocuparán más por problemas de identidad y diferencia. “Cuando se es joven, uno  no sabe que lo es”, decía Lacan (2005). Lo sabemos hasta que dejamos de serlo; o generalmente “otro” con el poder para hacerlo, nos nombra.

Se debe estar claro, que la definición de juventud no la hacen los jóvenes. Son objetos de una mirada adultocéntrica e intelectual y de otros actores a los que les devuelve su “marca” subalterna. Este esquema se mueve pendularmente entre afirmarse como identidad y defender su alteridad, y la de otros/as, a través del derecho a la diferencia.

Según Jacques Derrida (1989), el término subordinado (juventudes frente a adultos, en este caso), la fuente de identidad del dominante es la que sale ganando, por el simple “poder bautista” de nombrarlos. 

Si los jóvenes dispusieran de sí mismos, muy probablemente lo hicieran más a través de sus propios dispositivos (música, TV, electrónica, internet, redes sociales, video-juegos, etc.) y menos con recursos escriturarios.

1.3.-  El paradigma “poder/justicia" (Gramsci/Foucault):

Este modelo es el que destruye el concepto juventud por la vía de la pluralización y su descentramiento espacial en contextos “otros”, subordinados y rebeldes a un sistema, pero desplegando estrategias microfísicas de poder a caballo de unos movimientos sociales que, a diferencia del tipo anterior, se anclarán más categóricamente en los derechos y la justicia.

Básicamente de Gramsci (2018) se tomarán las coordenadas hegemonía/subalternidad que se emplearán para inscribir a los actores dentro de los planos de un poder todavía prometeico, aunque rico en estrategias que, en manos de Foucault (1993), terminarán por presentarse escépticos con respecto a universos utópicos y que sus discípulos postmodernos acabarán por renunciar a objetivos emancipadores. 

Más allá de estos escenarios eurocéntricos, nos llegarán las escuelas subalternas indias y latinoamericanas (de raigambre gramsciana), que se bifurcarán,    a su vez, en postcoloniales y decolonial (de raigambre foucaultiana, explícita una e implícita la otra).

¿Podemos hablar, también, de una libertad autopoiética, que se crea “haciendo sobre la marcha” sin exterioridades? Es posible abrir un cuarto subconjunto si cruzamos las concepciones de Cornelius Castoriadis (1975), quien decía que los humanos construimos de manera autónoma, sin flechas teleológicas, nuestras propias ideas emancipatorias, dejándonos dominar después por ellas, con las de Humberto Maturana y Francisco Varela (2003) quienes dicen que todas las cosas tienen un comportamiento autocreador sin intervenciones externas.

II.- Autonomía universitaria y revolución (1958-1979)

Este modo de abrir el tema de las juventudes a través de familias teóricas de sentido, acaso nos autorice el atrevimiento de imaginar la toma del poder en la Nicaragua de 1979 como el ascenso de jóvenes universitarios a través de una organización guerrillera de masas como el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), cruzando el rechazo de un modelo de autonomía universitaria de donde aprendieron a ejercitarse en política democrática en contra de rivales de todo un espectro político imaginable y un tributo tardío, que hoy  podríamos llamar postcolonial, al mayo del '68 francés, combinado con un hippismo kitsch, un guevarismo romantizado y una teología de la liberación llegada de colegios religiosos de clase media y sectores populares alrededor de sacerdotes progresistas.

El modelo de autonomía universitaria en Nicaragua, aprobado a través del Decreto No. 38 de marzo de 1958 por Luis Somoza Debayle, puede ser, y ha sido, referencia y a la vez consecuencia en algunos casos, de modelo de sociedades abiertas y democráticas que, para el caso de la Nicaragua bajo el régimen somocista, funcionó como un oasis, mucho más amplio que la definición que se hizo a sí misma La Prensa, como república de papel. Las únicas dos instituciones con reglas democráticas en medio del control y vigilancia férrea durante el régimen somocista.

La UNAN (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua) antes de 1979, fue un paradigma de libertad de pensamiento y expresión, rudo es cierto, del que gozaron todas las organizaciones estudiantiles de izquierda, de centro y hasta de derecha, de este país en aquella época. Fue un oasis democrático bajo asedio dictatorial

Existían muchas organizaciones estudiantiles, como brazos universitarios de partidos políticos, incluyendo el del poder, que funcionaban legal o ilegalmente en Nicaragua.

De 1958 hasta 1979, subdivisible en dos períodos, las organizaciones políticas juveniles desde las liberales somocistas JEL (Juventud Estudiantil Liberal), FEL (Frente Estudiantil Liberal) y después FERNA (Frente Estudiantil Revolucionario Nacionalista), socialcristianas FDC (Frente Demócrata Cristiano), JUC (Juventud Universitaria Católica), IRC (Izquierda Revolucionaria Cristiana) y sandinistas FER (Frente Estudiantil Revolucionario),  fueron las protagonistas principales, durante la primera parte de este período de tiempo que iría, digamos, de 1958 a 1968, año este último en que Carlos Fonseca reconviene por su displicencia al FER, sin nombrarlo, ante las victorias sucesivas de los socialcristianos FDC y de la JUC con Hugo Mejía al frente del CUUN (Centro Universitario de la Universidad Nacional), que después se cruzará al FER. Período que será de lucha de la derecha contra la izquierda.

El segundo período irá, digamos, de 1969   hasta 1979, con las competencias, casi al final, entre sandinistas ya divididos (FER, FER M-L) pero dominantes aún y las izquierdas prosoviéticas UDE (Unión Democrática de Estudiantes), maoístas CLEU (Comité de Lucha de Estudiantes Universitarios) y trotskystas LMR (Liga Marxista Revolucionaria). Segundo período que será de lucha de la izquierda contra la ultraizquierda.

Ambos subconjuntos son la prueba no sólo de la pluralidad de expresiones políticas organizadas, amparada por la autonomía universitaria, sino por el ejercicio democrático que efectuaban periódicamente para optar a cargos públicos estudiantiles y su derecho, igual al de candidaturas independientes también autorizadas, a representar a los estudiantes en los órganos de dirección académica y administrativa del Alma  Mater.

Los dos FER que triunfaron como expresión del FSLN durante la segunda mitad de los '70, en vez de continuar el modelo de autonomía después del triunfo del FSLN en 1979, como honra al vientre de donde adquirieron sus hábitos democráticos, nada gentiles por cierto, pero tolerantes al fin, lo asfixiaron y permanecieron hasta hoy con la deuda.

A eso nos referimos cuando decimos que la revolución de 1979, la hizo la UNAN y el FSLN, padre de dos de sus habitantes, abandonó ese tejido del que se alimentó y volvió a abjurar, de nuevo, en el escenario nacional, contra las reglas y las libertades democráticas obtenidas con Doña Violeta, a partir de 1990, fruto desde la ciudadanía, de la misma lucha por las libertades.

Hay una conexión, que no se dice,  o se expresa muy vagamente, entre el paradigma de la contradicción y las autonomías de cualquier agente o institución en el sentido de Castoriadis (1975).

Son concepciones instrumentales aquellas que hacen de las autonomías medios que, ya obtenidos bajo control, justifican su suspensión con el servicio que pudieran rendir al enemigo si se libra a su propia naturaleza que es, por principio, democrática. Para paradigmas de las diferencias, esta violencia representacional de vanguardias iluminadas, es intolerable y la exigencia y lucha por el restablecimiento de derechos es casi automática.

Debemos señalar que, incluso durante la primera mitad de la década de los '70, salvo el período del terremoto de 1972 que la dejó suspendida durante un corto tiempo, todavía existía, con todo derecho, el FERNA somocista y el FEL en León, liderado por Arnoldo Alemán muy visible en la Facultad de Derecho.

Estas organizaciones somocistas no fueron expulsadas, sino que se retiraron por decisión propia o desaparecieron por falta de clientela. Es posible que la presencia de la juventud somocista en la UNAN se haya derivado del mismo acuerdo de Autonomía entre Mariano Fiallos Gil y Luis Somoza que la concedió, aprovechando el receso de una asamblea hostil a ella, para hacerse el simpático y ganar popularidad entre los nuevos universitarios.

Ese modelo, rudo y grosero, de libertad política era la única isla de democracia viva y beligerante que había en la época de Somoza. La otra, como ya hemos dicho, era la república de papel, como se veía así misma La Prensa.

Ese modelo era el que por derecho propio tenía que prolongarse y ampliarse a todo el país en aquellos casos en que cualquiera de las organizaciones políticas estudiantiles, o sus organizaciones nacionales, triunfaran sobre la dictadura. Era esperable, natural y lógico. Los sandinistas, al triunfar, hicieron lo contrario, dejándose vencer por las tentaciones autoritarias que ya encerraban sus registros conspirativos, compartimentados y militares, del mismo modo que las demás organizaciones habitantes y rivales como la UDE, CLEU, JRSC (Juventud Revolucionaria Socialcristiana), HLRP (Hacia La Revolución Popular) y MCR (Movimiento Cristiano Revolucionario) llevaban también casi todas ellas, en su seno, las tentaciones totalitarias propias de los países que declaraban admirar desde la URSS hasta Cuba, pasando por la China de Mao y la Albania de Enver Hoxha.

Bien visto, todo ese sueño luxemburguista, trotskista, anarquista y situacionista de una democracia revolucionaria de respeto a las diferencias, llegado del mayo del '68 francés junto a un hippismo kitsch, (rebajado a cabellera larga, pantalones campanas, hot pants, drogas, sexo libre y música rock, despojado de toda espiritualidad), y un castrismo romantizado, todo como una amalgama de postmodernismo emancipador, la vivieron las universidades con verdadera autonomía, como la UNAN de la Nicaragua desde 1958 hasta 1979 en que triunfa uno de los suyos y de la que se esperó que extendiera nacionalmente el modelo del que se nutrieron sus brazos juveniles universitarios que alimentaban sus filas clandestinas en montañas, campos y ciudades.

Con el triunfo de la revolución de 1979, se trataba de ejecutar esa "maqueta" de autonomía universitaria para todo el país y no a contrariu sensu, de creer que terminaba con el triunfo de uno de sus habitantes. En vez de continuar ese modelo después de su triunfo, lo ahogaron y permanecieron hasta hoy con esa deuda política, epistémica y ética.

Sólo quién padeció la suspensión de la autonomía a comienzos de la década de los '80, como muchos profesores de derecha e izquierda que despidieron (René Lacayo, Adán Fletes, Fernando Benavente, Carlos Mohs, Gustavo Gutiérrez, etc) y militantes de organizaciones revolucionarias universitarias fuera del FSLN o estudiantes independientes, supieron que en el juego, por la autonomía, entre Maquiavelo y Montesquieu, siempre gana aquel, a menos que se le controle con reglas que mesuren sus propósitos o la piensen dos veces, si causan daños serios a terceros, con penalizaciones severas.

III.- La autonomía después de 1979

Tan clara era la presencia y dominio de dirigentes universitarios, templados como líderes contra otros líderes dentro del espíritu autonómico de la UNAN, que ya frente al nuevo gobierno revolucionario,  muchos/as ministros/as y funcionarios/as de alto nivel, bromeaban cuando eran citados a las reuniones ordinarias de gabinete, diciendo que "iban a reunión del CUUN". En efecto, el gobierno revolucionario era el CUUN ampliado.

El CNES (Consejo Nacional de Estudios Superiores), fue el primer paso para desconocer la autonomía de la UNAN después de 1979 en  que, durante toda la década de los 80, permaneció primero sujeta a la voluntad de la JGRN y luego a discreción de los ministros de educación. Los FER se fundieron en la JS-19 de Julio (Juventud Sandinista) y el CUUN desapareció a favor de UNEN (Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua) que ya existía como entidad superior al propio CUUN. Y toda la institución se convirtió en proveedora de voluntarios para alfabetizar, recolectar café y algodón y fuente segura, más adelante, de reclutamientos en el SMP para combatir a la contrarrevolución. Las universidades públicas no solo perdieron la autonomía, sino que se volvieron verdaderos campamentos castrenses.

IV.- La autonomía después de la derrota del FSLN en 1990

Con la derrota del FSLN en 1990, se decretó la ley de autonomía universitaria, ley No. 89, por parte del gobierno saliente que preparó uno de los refugios para la retirada en desorden y pánico ante el triunfo de la UNO (Unión Nacional Opositora). Amplió desorbitadamente la presencia de representantes estudiantiles en los órganos decisorios de la Universidad, algo que convirtió la necesidad en virtud, debilitando por otro lado su presencia en la cúpula del CNU (Consejo Nacional de Universidades), que pasó a ser el recipiente, asignador y despachador de los desembolsos del 6% del presupuesto nacional.

Los cargos claves fueron ocupados por militantes leales al FSLN en su caída que corrieron a ejercerlos con un nuevo celo por una autonomía que desconocían la víspera. En medio de ese copamiento, a contrapelo, figuró la rectoría del Dr. Alejandro Serrano Caldera que intentó devolver la autonomía en correspondencia con las libertades democráticas anunciadas por el gobierno de Doña Violeta, o ejercerla según el espíritu auténtico de la ley No. 89. Después de su administración, le seguiría durante tres períodos sucesivos el Msc. Francisco Guzmán, ralentizando todo lo avanzado en materia autonómica, radicalizando aún más su incondicionalidad a la administración Ortega-Murillo, las siguientes rectorías del Msc Elmer Cisneros y la actual Msc Ramona Rodríguez ya al frente de toda la tragedia.

UNEN y todas las autoridades superiores de las universidades públicas cerraron filas con un FSLN durante 12 años en la oposición a gobiernos neoliberales, pero la misma ventana que dejaron abierta desde las bases estudiantiles para ampliar su presencia y poder en los órganos académicos universitarios, de suyo celebrable, fue la que permitió proponer una vez y otra, nacimientos de organizaciones fugaces y candidaturas independientes, en medio de las divisiones espurias que sufría UNEN periódicamente, llegando incluso a enfrentamientos violentos entre bandos, muy parecidos a los que efectúan las mafias callejeras.

El ascenso de la administración Ortega, a partir del 2006, de nuevo al ejecutivo, hizo oscilar todas las universidades públicas al compás de sus necesidades políticas y las nuevas estrategias de alianzas o contra alianzas entre empresarios, iglesias, países aliados como los del socialismo del siglo XXI, potencias continentales y extracontinentales y los caudillos Alemán y Bolaños, ahora ya en la oposición o en retiro.

UNEN se deterioraba y desprestigiaba, cada vez más, ante las bases estudiantiles que participaban, cada vez menos, en procesos electivos, por sus violencias físicas, traiciones éticas y abusos representacionales, mientras en términos de libertades de cátedra, pensamiento y expresión, la mayor parte del plantel docente, se adocenaba en medio de una autonomía discursiva, promesas de megaproyectos del gobierno y un pacto sólido con los empresarios, pero vigilante con el disidente y opositor declarado que, todo hay que decirlo, eran muy excepcionales.

V.- La rebelión universitaria en abril del 2018

Este es el escenario que encuentra la solidaridad de estudiantes universitarios con los jubilados frente a la violencia sufrida de parte de fuerzas de choque  leales al gobierno y la protesta por el abandono del ejecutivo ante las llamas que arrasaban una zona forestal protegida. Es abril del 2018. Y las anteriores son las espoletas que llevan a cientos de estudiantes, por fuera y encima de los organismos estudiantiles fieles al ejecutivo, y de todas las universidades públicas, y algunas privadas, a levantar por los aires el viejo orden.

El entusiasmo y la ira de los jóvenes universitarios, los llevó a tomar varias universidades por meses en el caso de algunas, exigiendo justicia por las masacres ejecutadas por el gobierno, debidamente documentadas en testimonios orales, escritos y audiovisuales ante organismos competentes y de su resorte, y respeto de las autoridades universitarias a sus derechos. Fueron trágicamente desalojados por la fuerza, expulsados, encarcelados, perseguidos y exiliados, además de la eliminación física de algunos en el caso de la UNAN-Managua, con la complicidad de las autoridades superiores universitarias, tanto de cada universidad pública en particular, como del CNU en general. Responsabilidades penales de las que hay evidencias incriminatorias, registros y testimonios ante organismos internacionales de derechos humanos, por las que tendrán que responder ante tribunales nacionales e internacionales independientes y profesionales.

Después del desalojo y el endurecimiento del estado policial en todo el país, las autoridades superiores universitarias en la UNAN-Managua al menos, violando su propio reglamento, siguieron dirigiendo la institución bajo períodos vencidos, girando órdenes ya sin efecto legal y procediendo de nuevo, con una violación encima de otra, a reelegirse, perpetuarse en los cargos y distribuirlos a discreción, volviendo a hacer de nuevo a las universidades unas academias más parecidas a campamentos militares, vigilables y patrullables como en toques de queda, que a casas de estudios superiores, públicas, autónomas y respetuosas de los derechos consagrados en la constitución y en la misma ley No. 89.

Por la parte de UNEN, es seguro que una llamada resuelta y valiente de los miles de estudiantes de base a efectuar su derecho de sufragio bajo todas las garantías electorales, destituirán a los representantes que también fueron cómplices de la persecución, desalojo, expulsión y exilio de los estudiantes que ejercieron las protestas y que se les deberán restablecer de nuevo sus derechos, del mismo modo que la restitución a los docentes despedidos por apoyarlos abiertamente.

Será una ironía de la justicia que los mismos mecanismos empleados por la cúpula de UNEN para mantener su poder,  vigilancia y favores sobre autoridades académicas y administrativas, se emplee ahora contra ella sin la menor violación del reglamento que ya contempla esos procedimientos y de paso destituye a toda la carga indeseable de las mismas autoridades coludidas. En una palabra, renovación de autoridades de todo tipo de arriba hacia abajo.

La curva que hemos descrito de esta aventura de la autonomía universitaria puede ser caracterizada, llamando en su auxilio a las familias teóricas, como una épica en su ascenso (1958-1979) respondiendo a esa búsqueda de cambios que la tensionó hasta el sacrificio; dramática en el mantenimiento (1979-2017) desgarrador entre favorecer su fidelidad identitaria al cambio y su defensa de derechos alternativos suspendidos, entregándose a una ambigüedad que le hará llegar su precio; y una tragedia (2018…) aún abierta e irresuelta, que reclama el restablecimiento de derechos a través de una autopoiesis sin utopía y una justicia como nuevo poder sin desmesuras ni excesos proféticos. Épica, drama y tragedia de la autonomía universitaria nicaragüense.

Nada sería más tributario para honrar a nuestras Alma Mater que devolver limpia la autonomía envuelta en la consigna que la vio nacer

A LA LIBERTAD POR LA UNIVERSIDAD

 

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Siglas

CLEU: Comité de Lucha de Estudiantes Universitarios

CNES: Consejo Nacional de Educación Superior

CNU: Consejo Nacional de Universidades

CUUN: Centro Universitario de la Universidad Nacional

FDC: Frente Demócrata Cristiano

FEL: Frente Estudiantil Liberal

FER: Frente Estudiantil Revolucionario

FER (M-L): Frente Estudiantil Revolucionario (Marxista-Leninista)

FERNA: Frente Estudiantil Revolucionario Nacionalista.

FSLN: Frente Sandinista de Liberación Nacional

HLRP: Hacia la Revolución Popular

IRC: Izquierda Revolucionaria Cristiana

JEL: Juventud Estudiantil Liberal

JGRN: Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional

JS-19 de Julio: Juventud Sandinista 19 de Julio

JRSC: Juventud Revolucionaria Social Cristiana

JUC: Juventud Universitaria Católica

LMR: Liga Marxista Revolucionaria

MCR: Movimiento Cristiano Revolucionario

SMP: Servicio Militar Patriótico

UDE: Unión Democrática de Estudiantes

UNAN: Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua

UNEN: Unión Nacional de Estudiantes Nicaragüenses

UNO: Unión Nacional Opositora

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Nicaragua

Las juventudes de Nicaragua y sus momentos claves

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19 Julio 2020
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Por Hulazko Meza y Freddy Quezada

LOS JÓVENES: PORQUÉ ELLOS Y PORQUÉ A ELLOS   (Sobre su derecho preferente de participación en la solución a la crisis socio política que sacude Nicaragua)

Los jóvenes nicaragüenses - sus luchas y sus banderas

En los últimos meses ha surgido una discusión  -con argumentos y contra argumentos- en torno a la participación de los jóvenes y los campesinos en las distintas agrupaciones que pretenden aglutinar a todos los sectores opositores al régimen ORTEGA-MURILLO de cara a un eventual enfrentamiento electoral con éste. Tanto las opiniones como las distintas agrupaciones, si bien reconocen la beligerancia de ellos, su peso específico en la lucha, su derecho a participar en las instancias de búsqueda de solución a la crisis,  no terminan de materializar en el aspecto político y organizacional ese reconocimiento.

No obstante lo anterior, es solo en torno a los jóvenes y ese derecho preferente que les reconocemos sobre lo que queremos tratar.

Los jóvenes, la juventud, tradicionalmente se piensan como el reservorio fresco de una sociedad. Y su plenitud de despliegue como el punto máximo de tensión de su energía, muchas veces derrochable (y derrochada) en causas y empresas sin garantías.  Sin embargo, ella misma, como los demás actores sociales, tiene una estratificación interna que de arriba hacia abajo va, si lo vemos solo por su escolaridad e ingresos, desde las capas más cultas, universitarias, hasta las más plebeyas, habitantes de barrios y comunidades precarias, pasando por una capa media, letrada pero no alta, de recursos modestos, pero no indigente.

En el caso de Nicaragua, los jóvenes han tenido una influencia determinante en el desarrollo de los hechos más trascendentales de nuestra historia reciente. A diferencia de las juventudes de otras latitudes y/o hemisferios, en Nicaragua ellos si han cambiado el rostro de nuestro país.  Y cuando referimos las luchas con escenarios predominantemente urbanos -no hablando de la juventud universal sino de su fracción más letrada- es la que siempre las ha iniciado y desencadenado; siempre por un derecho conculcado que ellos son los primeros en resentir y en reaccionar por su restablecimiento.

Se puede comprobar que en las luchas modernas en nuestra sociedad, la juventud –y sobre todo la universitaria- ha sido actor de primera fila. Ha tenido la capacidad y la moral de arrastrar a otros jóvenes de menos escolaridad detrás de ella e incluso atreverse a ofrecer nuevos mundos que han terminado por desilusionarla y desilusionar a los que se le han sumado. En la marcha, exitosa o fracasada, se ha combinado con todos los demás sectores plebeyos, jóvenes o no, al grado de volverse indistinguible y solo recordable por el arrojo decidido de sus actos.

Es por esa razón que vimos  a una juventud universitaria fuerte y decidida organizarse y ponerse al frente de la lucha por el derrocamiento de la Dictadura Somocista. Es por eso que también fuimos testigos de cómo los jóvenes campesinos se integraban a la contrarrevolución para protagonizar una SUBLEVACIÓN CAMPESINA que terminó por dar al traste con el modelo que venía implementando el FSLN en el poder y el gobierno. Y fueron los jóvenes los que a partir del 18 de Abril del 2018 desenmascararon al régimen Ortega-Murillo obligándolo, con sus protestas y resistencia, a mostrar su verdadero rostro; produciendo un cambio tan radical en la política y en la forma de hacer política en nuestro país y en la imagen que del gobierno de Daniel Ortega se tenía tanto dentro como fuera del país, que aún no hemos terminado de ver las consecuencias de esa “vuelta de calcetín” que propiciaron nuestros jóvenes.

En todos esos momentos, aunque las banderas visibles que levantaban en sus luchas aparentemente eran diferentes, basta con detenerse un poco en el análisis para percatarse que siempre han sido las mismas banderas de fondo las que han abrazado. Y todas tienen que ver con DERECHOS: Derecho a decidir, derecho a participar, derecho a expresarse libremente, derecho a organizarse como se quiera, derecho a luchar por lo que se quiere y se cree, derecho a ser respetado y tomado en cuenta….. Es decir: DERECHO A SER Y A ESTAR….

Por qué ellos…?  los paradigmas detrás de las banderas

Como en toda lucha y para todo luchador, las banderas y causas por las cuales lucharon esos jóvenes tenían un referente, un universo paradigmático que usaban en alguna medida para definir el qué hacer, el cómo hacerlo, etc.

Así, los jóvenes que vencieron a la dictadura somocista, abrazando paradigmas de base marxista, creyeron en la necesidad de desaparecer las clases sociales, creyeron   en una revolución con una vanguardia de clase obrero-campesina dirigiéndola y creyeron en un partido representando a toda la nación, planificando y organizando ese proceso; creyeron en la construcción de un “hombre nuevo”, de una “sociedad nueva”…… Creyeron en todas las demás ideas que en teoría solamente se podían materializar en una sociedad socialista.

Por su lado, los jóvenes campesinos que se integraron a la contra de entrada no compartían ni mucho menos aceptaban los postulados marxistas sobre la desaparición de clases, clases vanguardias, partido único, etc. Y sus temores ante la imposición que estaban viendo y/o imaginando que estaba haciendo el FSLN en el poder, los llevaron a levantar las armas en contra de ese gobierno. Sus banderas tenían que ver con paradigmas de libertad y, también, de derechos.

Aunque ambas juventudes (ya con cierta separación generacional) terminaron enfrentándose militarmente, ambos grupos tenían el mismo referente paradigmático: EL PARADIGMA DE LA CONTRADICCIÓN.

La esencia de dicho paradigma radica en considerar que siempre existe un “UNO” y siempre existe un “OTRO” enfrentados en la lucha social; que ese UNO considera a ese OTRO como un enemigo al que hay que vencer y, eventualmente, destruir físicamente, pues su sola existencia amenaza y se opone a lo que interesa y conviene al “uno”. Adicionalmente, ese “uno” se considera a sí mismo como el sector más avanzado de la sociedad que está “predestinado históricamente” a triunfar sobre el “otro” y así poder garantizar un mejor futuro para todos en la misma.

Hoy por hoy, fácilmente podemos identificar en el Orteguismo estos postulados del paradigma de la contradicción.

Fueron esas ideas, más fuertes y definidas en los jóvenes más letrados, las que acompañaron su lucha contra la dictadura somocista hasta derrocarla. También fueron las que los pertrecharon y las que llevaron a su enfrentamiento militar a la contrarrevolución en campos y montañas  “en defensa de  la revolución”.

Algo que debemos resaltar es que en este paradigma BASTA CON QUE UNO SOLO DE LOS ACTORES SOCIALES LO TENGA COMO CIERTO para que todas la contradicciones y diferencias que naturalmente existen entre los sectores de una sociedad sean abordadas de manera que, a la postre, resulta perjudicial y destructiva para la misma.  No era necesario, entonces, que los campesinos sublevados conocieran y/o creyeran en esos postulados; bastaba que los jóvenes de la ciudad y sus periferias lo hicieran. El enfrentamiento entre la ciudad y el campo/montaña era entonces inevitable[1] y los jóvenes serían sus protagonistas.

Adicional a ese paradigma también encontramos otro paradigma que es común tanto a los jóvenes que lucharon contra la dictadura somocista como a los que lucharon contra el gobierno sandinista posteriormente. Tiene que ver con la posibilidad de que un individuo, una organización, un estamento o sector social, REPRESENTE a otros individuos, organizaciones o sectores sociales: EL PARADIGMA REPRESENTACIONAL Y más concretamente, la idea puesta en práctica de LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA.

En la idea y práctica tradicional, conocida y existente de la representación política, el individuo/organización/sector social/etc. representado DELEGA  en un “representante” su capacidad de decidir, de discutir y llegar a acuerdos con otros y comprometerse a cumplirlos, delegando, por ende, la responsabilidad de hacerse cargo de los resultados concretos de sus decisiones. Con esto, el representado termina delegando no solo su derecho de pensar, de crear, sino también su derecho a soñar y su derecho a luchar por construir aquello en lo que sueña; y, con ello, su derecho a equivocarse en la construcción colectiva de ese sueño

Esa representación política devenida en DELEGACIÓN-DESPOJO es la contradicción que resume las luchas sociales entre “los de abajo”, que pugnan por adueñarse, controlar y forjar su propio destino y “los de arriba” que se erigen en los “sabedores únicos” de cuál es ese destino y, por tanto, los únicos que lo pueden garantizar. De ella surgen, como su hijo legítimo, la realización de los pactos y componendas de cúpulas.

Es bien conocida la frase/consigna que caracterizó el gobierno sandinista en los 80´s…. DIRECCIÓN NACIONAL, ORDENE¡¡.  Era la máxima expresión de ese paradigma. Una frase en la que una nación entera –por lo menos es lo que quería el sandinismo gobernante- obedecía ciegamente a una cúpula dirigente que se había arrogado, por efecto de su representatividad, la capacidad de decidir los destinos de todos los sectores de la nación.

También son conocidas y han sido meridianamente estudiadas y documentadas las insatisfacciones y quejas de los desmovilizados de la contra y del ejército después de la firma de la suspensión del enfrentamiento militar. En ambos sectores hay claridad ahora de que los acuerdos firmados y la forma en cómo se materializaron éstos NO CONLLEVARON NINGÚN BENEFICIO para los combatientes de ambos bandos. La representación de los combatientes por sus cúpulas dirigentes les impidió procurarse mejores condiciones posteriores.

A diferencia de esas juventudes, los jóvenes de Abril del 2018 ni creen en promesas ni prometen a nadie nuevos y mejores mundos. No hay en ellos ninguna pose o actitud prometeica. Tampoco creen que haya un sector social que sea el llamado por la historia a dirigir algo. En sus banderas y reivindicaciones subyace un universo paradigmático completamente diferente: EL PARADIGMA DE LA DIFERENCIA.

En este paradigma, lo esencial es que todos los “unos” existentes en la sociedad, reconocen y aceptan la existencia de todos los “otros”. No solamente en términos de aceptación como realidad, sino también en términos de “sujetos sociales reales, con derechos iguales”.  Dicho paradigma no establece la necesidad de que “desaparezca” ningún otro; antes bien, la existencia y posibilidad de reproducción y crecimiento de ese otro es lo que llena de contenido y le otorga validez social al paradigma.  Tampoco necesita el paradigma de la diferencia que ninguno de los sectores de la sociedad sea ni se convierta en “el sector más avanzado” de la misma, ni que recoja o represente en sí los “intereses objetivos” de toda la sociedad para ser válido; su fuerza y validez radica precisamente en el reconocimiento y aceptación de la variopinta conformación social que todo país y sociedad tienen.

A la par de no confiar ni en promesas de maravillosos mundos futuros ni en vanguardias prometeicas dirigiendo la marcha hacia éstos, los jóvenes de Abril tampoco creen en la representación política. En ese sentido, no están dispuestos a delegar en nadie la discusión con nadie en torno a lo que ellos quieren y por lo que luchan; no están dispuestos a permitir que nadie en su nombre tome acuerdos y decida sobre el futuro de la sociedad y mucho menos sobre su futuro.

Es precisamente la negación y el rechazo a la REPRESENTACIÓN POLÍTICA la que, además de desconcertar a los representantes del régimen en la primera negociación, les daba las armas para poder, como lo hicieron a la postre, negar toda viabilidad de una solución negociada al conflicto.

Y si bien es cierto que los sectores sociales que se habían tomado las calles en su protesta anti dictatorial se identificaron con los jóvenes que estaban en dicha negociación, esa identificación era más de cara a que REPRESENTABAN SUS DESEOS Y ASPIRACIONES, que de cara o en el sentido tradicional de la representación política.

Fue una delicia y motivo de aplauso y reconocimiento posterior para todos los nicaragüenses opositores a Ortega el ver a un LESTER ALEMAN decirle al dictador todo lo que esos nicaragüenses pensaban y querían decirle.  En ese acto, un joven expresaba con sus palabras las ideas, esperanzas y voluntad de esos nicaragüenses. Por supuesto, ese hecho no convertía a Lester ni a sus otros acompañantes en los representantes políticos de los luchadores. Y bien que se sintió posteriormente esa no representatividad política.

Como hemos visto, los paradigmas que denotan los jóvenes de Abril del 2018 en sus actitudes y demandas constituyen, en nuestra opinión, un avance significativo en la cultura política de este país y devienen en un nivel que supera la política y la forma de hacer política que nos ha caracterizado.

Lo anterior no es, sin embargo, lo único nuevo que esta generación de jóvenes nos presenta a todos los sectores de la nación nicaragüense. Hay algo más que a simple vista no es posible identificar pero que refuerza aún más esa superación de la cultura política que los jóvenes de Abril están planteándole a la sociedad nicaragüense.

La lucha por la justicia social es una lucha permanente en toda sociedad en la que los más interesados son, precisamente, los sectores que son víctimas de la injusticia social. Y esa es, en gran medida, la que han llevado a cabo todos los luchadores sociales de los últimos dos siglos. Sin embargo, es necesario resaltar que en los últimos tiempos esta lucha ha dejado de ser una por la sola redistribución económica: el norte que le debe al sur, los ricos a los pobres, los empresarios a los trabajadores, etc.; y ha pasado a incorporar un nuevo componente: la lucha por EL RECONOCIMIENTO.

En este nuevo componente de la justicia social se tiene como objetivo un mundo que acepte la diferencia, en el que la integración en la mayoría o la asimilación de las normas culturales dominantes no sea el precio a pagar por recibir un respeto igual.

La incorporación del reconocimiento como parte de la justicia social implica también la aceptación de la idea de que ésta excede las cuestiones distributivas y trasciende hasta incorporar las ideas de identidad y derecho a la misma, trasciende la idea del DERECHO A SER IGUALES y llega a la de IGUALES DERECHOS A SER DIFERENTES.

Cuando las organizaciones juveniles surgidas al calor de la lucha contra el régimen Orteguista reclaman su participación en la COALICIÓN NACIONAL y resto de esfuerzos de una  manera distinta a la que las cúpulas de esas organizaciones les están proponiendo, ellos:

  • Rechazan en la práctica las implicaciones sociales negativas del paradigma de la contradicción. Con ello debilitan las pretensiones hegemónicas de los grupos de poder que están detrás de algunos esfuerzos y sectores de la lucha anti Orteguista y le salen al paso a las ideas de “el ganador se lleva todo” que pretenden aplicar también algunos sectores que están en la lucha.
  • Rechazan la pretensión que en la práctica tienen los grupos económicos y sociales hegemónicos de infiltrar en la lucha y en las organizaciones la idea de la validez de la representatividad política. Con ello los jóvenes disparan al centro de la posibilidad de un nuevo arreglo de cúpulas.
  • Incorporan en la lucha por la justicia social en nuestra sociedad la idea de EL RECONOCIMIENTO como un elemento indispensable de la justicia que le confiere a esta un nivel superior y más satisfactorio para la sociedad en su conjunto. En este sentido no solamente elevan la lucha social a un plano superior sino que con ello también invalidan el discurso hegemónico que propone la necesidad de asimilarse y aceptar las normas y la práctica política dominantes para poder ser reconocido y tenido como igual. A partir de ahí, los partidos políticos y demás organizaciones sociales tradicionales y vetustas dejan de tener el derecho exclusivo de participación política y pueden entrar otros actores a la contienda política formal.

Con todo lo anterior, y precisamente por todo lo dicho es que afirmamos:

POR ESO ELLOS… LOS JÓVENES DE ABRIL… TIENEN UN DERECHO PREFERENTE A LA PARTICIPACIÓN EN CUALQUIER ESFUERZO PARA RESOLVER LA CRISIS SOCIO POLÍTICA QUE ESTREMECE NUESTRA NACIÓN.

Por qué a ellos..?  -  el tiempo y su significado

Mucho se habla en los medios de comunicación social sobre las expectativas que se abren a la sociedad nicaragüense ante la posibilidad de vencer finalmente a la dictadura Orteguista. Políticos y politólogos a título individual, partidos políticos, organizaciones sociales, etc. se ocupan de describirnos algunas características de la sociedad que necesita nuestra nación y que deberíamos o debemos construir una vez que demos al traste con la dictadura Orteguista.

En ese sentido, hay como cierta tendencia a creer y a actuar como que ese futuro NO DEPENDE DE ESTE PRESENTE y que se puede materializar independientemente de lo que acontezca hoy.  Es decir, el presente es un tiempo inexistente en esos sueños y elucubraciones.  Tan es así que, aparentemente, ningún actor de los tradicionales está pensando EN LA LUCHA QUE ES NECESARIA DAR HOY, para poder llegar a ese futuro que nos pintan. Se están preparando para unas elecciones mañana sin decir cómo revitalizar la lucha de hoy que nos pueda llevar a ese mañana. 

Sin embargo, los jóvenes de Abril siguen insistiendo en los elementos que son permanentes en cualquier lucha hoy y que, por lo tanto, no deben ser dejados de lado. Ellos insisten en la lucha por la justicia y castigo para los responsables de las masacres, la libertad de los reos políticos… ellos insisten en la lucha por restablecer las libertades básicas de manifestación, movilización, expresión, etc. Los jóvenes universitarios inclusive han dado muestras de que la lucha por erradicar la cooptación que la UNEN ejerce sobre el movimiento estudiantil universitario[2] no puede esperar a mañana.

Adicionalmente a lo anterior tenemos el concepto de tiempo presente y tiempo futuro.

En la temporalidad de vida propia del ser humano aceptamos la idea de que el tiempo es inexorable y no se detiene. También es aceptable la idea de que lo que para un individuo o sector social puede ser un tiempo corto, para otro individuo o sector social en ese mismo momento esa porción de tiempo puede ser demasiado largo.

Lo anterior nos coloca en la pregunta que surge al escuchar las descripciones o propuestas de ese futuro para la sociedad nicaragüense: 

QUIENES SON LOS QUE VAN A VIVIR ESE FUTURO?  En ese sentido, más bien nos podemos preguntar: DEL FUTURO DE QUIÉN ESTAMOS HABLANDO? 

Y la respuesta, aunque a algunos les pueda parecer excluyente y hasta discriminatoria, TIENE QUE SER EN TÉRMINOS ETÁREOS. Es decir, tenemos que responderlas en términos de la edad cronológica que tienen los integrantes de los diferentes sectores sociales en Nicaragua.

En otras palabras, ese futuro…. Es preferentemente el de los jóvenes de hoy o no?  Es para ellos preferentemente o no?.

Porque cinco, diez, quince y hasta veinte años adelante no significan lo mismo para los que hoy están entre los catorce y veinticinco años que para los que son mayores de sesenta; si ponemos como referencia la edad de jubilación en nuestro país y si tomamos también como referencia la esperanza de vida actual en Nicaragua que para las mujeres es de (75.8) años  y para los hombres es de (69.7).

Es decir, el futuro del que estamos hablando en todo momento ES EL FUTURO DE LOS QUE HOY SON PARTE DE LA JUVENTUD NICARAGUENSE…. En ese sentido, ESE FUTURO ES DE LOS JÓVENES… LES PERTENECE.

Es por esa razón que nosotros afirmamos:

POR ESO A ELLOS…. A los jóvenes.  A ellos les pertenece ese futuro que todos queremos desde nuestros propios intereses y motivaciones. A ellos les corresponden CONSTRUIRLO según sus capacidades y aspiraciones. A ellos les tocará equivocarse o acertar.  Es su derecho.

REFLEXIÓN FINAL (Recurso discursivo de  los autores para curarse en salud)

Aunque no ha sido nuestra intención hablar en nombre de y por los jóvenes de Abril ni por la juventud nicaragüense en general, estamos claros de que se nos podría señalar de que si lo hemos pretendido hacer. En ese sentido, estamos claros que al hablar de la representación nosotros también corremos el riesgo de anularnos por autorreferencia.

Sin embargo, asumimos el riesgo como los monjes trapenses que cuando violan sus votos de silencio, tienen que violarlos otra vez al ordenar callar, para restablecerlo.

También queremos resaltar el hecho de que, aun cuando pertenecemos a esa generación de jóvenes que derrotó a la dictadura somocista, creemos que la juventud universitaria en y con sus luchas es, a lo mejor, la contracara decolonial de lo que sucedió en Europa con sus intelectuales rebeldes que desafiaron papados y coronas pero que luego en sus colonias, sus pares, los intelectuales criollos, como demostró Ángel Rama, más bien sirvieron de consejeros, asesores y sirvientes del poder local.

Los estudiantes acaso por eso sustituyeron en rebeldía y desobediencias a los intelectuales europeos. Ojalá y mañana no sustituyan a los criollos en su hipnótica atracción por el poder. Y no terminen, igualmente, de consejeros, asesores y sirvientes de los hegemónicos en nuestro país.

[1] Con esto no pretendemos negar el papel que el gobierno norteamericano jugó en ese enfrentamiento. Solo resaltamos un hecho que hoy por hoy, incluso hasta miembros de la Dirección Nacional del FSLN de ese momento, han tenido que  reconocer: la incomprensión del mundo campesino, unido a las concepciones marxistas, propiciaron los errores que facilitaron la integración de los jóvenes campesinos a la contrarrevolución.

[2] Las elecciones estudiantiles del año pasado en la UNIVERSIDAD AGRARIA (UNA) fue el primer escenario de esa lucha 

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COSTA RICA.- Neoliberalismo y Universidad Pública

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16 Mayo 2021
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Por Roberto Ayala

El gobierno inaugurado en mayo de 2018 ha acelerado y profundizado la puesta en marcha de las llamadas políticas neoliberales. No se trata solo de la política económica. El proyecto neoliberal busca imponer una reestructuración social en profundidad. Quiere cambiar la estructura social, el marco cultural, las mentalidades. El neoliberalismo trae aparejado un giro autoritario, que responde a o anticipa un incremento del malestar y la conflictividad social. En ese marco general, colocamos el análisis de los ataques a la Universidad Pública. Porque lo que pasa en la Universidad, es una expresión de lo que pasa en el país.

La reestructuración social neoliberal y el empuje conservador, el salto autoritario, crean condiciones político-culturales para el ataque a la Universidad pública. La reestructuración neoliberal busca disminuir el peso social de lo público, y un aspecto particularmente relevante de ello es erosionar el alto prestigio social de las universidades públicas (tarea nada sencilla en un país en el que los negocios privados del sector, tras 40 años, siguen siendo objeto de una consideración claramente inferior a la de los centros públicos). Por ello, entender el enconado ataque de que son objeto requiere comprender el proyecto neoliberal y sus implicaciones más amplias.

Pese al largo predominio de las políticas neoliberales, las universidades públicas en Costa Rica, como en buena parte de América latina, siguen siendo los principales centros de formación superior, tanto en la docencia como en la investigación, más allá de y pese a sus inocultables deficiencias y carencias. Considerando la infraestructura física, el nivel general del personal académico, los centros de documentación y biblioteca, la infraestructura tecnológica y las condiciones de acceso de estudiantes, profesionales y docentes, la concepción general de la formación, el trabajo de extensión social y, en general, el impacto social en lo económico, diversos aspectos de lo cultural y, finalmente, en la actividad científica y tecnológica en el país,  los centros públicos están muy por encima del nivel de los mejores negocios privados. En ningún lugar como en la educación superior, y la salud pública, se hace tan patente las limitaciones de lo mercantil.

Por otro lado, pese a que las universidades públicas no pueden escapar al denso clima ideológico-cultural impuesto por los sectores dominantes, y de que, como órganos del Estado del capitalismo periférico costarricense, pertenecen a un dispositivo institucional diseñado y operado para cumplir con funciones y aportar insumos y servicios imprescindibles en la reproducción del orden social y económico (en particular, aportando personal profesional capacitado a los distintos segmentos del mercado de trabajo), a lo que hay además que agregar su dimensión de agencia ideológica orientada a la construcción de hegemonía, pese a todo ello, por su carácter peculiar, de lugares de  concentración del acervo, transmisión, creación, examen y debate, del conocimiento social disponible (el ‘general intellect, de que hablaba Marx), siempre resulta posible crear y encontrar espacios relativamente abiertos de elaboración y reflexión críticas. Esto señala el carácter paradojal de las Universidades públicas, por un lado, dispositivos de la autoreproducción del orden social y fuente de relatos fundamentadores; por otro, ámbitos en que, sometidos a todo tipo de presiones, represivas y de adaptación, pueden desarrollarse expresiones de pensamiento e investigación crítica, conectadas directa o indirectamente a diversos movimientos y luchas sociales.

En un determinado momento histórico, claramente el período de la segunda postguerra, la creación y/o impulso del sistema de educación superior pública, se articulaba al proyecto desarrollista. El fomento de la industrialización demandaba ocupaciones y destrezas diversas. El proceso de modernización encabezado y dirigido por el Estado lleva a la multiplicación de sus funciones y órganos, conjunto ordenado alrededor de la tarea de potenciar el crecimiento económico, orientado a la sustitución de importaciones y la creación de condiciones las más propicias para la proliferación de todo tipo de  iniciativas empresariales privadas. Un elemento del diseño consiste en el reforzamiento, o creación, de un mercado interno de consumo capaz de absorber buena parte de la producción en las primeras subfases del ‘take off’ rostoviano. En la medida que, en el caso latinoamericano general, los mercados de exportación se mantuvieron prácticamente cerrados para todo lo que no fuera materias primas, junto al hecho de que el nivel de integración regional del proyecto modernizador impulsado desde la CEPAL (Prebish), no pasó de las declaraciones de buenas intenciones y alguna burocracia inoperante, el estímulo del crecimiento y la ‘modernización’ dependió sobre todo de la profundidad, y los límites, del mercado interno.

En ese marco, la universidad pública pasa a desempeñar un papel central y a ocupar un lugar social principal. Para fines de los años 60 y comienzos de los 70, la universidad pública es el objetivo de todo joven, sobre todo en el conurbano, de familias trabajadoras de mediano ingreso. Un torrente de hijos e hijas de padres con apenas estudios secundarios, asumían un notable cambio cultural y de mentalidad. Ir a la universidad se tornó parte de las expectativas socialmente incorporadas por este sector social. La mayoría de clase media baja, familias trabajadoras de medio nivel de capacitación, en las cuales, no raro, la madre se desempeñaba como ama de casa. La creciente diferenciación y complejización social, facilita el consenso social en torno a la financiación de una rápida expansión del número y capacidad de los centros universitarios públicos[1].

En América latina, al menos en buena parte, la universidad pública es el instrumento principal de movilidad social ascendente, el camino a la condición de ‘clase media’ moderna, con el boleto de acceso al patrón de consumo y al estilo de vida correspondientes. No pocas veces es también la plataforma para la realización de estudios de postgrado en el exterior, una experiencia culturalmente renovadora, de superación del talante provinciano. Es por la universidad de fines de los años 70 (y siguientes), con desarrollos variados según las diversas situaciones y lugares, que pasa todo lo que asociamos con ‘los años 70’, el ‘setentismo’, que en Centroamérica tiende a correrse más hacia los 80, atenuado en diversos grados por las condiciones sociales y culturales en la mayor parte de la región. De la cultura rock, entre los jóvenes de clase media acomodada, a la militancia en las distintas expresiones de la izquierda, del protagonismo del movimiento estudiantil universitario al ascenso de la Sociología hacia el lugar de privilegio de la cultura intelectual-progresista, de la apresurada y desaprensiva ruptura con la moral sexual conservadora-católica al consumo ‘social’ de marihuana, de los conciertos de música de protesta a las noches de bohemia, con cierto exceso… Tendencias sociopolíticas, culturales y microsubjetivas que encuentran expresión en la Costa Rica de la época, en grupos minoritarios claro, pero que en buena medida marcan la tendencia y protagonizan la escena del momento. El autorepresentado país de pequeños propietarios rurales se enrumbaba a lo urbano y a un cambio cultural y de mentalidad importante, entre sectores y grupos decisivos. La Universidad fue uno de los principales vehículos. Los años 70 vieron el despuntar de un gran cambio cultural, la expresión local del que recorría el mundo desde las sociedades del capitalismo avanzado, y la universidad fue el lugar donde más desenfadadamente resonó.

La crisis de comienzos de los 80, representa un tropiezo abrupto y el punto de arranque de otro cambio importante. El modelo de acumulación y crecimiento desarrollista que había impulsado una gran trasformación social dentro de los límites del capitalismo periférico, entra en crisis, alcanzado por la crisis de endeudamiento. Las políticas neoliberales hacen su irrupción y se imponen, primero como respuestas ad-hoc, luego como nueva ortodoxia. La reorientación de la economía hacia la exportación, de bienes no tradicionales y de servicios turísticos, y la atracción de inversión extranjera, desplaza la preocupación con el mercado interno de consumo. Comienza el proceso de ensanchamiento de la desigualdad de ingreso y riqueza. Las políticas neoliberales avanzan sobre el legado desarrollista. Achicamiento del Estado y transferencia al sector privado de funciones diversas, venta de activos y privatizaciones, gran reducción del peso relativo del empleo público, subsidios diversos, exoneraciones y reducción de impuestos a las grandes empresas y los más ricos, privilegios y entrega al capital extranjero, TLC’s, normativa ultraliberal del banco central, política cambiaria como recurso de ajuste, apertura externa, la política antiinflacionaria como pretexto para atacar los salarios y la capacidad de inversión del Estado, flexibilización del mercado laboral, ley ‘de protección’ del trabajador, saturante campaña de los medios de comunicación corporativos, etc.

Las universidades públicas se defienden, pero no son inmunes. Los distintos estamentos de la comunidad, casi siempre con el movimiento estudiantil a la cabeza, no necesariamente las federaciones de estudiantes, dan muestras de una enorme capacidad de resistencia, alcanzando victorias significativas, aunque parciales. En la primera década del siglo veremos dos espectaculares expresiones de movilización social con fuerte participación universitaria, el llamado ‘combo 2000’ y el desarrollo ‘in crescendo’ del movimiento contra el tratado de libre comercio con EEUU, durante los años 2005-2007. Con todo, el embate privatizador, acorazado y fogoneado por un gran bloque de intereses y un cada vez más hegemónico discurso ideológico, continúa avanzando, absorbiendo los tropiezos. No se privatizaron las universidades públicas, pero hay muchas formas de someter a lógica de mercado la educación superior.

En 1976 inicia actividades la UACA, primer negocio privado del país (auspiciado por ANFE). La élite política le concede la condición de ‘fundación sin fines de lucro’, es decir, una más de las formas de exonerar (evadir legalmente) del pago de impuestos. Algunos apellidos ilustres y fuertes vínculos con el poder social y político, arropan los pasos iniciales del proyecto. Más de 40 años después el centro privado sobrevive en la intrascendencia. Con todo, en esas 4 décadas, se crearon en el país más de 50 centros de estudios privados, una buena parte clasificables en el rubro de ‘universidades de garaje’[2]. Usinas de títulos sin verdadera fiscalización ni control de calidad, centrados en carreras con mercado laboral hace mucho saturado (con alguna excepción, del todo accidental e institucionalmente inestable), no pocas veces carentes de las más elementales condiciones materiales y profesionales exigibles. Un burdo intento de maquillar la situación consiste en la espuria distinción entre ‘universidades de docencia’ (privadas) y ‘universidades de investigación’ (públicas). Pero una universidad que no hace investigación no es una universidad, es un colegio, un mero centro de enseñanza. Y aún la docencia en los negocios privados es deficiente, por falta de condiciones básicas, como bibliotecas y centros de documentación bien dotados, entre otras.

Dos factores alcanzan particular relevancia en la notoria floración de negocios privados: primero, la modernización y urbanización del país, alimenta el interés cultural, o impone la necesidad social, de buscar una certificación de educación superior, en el intento de lograr una inserción en el mercado laboral más promisoria. Por otro lado, mientras el interés y la demanda de acceso a la educación superior crecía, la oferta de cupos de los centros públicos se estancaba o avanzaba muy por detrás del crecimiento de la demanda. Puesto en breve, la limitación de los cupos en las Universidades públicas ha sido uno de los más importantes factores, sino el principal, del crecimiento acelerado de los negocios privados[3].

A partir de los años 90, decenas de miles de jóvenes se lanzan a la extenuante tarea de articular trabajo y estudio, en el intento de mejorar su posición social, colocando entre paréntesis el tema de la calidad de la formación recibida en los centros privados, y en un momento en que la economía del país crecía a un ritmo de 4-5% promedio, generando ya una cantidad insuficiente de empleo, pero muy por encima del desempeño de la última década. El crecimiento de los negocios privados a un ritmo bastante superior al de los centros públicos, es una forma de privatizar la educación superior. Pero no es la única.

Ante la imposibilidad, hasta el momento, de avanzar con una política de privatización directa de las Universidades públicas, posición de los sectores liberales más duros[4], el proyecto de mercantilizar la educación superior ha tenido que recurrir a mediaciones. Desde la permanente puja, limitación y regateo, en torno al presupuesto universitario, y, cuando se ha podido, directamente recorte, como en los últimos años, hasta una creciente derivación de la oferta de algunas carreras, de particular prestigio y/o demanda, como medicina, odontología, periodismo, derecho, psicología, administración, educación, hacia los negocios privados[5]. Otra vez, sin mecanismos efectivos de control de la calidad de la formación, planes de estudio, nivel del personal docente o recursos pedagógicos, tecnológicos y de investigación.

El clima cultural y el proceso de reestructuración social neoliberal también se manifiestan en la universidad pública en la forma de ajustes paulatinos en los programas de estudio, orientados en el sentido de un practicismo que, so pretexto de adecuar los programas a las necesidades ‘sociales’, en realidad al mercado de trabajo y los específicos requerimientos de las empresas, produce un amezquinamiento de la formación; en una  reorientación de los planes de estudio que da particular énfasis a los aspectos más aplicados, no pocas veces  presentados en abierta contraposición con ‘lo teórico’, entendido como sofisticación inútil. Más que profesionales con sólida formación teórica y capacidad de análisis, se busca proveer técnicos. Degradando la relación teoría/práctica, se debilita la capacidad de pensamiento innovador, la actitud crítica, la capacidad de plantear los problemas fuera del marco del sentido común de la actividad específica; la transmisión de conocimiento se contrapone sin justificación a la capacidad para construirlo, y se olvida que ‘no hay nada más práctico que una buena teoría’. Ya no importa saber por qué pasan las cosas, solo saber cómo se hacen y como hacerlas bien, interesa saber hacerlas y hacerlas lo mejor posible. De ello resultan individuos que consiguen abordar problemas prácticos, pero que enfrentan carencias difíciles de remontar cuando de generalizar y pensar de manera abstracta se trata. Eso limita la capacidad para discernir los aspectos compartidos de problemas diferentes. Sin capacidad de abstracción y generalización no puede haber conocimiento científico.

La tendencia practicista está de una u otra  manera siempre presente en el mundo capitalista. Ya en el siglo XIX se puede observar la tecnologización del desarrollo del conocimiento científico, condicionado por las necesidades de la acelerada expansión del capitalismo industrial. La mercantilización de la investigación tecnocientífica permite entender el desconcertante desequilibrio entre lo que se ha destinado en el último par de décadas al desarrollo de la tecnología de teléfonos inteligentes y los recursos destinados a campos de conocimiento no directamente vinculados con los intereses de las grandes corporaciones, pero sí muy próximos al tratamiento de problemas y penurias sociales acuciantes. No son las necesidades sociales las que principalmente fijan las pautas de la educación y la investigación, sino los requerimientos de la competitividad empresarial (y la competencia entre los Estados de las potencias centrales). Los obstáculos para el avance de la ciencia son fundamentalmente sociales.

El practicismo en la formación impone la búsqueda no precisamente de conocimientos, sino de competencias. La educación superior debería  mantener como objetivo buscar formas de articular la instrucción profesional, sólida y actualizada, con una aproximación puesta al día a lo que en el mundo germano se denominó ‘bildung’, es decir, la formación que pone al individuo en relación con su herencia cultural, tanto de su comunicad como la humana general, y que le permite elevarse al plano de su condición histórico-universal, a la comprensión  y conciencia de su historicidad, de ese mundo que hacemos y que sin embargo nos arrastra[6]. Pero la mercantilización y el practicismo no están interesados en desarrollar bildung, sino en formar ‘recurso humano’, instrumental en el mercado.

La mercantilización se manifiesta (como tendencia en América latina) también por otras vías, acaso menos evidentes, en los intentos de crear una absurda contraposición entre las áreas de ingeniería y tecnología y las ciencias sociales, humanidades y artes (lo cual en realidad, es una expresión de lo visto en el párrafo anterior); en la presión ejercida en dirección al  autofinanciamiento de las universidades y el objetivo de recuperar una parte significativa de los costos de la educación mediante cargos a los estudiantes y sus familias (lo cual encarece enormemente la educación superior, restringiendo su acceso y/o produciendo la crisis de endeudamiento de los estudiantes de la que tenemos noticia tanto en EEUU como en Chile). El alza de las tarifas y el creciente traslado a los estudiantes de los costos, se observa con claridad en los estudios de postgrado.

Las limitaciones presupuestarias se traducen en restricciones crecientes en los más diversos ámbitos. Desde los sistemas de becas, el programa de residencias estudiantiles, recursos informáticos y diversos servicios de apoyo a los estudiantes provenientes de familias de medio y bajo nivel de ingreso, hasta la restricción en la oferta de cursos y cantidad de grupos, de acuerdo a la demanda, la degradación del trabajo docente con el nunca resuelto problema del alto porcentaje de el mal llamado ‘interinazgo’, caída de los sueldos, sobre todo del personal sin estabilidad laboral, así como recortes a los fondos de investigación. La privatización de la educación superior es un empeño que avanza por distintas vías.

Finalmente, la mercantilización tiene su complemento en la elitización de las instituciones públicas de educación superior. La elitización de las universidades públicas erosiona, previsible y comprensiblemente, el respaldo social, hace una contribución inestimable a la campaña de la derecha liberal contra el prestigio de las instituciones, que borra su insustituible contribución a la sociedad, presentándolas como poco más que un club de privilegiados y un festival de despilfarro de los dineros públicos. Típicamente, por un lado, inducen la elitización para luego utilizarla como justificación de la campaña de desprestigio y palanca de la mercantilización. El hecho es que, de una u otra forma, los aspectos ya mencionados coadyuvan a la selectivización del ingreso. Informes recientes indican que dos terceras partes de la población estudiantil de nuestras universidades públicas proviene de las familias de los dos quintiles superiores de ingreso. Pero la situación es aún más restrictiva en los casos de la UCR e ITCR.

Es un hecho que hay una sobre-representación de los jóvenes provenientes de familias de clase media alta y profesional, y que los hijos de las familias trabajadoras de mediana y baja calificación enfrentan grandes dificultades para acceder a las instituciones públicas, y a las carreras con nota de corte para admisión más alto. Lo cual produce la desconcertante paradoja de que los jóvenes de familias trabajadoras deban orientarse hacia los centros  privados para intentar dar cumplimiento a su aspiración de acceder a estudios universitarios. Y entonces han de lidiar con los temas ya abordados, de baja calidad de la enseñanza general y tarifas crecientes, lo que además tiene una consecuencia más opaca, una mayor dificultad para alcanzar los puestos de trabajo mejor remunerados.

Pocas cosas hay tan absurdas como una ‘institución de educación superior con fines de lucro’. Tanto más si se maquilla la situación para enmascarar la realidad. Los negocios privados de la educación superior, han gozado de un fuerte impulso en los últimos 40 años. Los resultados han sido apenas mediocres, en el mejor de los casos. Pese a lo cual han experimentado una fuerte expansión. Se ha buscado instalar la percepción de que existe una situación de competencia real entre las universidades públicas y los negocios privados, creando un clima de opinión en el cual se subrayan las supuestas ventajas de los últimos: menor duración de las carreras, a costa de la solidez y profundidad de la formación, una orientación neta hacia las necesidades del mercado de trabajo, lo cual estimula planes de estudio practicistas, un ‘fuerte vínculo empresarial’, eufemismo referido a la densa carga ideológica del clima organizacional (‘potenciamos tu competitividad’ es uno de los lemas de la ‘Universidad Latina’), la flexibilidad de los horarios, lo cual ‘permite vincularse más rápidamente al mundo laboral, mientras se estudia’, rasgo que, en lo que tiene de positivo, desaparecería en los principales centros, tan pronto consiguieran debilitar suficientemente a las instituciones públicas.

La campaña privatizadora/mercantilizadora busca socavar por distintas vías la educación superior pública. Así como no se puede entender la atmósfera ideológica hostil a las universidades públicas, patrocinada por los medios controlados por poderosos grupos económicos y la derecha política, sin consideración de la agenda neoliberal que impulsa una reestructuración social en profundidad en el país, desde hace décadas, tampoco se puede pretender que la superación de las amenazas se dará dentro de los límites de la institución académica. Resulta imprescidible que las comunidades académicas comprendan, se involucren y asuman sus responsabilidades en los movimientos sociales (como tantas veces en el pasado) que intentan frenar y revertir la reestructuración social neoliberal, como parte de los procesos más amplios que buscan una salida a los crecientes desequilibrios y los elementos de crisis civilizatoria del capitalismo.

Tal cosa, por supuesto, exige enfrentar con determinación a los enemigos de la educación superior pública, pero también hacerse cargo de las limitaciones y deformaciones internas que, inadvertidamente o no, facilitan su trabajo. Desde la elitización hasta la degradación laboral del mal llamado ‘interinazgo’, pasando por un examen de admisión que premia y convalida las desigualdades previas, hasta los problemas vinculados con la investigación, postgrados, sedes regionales, injustificables brechas salariales, etc.

 

Biliografía

 

 

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Fabre, Michel, “Experiencia y formación: la Bildung”. Rev.  Educación y Pedagogía, #59, 2011. Medellín, Colombia.

Gomez, Ricardo. NEOLIBERALISMO Y SEUDOCIENCIA. Ed. Lugar. Buenos Aires. 1995.

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Hayek, Friedrich. CAMINO DE SERVIDUMBRE. Ed. Libro libre. San José. 1998.

Katz, Claudio. “Mutaciones del capitalismo en la etapa neoliberal”. 2014. https://www.alainet.org/es/active/73428

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Losurdo, Domenico. CONTRAHISTORIA DEL LIBERALISMO. Ed. El Viejo Topo. Barcelona. 2007.

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Ruiz Angel. LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN COSTA RICA. Ed. Universidad de Costa Rica. San José. 2000.

Souza Lena. “¿Por qué la ultraderecha gana fuerza?”. https://kaosenlared.net/por-que-la-ultraderecha-gana-fuerza/

Vargas Llosa, M.; Levine, B. EL DESAFIO NEOLIBERAL. Ed. Norma. Bogotá. 1992.

 

 

[1] Entre 1967 y 1981 se pasó de 6mil a 54mil estudiantes universitarios, casi todos en las universidades públicas. Ruiz Angel. LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN COSTA RICA. Ed. Universidad de Costa Rica. San José. 2000.

[2] En 1994, 24% de los estudiantes lo hacían en centros privados, actualmente tal porcentaje se eleva a algo más de 50% (dato difícil de precisar pues los negocios privados ni siquiera tienen la obligación de reportar su número de estudiantes).  Del porcentaje que lo hacen en las Universidades públicas, 15% corresponde a la modalidad a distancia, la UNED.

[3] Por supuesto, influye poderosamente también que los centros públicos casi no ofrezcan carreras en horario nocturno, lo cual prácticamente imposibilita el acceso a la juventud trabajadora.

[4] Para el Banco Mundial, la educación superior es un bien privado, no público, al igual que la atención de salud de tercer nivel, lo cual justificaría su desplazamiento al ámbito del mercado, donde el acceso estaría del todo mediado por la capacidad de pago, despejando el camino para la completa mercantilización y elitización. Una buena aproximación sería el caso de un país como Chile.

 

[5] Es realmente incomprensible, e injustificable, que la UNA, al menos, no tenga carreras como Medicina, Ingeniería o Arquitectura. Mientras proliferan en los negocios privados, lo cual da cuenta de la necesidad y demanda social.

[6] En LA FENOMENOLOGIA…., “Las dos tareas que Hegel se traza son: introducir la conciencia individual en la Ciencia y, a la vez, elevar el yo singular al yo de la humanidad, lo cual es la realización de la Bildung”. Fabre, Michel, “Experiencia y formación: la Bildung”. Rev. de Educación y Pedagogía, #59, 2011. Medellín, Colombia.

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PANAMÁ.- La ciudad moderna: antidemocrática, antihumana y antiecológica

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13 Marzo 2023
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Por Olmedo Beluche

Que nuestras ciudades modernas están en crisis no requiere mucha evidencia. Basta salir a la calle: expulsión de pobres y trabajadores desde el centro hacia los suburbios, problemas de transporte público, ineficiente recolección de basura, escaso suministro de agua potable, calles intransitables, cortes frecuentes de energía eléctrica por falta de mantenimiento al sistema, hipotecas de por vida basadas en el interés compuesto, contaminación, destrucción de la naturaleza y del mundo rural...

En Panamá, no pasa un día sin que los moradores de alguna comunidad salgan a la calle a protestar porque no tienen agua, o calles, o escuelas, o centros de salud, o porque simplemente no se recoge la basura. Esta crítica realidad no puede ser justificada con la excusa de la reciente pandemia de la covid-19, sino que expresa un deterioro constante que data, al menos, de 40 años y, en caso de la ciudad de Colón, por lo menos 70 años.

Si viajamos a otros países probablemente encontremos ciudades menos sucias, pero adentrándonos en ellas podremos apreciar muchos componentes de la crisis que describimos, sobre todo si visitamos sus suburbios, tugurios o guetos. Ciudades de decenas de millones de habitantes rodeadas de “favelas”, villas miseria, zonas rojas, como sea que se les llame, así se trate de México, San Pablo, Buenos Aires o Los Ángeles, Detroit, Nueva York, Johannesburgo, Nueva Delhi, Shanghái, etcétera.

¿Cómo explicar esta triste realidad del mundo contemporáneo? Federico Engels, en su ensayo “Contribución al problema de la vivienda” (1876), dice: “Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real.”(1) En la sociedad actual, la producción y reproducción de la vida se hace bajo las condiciones del sistema capitalista de producción: por el cual, una minoría propietaria de los medios de producción explota y obtiene plusvalía (ganancia) del trabajo de una mayoría desposeída de medios de producción, que venden su fuerza de trabajo por un salario.

El antropólogo y geógrafo británico, David Harvey, en “El derecho a la ciudad”, señala: “La urbanización siempre ha sido. un fenómeno de clase, ya que los excedentes son extraídos de algún sitio y de alguien, mientras que el control sobre su utilización habitualmente radica en pocas manos... surge una conexión íntima entre el desarrollo del capitalismo y la urbanización.” (2)

De ahí que el proceso de urbanización moderno sirve por doble vía al sistema de acumulación capitalista: por un lado, es utilizado como mecanismo de inversión y atesoramiento de las enormes sumas de capital generadas por la producción industrial de mercancías, o a veces, como mecanismo al servicio del lavado de capitales salidos de fuentes ilegales, como el narcotráfico, la corrupción o el robo de bienes públicos; por otro lado, se convierte ella misma en fuente de más acumulación de capital y ganancia cuando se mercadean dichas propiedades.

“El crecimiento de las grandes ciudades modernas concede al suelo localizado en determinadas áreas, particularmente aquellas que se hallan centralmente situadas, un incremento artificial y colosal de su valor”, enfatiza Engels en el opúsculo citado. Y agrega que “En realidad la burguesía no conoce más que un método para resolver a su manera la cuestión de la vivienda, es decir, para resolverla de tal suerte que la solución cree siempre de nuevo el problema. Ese método se llama Haussmann”. George Eugene Haussmann fue un político francés que, bajo el régimen de Napoleón Tercero, rediseñó la ciudad de París, derribando los barrios populares que poblaban el centro de la ciudad, con sus pequeñas callejuelas, en las que la levantisca población fortificaba con barricadas cada vez que una nueva revolución estallaba. Haussmann trazó las grandes avenidas que hoy adornan el centro de París, creó un plan urbano de viviendas de lujo en el centro y expulsó a los pobres a la periferia de la ciudad.

A este método urbanístico ahora se le llama gentrificación: apropiación para la extracción de plusvalía de las mejores tierras (renta del suelo) con la expulsión de quienes no pueden pagarla hacia los suburbios. Trasladando los problemas al extrarradio de la ciudad, los suburbios o los guetos. “La producción del espacio capitalista ha ocasionado el barrido de la ciudad anterior para dejar sitio a una nueva condición desde la que contemplamos la hegemonía del valor de cambio. conducirían a la exclusión de poblaciones enteras y a la desintegración de la ciudad como proyecto colectivo”, ha dicho el filósofo marxista Henri Lefebvre en su ensayo también titulado “El derecho a la ciudad”, de 1968. (3)

La globalización con su integración mundial económica y las megaciudades con decenas de millones habitantes y la cuasi desaparición del mundo rural lleva a algunos, como la arquitecta francesa Francoise Choay, a hablar de la “postciudad” y también la “megalópolis”. Para Choay, estas postciudades implican “la desaparición. de ciertos modos locales de vivir juntos con un sentido institucional que era específico de aquellas entidades imbuidas de una cierta identidad y que solían llamarse ciudades”. (4)

Puede decirse entonces que la ciudadanía moderna, es decir, los habitantes de las ciudades, hemos sido expropiados no solo de los medios de producción, lo que nos condena a vender nuestra fuerza de trabajo por un salario, sino que también hemos sido expropiados de la ciudad que habitamos y la cual ha dejado de pertenecernos. Hablando de nuestro país, nuestra capital, la ciudad de Panamá, fue estructurada por el colonialismo español como centro administrativo y político, y lugar de asiento de las clases dominantes, pero también marcada por el característico modo en que el Istmo se ha insertado en la división internacional del trabajo, y que se ha denominado “transitismo”. El “transitismo” ha implicado un territorio y una población dedicados exclusivamente al servicio del comercio internacional, puente de mercancías y de gentes entre dos océanos, en el que, por esa razón ni la agricultura ni la industria han podido desarrollarse y crecer adecuadamente. El transitismo lo absorbe todo, incluyendo la población que emigra hacia la zona de tránsito, y que absorbe entre 80 y 90 % de la economía.

En otro ensayo (“Ciudad de Panamá, 500 años entre ferias y miserias”) hemos establecido que la ciudad de Panamá ha pasado por diversas etapas históricas, todas ellas asociadas al transitismo: La aldea de pescadores, antes de la conquista española. La ciudad colonial transitista. La ciudad en la crisis del transitismo del siglo xviii y xix. La ciudad del ferrocarril y la expropiación del transitismo. La ciudad, “a un canal pegada”, la “ciudad fragmentada”, al decir de Álvaro Uribe. La ciudad que recupera la soberanía sobre la zona expropiada en 1903, y que gracias al canal panameño da impulso al boom inmobiliario del siglo XXI y la “ciudad emparapetada” (Uribe).

No nos detendremos en este momento en cada una de esas etapas que tuvo sus particulares implicaciones sociales, políticas y arquitectónicas. Lo importante es resaltar que ese determinismo geográfico, el transitismo, empeorado por las condiciones de la separación de Colombia y el Tratado Hay-BunauVarilla, produjo lo que el arquitecto Álvaro Uribe denominó hace 30 años “La ciudad fragmentada”. Producto de la aparición de un fenómeno extraño como la Zona del Canal, la ciudad de Panamá se vio forzada a un crecimiento anormal, no concéntrico, sino estirado hacia el este, como un cometa, y con un bache de por medio por la “zona”, con un salto hacia el oeste.

A ello se sumó el que Estados Unidos no permitió a la oligarquía panameña de 1903 ningún medio de acumulación de capital basado en el transitismo, cuyo control se perdió por efecto del Tratado Hay-Bunau Varilla, y solo le quedaron métodos indirectos de acumulación de capital, como el rentismo, basado en la propiedad de la tierra de la ciudad y la construcción de insalubres cuartos de inquilinato para los trabajadores del canal.

La explotación de la vivienda miserable del inquilinato llevó a dos graves conflictos sociales, en 1925 y 1932: el Movimiento Inquilinario, con su costo de vidas y represión por parte de las tropas norteamericanas en 1925. La apropiación de las fincas que rodeaban la ciudad, hacia el este, por las principales familias de los “próceres” de 1903 (Uribe reproduce un mapa donde ubica las fincas de los Arias, Obarrio, Espinoza, Hurtado, Icaza, Lefevre...), produjo con el tiempo la fragmentación de la ciudad. Sin un centavo de inversión privada, esperando que el Estado invirtiera en infraestructura, paulatinamente se fueron valorizando los terrenos de dichas fincas, hasta que se fraccionaban para la urbanización, pero como áreas aisladas unas de otras, siguiendo los contornos de las fincas para mejor aprovechamiento de la tierra, y sin ningún plan ni control del desarrollo urbano por parte del Estado. Todo lo cual permite comprender mejor la caótica situación del tráfico urbano, el transporte público, etcétera.

Álvaro Uribe resume: “..el factor decisivo en la producción de la ciudad, lo ha constituido esa forma de pago exigido por la propiedad monopólica del suelo, la renta. En cuanto a la ciudad de Panamá, de lo anterior se desprende que la ausencia de instrumentos de regulación efectiva de la expansión urbana y. la posición complaciente del Estado. convirtiendo nuestra ciudad en un mosaico fracturado, en un amasijo de fragmentos. que constituyen un obstáculo para el disfrute pleno de la vida urbana.”

En “La ciudad fragmentada”, escrita en 1989, cuando empezaba el proceso de “reversión” de las áreas urbanas de la ex Zona del Canal, Uribe finaliza expresando la esperanza de que la reversión de lo que fue la Zona del Canal, permitiera a la ciudad de Panamá corregir muchos de sus “errores” urbanísticos o que, al menos, se hiciera uno mejor para esas áreas revertidas. Hoy, más de treinta años después, podemos ver que no ha sido así. Dos han sido los criterios utilizados por los planificadores del Ministerio de Economía a cargo de las áreas revertidas:

1. Por un lado, no permitir el uso completo de las instalaciones revertidas, ni siquiera por agencias gubernamentales, prefiriendo que se deterioren, antes que su entrada al “mercado inmobiliario” produjera una devaluación masiva del monopolio de la tierra en las ciudades de Panamá y Colón.

2. Cuando se ha procedido a entregar a la gestión privada de algunos lugares, en Albrook, Clayton o Howard, se ha reproducido la anarquía reinante en el resto de la ciudad, sin respetar reglas de uso de suelo, desarrollo de alcantarillados, respeto a la naturaleza, etc. Recientemente un canal de televisión dedicó un ilustrativo espacio a esa realidad en el barrio de Albrook, en el que una moradora confesó que compró su casa allí creyendo que compraba el paraíso y se ha encontrado con el infierno.

¿Tiene esto solución? La solución a los problemas de nuestras ciudades no puede provenir de quienes son los responsables de la actual situación y sus beneficiarios. Empezar a resolver los problemas de nuestras ciudades empieza por proponernos recuperar “El derecho a la ciudad”, para toda la ciudadanía, es decir, todos sus habitantes, como proponen Henri Lefebvre y David Harvey.

Dar respuesta a este problema no es un simple problema técnico, sino político. Si bien la arquitectura, el diseño y la ingeniería pueden adoptar mejores criterios para realizar su labor respetando el ambiente e integrando espacios públicos para la población, el problema está en los propietarios capitalistas del negocio inmobiliario, quienes buscarán siempre rebajar los costos para maximizar ganancias. Esa es una ley del sistema capitalista y solo se puede cambiar cambiando al sistema económico y social, quitándole poder a esa minoría y transfiriéndolo a las mayorías. Pero eso requiere, como dijo Federico Engels, un cambio, tanto de quienes detentan el poder político y económico, así como de la forma de organizar la vida, su producción y reproducción. Como bien dijo: “Quien pretende que el modo de producción capitalista, las leyes férreas de la sociedad burguesa de hoy sean intangibles, y, sin embargo, quiere abolir las consecuencias desagradables pero necesarias, no puede hacer otra cosa que predicar moral a los capitalistas”. Pero para los capitalistas los consejos están demás porque: “En cuestiones de dinero sobran los sentimientos”.

Recuperar la ciudad requiere que una nueva fuerza social y política desplace del poder a los especuladores, rentistas y los políticos corruptos a su servicio. Recuperar la ciudad requiere la movilización activa, participativa y democrática de la ciudadanía. Recuperar la ciudad requiere una nueva generación de arquitectos y arquitectas, de ingenieros e ingenieras, de diseñadores y diseñadoras dispuestos a diseñar y luchar por una ciudad democrática, humana y ecológica.

Olmedo Beluche (Ciudad de Panamá, 1958). Sociólogo e investigador panameño. Licenciado en Sociología por la Universidad de Panamá, Maestría en Estudios Políticos y Doctorado en Sociología. Profesor de la misma institución. Sus libros más recientes son Estado, nación y clases sociales en Panamá (1998), La invasión a Panamá: preguntas y respuestas (1998), La verdadera historia de la separación de 1903 (2003) e Independencia hispanoamericana y lucha de clases (2012).

Notas:

1.- Federico Engels, Contribución al problema de la vivienda. Fundación Federico Engels. https://traficantes.net

2.-  David Harvey, El derecho a la ciudad. http://biblioteca.clacso.edu.ar

3.- Henri Lefebvre, El derecho a la ciudad. http://biblioteca.clacso.edu.ar

modos locales de vivir juntos con un sentido institucional que era específico de aquellas entidades imbuidas de una cierta identidad y que solían llamarse ciudades”.

4.- Francoise Choay (1999), “De la ville a l’urbain”, Revue D’Urbanisme 309, pp. 6-8.

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TEORIA E HISTORIA.- 152 años de la Rosa más Roja. Mi recuerdo de Rosa Luxemburgo

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13 Marzo 2023
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Por: Raúl Jiménez Lescas

Nace la Águila de la Revolución Mundial

 

Quien es feminista pero no es de izquierda carece de estrategia.

Quien es de izquierda, pero no es feminista caree de profundidad.

Rosa Luxemburgo

Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, Rosa Luxemburgo se acordaría de su infancia en Zamość, cuando su padre le enseñó las primeras palabras en ruso. Entonces Zamość era una pequeña aldea polaca oprimida por Austria, luego por el ducado y por el zar ruso. Se situaba al sureste de Polonia,  en el Voivodato de Lublin  a 20 kilómetros del hoy Parque Nacional de Roztocze. Había sido fundada hacia el año de 1580 por el Canciller y Hetman, jefe del ejército de la República de las Dos Naciones (formada por Polonia y Lituania) Juan Zamoyski, en la ruta comercial que unía Europa del Oeste y del Norte con el Mar Negro y contaba con pocos habitantes.

Ahí pasó, Rosita, sus primeros años, tras nacer el 5 de marzo de 1871, a unos días de la instalación de la Comuna de París por los obreros franceses. Tuvo otros 4 hermanos. Ella fue la más joven de la familia judeo-polaca de una holgada posición económica. No obstante, sus padres estaban en el camino de abandonar el judaísmo y se trasladaron a Varsovia. A los 5 años de edad contrajo una extraña enfermedad en la cadera que la dejó “cojita” toda su vida.

En Varsovia, Rosita fue, al parecer, una excelente estudiante.Estudió en la escuela secundaria y en 1887 se graduó con “excelentes calificaciones” dice su biógrafa Mary Alice Waters. De que era una mujer inteligente no hay duda aunque no tuviera buenas calificaciones en la secundaria. Por su brillantez intelectual se enroló en un círculo de estudios del Partido Proletario ligado a los Naródniki (populistas rusos) fundado en la década de 1860 cuya primera organización se llamó  Zemliá i Volia (“Tierra y Libertad”), que muchos años después, abanderaría Emiliano Zapata en México durante la Revolución de 1910.

A los 18 años cumplidos, Rosa se mudó a Zúrich, pues la policía rusa le había echado el ojo. Dice Mary Alice Waters que cruzó la frontera polaca-suiza en una carreta de un campesino que le puso un montón de heno en el cuerpo para despistar al enemigo. Yo lo creo. Así debió haber sido ¿sino cómo pasó la frontera?

Ahí en Zurich se le ocurrió la brillante idea de matricularse en la Universidad, que en ese entonces sí aceptaba mujeres para estudiar matemáticas y ciencias naturales. Ahí estaba Rosa en camino a mutar en Roja, la más roja de la bandera roja.

La Universidad era la más importante de Suiza y fue fundada en 1833 como la primera universidad europea creada por el Estado, en lugar de por un rey o la iglesia. Por ese carácter laico aceptaba a las mujeres, que como Rosa querían seguir estudiando y no pensaba en casarse para atender a su marido.

Hacia 1892 se le vio fundando el Partido Socialista Polaco (PSP en polaco: Polska Partia Socjalistyczna) dirigido por Józef Piłsudski (Józef Klemens Piłsudski de Kościesza) con un grupo de emigrantes. El evento político ocurrió en París el 17 de noviembre. Rosa ya era una marxista, activista e internacionalista. No se le cuadraba a nadie, ni a los jefes de la socialdemocracia internacional fundada por su abuelo político, Federico Engels. El programa del PSP se proponía luchar por “una República de Polonia independiente basada en principios democráticos” y, claro, luchar por una jornada laboral de 8 horas como estableció la Segunda Internacional Socialista en 1889. Al año siguiente, Rosa Roja se le vio en las manifestaciones para conmemorar el 1o de mayo de 1890 en honor a los “Mártires de Chicago” y por el establecimiento de la jornada laboral de 8 horas (de hecho, Rosa redactó un artículo brillante sobre el origen del 1o de mayo y lo ubicó no en Europa, sino en Australia).

Dice su también biógrafa, Raya Dunayevskaya que la “Entrada misma de Rosa Luxemburgo, en mayo de 1898, en la escena alemana, centro de la Segunda Internacional, conmovió la más prestigiada y numerosa de las organizaciones marxistas del mundo -el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD)-. Desde el comienzo, se vio en el centro de todas las discrepancias, las cuales no han cesado el día de hoy”.

¡Y que entrada! Rosa redactó su brillante obra contra el reformismo de Eduardo Bernstein (El socialismo evolutivo): Reforma o Revolución de 1899. Una joven de 27 años desafiando al teórico de la Socialdemocracia alemana y colaborador de, nada menos y nada más, que de Federico Engels.

Esa era nuestra Rosa, la Roja, la más roja de la bandera roja.

La revolución mundial desde los ojos agudos de Rosa Luxemburgo

El ambiente socialdemócrata alemán era de efervescencia porque se había construido un gran partido con influencia entre las masas a finales del siglo XIX. Llegaba a contar con un centenar de diputados y más del 30% de los votos. Tenía Universidades, escuelas, clubes, sindicatos y cuadros políticos de alto nivel. Marx había muerto en 1883 y Engels en 1895. Así que los socialdemócratas alemanes encarnaban la continuidad de los clásicos: Bernstein y Kautsky. Lenin y Trotsky se les cuadraban, pero Rosa Luxemburgo no.

Así que la Rosa ya Roja rompió con el PSP en 1894 con otros emigrantes para fundar otro partido, que años después se convertiría en el Partido Socialista Democrático de Polonia y Lituania (en polaco: Socjaldemokracja Królestwa Polskiego (SDKP). Al empezar el siglo XX, se amplió con la incorporación de un sector liderado por Feliks Dzierzynski y pasó a denominarse Socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania —en polaco, Socjaldemokracja Królestwa Polskiego i Litwy (SDKPiL) y en lituano Lenkijos karalystės ir Lietuvos socialdemokratija (LKLSD)—, también denominado Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania. Ahí estuvo la Rosa Roja, nuestra Rosa.

Lenin y Trotsky guardaban silencio frente a la degeneración reformista de Bernstein y Kautsky por respeto a los continuadores de Marx y Engels, pero Rosita ni maíz paloma: los desafió antes que esas lumbreras del comunismo ruso. Así que ella, se dio cuenta por ser miembro de la socialdemocracia alemana que Bernstein se había adaptado al capitalismo alemán que tenía mucho dinero para derramar entre los socialistas.

Bernstein planteó que el socialismo sería evolutivo, como Lombardo Toledano en México: el camino es apoyar al PRI para que se vuelva socialista. Pero se les cebó, pues los neoliberales se apoderaron del PRI, como la socialdemocracia del partido y apoyaron entrar a la Primera Guerra Mundial de 1914. Rosa, ingeniosa, aguda e inteligente vio antes que nadie ese proceso de degeneración.

Así que se sentó, tomó la pluma y empezó a redactar su magna obra: Reforma o Revolución. Yo la tengo en la edición de editorial Pluma de Bogotá de 1976.

¿Qué carajos dice esa obra magna de Rosita la roja?

Antes, un paréntesis JP Nettl fue un gran historiador de Rosa Luxemburgo, que escribió una larga y profunda biografía de nuestra Rosa, al grado de que The New York Times describió como un trabajo clásico que hizo plena justicia a su actividad política, contexto, contribuciones teóricas y personalidad. Y cada año, los alemanes van al panteón a honrar a la Rosa Roja, enterrada en el cementerio de Friedrichsfelde, que se ha convertido en “La Meca” de los socialistas, comunistas y trasnochados como yo.

Reforma o Revolución es la primera gran obra de nuestra Rosa, la Roja. Por su profundidad perdura en el tiempo y en el espacio, es el mismo debate en todos los partidos del mundo, por ejemplo, en MORENA el partido en el gobierno.

¿Qué pensaba Eduard Bernstein en 1897?

Resulta que este socialdemócrata alemán creía que el socialismo sería evolutivo, pues el capitalismo alemán lo permitía, cada vez más derechos, cada vez más concesiones a los trabajadores ¿por qué no concederles el gobierno? Así que Eduard Bernstein redactó sus ideas para la prestigiada revista teórica de la socialdemocracia alemana Neue Zeit entre 1897 y 1898, sentando la línea correcta y combativa para el partido más importante de la izquierda alemana. Después de publicar sus artículos, el tal Bernstein publicó un libro intitulado Die Voraussen des Sozialismus und die Aufgaben der Socialdemokratte (traduzco: Las premisas para el socialismo y las tareas de la socialdemocracia).

Pero Rosa lo refutó en Berlín, el 18 de abril de 1889. Ya era alemana, socialdemócrata y nuestra Rosa Roja, la más roja de la bandera roja.

¡Y que aparece nuestra Rosa Roja! Refutó todos los postulados “teóricos” de Bernstein a los 27 años cumplidos. Su obra se llama como ya lo señalamos Reforma o Revolución

La tal Rosita, la Roja, lo refuta. Madre mía. Una mujer, polaca, extranjera, de origen judio y no sé qué más… se peleó con el jefe de jefes de la socialdemocracia alemana. Mi comadre Rosa sí que tenía los tamaños necesarios: unos ovarios del tamaño de una sandía o más.

Para empezar, Rosa aclara que no se oponen a las reformas en el sistema capitalista. No estaba loca. Estaba bien cuerda, pero que las reformas llevarían al socialismo no lo creía. Así que dijo que para destruir la explotación capitalista se necesita una buena revolución, que además debería ser socialista.

Escribió en papel y con tinta: “Recién cuando la gran masa de obreros tome en sus manos las armas afiladas del socialismo científico, todas las tendencias pequeñoburguesas, las corrientes oportunistas, serán liquidadas. El movimiento se encontrará sobre terreno firme y seguro. ‘La cantidad lo hará’.”

Estaba en Berlín, era alemana y lo fechó el 18 de abril de 1899, antes que los jefes Lenin y Trotsky; era nuestra Rosa Roja, la más roja de la bandera roja.

Ser o no ser, esa es la cuestión. Reforma o Revolución, esa es la cuestión.

Así de cabrona la Rosa Roja.

Era cabrona y brillante la Roja (en polaco Róża Luksemburg). Rosa empezó burlándose del jefe de jefes. Era la Rosa Roja. Se burló de Bernstein con la siguiente frase en alemán que traduzco: “Si es cierto que las teorías son sólo imágenes de los fenómenos externos en la consciencia humana, debe agregarse, del tal sistema de Eduard Bernstein, que las teorías suelen ser imágenes inversas”.

En fin. Se peleó con los jefes de jefes de la socialdemocracia alemana. La más importante de la Segunda Internacional fundada por el jefe Federico Engels. Ella nos legó el concepto de “oportunistas” a los que “oportunamente” se ubican en la lucha por el poder. Esa era la agudeza de Rosa, la Roja.

Como dice Raya Dunayevskaya “... muestra el tipo de teórica, el tipo de personalidad, el tipo de activista que era Rosa Luxemburgo”. Yo lo creo no porque sea mi comadre, sino porque tenía razón.

A punta de fregadazos se posesionó en el más grande partido de la Socialdemocracia

Mundial. Los jefes la respetaban, aunque mujer, era la principal teórica de la socialdemocracia alemana. Tenía una amiga íntima, Clara Zetkin, que era muy pero muy respetada en la socialdemocracia alemana. Era tan cabrona como Rosa, pero mesurada. Rosa fue arrebatada. Tiraba cañonazos a todos. Era pues, bien cabrona, como se dice en México, pero yo estoy de acuerdo con ella.

Entonces según la lógica, en un café o algo por el estilo, Clara y Rosa idearon construir el 8 de marzo como un día de las “Trabajadoras del mundo”. No sé dónde fue, pero las cabronas nos impusieron dulcemente, como lo hacen las mujeres, el 8 de marzo como día internacional de las trabajadoras, que años después las Naciones Unidas los convirtieron en el Día Mundial de la Mujer.

Esa era la Rosa Roja.

¿Reforma o revolución?

Eh ahí el debate. En los últimos años del siglo XIX fue el tema que partió en dos bandos a la socialdemocracia internacional, agrupada en torno a las banderas de la Segunda Internacional (fundada el 14 de julio de 1889). Rosa tiró la primera piedra, le seguirán Lenin, Trotsky y los 38 delegados que se juntaron en Zimmerwald entre el 5 y el 8 de septiembre de 1915.

Las reformas son importantes en el capitalismo, pero para cambiarlo por un nuevo mundo, una nueva sociedad se requiere la revolución, sostuvo firmemente Rosa Luxemburgo, de ahí la importancia de sus textos ya compilados como libro en “Reforma o revolución”.

Rosa Luxemburgo tuvo razón. Los diputados socialdemócratas alemanes votaron en el Reichstag financiar la guerra con “bonos de guerra”. Los socialdemócratas votaron a favor de la propuesta e incluso, el PDA llegó a declarar una tregua con el gobierno, prometiendo abstenerse de declarar huelgas durante la guerra. La poderosa socialdemocracia alemana en la Primera Guerra Mundial. Los obreros alemanes lucharon contra los obreros europeos, cuando habían jurado unirse en torno a las banderas de la Segunda Internacional. Ahí murieron millones de personas. La Segunda Internacional estaba fracturada, muerta en vida.

Rosa no asistió a la conferencia de Zimmerwald porque estaba presa por oponerse con todas sus fuerzas a la guerra.

Rosa estaba presa. Entre 1904 y 1907 estuvo 3 veces presa. Pensó en el suicidio. La película de Von Trotta la captura muy bien. Rosa no se achicó, se dedicó en la cárcel a estudiar, leer y escribir. Como lo harían muchos presos políticos después, como José Revueltas en Lecumberri, en Ciudad de México después de 1968. Entonces Rosa se transformó en “Espartacus” (Espartaco). Junto a  Karl Liebknecht, Clara Zetkin y Franz Mehring, creó el grupo Internacional el 5 de agosto de 1914, el cual se convertiría posteriormente el 1 de enero de 1916 en la Liga Espartaquista, antecedente del Partido Comunista Alemán (PCA).

No era una autoridad en la Internacional Socialista, pero era muy respetada. Conoció a Lenin en Londres, en 1907, durante el V congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR). Se codeaba con las lumbreras internacionales de la Socialdemocracia pero tenía sus propios puntos de vista.

Así de cabrona era la Rosa Roja.

El Folleto Junius

El Folleto Junius es un espléndido trabajo marxista, lo dijo Lenin

Róża Luksemburg. Luchó con todas sus fuerzas contra la guerra y cayó presa. Los alemanes querían ir a la guerra. Róża Luksemburg no. Europa fue a la Primera Guerra Mundial. Un puñado de internacionalistas se opusieron y fueron a la cárcel. Se reunieron en Zimmerwald un año después.

Presa, Róża Luksemburg, escribió uno de sus textos más brillantes: Junios.

Decía: Desde hace tiempo se reconoce el 4 de agosto de 1914 como una de las fechas más negras en la historia del movimiento socialista internacional. En los meses que la precedieron se veía claramente que la guerra era inminente, y los partidos socialdemócratas de Europa occidental habían denunciado los planes de sus burguesías imperialistas.

El 4 de agosto, cuando los ejércitos de Alemania, Austria y Francia y los zaristas ya estaban en marcha, el Reichstag se reunió para discutir y aprobar los fondos necesarios para la guerra del Káiser. Con frases encendidas de condena, no del capitalismo alemán y del militarismo prusiano sino del enemigo zarista, el conjunto del bloque socialdemócrata del Reichstag, de más de cien diputados, votó a favor del presupuesto de guerra y la “defensa de la patria”.

Siguiendo las huellas del PSD -esa joya de la Segunda Internacional, el partido de la autoridad revolucionaria indiscutida, a la que todos consideraban modelo de internacionalismo proletario- la mayoría de los socialdemócratas franceses e ingleses también votaron el apoyo a sus respectivos gobiernos. Sólo en Rusia, Serbia, Polonia, Italia, Bulgaria y Estados Unidos la mayoría de los partidos socialdemócratas se negó a rendirse ante la ola de chovinismo y la histeria patriótica de la guerra.

Para las tendencias revolucionarias de la Segunda Internacional, el voto del bloque parlamentario socialdemócrata fue un golpe tremendo. Cuando Lenin recibió los diarios alemanes portadoras de la noticia, creyó que se trataba de una falsificación de la policía alemana. Rosa Luxemburgo, a pesar de su conocimiento íntimo del grado de degeneración oportunista alcanzado por el PSD, quedó anonadada.

No había osado extraer las conclusiones últimas de la podredumbre interna del PSD, aceptar el hecho de que el partido más grande e influyente de la Internacional fuera capaz de traicionar tan totalmente los principios más elementales del marxismo revolucionario sin siquiera tratar de negarlo.

Rosa se abocó inmediatamente a la tarea de agrupar al pequeño núcleo de socialdemócratas revolucionarios que repudiaron la posición oficial del PSD. Los primeros resultados fueron magros. Un mes más tarde, el 10 de septiembre, dos diarios suizos publicaron la noticia de que en Alemania había socialdemócratas que se oponían a la política oficial del partido. El comunicado llevaba las firmas de Karl Liebknecht, Franz Mehring, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo.

Liebknecht, a la sazón diputado en el parlamento provincial prusiano y en el Reichstag, se había manifestado rotundamente en contra del presupuesto militar. Había dirigido a los disidentes dentro del bloque socialdemócrata, pero se había sometido a la disciplina partidaria en la votación del 4 de agosto. Fue la última vez. Se unió inmediatamente a la oposición revolucionaria y, debido a su cargo público, se convirtió en su vocero principal. Al final de la guerra el nombre de Liebknecht era sinónimo de las fuerzas revolucionarias en Alemania.

En diciembre de 1914, cuando se votó un nuevo incremento de los fondos bélicos, el de Liebknecht fue el único voto en contra. El trabajo de organizar una tendencia sólida, coherente, procedía con suma lentitud. En la primavera de 1915 apareció el primer número de Die Internationale, que fue inmediatamente prohibido por el gobierno. Desde entonces se difundió mediante una red clandestina. Durante el transcurso de la guerra circularon ilegalmente las cartas Espartaco, primero mimeografiadas y luego impresas. Recién en el día de Año Nuevo de 1916, casi un año y medio después del comienzo de la guerra, delegados provenientes de toda Alemania se reunieron secretamente en el bufete de Liebknecht para crear el Gruppe Internationale, que aprobó las “Tesis sobre las tareas de la socialdemocracia internacional” como programa y el Folleto Junius como primera declaración política.

La Liga Espartaco

El Gruppe Internationale tomó el nombre de Liga Espartaco en noviembre de 1918 y fue el núcleo inicial del Partido Comunista Alemán, fundado a fines de diciembre del mismo año.

Durante la guerra surgió otro grupo de oposición. La camarilla centrista del bloque parlamentario socialdemócrata -que tenía pocas dudas respecto de la política oficial pero no quería comprometerse— se volvió más audaz a medida que avanzaba la guerra y su falta de popularidad en la clase obrera alemana fue en aumento. En diciembre de 1915, un año después de que Liebknecht emitiera su voto solitario de protesta, un total de veintisiete diputados votó contra el nuevo presupuesto de guerra y otros veinte se abstuvieron. Este grupo, llamado Grupo de Trabajo Ad Hoc, se convirtió en el núcleo del Partido Social Demócrata Independiente, fundado en enero de 1917, agrupación que osciló constantemente entre el PSD y Espartaco, siendo su única constante su falta de principios o de estructura.

Su dirección volvió al PSD al finalizar la guerra, mientras que buena parte de la base ingresó al Partido Comunista Alemán.

Por supuesto que el gobierno alemán quería a toda costa silenciar a sus críticos revolucionarios y logró enviar a la mayoría de ellos a prisión. Cuando comenzó la guerra Rosa Luxemburgo ya había sido sentenciada a un año de cárcel por un discurso antibélico pronunciado a principios de 1914. En octubre le fue negada la apelación y, aunque por razones de salud se le permitió postergar el cumplimiento de la sentencia, fue aprehendida en febrero de 1915. Mientras cumplía la sentencia redactó lo que posteriormente se conoció con el nombre de Folleto Junius.

Lo terminó en abril de 1915 y consiguió sacarlo de la prisión, pero dificultades de orden técnico, la falta de una imprenta y otros problemas, impedirían su publicación hasta abril de 1916.

Al mismo tiempo redactó las “Tesis sobre las tareas de la socialdemocracia internacional”. Tenía el propósito de presentarlas en la conferencia de Zimmerwald de socialdemócratas opuestos a la guerra, pero en virtud de un error de información respecto de la fecha de la conferencia y el secreto que necesariamente la rodeaba, los amigos de Rosa no pudieron sacar a tiempo de la prisión el borrador de las Tesis como para poder llevarlas a Zimmerwald.

Rosa Luxemburgo fue liberada en enero de 1916 y permaneció en libertad durante seis meses. Fue arrestada nuevamente en julio de 1916 y encarcelada sin juicio hasta que la primera oleada de la Revolución Alemana la liberó en noviembre de 1918.

Liebknecht, protegido parcialmente por sus fueros parlamentarios, permaneció en libertad hasta mayo de 1916. El Primero de Mayo de 1916 el grupo Espartaco resolvió organizar una demostración en el centro de Berlín. Había invitado al Grupo de Trabajo Ad Hoc a participar, pero cuando este grupo se negó, los partidarios de Espartaco lo hicieron solos. Varios cientos se reunieron en la Potsdamerplatz para escuchar a Carlos Liebknecht decir “¡Abajo el gobierno! ¡Abajo la guerra!” antes de que lo arrestaran.

Ante su arresto, los ex colegas de Liebknecht en el bloque socialdemócrata del Reichstag se apresuraron a quitarle su inmunidad. Puede medirse hasta qué punto se hundió la política reaccionaria del PSD durante la Primera Guerra Mundial en este discurso del diputado Landsberg:

[“Caballeros [...] vemos en Liebknecht a un hombre que quiso, apelando a las masas, obligar a declarar la paz a un gobierno que repetidas veces ha expresado su deseo de paz ante todo el mundo. [...] Esta guerra es una guerra por nuestros hogares [...] cuan grotesco fue su intento [...] cómo puede alguien imaginarse que [Liebknecht] podría influenciar al mundo, jugando a la alta política tirando panfletos, haciendo una demostración en la Potsdamerplatz [...] Comparad esta inestabilidad patológica con nuestra calma clarividente, sensata [del partido oficial] [...]”, (citado en Rosa Luxemburg, J.P. Nettl, Londres, Oxford University Press, 1966, p. 649.)

Liebknecht fue sentenciado en junio y su arresto detonó, para sorpresa de todos, la primera gran huelga política de la guerra. En diciembre de 1916 comenzó a cumplir una sentencia de cuatro años y un mes.

El verdadero título del folleto de Rosa fue “La crisis de la socialdemocracia alemana” y lo firmó con el seudónimo Junius. El nombre proviene probablemente de Lucius Junius Brutus, legendario patriota romano de quien se dice que dirigió una revolución republicana en la Roma clásica. También utilizó ese nombre un autor inglés no identificado cuyos ataques al ministerio del duque de Grafton aparecieron bajo la forma de cartas al diario londinense Public Advertiser en 1769-1772.

El contenido del folleto se refiere no tanto a la crisis del PSD como a las raíces y causas de la guerra. Dirigido a los obreros alemanes más conscientes, explica cuidadosamente los factores que hicieron que el holocausto fuera inevitable: es decir, los intereses de las clases capitalistas competidoras de Europa. Denuncia exhaustivamente los mitos con que el PSD justificó su apoyo a la guerra.

Lo que no trata de hacer, como explica Lenin en su comentario, incluido como apéndice al final de esta selección, es dar una explicación clara del derrumbe del PSD, ni de analizar el papel del grupo de Kautsky que, con el paso de los años, había capitulado cada vez más ante el ala derecha. Durante un cuarto de siglo se habían ido sentando las bases políticas y organizativas del 4 de agosto de 1914. Y el folleto tampoco da una perspectiva clara de qué hacer ahora, por dónde comenzar. Pero, como dice Lenin, a quien no le gustaban las alabanzas extravagantes, “de conjunto, el Folleto Junius es un espléndido trabajo marxista”.

En su comentario, Lenin se detiene largamente en dos errores que le pareció importante corregir: el error de afirmar que no habría más guerras nacionales y el error de hacer la menor concesión a la consigna de “defensa de la patria”.

Lenin comprendió plenamente la importancia de que semejante trabajo apareciera en Alemania y el papel que jugaría en la lucha contra el PSD. Saludó cálidamente al autor, a quien probablemente desconocía, y planteó sus críticas en un espíritu de colaboración fraternal con los individuos aislados que obviamente trataban de llevar las consignas revolucionarias hasta sus últimas consecuencias.

Tomado íntegro de la traducción inglesa que apareció por primera vez en un folleto de la Socialist Publication Society en Nueva York, 1918, con las firmas de Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Franz Mehring. Hemos omitido el capítulo cuarto, que hace una historia larga y detallada de la dominación del imperialismo alemán en los Balcanes y Asia Menor, sobre todo Turquía, en las dos décadas que precedieron a la guerra.

Los últimos segundos de nuestra Rosa Roja

Dice Lelio Bossa que nuestra Rosa Roja fue liberada de la cárcel el 9 de noviembre de 1918, un año después de la Revolución Soviética. Nueve días después asumió la dirección del periódico espartaquista Rote Face, donde incitaba a las “masas” a la rebelión. Estaba convencida de la Revolución Inminente para todo el continente. ¿Revolución política o social?

Escribió la Rosa: “El derrocamiento de la dominación capitalista, la realización del orden socialista: nada más que esto es el tema histórico de la presente revolución” (Der Anfang en rote Fahne del 18 de noviembre de 1918, hoy en ARS II, p. 594).

Ese es un “análisis de coyuntura” y no vaciladas. Así era la Rosa Roja. Tenía mucha prisa (yo también). Entonces a Lenin y Trotsky se les ocurrió fundar la III Internacional o Comiterm (Internacional Comunista), para dejar atrás a la socialdemocracia chovinista y partidaria de la Primera Guerra Mundial.

La Rosa Roja sería, pues la Rosa de la Internacional Comunista, pero la mataron con Karl Liebknechec. Clara Zetkin, su compañera del 8 de marzo, expuso en su libro “Un Rosa Luxemburgo Strelulung sur russia revolution (Verga der Lommunistechen Internacionale, 1922, p. 83) una crítica al proceso de insurrección de los espartaquistas a la Revolución Alemana de 1919.

Entonces llegó el 15 de enero de 1919, nuestra Rosa Roja y Karl Liebknechec fueron arrestados, nos recordó Basso:

“El cuerpo de Rosa fue echada a un canal, donde fue encontrada tan solo unos algunos meses después. ‘Karl y Rosa cumplieron su último deber revolucionario [...] escribió Leo Jogisches a [V. I.] Lenin apenas fue confirmada la noticia de su muerte: pocas semanas Jogisches arrestado, sufría la misma suerte”.

Dijo Roland Holst que la personalidad de la Rosa Rosa reunía la personalidad de la niña más alegre, la ternura de la mujer más tierna, la seriedad y la fuerza… Fue nuestra Rosa Roja. La única.

Pero Kar Kautsky escribió lo contrario: “Rosa Luxemburgo y sus amigos tendrán siempre un puesto de gran relieve en la historia del socialismo; de esta historia ellos personificaron una época, la cual ha llegado a su fin”.

Yo digo que aún no ha llegado a su fin. Para mi fracasó la Socialdemocracia o Internacional Socialista (donde aceptaron al PRI de México).

Lo que está vigente es la Revolución Permanente y la pandemia lo demostró: Socialismo o Barbarie, dijo nuestra Rosa Roja.

Como dijo Georg Lukács: Ha sido siempre portavoz insuperada, maestra y dirigente inolvidable del marxismo revolucionario.

"..El mundo de la mujer burguesa es su hogar.  En cambio, el hogar de la mujer proletaria es el mundo, el mundo entero, con todo su dolor y su alegría con su fría crueldad y su ruda grandeza.." RL.

..5 de marzo, 1871 Zamość, Polonia, entonces parte del imperio zarista.  Conmemoramos el Ciento Cincuenta y dos aniversario del natalicio de ROSA LUXEMBURGO,  "El Águila de la Revolucion" como la llamó Lenin. Quien entregó su vida por la lucha de los trabajadores.  'La fraternidad mundial de todos los trabajadores es para mí la cosa más elevada y más sagrada de este mundo, es mi estrella guía, mi ideal, mi patria. Prefiero renunciar a la vida que traicionar este ideal'

F. Mehring dijo una vez que Rosa era “la más genial discípula de Carlos Marx”. Brillante teórica marxista y polemista aguda, como agitadora de masas lograba conmover a grandes auditorios obreros. Uno de sus lemas favoritos era “primero, la acción”, estaba dotada de una fuerza de voluntad arrolladora. Una mujer que rompió con todos los estereotipos que en la época se esperaban de ella, vivió intensamente su vida personal y política.

Clara Zetkin, dijo:  "El trabajo y la lucha le infundían alientos. De sus labios rara vez salía un «no puedo»; en cambio, el «debo» a todas horas. (…) Luxemburgo, gran teórica del socialismo científico, no incurría jamás en esa pedantería libresca que lo aprende todo en la letra de molde y no sabe de más alimento espiritual que los conocimientos indispensables y circunscritos en su especialidad; su gran afán de saber no conocía límites y su amplio espíritu, su aguda sensibilidad, la llevaban a descubrir en la naturaleza y en el arte fuentes continuamente renovadas de goce y de riqueza interior. (…) Con una abnegación que no hay palabras con qué expresar, Rosa puso al servicio del socialismo todo lo que era, todo lo que valía, su persona y su vida"

La sobresaliente labor teórica y práctica de Rosa Luxemburgo, a través, tanto de sus obras escritas, como de su militancia, ha inspirado varias luchas en defensa de la dignidad humana y los derechos fundamentales, además de consolidarla como una de las figuras más importantes del pensamiento marxista y revolucionario del siglo pasado. Asimismo, su papel eminente en espacios políticos y académicos, que en su época estaban completamente dominados por varones, hacen que sea una figura destacada en la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres.

A ciento cincuenta y dos años del nacimiento de la rosa más roja de la Revolución.. ROSA LUXEMBURGO quien nos dijo..'Solo triunfaremos si no nos olvidamos de aprender'

La recordamos con agradecimiento y decimos, hoy más que nunca, ¡¡SOCIALISMO O BARBARIE!!

 

Fuentes

Basso, Lelio (1977). Rosa Luxemburgo. México. Editorial Nuestro Tiempo. Traducción de Gerardo Dávila.

Dunayevskaya, Raya (1985). Rosa Luxemburgo. La liberación femenina y la filosofía marxista de la revolución. México. FCE. Traducción de Juan José Utrilla.

Luxemburgo, Rosa (1976). Obras Escogidas. Colombia. Editorial Pluma. Tomo 1 y 2. Traducción de Daniel Acosta.

Nettl, JP (1974). Rosa Luxemburgo. México, Ediciones Era.

Internet

Michael R. Krätke. Rosa Luxemburg, una economista muy política, recuperado 06/03/20223 en: https://sinpermiso.info/textos/rosa-luxemburg-una-economista-muy-politica

Obras completas, digitalizadas, de la teórica marxista polaca, Rosa Luxemburgo, recuperado 06/03/2023 en: https://www.bloghemia.com/2019/01/rosa-luxemburgo-obras-completas.html

Película

Margarethe von Trotta (directora). (1986). Rosa Luxemburgo. (Film). República Federal de Alemania.

Fundación

Rosa-Luxemburg-Stiftung. sitio oficial: https://www.rosalux.de/

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